Amentiam [Jikook]

Por Bulletpr0of_

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- Significa Alma libre. - ¿De verdad eres libre? ••Basado en hechos reales•• Más

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Epílogo.

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Por Bulletpr0of_

– Señor Park Jimin. –mi nombre sonó en los altavoces y muchos aplausos resonaron a medida que caminaba por el escenario.

Recibí el diploma luego de darle la mano al director de la escuela de leyes y miré a todo el público sentado frente a mí. Observé a las cuatro personas paradas que aplaudían con fuerza por mí. Mi papá, mamá, Namjoon y Jungkook.

Sonreí, más que feliz de haberlo logrado y de estar recibiendo uno de los mejores regalos de cumpleaños.

Bajé del escenario a reunirme con mis otros compañeros que ya poseían el diploma y esperamos a que nuestro último compañero fuera reconocido por medio de los altavoces. Una vez todos reunidos cumplimos la tradición y lanzamos nuestros birretes al aire, gritando con más felicidad que nunca.

Me acerqué a mi familia, donde mis padres me recibieron con los brazos abiertos y algunas lágrimas.

– Estoy muy orgulloso de ti Jimin. –mi padre me regaló un fuerte abrazo.

– Estás tan grande Jiminie. –susurró mi madre en mi oído.

– Bueno basta, deja a mi madre, es sólo mía. –bromeó Namjoon antes de darme un gran abrazo.

– Felicidades cumpleañero, oficialmente puedes demandarme por obligarte a coger conmigo. –susurró Jungkook mientras me abrazaba de una forma amistosa.

– Qué lástima que no fui obligado. –respondí de vuelta antes de separarnos.

– Bueno hijo te iremos a dejar a casa y estaremos un tiempo contigo antes de que empiece tu fiesta.

– No hay fiesta papá, sólo estarán Yoongi y Jin, quizás vayan mis otros dos amigos, pero no lo sé.

– Está bien, en ese caso estaremos un rato.

Subimos al auto en dirección a mi hogar y llegamos hasta mi departamento.

– Estoy pensando seriamente en irme de vacaciones. –dije mientras abría la puerta. – Necesito un descanso antes de...

– ¡Sorpresa! –gritaron mis amigos desde adentro de mi departamento.

Sorprendido, sonreí y miré hacia atrás donde mi hermano y Jungkook sonreían, cómplices de este acontecimiento.

– Felicidades amigo. –se acercó Yoongi a darme un abrazo.

– Ah, Jimin al fin lo lograste. –sonrió Jin y me despeinó el cabello. – Felicidades.

Veía muchas caras conocidas, personas que había conocido en el bar, en el trabajo y a mis amigos cercanos. Todos celebrando mi cumpleaños y además mi graduación.

– Bueno, nosotros nos vamos. –aseguró mi papá.

– Mañana te espero al almuerzo cariño, por favor no hagas nada imprudente.

– Sabes que no lo haré mamá. –sonreí cuando besó mi mejilla.

Bastó sólo una cerveza para abrir nuevamente la puerta y que mi ex novia estuviera ahí, con un ramo de flores y un paquete de regalo.

– ¡Jiminie, felicidades! –medio gritó saltando sobre mí en un abrazo.

– Sungye. –sonreí. – Muchas gracias, pasa por favor.

Cerré la puerta y llevé su regalo directo al montoncito donde estaban todos los que ya me habían entregado antes.

Observé a Jungkook, estaba con Taehyung y se veía excesivamente molesto.

– ¿Qué mierda hace ella aquí? –pude leer en sus labios.

Me acerqué lentamente y logré escuchar a Taehyung. – No lo arruines, es su cumpleaños.

– Esa golfa sigue tras de él.

– ¿Quién es la golfa? –pregunté llegando a su lado.

– Nadie. –dijo bebiendo su cerveza.

– Los dejo. –sonrió Taehyung.

– Bebé, estás celoso. –dije en su oído.

– No, no lo estoy.

– Estás rojo.

– Quiero matar a alguien.

– Ella ya no me gusta. –le dije con un puchero.

– Pero tú si le gustas a ella.

– No es cierto. –me quejé. – Ella tiene novio.

– Mira cómo te observa. –ambos miramos y sungye se acercó a nosotros.

– Jimin, no eh tenido tiempo de conocer a tu amigo. –miro a Jungkook con una sonrisa.

– Oh, su nombre es Jeon Jungkook, actualmente vive conmigo.

– Es un gusto pequeño Jeon.

– Igualmente. –soltó a regañadientes.

– Jimin ven a tomarte unos shots conmigo. –ella tiró de mi brazo y me llevó hasta la encimera de la cocina.

