No debía descuidar sus estudios, NamJoon estaba consiente de eso, sin embargo, no podía evitar saltarse clases cuando de estar con SeokJin se trataba.
Era algo así como una obligación para el intentar tomar su atención, como también era casi una obligación no reprobar ninguna clase.
- NamJoon, ¿Me estás escuchando?
- ah, si... te estoy escuchando- se sentó correctamente sobre su silla y tomó un lápiz como si estuviera por apuntar algo sumamente importante pero tan solo terminó garabateando la hoja.
-me ofende tu falta de atención- su amigo golpeó el hombro del moreno quien se quejó por su brutalidad.
-¿Qué pasa?- un chico de piel pálida y cabello negro azabache se acercó a la mesa, poniendo una bebida para cada uno de ellos.
-Namjoon no me está escuchando- se quejó su amigo elevando la voz demasiado para el gusto del mayor.
-Hoseok, habla más bajo, estoy a menos de un metro de tí.- manoteó al aire como si de un pobre anciano se tratara y se tiró sobre la silla al lado del causante de tantas molestias.
-¿en qué piensas ahora?- dijo curioso el mayor husmeando en los apuntes de su libreta.
-en SeokJin.- contestó bufando mientras se recostaba sobre el respaldar de la silla.
Hoseok resopló tomando de su bebida.
- últimamente es en lo único que piensa. Hombre, vas a reprobar el curso y apenas vamos un mes estudiando.- golpeó su frente algo decepcionado, por la actitud tan dejada del ex mejor alumno de su secundaria.
- aún no entiendo porque tienes tanto afán con ese chico. ¿Te gustan los hombres o qué?- preguntó curioso el chico pálido, cuyo nombre era escrito en el dobladillo de su hoja, Min Yoongi, con caligrafía de niña.
-no, hyung. Me gustan las mujeres, esto es solamente... no lo sé, ¿Deseo?- contestó rápidamente, ellos no hablaban de esto pero NamJoon estaba cansado de la oposición de sus amigos por su deseo más oculto.
Bueno, quizás no tan oculto puesto a que ellos dos, sus únicos amigos, sabían con lujo de detalle como se sentía el menor, siendo atraído por aquel chico de facciones delicadas y piel suave.
-Joder NamJoon, ya deja ese tema en paz. - se quejó como por milésima vez se querido amigo Hoseok, quien ya cansado de la conversación salió de la sala de estudio que compartían.
- ya, déjalo. Esta molesto porque no ha cojido en todo el mes- se burló el pelinegro golpeando el hombro del menor- ¿qué tal si vamos de fiesta hoy?
-mañana tenemos un examen.
- a la mierda el examen, tenemos que quitarte esa mierda homosexual de la cabeza.- NamJoon río negando por las palabras de Yoongi quien arrugaba la nariz en señal de molestia.
-solo quiero probar, hyung. Solo quiero tenerlo una noche, si tú hubieras escuchado como ge-... - Yoongi elevó las manos mientras negaba.
-No, no me cuentes tus fantasías sexuales. Vamos, saldremos en dos horas, tu caso es muy serio y debemos tratarlo ahora.- y como si de un asunto de vida o muerte se tratara, Yoongi llamó a Hoseok y ambos totalmente de acuerdo con su idea, decidieron llevar a NamJoon a un antro en el centro de la ciudad, donde pudiese quitarse esa idea estúpida de tener sexo con un chico. Eso era inconcebible... Según ellos.
***
-el que invita paga las bebidas, es lo justo.- sonrió Hoseok molestando al mayor quien refunfuñando se negaba a ser el que pagaba todo.
Si bien lo tres vivían juntos en un departamento medianamente cómodo, cada uno tenía su propio dinero y trabajo, quizás unos con más ingresos que otros. Pero Yoongi no revelaría eso a sus amigos.
La música retumbaba en los oídos del moreno y las luces de colores lograban marearlo de vez en cuando exigiéndole sentarse o beber con todo lo que venga.
-bien, invitaré la primera ronda.- cedió al fin el pelinegro después de tanta insistencia por parte de sus amigos.
Eran tan solo ellos tres los que habían salido esa noche, buscando alivianar la curiosidad del menor, curiosidad que sus amigos no querían que tenga.
- aún no entiendo porque quieres estar con ese tal SeokJin- NamJoon tomó su vaso y antes de beber su contenido se encogió de hombros.
