Payton tenía los brazos alrededor de los hombros de Scott, mientras él la cargaba hacia el interior de la casa Hale. Ella murmuraba frases incoherentes, mayormente sobre una chica y sobre cómo no lograba recordar. Derek iba frente a nosotros con Isaac y lo colocó sobre una de las mesas.
Mi teléfono sonó y vi el nombre de Stiles en el identificador de llamadas. Estuve tentada a no responder, pero no me quedaba de otra. Scott ya había visto que su mejor amigo se encontraba llamando y sería muy extraño si rechazara la llamada así porque sí.
— Tenemos un grave problema en la escuela —dijo tan pronto contesté.
Casi suelto un bufido. Adivina qué, Stiles. ¡Nosotros también tenemos un grave problema! Y no es sobre la escuela.
— Stiles, ahora no es el momento de hablar sobre la escuela —mascullé, echándole un vistazo a Payton. Sus labios todavía se movían, pero no estaba emitiendo ningún tipo de sonido. Solo gesticulaban.
— Tienes que escuchar esto. La clase de la señorita Blake...
— Me dices después —lo corté.
En medio de un problema no quería hablar sobre otro y mucho menos de la señorita Blake, quien ya me parecía lo suficientemente irritante con sus mensajes en la clase y con su forma de inferir que yo estaba siendo una mala influencia en Scott.
— No, estoy seguro de que esto necesita ser discutido inmediatamente —aseguró.
Miré a Scott, pidiéndole ayuda con mi mirada. Él gesticuló una respuesta con sus labios y yo asentí, dejándole saber que lo había captado.
— Encuéntranos en la casa de los Hale —notifiqué.
— ¿Qué? ¿Qué demonios están haciendo allá? —preguntó con rapidez.
— Solo ven, ¿de acuerdo?
Y con eso, colgué la llamada, volviendo toda mi atención hacia Isaac y Payton, los cuales se encontraban sobre unas mesas en medio de lo que había sido la sala de estar de la casa Hale. Scott miró alrededor de la casa, la cual estaba en peores condiciones de lo que recordaba. El verano había hecho de las suyas aquí.
— Ya no vives aquí, ¿o sí? —interrogó Scott.
Derek, quien estaba agachado sobre el agujero del que había salido Peter la noche en la que lo resucitamos, lo miró como si fuese obvia la respuesta.
— No. El condado la tomó, pero hay algo aquí que necesito —habló, sacando los pedazos rotos de las maderas—. Ayudará a sanar una herida de un alfa.
Scott miró hacia los dos betas inconscientes.
— Sí, pero sí sanó.
Derek los miró.
— No por dentro.
Hablando de heridas provocadas por alfas, las que me habían provocado en el hospital, ya se encontraba casi sanada por completo. Había sido superficial en cierto modo, sus garras apenas rozaron mi piel, por lo que no había mucho por sanar en el interior.
— Oye, ¿vas a decirme quién era ese de ahí? Ese alfa.
Derek y yo intercambiamos una mirada. Encogí mis hombros y ladeé mi cabeza en respuesta. No hacíamos mucho ocultándole las cosas a Scott.
— Una manada rival —respondió Derek sin entrar en detalles—. Es mi problema. Sé que quieres ayudar y lo hiciste. Te debo una. Ahora ve a casa. Vuelve a ser un adolescente. Ambos.
Sabía que Derek lo decía más por Scott que por mí. Ya yo estaba metida en el embrollo de los alfa desde mucho antes de que comenzaran las clases y este incidente de Isaac y Payton era una muestra de ello.
Scott llevó una mano a su brazo y se quedó pensando durante unos segundos.
— Oye, Derek. Si quieres devolverme el favor ahora, hay algo que puedes hacer por mí.
Dirigí mi vista hacia el lugar donde Scott tenía su mano y apenas pude creer el hecho de que Scott fuese a gastar el favor de Derek en eso. Scott realmente quería tener ese tatuaje porque de ser otra persona, no hubiese utilizado el favor en eso.
Al menos yo no lo haría, pero es Scott de quien hablamos.
Stiles llegó a la casa de los Hale unos minutos después, parloteando con rapidez sobre un incidente en la clase de la señorita Blake donde una gran cantidad de pájaros comenzaron a estrellarse contra el ventanal, rompiendo los cristales y atacando a las personas hasta morirse.
— Eso no sonó para nada aterrador —murmuré con sarcasmo.
— Lo sé. De todas formas, ¿qué hacen aquí? —preguntó, echándole un vistazo a la casa.