– Jungk... –miré hacia atrás y él se fue con sus amigos.

Suspiré algo rendido y no sólo me bebí uno, me bebí cuatro shots. Para sobrevivir con estos dos dentro de la misma habitación iba a necesitar estar ebrio. Totalmente ebrio.

– ¡Toma, toma, toma, toma! –sólo escuchaba eso y el constante sonido de mi garganta al tragar el medio litro de cerveza que estaba bebiéndome.

Dios, estaba tan ebrio.

– No puedo seguir así. –le dije a Jin.

– Deja de beber o vas a vomitarte encima.

– Eres un marica, ¿Otro shot? –me preguntó yoongi.

– Está demasiado ebrio. –dijo Hoseok. – Mira sus ojos.

– Los veo igual que siempre.

– No es cierto, están más rasgados de lo normal.

– Eso es malditamente imposible. –soltó namjoon.

Me reí, me reí sin parar, tanto así que lloré.

– Está muerto. –comentó JongIn

– Es su cumpleaños, es normal. –Yoongi parecía disfrutarlo.

– Estoy bien. –dije riendo.  – Tengo que parar y ya está.

– ¿Qué hicieron? –preguntó Jungkook, venía fumado.

– Nada de qué preocuparse Jungkookie. –soltó sungye.

– No me llames así, por favor.

Miré a Jungkook y sonreí, realmente estaba celoso.

– Bueno, yo ya me iré, es demasiado tarde y mañana debo llegar temprano a un lugar. –sungye tomó sus cosas y sonrió a todos los invitados que me rodeaban. – Felicidades de nuevo dulzura. –dijo antes de abrazarme de forma cálida.

La mirada de Jungkook desprendía odio y parecía que había tenido suficiente luego de beber un shot e intentar irse.

– Ven aquí. –le dije al tomar su brazo y llevarlo al medio de mi sala de estar.

Había algunas personas bailando y la música estaba suficientemente fuerte como para incitarme a bailar. Después de la práctica que había obtenido en el estudio y además lo muy ebrio que estaba, era suficiente para bailar sin pudor.

– ¿Qué?

– Baila conmigo. –pedí y lo tomé de la cintura para acercarlo a mí.

No me miraba directamente, sólo bailaba sin si quiera prestarme atención.

Este niño iba a volverme loco.

– Al menos finge que te gusta bailar conmigo. –dije apegándome a él.

Me miró y rodó los ojos, como olvidando toda su escena de celos. Bajó un poco a mi altura y rodee su cuello para tener más control sobre el beso que iba a darme.

Pero me equivoqué, era él quien tenía todo el control. Me comió la boca como nunca antes, metió su lengua en mi boca y no se cansó de juguetear con la mía hasta que ambos notamos que la situación se estaba saliendo de control.

– Joder. –solté agitado.

– En serio me gusta cuando estás ebrio porque te pones mucho más pervertido de lo que ya eres.

– No es cierto. –sonreí y le di un corto beso en los labios.

– ¡Vayan a una habitación! –gritó Taehyung.

– ¡Jódete! –grité de vuelta.

– Al menos díganme que ya son pareja.

Jungkook negó divertido, lo que provocó que su amigo bufara insatisfecho.

– De hecho. –dije en voz baja y me acerqué a su oído. – Jungkook...

– Dime.

– Es solo que... ha pasado tanto tiempo y quisiera saber si tú... –sonreí antes de poder hablar. – ¿Quieres ser mi novio?

Sentí sus manos apretar mi cintura y descansó su cabeza sobre mi hombro.

– Estás tan ebrio. –respondió casi en un susurro.

– No es eso, en serio quiero que seas mi novio. Quiero que seas mío y compartamos más momentos juntos. Quisiera ser libre contigo, que me enseñes cómo ser libre.

– Te quiero Jimin, no sabes cuánto te quiero, nunca podría decir que no. –dijo justo antes de darme un beso, uno muy diferente al anterior. Era algo totalmente puro, podría jurar que sentí un cosquilleo recorrerme el cuerpo, era autentica felicidad.

Todos mis amigos celebraron a mí alrededor, me levantaron en sus brazos y me elevaron, vitoreando mi enorme valentía por al fin, después de casi cinco meses, atreverme a preguntar tan pequeña pero significativa frase.

Después de que todos se habían ido la borrachera había disminuido considerablemente y traté de limpiar el desastre antes de ir a dormir.

– Vamos ya a la cama. –se quejó el pelinegro. 

– Mmh, está bien, mañana limpiaré esto.

– Yo te ayudaré.