- ustedes no han visto lo que yo.- respondió simplemente, desviando la mirada hacia la pista de baile que se encontraba abarrotada de personas, moviéndose unas contra otras, con el alcohol inundando su sistema y sin importarles hacer el ridículo,que claramente hacían.
NamJoon se dio cuenta de como sus amigos volvían a hablar pero él no les dio importancia, ya sabía lo que le dirían. Qué si era gay, que si estaba loco, que si no estaba drogado y blah blah blah... Ya no los quería escuchar, después de todo eran sus deseos y con ellos haría lo que quisiese.
Después de repasar el lugar completo con la mirada y casi dispuesto a empezar a divertirse, a lo lejos pudo apreciar una figura alta, delgada, de hombros anchos y movimientos torpes que se movían "al compás" de la música.
Una sonrisa socarrona surcó sus labios mientras decidido se levantaba de su sitio para empezar a caminar hacia esa dirección.
- iré a bailar.- anunció empezando a alejarse.
- ¿encontraste alguna chica linda?
- encontré a SeokJin.- salió corriendo de ahí, sabiendo que a continuación se le venían un montón de quejas por su comportamiento caprichoso.
Algo mareado y de atropezones entró a la pista de baile y fue escurriéndose entre la multitud que ya apestaba a alcohol y sexo desenfrenado.
Ahí pudo verlo, lejos muy lejos de el, SeokJin bailando junto a un grupo de personas que en total contaban con dos chicas y un chico moreno de gran sonrisa, NamJoon pensaba, mientras iba hacia ellos, en como haría para tener a Jin a solas, y algo mucho más difícil, como haría para estar con él, de la forma en la que NamJoon quería estar.
Desde que lo vió deseo su cuerpo como un tesoro casi imposible de tener, un objeto valioso que quería tener la dicha de tomar y una vez probado descartar como todas y cada una de sus dudas sexuales hasta ese momento. Quería un juguete y SeokJin era el juguete más caro y perfecto de la tienda.
-¿Kim NamJoon?- preguntó, o más bien gritó, alguien a su lado haciendo que el nombrado volteara casi chocando con el cuerpo que se avecinaba hacia él.
-¿Jimin?- un chico de estatura un tanto más baja que NamJoon se precipitó a su cuerpo envolviendo en un fuerte abrazo que hizo a NamJoon retroceder varios pasos hacia atrás provocando la caída de la personas tras de ellos.
-¡Oye, fíjate!- habia pasado tan rápido que no se dió cuenta del momento exacto en el que fue empujado al suelo, frunció el ceño levantándose dispuesto a gritarle al tipo que lo hizo caer, más sin embargo quedó en total silencio al ver como ese chico lindo, de hoyuelos profundos y mirada penetrante era besado sin vergüenza alguna por otro chico, uno muy guapo.
-Jin, ¿estás bien?- preguntó la chica que lo acompaño esa noche al antro.
-Quiero irme.- sentenció confundido consigo mismo mientras se abría pasó junto a sus amigos.
-Pero Jin, acabamos de llegar- se quejó una de la chicas mientras se abrazaba al cuello de Jin.
-entonces iré a sentarme, e visto algo asqueroso y quiero que se me pase con un trago.
Arrugando la nariz se sentó de golpe en la zona vip que habían comprado para esa noche, tomó su vaso en mano y mirando malhumorado a su alrededor se preguntó: ¿Porqué diablos le molestó ver a NamJoon con otra persona?
No lo entendía, y no quería entenderlo tampoco, esa noche de supuesta diversión y relajamiento se había ido a cualquier lado junto con sus ganas de bailar cuando vió como el chico que lo perseguía y rogaba por su atención de repente lo había dejado de notar.
Un hyung es alguien mayor a ti, responsable y sabio, talentoso en sus áreas y una buena persona. Kim SeokJin es el modelo perfecto de dicha descripción, sin embargo... Él mismo sabia que eso no era cierto, porque en el rincón más escondido de su corazón se encontraba todo lo malo en él, tan malo que hizo al joven de cabellos castaños caminar hasta esa pareja melosa, y sin delicadeza alguna robarse al chico de hoyuelos lejos de las manos de quien sea que se atreviera a tocarlo. Por qué NamJoon solo podia darle atención a él, a nadie más que a él
-¿Hyung?
-Cállate.