— Pues, salvamos a Isaac y a Payton de un alfa, peleamos, nos dieron una paliza y ahora Scott quiere hacerse un tatuaje. Lo típico —conté, moviendo mis manos al hablar para restarle importancia al asunto.
Stiles formó una gran 'o' con sus labios y asintió.
— Típico de Scott —coincidió al ver a su mejor amigo sentado en una de las sillas frente a Derek. Había dejado su chaqueta conmigo para facilitarle el trabajo al alfa.
Derek observó el brazo de Scott con sus ojos de hombre lobo durante unos segundos.
— Sí, lo veo. Son dos bandas, ¿cierto? —Scott asintió—. ¿Qué significa?
Scott suspiró y relamió sus labios antes de comenzar a hablar para darnos su explicación. Aquella que Stiles y yo llevamos esperando desde la noche anterior cuando nuestro mejor amigo nos arrastró hacia el estudio de tatuajes.
— No lo sé —confesó.
— ¿Es en serio? —pronuncié.
Scott encogió un poco sus hombros.
— Es algo que tracé con mis dedos —dijo, haciendo un pequeño círculo en el sucio de la mesa con un dedo y luego hizo uno más grande alrededor del pequeño con dos.
Derek lo observó con el entrecejo hundido.
— ¿Por qué es tan importante para ti?
Esa era la pregunta del millón.
Scott no era de los que hacía las cosas así porque sí. Tenía que tener algún tipo de importancia o significado para él. Lo suficiente como para que hiciera hasta lo imposible para tener ese tatuaje. No iba a descansar hasta tenerlo.
— ¿Sabes lo que significa la palabra 'tatuaje'? —nos preguntó Scott.
— Marcar algo —le dijo Stiles a Derek y luego nos guiñó un ojo, echándonos en cara su conocimiento, aunque eso lo sacó del tatuador anoche. De otra forma, Stiles no tendría ni la menor idea de lo que significa la palabra.
— Eso es en tahitiano. En samoano significa herida abierta. —explicó Scott—. Sabía que quería hacerme un tatuaje cuando cumpliera los dieciocho. Siempre he querido uno. He decidido hacerlo ahora para que sea una especie de recompensa.
— ¿Para qué? —pregunté.
— Por no llamar o mensajear a Allison en todo el verano. Incluso cuando de verdad quería hacerlo, incluso aunque fuera tan difícil a veces. Estaba intentando darle el espacio que quería. —Suspiró con pesar—. Cuatro meses después, todavía duele. Aún se siente como...
Mi pecho se contrajo al escuchar a Scott hablar con tanto dolor sobre Allison. Sabía que él la amaba y también sabía que ella le hizo mucho daño, pero él estaba dispuesto a perdonarla. Así es el amor, supongo. No importa las veces que arruines las cosas, siempre intentas de ver lo mejor de la otra persona, incluso cuando terminamos heridos en el proceso.
— Como una herida abierta —completó Stiles con un ligero tono de tristeza que me sorprendió. No era simpatía, era como si él pudiese comprender lo que Scott estaba sintiendo en todo el sentido de la palabra.
— Sí —susurró Scott.
Derek asintió, aceptando su respuesta y agarró el soplete para encenderlo.
— El dolor será peor que cualquier cosa que hayas sentido —advirtió.
— Oh, genial —comentó Stiles con sarcasmo.
— Hazlo.
Encendió por completo el soplete y Stiles lo observó con un ligero gesto de pánico. ¿Por qué presentía que Stiles se desmayaría de nuevo como en el estudio de tatuajes?
— Es demasiado para mí. Así que voy a tomar eso como mi señal. Voy a esperar afuera.
Derek lo agarró de la camisa, deteniéndolo.
— No. Vas a ayudar a Scarlett sujetándolo —avisó, dándole un pequeño empujón para que volviera a su lugar.
— No creo que Stiles sea de mucha ayuda, Derek —comenté—, pero de acuerdo.
Stiles y yo nos colocamos detrás de la silla de Scott, agarrando a Scott por los hombros, ejerciendo un poco de presión para mantenerlo quieto. Derek pegó la llama del soplete en el brazo de Scott y este comenzó a gritar de dolor, sus ojos brillando como los de un hombre lobo y sus colmillos haciendo acto de presencia.
— Sujétenlo —ordenó Derek.
— Creo que voy a...—Stiles cayó al suelo inconsciente y rodé los ojos.
Apreté mi agarre en los hombros de Scott y, eventualmente, él también quedó inconsciente por culpa del dolor.
