Una de las cosas que menos estaba obteniendo desde que estaba envuelta en el mundo sobrenatural era sueño. Mi mente siempre estaba llena de pesadillas o algo malo sucedía y nos pasábamos la mitad de la noche correteando por las calles de Beacon Hills como si fuésemos los superhéroes secretos de la ciudad. Teniendo en cuenta todo lo que hacíamos para proteger a las personas, casi lo éramos.
Esa noche no fue una de las excepciones. Apenas nos estábamos recuperando de la pérdida de Boyd, la historia de Derek y algunos detalles que Scott descubrió cuando visitó a Gerard Argent junto a Allison, cuando Lydia nos llamó en medio de la noche histérica. Tenía el mismo presentimiento que la vez en la que terminó en la piscina local y encontró el cadáver del chico. Estaba por encontrar un cuerpo en la escuela.
Porque sí, de todos los lugares en Beacon Hills, tenía que ser el lugar donde tomábamos clases y nos educábamos. ¿Acaso el Darach no podía elegir un mejor lugar para dejar sus cuerpos?
Así que de esa forma y a esas horas de la madrugada, salí de la cama, desperté a Payton y ambas salimos a toda velocidad en dirección a la escuela. Allí nos encontramos con Scott y Stiles, los cuales también salieron a toda velocidad de sus casas. Ninguno de nosotros estábamos durmiendo mucho a decir verdad. Incluso yo había dejado de utilizar pijamas y dormía en ropa normal en caso de que surgiera una emergencia —como en estos momentos— y tuviera que salir corriendo.
— ¿Dónde está? —preguntó Stiles, bajándose de su Jeep.
Scott se quitó el casco verde de su moto y bajó de ella.
— Aquí —escuchamos la voz de Allison. Ella estaba al lado de Lydia, como era de suponer, apoyando a su mejor amiga.
Nos dirigimos hacia ambas chicas con rapidez.
— Es lo mismo —dijo Lydia—. Lo mismo que en la piscina. Subí al auto para ir a un lugar totalmente distinto y terminé aquí. Y me dijiste que te llamara primero si había un cadáver —miró a Stiles de forma acusadora.
Miré a mi amigo con ganas de golpearlo. Solo a Stiles se le ocurre decirle a Lydia que tenía que llamarlo primero si encontraba un cadáver. Entendía —en parte— que él quisiera ayudarnos con todo el lío sobrenatural y también ayudar a su padre con sus investigaciones, pero ese no era el modo de hacerlo.
— ¿Encontraste un cuerpo? —preguntó exaltado.
— Aún no —respondió Lydia.
— ¿Cómo que 'aún no'?
Payton rodó sus ojos con exasperación.
— Ella nos está dejando que lo encontremos por ella, idiota —le dijo mi prima a Stiles.
— Debes llamarnos después de encontrarlo —le notificó Stiles.
Reprimí mis ganas de golpearme en el rostro por la forma en la que Stiles se comportaba a veces.
— No, no lo volveré a hacer. Ustedes encuéntrenlo desde ahora —habló la pelirroja, moviendo su cabeza en gestos negativos.
— ¿Cómo se supone que encontremos el cadáver? Tú siempre los encuentras.
Entorné mi vista y fue cuando capté algo a unos metros de nosotros. Justo sobre el letrero de la escuela estaba la asistente del sheriff. Una gran cantidad de sangre bajaba desde el área de su cabeza, deslizándose por las letras del letrero hasta desaparecer en la grama. En otra ocasión la escena me horrorizaría, pero he visto demasiados cadáveres desde que mordieron a Scott. Tantos que ya he perdido la cuenta.
— Chicos —los llamé, haciendo que detuvieran su discusión—, yo encontré el cadáver —anuncié.
* * *
— ¿Un recital? —cuestioné en voz alta al entrar a la escuela y ver todos los papeles promocionando que asistiéramos esta noche al recital para honrar a las víctimas muertas.
Organizado por Jennifer Blake.
Un sabor amargo se acumuló en mi boca de tan solo pensar en ella y que besó a Derek. Demonios, tenía que controlar mis celos, pero es demasiado. Ella sabía que Derek estaba conmigo y aunque hubiésemos roto en ese entonces, ella no podría saberlo. Nadie lo sabía. Perra.