Una vez en la cama, totalmente desligado de la ropa con olor a cigarrillo y alcohol me giré hacia él.

– Eres el mejor regalo. –sonreí y besé sus labios.

– ¿Y si te digo que estoy dispuesto a darte el último regalo de la noche? –sonrió y me permitió posicionarme sobre él.

– Mmh, estoy ansioso de tenerlo. –susurré sobre su cuello antes de lamer ese punto débil.

– ¿A qué esperas? –preguntó metiendo su mano bajo mi ropa interior.

Masajee su erección y me dirigí a ella dejando cortos pero húmedos besos sobre su torso, mi lengua repasó suave y tortuosamente su anatomía, nada me calentaba más que escuchar gemidos salir de su boca.

Chupé y lamí su erección, encantado con el sinnúmero de suspiros y gemidos que dejaron su boca. Me detuve sólo cuando noté el líquido pre seminal salir.

– Mírate, ya voy a hacer que te corras ¿Cómo es eso posible?

– Cállate y cógeme de una puta vez.

– Ansioso. –sonreí antes de sacarme la única prenda que cubría mi cuerpo.

Me puse el preservativo y mojé mis dedos antes de introducirlos en él. No podía aguantar mucho más, por lo que sólo le toqué un par de segundos.

A saber cuál de los dos gimió más alto cuando se puso sobre mí y rompió la corta distancia que había entre ambos.

Suspiré, totalmente derrotado ante tanta excitación.

– ¿Estás bien? –pregunté al notar que no se movía.

– Sí, es sólo... no has tomado demasiado tiempo preparándome.

– Lo siento. –jadee y me moví lentamente, recibiendo gustoso sus gemidos sobre mi boca una vez se había inclinado sobre mí. 

Los gritos, suspiros y gemidos eran acallados por nuestros besos, totalmente húmedos y sedientos de más, al borde de la desesperación.

Como sabía que Jungkook estaba demasiado caliente no dejé que se tocara, no quería que se viniera aún.

Necesitaba liberar tensión, no había tenido ningún tipo de contacto sexual con Jungkook desde la semana anterior, cuando sucedió lo de su padre; y mi estrés estaba altísimo.

– Joder... –suspiré cuando le sentí moverse mucho más rápido que antes.

– Me encanta tener control sobre ti. –susurró en mi oído.

– Cálla... ¡Ahh! –calló mis gemidos en un lascivo beso.

– Tan sólo mírate ahora mismo, no puedes más.

– Basta. –pedí y lo quité de encima. – De rodillas. –ordené.

Ahora mismo iba a volverme loco, tenerlo totalmente expuesto a mí, era tan jodidamente ardiente.

– Estás tan estrecho... –suspiré al tomarlo de la cintura.

Me salí sólo unos segundos y eso fue suficiente para ver la mano de Jungkook viajar a mi erección.

– Jungkoo...

– Quítalo.

Bueno, ahora iba a correrme sólo con escucharlo decir eso.

No pensé más, esto había ocurrido con suerte una vez antes y era pase totalmente libre.

– Sé lo que quieres, bebé, y te lo voy a dar ahora mismo. –dije antes de aumentar mis embestidas y llevar mi mano hasta su erección.

Segundos después sentí mi mano mojarse totalmente por el orgasmo de mi novio. Y yo, no tardé ni un segundo más en venirme dentro de él.

– Mierda –solté, totalmente exhausto, aun tratando de reponerme.

Me recosté a su lado, aún agitado.

Limpiamos con la poca fuerza que nos quedaba y como era común, se acurrucó en mis brazos para dormir juntos, una vez más, sólo que ahora éramos oficialmente novios.

¡Ayúdame!

Desperté exaltado y miré a mi lado, Jungkook seguía durmiendo.

Me tranquilicé y volví a recostarme, esta vez para observarlo, observar su belleza era algo de lo que jamás podría cansarme.

Observé una nueva pulsera en su muñeca, se sumaba al gran número de pulseras que tenía más arriba, tapaban por completo esa parte de su brazo.

Suspiré y pronto mis ojos vieron algo que hubiera deseado que fuera parte de mi imaginación. Bajo las pulseras, casi imperceptible una línea de color café se extendía a lo largo de su muñeca.

Me senté, bastante asustado e intenté quitar las pulseras, pero él despertó.

– ¿Qué haces? –preguntó adormilado.

– Quítatelas. –pedí en tono duro y apreté con fuerza.

– ¡Ah! – se quejó de dolor.

– Jungkook, quítatelas ahora. 

– ¿Para qué? –me preguntó haciéndose el loco. – Son unas estúpidas pulseras.

– No me tomes por imbécil y quítatelas o las voy a cortar.

