— No me agrada esta idea para nada —expresó Isaac sin dejar de caminar de lado a lado frente al ventanal del loft de Derek. Apretó sus manos en fuertes puños, volviendo a recorrer el mismo camino—. De hecho, esta idea comienza a desagradarme por completo. Parece peligrosa.
Rasqué mi cuello en un pequeño gesto de incomodidad mientras miraba a Derek leer un libro estando bastante concentrado en lo que hacía. Luego miré a Payton. Mi prima se encontraba sentada en una de las sillas, luciendo un poco culpable por el hecho de que estábamos utilizando a Isaac como conejillo de indias.
Fácilmente pudo haber sido ella la elegida para formar parte del plan, pero yo me opuse a ello. Adoraba al cachorro, sí, eso no podía negarlo, pero mi prima era más importante para mí.
— Puedo...—la interrumpí antes de que pudiese decir algo más al respecto, sentándome en la cama de Derek.
— Ya hablamos de esto —concluí, dando por finalizada su argumento.
— Definitivamente no me agrada esta idea y definitivamente no me agrada él —afirmó Isaac.
Derek levantó su vista de su libro.
— Estarás bien —aseguró.
En eso le daba la razón a Isaac. No me agradaba la idea de que fuese él quien realizara lo que fuese que iba a hacer con Isaac para intentar recuperar los recuerdos de la noche en la que ambos, Payton y el cachorro, encontraron a la manada de alfas. Ese había sido uno de las pérdidas de esa noche. A ambos les habían robado los recuerdos de la localización y de lo que ocurrió antes de que la chica —aquella que tanto buscaban cuando despertaron— los rescatara a ambos.
Así fue como Derek tuvo una magnífica idea que involucraba a una persona terrible que ninguno soportábamos.
— ¿Tiene que ser él? —preguntó Payton dejando de morder sus uñas.
— Él sabe cómo hacerlo. Yo no. Sería más peligroso si intentara hacerlo yo mismo —nos explicó Derek sin despegar la vista de su lectura.
Isaac se acercó a la mesa de madera.
— Sabes que Scott no confía en él, ¿cierto? Personalmente yo...confío en Scott —comentó el cachorro, intentando convencerlo de abandonar la idea.
— ¿Confías en mí? —cuestionó Derek.
— Sí —respondió.
Derek continuó leyendo.
— Aún así no nos agrada —dijo Payton, cruzando sus brazos. Su tono cortante me dejó saber que estaba molesta por tirar a Isaac a ser el experimento. Ella no quería que la protegieran, pero no siempre le iba a tocar a ella ser la guardiana.
— A nadie le agrada —aseguré, echándome hacia atrás en la cama y sosteniendo mi peso con mis codos para no quedar completamente acostada. Solo yo tenía el atrevimiento de lanzarme a la cama de Derek sin pedir permiso, pero no me importaba. A él también le gustaba invadir la privacidad de mi habitación.
La puerta del loft se abrió y todos pudimos ver la figura de Peter Hale en la entrada mirándonos con una de sus medias sonrisas de suficiencia. Rodé mis ojos con molestia ante su presencia. Lo menos que quería era estar en la misma habitación que él, pero era un mal necesario.
— Chicos —nos saludó—. Para su información, sí, revivir afectó mis habilidades, pero mi audición aún funciona —comenzó a decir caminando hacia nosotros—. Así que espero que me digan lo que sea que piensen directamente a mí.
Derek lo miró directamente a los ojos.
— No nos agradas —dijo y cerró el libro, tirándolo sobre la mesa. Se puso de pie—. Ahora cállate y ayúdanos.
Peter borró su sonrisa de suficiencia y en su lugar apareció una sardónica.
— Es justo —masculló e hizo un ademán con su mano para sacar sus garras.
* * *
— Relájate —le pidió a Isaac—. Obtendré más de ti si estás tranquilo.