* * *
— Bueno, se ve bastante permanente ahora —comentó Stiles, todavía quejándose por el leve chichón que tiene en la cabeza por su caída. Se había pegado con fuerza contra el suelo.
Scott terminó de arreglarse la camisa, bajando la manga para cubrir su tatuaje. Estaban allí las dos bandas que él tanto había querido y no sanarían por nada del mundo. Al menos eso fue lo que Derek dijo. Es fácil creerle en ese aspecto porque él también tiene un tatuaje en su espalda.
— Sí, creo que necesito algo permanente —dijo Scott—. Todo lo que nos pasó a nosotros, todo cambia tan rápido.
— Lo hace —concedí—. Pero no me haré un tatuaje.
— Todo es tan...efímero.
— No utilices esa palabra tanto, por favor —pedí.
— ¿Estudiando para los PSAT? —cuestionó Stiles.
Todos lo estábamos.
— Sí —admitió Scott.
— Qué bien.
Scott abrió la puerta de la casa para marcharse junto a Stiles cuando notó algo. Todos lo hicimos, de hecho. La puerta estaba pintada recientemente.
— Has pintado la puerta —habló Scott lo suficientemente alto como para captar la atención de Derek—. ¿Por qué has pintado la puerta?
Pude ver la preocupación asomarse en los ojos verdes de Derek.
— Vete a casa, Scott —fue lo que le dijo, como si Scott fuese a hacerle caso.
Pero lo que Derek ha olvidado es que Scott puede ser tan testarudo como yo cuando quiere saber algo.
— ¿Y por qué solo un lado?
Sacó sus garras y pasó una por la madera, sacándole la pintura.
— Scott —lo llamé.
No sabía lo que se encontraba bajo la pintura, pero podía asumir que tenía que ver con la manada de alfas. Era un leve presentimiento. Eso y el hecho de que Derek tampoco quería que Scott lo descubriese, pero ya era muy tarde porque él se encontraba raspando la pintura con sus garras como si su vida dependiese de ello.
Cuando terminó, pudimos ver un símbolo en la puerta. Se trataba de un triángulo, de cada vértice salían líneas que se doblaban, formando otro triángulo, pero estos lados no lograban unirse.
— Los pájaros en la escuela, el ciervo de anoche, igual que la noche que casi me aplastan los ciervos cuando me mordió el alfa —enumeró Scott, uniendo las piezas del rompecabezas—. ¿Cuántos hay?
Bajé mi mirada al suelo, dejando que Derek fuese quien respondiese la pregunta de Scott. Sabía que Derek no quería que Scott estuviese metido en todo este lío, pero era principalmente porque él no quería ser parte de todo esto. Él solo quería una vida normal.
— Una manada. Una manada de alfas —respondió de brazos cruzados.
Scott me miró. — Tú sabías —acusó.
— Lo siento —susurré.
— Espera, ¿todos? ¿Cómo puede funcionar? —preguntó Stiles, refiriéndose al hecho de que hubiese una manada de alfas cuando, se supone, que solo hubiese uno por manada. Los demás debían ser betas.
— He oído que hay una especie de líder. Se llama Deucalion.
Ese era un detalle que Derek había omitido.
— Sabemos que tienen a Boyd y a Erica —hablé—. Peter, Isaac y Derek llevan buscándolos durante los pasados cuatro meses. Payton y yo recién nos enteramos.
— Digamos que los encuentran, ¿cómo lidias con una manada de alfas? —preguntó Scott.
— Con toda la ayuda que pueda conseguir.
— ¿Dónde está? —Escuchamos la voz ronca de Isaac hacer acto de presencia en la conversación—. ¿Dónde está la chica?
— ¿Qué chica? —preguntó Derek.
La chica.
— Esperen, cuando me encontré con Payton en el hospital, ella estaba consciente y hablaba sobre una chica y sobre cómo no podía recordar —hablé—. Pensé que estaba teniendo un pequeño ataque de pánico porque lucía perdida, pero estaba empeñada en hablar sobre una chica. Estamos perdiendo una tercera persona de lo que pasó y tengo un presentimiento de que esa chica sí recuerda lo que pasó.
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¡Ya casi llegamos a los 2K de leídos! Ustedes me hacen taaaan feliz como lombriz.
¿Ya vieron qué divinas están las nuevas portadas? Todos los créditos a madtty ❤️
Se puede decir que ya terminamos con el episodio 3x01 en Enemy Flames. Estoy muy emocionada por todo lo que vendrá ❤️
Chau y hasta la próxima