— Para honrar a las víctimas —me explicó Payton.
— Eso lo sé. Soy capaz de leer —repliqué con sarcasmo al mismo tiempo que rodaba mis ojos con molestia—. Solo vamos a clase.
Agarré su brazo y la arrastré conmigo hacia el aula de la preciada y amable señorita Blake. Sí, lo pienso con sarcasmo. Lo menos que pienso de ella es que sea preciada y amable. Lo peor que pienso de ella es que es el Darach que anda sacrificando personas y no hay otra excusa para lo que se encuentra haciendo en Beacon Hills. Pero claro, eso es solo lo que pienso y los demás creen que es solo una teoría originada por mis celos.
Juro que es mi instinto natural de Sherlock el que me hace pensarlo.
Busqué un asiento vacío, Payton se sentó a mi lado frente a Scott y Stiles se sentó detrás de mí. Jennifer Blake comenzó a impartir su clase de forma natural, su cara fresca como lechuga, aunque a veces nos miraba a Scott, Stiles, Payton y a mí de forma nerviosa.
— Modismos, analogías, metáforas y símiles —continuó diciendo—. Todas herramientas que usa el escritor para contar su historia. —Se detuvo en algún punto del aula, lo sé por la forma en la que sus tacones dejaron de repiquetear en el suelo—. Lydia, no sabía que tenías tantos talentos ocultos.
— Ni tú ni ningún chico con el que he salido —dijo Lydia con un toque de inocencia fingido.
Apreté mis labios para no reír. La sutileza no era la cualidad más poderosa de Lydia, de eso no había duda.
— Eso fue un modismo, por cierto —dijo la señorita Blake sin saber cómo reaccionar ante el comentario de mi amiga—. Los modismos son algo secreto para la gente que conoce el lenguaje o la cultura. Son frases que solo tienen sentido si conoces las palabras claves. Decir "salir en falso" solo tiene sentido si sabes su significado en una carrera, o una frase como "ver todo el tablero".
— Como en ajedrez —murmuró Stiles.
— Eso es correcto, Stiles. ¿Sabes jugar?
— No. Mi padre juega —respondió Stiles.
La señorita Blake sonrió, aunque su sonrisa se borró en el momento en el que sus ojos se posaron sobre mí.
Perra.
— Creo que puedo llegar a Ethan. Sé que puedo hacer que hable —Scott se inclinó un poco en su pupitre para poder hablarnos.
— ¿Para qué quieres hacer eso? —preguntó Payton, volteándose un poco para mirarlo.
— Los druidas son emisarios, ¿no? ¿Y si el Darach era emisario de los alfas?
— Primero, no puedo creer que hayamos llegado a que una frase como: "¿Y si el Darach era emisario de los Alfas?" tenga sentido para mí —habló Stiles.
— Segundo, tendremos un gran problema para llegar a Ethan —completé su pensamiento.
Stiles me miró durante un segundo y una pequeña sonrisa se formó en sus labios, cosa que me incomodó un poco. Me removí en mi asiento y me concentré en mirar a Scott y a Payton. Ella había fruncido su ceño ante la mirada que Stiles me había dirigido.
— ¿Cuál? —preguntó Scott.
— Pasar por Aiden —respondió Stiles—. Desde que volvió siempre están juntos. ¿Cómo vamos a separarlos?
Entonces una idea se formó en mi cabeza cuando vi a la chica pelirroja detrás de Stiles. Lydia se encontraba completamente concentrada en su dibujo. Los chicos captaron mi mirada porque la realización invadió sus expresiones y todos se giraron para verla.
Lydia hizo una mueca de resignación.
— ¿Ahora qué?
* * *
Luego de convencer a Lydia de que ejerciera su poder de seducción como método de distraer a Aiden, logramos acorralar a Ethan en las escaleras de la escuela para poder interrogarlo respecto a los emisarios de la manada. Aunque lucía un poco sorprendido de vernos, no se mostró agresivo ni intentó huir de nosotros, cosa que fue un alivio porque no me sentía con ánimos de pelear en este instante.
— ¿Por qué me hablan? Ayudé a matar a su amigo —fue lo primero que nos dijo—. ¿Cómo saben que no mataré a otro?