Todos habíamos cambiado de posición para este momento. Isaac se encontraba sentado en una silla, Peter había dejado su chaqueta sobre la mesa, Payton estaba de pie apoyada en una de las columnas y yo me encontraba sentada al lado de Derek en el sofá, esperando con impaciencia a que Peter se digne a hacer lo que le pedimos que hiciera; acceder a los recuerdos de Isaac.
— ¿Cómo sabes hacer eso? —preguntó Isaac, tensándose ante la proximidad del ex-alfa.
— Es un ritual antiguo usado por los alfas porque es una habilidad que requiere cierta experiencia —comentó echándole un vistazo a sus garras antes de acercarlas a la parte trasera del cuello de Isaac—. Un error y podrías paralizar a alguien —notificó—. O matarlo —añadió.
¿Matarlo?
Sabía que era peligroso, pero de ahí a matarlo era una distancia demasiado grande.
Desde mi posición pude ver el pánico abordar los ojos de mi prima. Ella estaba muy cerca de detener esto y de llevarse a Isaac con ella para impedir que se realizara el ritual del que Peter hablaba. Con una mirada le pedí que se quedara en su lugar y que no interfiriera. A pesar de que era bastante peligroso, tenía la ligera esperanza de que Peter fuese tan capaz como suele alardear que es.
— Pero tú tienes mucha experiencia, ¿cierto? —trató de ser más optimista.
— Bueno, jamás he paralizado a alguien —nos dejó saber Peter.
Fruncí el ceño y vi que Derek hizo lo mismo.
Peter habló de paralizar, pero nunca dijo algo sobre haber matado a alguien mientras realizaba el ritual.
— Espera, eso significa que tú...—Isaac no pudo continuar hablando porque Peter clavó sus garras en la parte trasera de su cuello y lo sostuvo con fuerzas para evitar que se moviese.
Ambos ojos de los hombres lobos brillaron. Los de Isaac eran amarillos, mientras que los de Peter eran azules, evidenciando que había derramado sangre inocente en el pasado. Isaac se removía con dolor, intentando librarse de las garras de Peter y este se quejaba, intentando mantener el control. Sus ojos dejaron de brillar.
Me puse de pie para intentar detenerlo, pero Derek me sostuvo. La idea de hacer que Isaac fuese el conejillo de indias había dejado de gustarme. A decir verdad, nunca lo hizo, pero ahora era un disgusto horrible. Apenas podía soportar la idea de que otra persona inocente muriera por intentar ayudar.
— Esperen, los veo —habló Peter.
Unos segundos pasaron y luego Peter sacó sus garras, trastabillando hasta la mesa para sostener su peso. Payton se apresuró hacia Isaac y lo sostuvo antes de que se cayera de la silla. Seguí sus pasos, asegurándome de que él siguiese con vida y pude respirar con tranquilidad cuando Isaac se movió, llevando su mano hacia su cuello.
Él estaba bien. Un poco desorientado, pero bien.
— ¿Qué viste? —preguntó Derek.
Peter tenía su respiración acelerada y abría y cerraba su mano en puños como si intentara procesar lo que había visto de la mente de Isaac.
— Fue confuso. Imágenes. Figuras difusas —habló sin formar oraciones que hicieran mucho sentido o que nos dieran la información que necesitábamos.
— Pero viste algo —acusé.
— Isaac y Payton los encontraron —anunció.
Fruncí mi ceño.
— ¿A Erica y a Boyd?
— Apenas los vi. Brevemente —añadió para especificar lo que había visto.
— Pero los viste —dijo Derek.
Él estaba interesado en encontrar a sus betas, aunque estos lo hubieran abandonado antes de que acabáramos con el lío del kanima y Gerard. Ellos eran chicos inocentes que buscaban sobrevivir. Se iban a marchar de Beacon Hills para buscarse una mejor vida, pero el destino tuvo algo distinto planificado para ellos.
— Y peor aún.
— Deucalion —completó Derek.
Peter apretó sus labios en una fina línea y dejó el aire salir de sus pulmones.
— Estaba hablando con ellos algo de que se acaba el tiempo.
— ¿Qué significa? —preguntó Payton con un ligero temor en su voz.