– ¡Bien! –desabrochó con una mueca de desagrado.

Observé no sólo una, más de cinco cicatrices esparcidas alrededor de su muñeca.

Mi corazón latió con fuerza y quise llorar.

– Jungkook. –dije asustado, observando una de las cicatrices, se veía tan reciente, tenía aún sangre seca sobre ella. – Bebé ¿Por qué haces esto? –pregunté con los ojos llorosos. – Dime ¿Por qué te haces daño?

Lo tomé en brazos y sentí mi pecho humedecerse. No eran mis lágrimas.

– Por favor, ya no lo hagas más.

– Soy un asco. –respondió.

– ¿Qué? –pregunté casi sin creerlo. – No vuelvas a decir eso ¿Entiendes? Dios, Jungkook no tienes idea lo hermoso y perfecto que eres, eres la personita más maravillosa que eh conocido en mi vida. –besé su mejilla. – Por favor, promete que no lo harás de nuevo.

– Arruino todo. –sollozó.

– No es cierto. –le abracé con fuerzas. – Mírame. No vuelvas a pensar eso de ti, nunca más ¿Está bien? –besé sus labios. – Eres tan importante para mí Jungkook y para todos los chicos, todos te queremos ¿Lo sabes?

– Mi familia no quiere saber de mi Jimin... soy un enfermo.

– Basta, por favor basta ya. Siento tanto que debas pasar por esto, pero te juro que estaré aquí para ti bebé, siempre lo estaré. –mencioné, secando sus lágrimas.

– Promételo. –me pidió, secando sus lágrimas.

– Lo prometo.

Decidí acurrucarlo, y darle más cariño que nunca, al menos hasta que llegáramos a la sala de práctica; ya que me pidió por favor que no comentara nada sobre ello.

Bailamos las típicas tres horas, aunque ahora a diferencia del comienzo, yo había mejorado muchísimo, me sabía la coreografía casi a la perfección y ahora sólo estábamos arreglando detalles del tipo coordinación.

– ¡Mierda! –se quejó Jungkook cuando nos equivocamos casi todos.

– Otra vez. –pidió Hoseok.

– Necesito... agua. –dije jadeando.

– Estamos tan cerca de tenerlo.

– Este es sólo el baile grupal, en el baile en solo vamos mucho más atrás. –soltó Jungkook.

– Pero te sabes tú parte, que es la más importante. –añadió JongIn. 

– Estoy listo. –avisé mientras dejaba la botella frente al espejo.

– Vamos. –dijo Hoseok. – Una vez sin música. Empieza Jimin...

Hoseok tarareaba la canción por detrás, mientras yo bailaba en el inicio del baile. Luego entraron ellos, aun siguiendo el ritmo que imponía Hoseok. Nos resultaba bien.

– El problema es que se desconcentran con la música. –suspiró Taehyung. – Intentémoslo con la música ¿Sí?

– Claro, Hoseok ponle play. –dijo JongIn posicionándose a un lado, esperando a que yo empezara.

Movimientos sensuales, pero que no perdían fuerza por ningún motivo, rapidez, un pequeño salto y los cuatro se unían a mí, para que en tan sólo unos segundos, en el coro, nos dirigiéramos directamente al suelo, sosteniendo nuestro peso de la caída con nuestros brazos.

Seguía pensando que Jungkook se veía extremadamente caliente bailando, era simplemente erótico en su máxima expresión. Aunque no lo quisiera, su cuerpo era pura sensualidad.

– No puedo creer que lo lográramos.

– Sabía que podríamos. –respondió Tae.

Hora de ir a casa, al fin.

– ¿Taehyung puede venir con nosotros? –Jungkook me miraba entre sus mechones húmedos por el sudor.

– Claro, pero te dormirás temprano. Mañana tienes escuela.

– Promesa. –me dijo antes de besar mis labios de forma fugaz.

– Ustedes dos son tan lindos. –molestó JongIn.

– Con dos seres humanos así de perfectos, obviamente se van a ver radiantes. –completó Taehyung.

Sonreí, Jungkook era realmente hermoso, yo solo era... no sé ¿Normal?

Llegamos a casa y cociné para ambos niños en mi departamento.

– ¿Estás bien entonces?

– Más que bien TaeTae. Aquí estoy tranquilo, y Jimin cuida mucho de mí.

– Me alegra. –hubo un silencio. – ¡Oh, a qué no sabes que juego eh descargado en el móvil!

Mis comisuras se elevaron levemente, realmente ambos seguían siendo niños. Eso quizás era lo que más me preocupaba de tener una relación con Jungkook, aún era un pequeño.

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