Bien, la agresividad era relativa. Me refería a agresividad física, la verbal estaba completamente permitida en cierto aspecto.
— ¿Me mira a mí? ¿Me estás amenazando? —cuestionó Stiles—. ¿Sabes qué? Voy a romper una rama enorme de Serbal.
Payton y yo nos miramos y asentimos, sabiendo lo que íbamos a hacer.
— Romper una rama enorme de Serbal —repetimos nosotras, estando de pie a ambos lados de Stiles para darle apoyo en esta maldita locura.
—...la envolveré en acónito —continuó Stiles.
— Esa parte de la dejo a ellos, pero sí, la envolveremos en acónito —habló Payton.
— Luego en muérdago —Stiles añadió.
— Esa se la dejo a ellos —dije.
—...Y luego te la meteremos por...—Scott nos interrumpió.
— Basta. Lo entendimos —dijo Scott, aunque por la sonrisa en su rostro se veía que estaba a punto de reírse de las ocurrencias de su mejor amigo. Palmeó el pecho de Stiles y lo obligó a retroceder.
Payton y yo chocamos nuestros puños y Stiles nos dedicó una mirada de agradecimiento.
— Hablamos contigo porque sé que no querías matar a Boyd —Scott se dirigió a Ethan nuevamente—. Y creo que si volviera a pasar algo así, no lo volverías a hacer.
Scott verdaderamente tenía demasiada fe en las personas. Creo que incluso podría impartir un curso de Confianza 101 porque yo necesitaba algo así. No era por mis increíbles pensamientos negativos, pues para ser una pesimista soy bastante optimista. Sin embargo, había una clara diferencia entre confiar en las personas normales y otra muy distinta confiar en que un asesino no mataría.
— No sabes lo que les debemos, especialmente a Deucalion —dijo Ethan.
Payton gruñó por lo bajo.
— ¿Sabes lo que yo le debo a Deucalion? —preguntó ella entre dientes—. Una gran rama de Serbal envuelta en...—Stiles la agarró del brazo para impedir que atacara a Ethan.
El tema de Deucalion es uno bastante sensible para mi prima y entiendo mucho la razón. Yo también quisiera meterle esa rama de la que Stiles habló, pero no podía apresurarme ante los hechos. Incluso cuando él me quería a mí principalmente. O, bueno, quería matarme. Da igual.
— Él habla mucho de ti, ¿sabes? Pero ese no es el punto. La cosa es que no éramos como Kali y Ennis cuando lo conocimos. No éramos alfas.
— ¿Qué eran?
— Omegas —dijo Payton por él.
Ethan asintió.
— En las manadas de lobos, los omegas son chivos expiatorios, los últimos en comer, los maltratados por el resto de la manada —explicó Ethan.
— ¿Tu hermano y tú eran los menospreciados de la manada? —cuestionó Stiles.
— Algo así.
— ¿Qué pasó? —quiso saber Scott.
— Eran asesinos. La gente se refiere a nosotros como monstruos. Ellos fueron los que nos dieron esa reputación. Y nuestro alfa era el peor de todos —manifestó.
Vaya.
Trágica historia.
Quisiera sentir pena por ellos, pero no podía sentirla. No importaba lo mucho que lo intentase. Simplemente no podía. Había personas en peores situaciones y continuaban siendo buenos ciudadanos con almas humanas. No se convertían en alfas asesinos buscando que más se unieran a ellos.
— ¿Por qué no se defendieron? —pregunté.
— Exacto —coincidió Stiles—. Formando un Lobo Voltron y dándoles una paliza.
— ¡No podíamos! No sabíamos controlarlo entonces.
Entonces comprendí. Deucalion les había enseñado a controlarlo, de modo que de esa forma podían matar a toda la manada y a su alfa para adquirir su poder. Una nueva clase de alfa añadida a su colección de trofeos. Maldito alfa obsesivo.
— Deucalion les enseñó —observó Scott.
— Y luego peleamos. Acabamos con toda la manada, uno a uno. Cuando llegamos a nuestro alfa, estaba suplicando por su vida. Y lo hicimos pedazos. Literalmente.
Linda historia.