Miré a Derek, quien se sentó a mi lado nuevamente, y pude ver la tensión de sus músculos. Busqué su mano para darle un apretón reconfortante, el cual me devolvió con sutileza, trazando pequeños círculos con su pulgar en el dorso de mi mano.
— Los matará —dijo.
Peter movió su cabeza en gestos negativos.
— No, no dijo eso. Les hizo una promesa, de que para la luna llena ambos estarían muertos.
Hice los cálculos en mi mente sobre cuánto tiempo faltaba para la próxima luna llena. El miedo se posó en mi estómago, creando un nudo incapaz de disolver.
— ¿La próxima luna llena? —pregunté con una ligera alarma en mi voz.
— Mañana en la noche.
* * *
Apoyé mi frente en las palmas de mis manos y dejé un suspiro salir de mis labios cuando Peter, Payton y Isaac abandonaron el loft. Yo, a diferencia de ellos, decidí quedarme un rato más. Total, todavía tenía bastante tiempo para matar porque no había ido a la escuela. Quería asegurarme de que tanto el cachorro como Payton estarían bien con Peter en la habitación. No es que no confío en Derek, lo hago, pero Peter es una persona manipuladora que siempre encuentra la forma de meterse en las mentes de los demás.
Excepto en la mía.
Quizá era el hecho de que yo siempre encontraba la forma de contestar sus comentarios con astucia. O porque lo torturé de una forma en la que nadie lo había hecho antes.
— ¿Cómo vamos a encontrarlos antes de mañana en la noche? —pregunté, rompiendo el silencio que los había rodeado en los minutos que pasaron después de que ellos se marcharan.
Alcé mi cabeza y observé a Derek. Él se encontraba de pie frente al ventanal, las manos en sus bolsillos y su mente intentando de unir el rompecabezas, pero todavía nos faltaban piezas. Demasiadas como para formar una idea coherente de dónde se localizaban. Hasta el momento solo habíamos confirmado que Isaac y Payton habían encontrado a Erica y a Boyd, pero fuera de eso nos encontrábamos en el limbo.
— No va a ser fácil. Ni siquiera sé si podremos encontrarlos antes de mañana en la noche —admitió Derek, bajando su mirada hacia el suelo.
Lucía...derrotado.
Me paré del sofá y dirigí mis pasos hacia él, tomando el atrevimiento de llevar una de mis manos hacia su mentón para obligarlo a mirarme. Sus ojos verdes recorrieron mi rostro por un segundo en lo que intentaban descubrir mis intenciones detrás de mis actos, pero no dije nada. Dejé que mis dedos se acostumbraran a la sensación rasposa de su barba.
Tengo que admitir que nunca había sido una fanática de los hombres con barba, pero en él era distinto. Era como si realmente lo hiciera lucir más atractivo de lo que ya era de por sí. En los Hale había excelentes genes. Por más que me dé asco decirlo, Peter no es un anciano horrible como Gerard, sino que todavía tiene su atractivo a pesar de haber sido quemado dos veces y ser resucitado. Sin embargo, había algo en Derek que me seguía atrayendo cada vez más.
Recordé la primera vez que lo vi en el bosque cuando estaba buscando escribir un artículo. Lo había analizado por completo, desde su cabello oscuro haciendo contraste con su piel y su chaqueta, hasta sus ojos verde pálido con tonalidades grisáceas. Sus ojos siempre fueron cautivantes.
Me di cuenta de lo que estaba haciendo y dejé caer mi mano a un lado de mi cuerpo, murmurando una disculpa apenas audible. Mis mejillas ardían. Era más el hecho de que Derek y yo no habíamos tenido ningún tipo de acercamiento de este tipo desde que me fui hace tres meses. Lo más cercano a un acercamiento fue el día que volví y Derek puso sus manos en mi cintura antes de ser interrumpidos por Isaac. Sin embargo, esto era mucho más íntimo que aquello.
— ¿Por qué te disculpas? —preguntó, obligándome a mirarlo cuando colocó su mano en mi mejilla.
Una sensación cálida abarcó la zona donde estaba su mano haciendo contacto con mi piel.
— No lo sé —confesé—. Por tocarte, quizá.
Mi voz sale como un murmullo y me avergüenzo de ello.
— ¿Realmente te estás disculpando por tocarme? —interroga, arqueando una de sus cejas.
— No —Me sinceré con él. Era tiempo de hablar sobre lo que había pasado entre nosotros antes del verano. Mejor dicho, desde que él me besó contra la puerta de mi baño luego de haber protegido a Lydia en casa de Scott—. Es solo que no sé cómo actuar alrededor tuyo, Derek. Al menos no cuando estamos solos y no existe ningún tema de conversación pendiente.
Derek frunció su ceño sin seguirme el hilo en la conversación.
— ¿A qué te refieres?
Me estremecí un poco cuando su mano se posó en mi brazo.
— Me refiero a que nunca hablamos de lo que somos. Ya sabes, dejar las cosas claras aunque parezca estúpido porque estas cosas casi siempre las hacen los adolescentes, pero realmente me está quitando el sueño todo este asunto. ¿Se supone que somos amigos que se besan desesperadamente en ocasiones o qué? Porque me estoy cansando de las personas asumiendo que soy tu novia cuando la verdad es que...—Derek calló mi intenso y larguísimo monólogo de divagues, con un beso en los labios.
En un principio mis músculos se tensaron y me quedé paralizada por la presión de sus labios contra los míos, pero en seguida me dejé llevar al igual que todas las otras veces. Sus manos se trasladaron a mi cintura, pegándome a su cuerpo hasta que mi pecho chocó con el suyo. Mis manos se enredaron en su cuello y lo acerqué aún más, si es que eso era posible.
Entonces un pensamiento cruzó mi mente. ¿Derek me había besado porque quería hacerlo o porque no toleraba más mi parloteo?
— ¿Qué se supone que esto significa? —murmuré la pregunta, nuestras narices rozándose porque todavía no encontrábamos la forma de separarnos por completo.
— Significa que no solo somos amigos que se besan desesperadamente en ocasiones y que no me molesta que las personas asuman que eres mi novia —respondió, inclinándose de nuevo para besarme.
Casi dejé salir un jadeo cuando los dientes de Derek tiraron suavemente de mi labio inferior.
— Espera, ¿no te molesta en lo absoluto? —interrogué, frunciendo un poco mi ceño.
— No realmente. Tú eres la única negándolo cada vez que alguien lo comenta. ¿A ti te molesta? —Me preguntó, ladeando un poco su cabeza.
La verdad era que me molestaba más el hecho de no saber qué era lo que estaba ocurriendo entre él y yo, que el hecho de ser considerada su novia. Quizá a eso se le sumaba que Derek tampoco ponía de su parte para tener ese tipo de conversación conmigo. En simples palabras, lo que me molestaba era estar en el limbo sin saber qué era lo que teníamos.
— ¿Esto significa que tengo que retractarme de tantas veces que dije que no era tu novia? Fueron muchas veces, Hale —comenté—. Y no me gusta dar el brazo a torcer. Mi orgullo es demasiado.
— No tienes que retractarte, solo tienes que parar de protestar cuando escuches esas palabras y comenzar a morderte la lengua, aceptándolo —dijo.
Casi me eché a reír cuando lo escuché decir eso, pero la vibración de mi teléfono me interrumpió.
¿Acaso existía un día donde no fuese interrumpida cuando estoy con Derek?
— ¿Qué sucede? —pregunté, respondiendo la llamada tan pronto vi que se trataba de Scott.
— ¿Estás con Derek?
— Ajá.
— Bien, necesito que los dos vengan a la escuela pronto. Tengo algo que enseñarles.
Y con eso, enganchó la llamada.
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Dejaré este cap aquí y me marcharé lentamente. Es broma, me iré más rápido que ligero en caso de que algunas Stilett furiosas vengan tras mi trasero con lanzas y antorchas.
Comentarios, sugerencias, quejas, preguntas, etc. déjenmelas aquí
Chau y hasta la próxima❤️.