— ¿Qué hay de su emisario? —interrogó Payton—. ¿Están todos muertos? ¿Los de Kali y Ennis también?
— Todos menos el de Deucalion —respondió Ethan.
— ¿Te refieres a Morell?
Entonces, antes de que Ethan tuviese oportunidad de respondernos, se quejó como si tuviese mucho dolor y estuviese herido. Llevó una mano a su pecho con una expresión confundida.
— ¿Qué pasa? ¿Estás herido? —preguntó Scott.
— Yo no. Mi hermano.
Y Aiden se suponía que estaba con Lydia.
Sin pensarlo dos veces, salí corriendo hacia los vestuarios de los chicos donde sabía que Lydia y Aiden estarían. Ellos tenían sus sesiones calientes en la oficina de Finstock. Corrí lo más rápido que pude y cuando llegué pude ver a Aiden golpear a Cora con una pesa de disco bastante pesada. Ella cayó al suelo donde Lydia corrió a ayudarla.
— ¡Detente! —le gritó Lydia al alfa.
Scott y Ethan salieron detrás de mí y agarraron a Aiden antes de que pudiera continuar golpeando a Cora con la pesa.
Me agaché junto a Cora y revisé su herida. Tenía un hilo de sangre en su frente y lucía desorientada. No me sorprendería si tuviese una contusión. Demonios, pequeña Hale, ¿en qué líos te metes?
— Aiden, ¡no puedes hacer esto! —exclamó Ethan.
— ¡Ella me atacó! —Se defendió Aiden.
— ¡No importa! Kali le dio a Derek hasta la próxima luna llena. No puedes tocarlo a él ni a ella.
Cora se quejaba en voz baja y mantenía sus ojos cerrados.
— Chicos, creo que está malherida —anuncié con un poco de temor en mi voz.
Me preocupaba que Cora pudiese terminar realmente mal porque sabía que Derek no sería capaz de soportarlo. Ella era la única familia que le quedaba, pues Peter no cuenta mucho teniendo en cuenta que incluso mató a Laura para obtener poder.
Ayudé a Cora a ponerse de pie, aunque ella se tambaleó un poco, se mantuvo fuerte. La pequeña Hale era bastante resistente a decir verdad. Tenía que ser hermana de Derek, ¿no?
Busqué una toalla pequeña y la mojé en los lavabos para comenzar a limpiar la herida de su frente a pesar de sus protestas.
— Puedo hacerlo yo misma —me dijo en un tono cortante.
— Cora.
— ¿Sí?
— Cállate, ¿quieres? —dije, presionando la toalla contra su herida y la escuché quejarse—. Aguanta, pequeña loba. Nadie te mandó a meterte con un alfa.
Cora rodó sus ojos y se tambaleó un poco al intentar apartarse.
— ¿Te das cuenta de lo loco y suicida que fue eso? —le preguntó Payton—. ¿En qué pensabas al atacarlo?
— Lo hice por Boyd. Ninguno de ustedes hace nada —soltó.
La muerte de Boyd realmente le había afectado. Ella se había vuelto muy cercana a él.
— Lo intentamos —dijo Scott.
— Y están fracasando —masculló Cora—. Solo son unos adolescentes estúpidos yendo de un lado a otro, pensando que pueden evitar más muertes. Pero siempre llegan tarde. Lo único que hacen es hallar los cuerpos.
Dicho eso, Cora se dio la vuelta y nos dejó a todos en silencio porque sabíamos que ella nos estaba diciendo la verdad.
— Definitivamente es una Hale —Stiles rompió el silencio—. Me aseguraré de que llegue a casa.
— Iré con él —anunció Payton, saliendo detrás de Stiles.
Scott me dedicó una mirada confusa por el repentino acto de Payton de acompañar a Stiles cuando ellos ni se toleraban.
— Ni siquiera voy a preguntar en verdad —dije alzando mis manos—. Me lavaré las manos como Pilato en esto.
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FALTA TAN POCO PARA QUE EL FINAL DE ENEMY FLAMES. Creo que es de mis finales favoritos, les va a gustar, créanme ;)
No sé qué preguntar. ¿Tienen preguntas para mí?
Chau y hasta la próxima. ❤️