Miro con atención y de la forma más discreta posible la forma en la que muerde el lápiz fingiendo no saber el uso que tiene mientras fija su vista en cada asiento vacío que van dejando los demás alumnos, él y una chica son los únicos dentro del aula, parece impaciente esperando que esa chica se ponga de pie y se vaya dejándonos solos ahí dentro, nuestras miradas chocan y le hago un pequeño guiño demasiado sutil, sonríe de forma coqueta y se acomoda el cabello mientras fija su vista nuevamente en su cuadernillo, acerco mis paso hacía el pupitre de aquella chica y me dirijo a ella.
– ¿Jeongyeon, has terminado ya? –la chica me mira avergonzada y me asiente con la cabeza mientras me extiende el cuadernillo. – ¿Colocaste tu nombre?
– Si, le he puesto el nombre –guarda su portalápices dentro de su mochila y se despide con una sonrisa penosa. –Hasta mañana profesor...
–Hasta mañana. – Sonrío amablemente y antes de que pueda darme cuenta ya tengo a Yoongi detrás de mí abrazándome por la espalda. –Yoongi...
–Estaba desesperado por tocarte, Jiminie. –me susurra en la oreja y hace que lo vea de frente . –Tengo tantas ganas de tenerte conmigo que –se muerde los labios y me dedica una mirada necesitada – que ni siquiera quiero esperar a que lleguemos a mi casa, llevamos dos semanas desde que te fuiste y ya no quiero tenerte lejos, Jiminie–acaricio su sedoso cabello y me responde moviendo la cabeza como un gatito–Fóllame aquí mismo, Jiminie.
Aquella propuesta algo arriesgada me sorprende de su parte y todo su cuerpo empieza frotarse con el mío de una forma muy delicada y suave, lo que me provoca un suspiro.
–¿Tan necesitado estás mi pequeño Yoongi? –me hace un leve puchero con los labios y no puede lucir más que adorable, jalo una de las sillas que pertenecen a los pupitres y me siento en una de ellas y colocándolo entre mis piernas, sus brazos rodean mi cuello igual que un niño pequeño y su respiración comienza a recorrer mi cuello acompañado de sus calientes y húmedos besos que me remueven la cordura y me vuelve tan dócil y lleno de lujuria ante él.
–Jiminie, estoy muy necesitado...–lame el lóbulo de mi oreja y desciende susurrando sobre ella, su aliento es tan caliente que siento que me quema y las mejillas las tengo ardiendo totalmente, este chico es un demonio de la seducción y del placer, me he perdido totalmente en él. –No seas malo conmigo ¿sí? Fóllame duro justo aquí. –sus delgadas manos idénticas a las de una chica empiezan a dar una recorrido de tacto lento sobre mi abdomen mientras él separa las piernas y empieza a deslizarse de arriba abajo sobre mí.
Éste chico me fascina, éste chico me pierde entre su nube de deseo y satisfacción, me tiene totalmente doblegado ante lo que me pide.
–¿No te molestaría hacerlo aquí? –le pregunto delicadamente mientras mi mano derecha aprieta con delicadeza su cintura y mi izquierda empieza a jugar sobre su pantalón, cierra los ojos mientras separa un poco los labios y vuelve a lamérselos, cosa que me parece excitante.
–Jimine, joder; no me interesa si es un escritorio delante del director, sólo quiero que me lo metas hasta el fondo. –me araña la espalda por encima de la tela. – Por favor ... Jiminie –su movimiento de vaivén se detiene y me mira con los ojos cristalizados y las mejillas aún más rojas que de costumbre, de su mejilla izquierda ya resbaló una lágrima lo único que hace es colocarse de rodillas mientras frota su rostro contra mi entrepierna. – Al menos dame placer por estas dos semanas de abandono... ¿Lo harías? Jimin, me duele la polla y yo quiero que me llenes con tu esencia –me está diciendo todo de una forma tan inocente pero los deseo oscuros que están dentro de sus palabras sólo provocan que me pongo más duro.
Tomo su rostro con mis dos manos y le doy un pequeño beso que él recibe lleno de desesperación y dispuesto a jugar, sus manos me masajean los muslos suavemente y juegan con el bulto que ha empezado a formarse en mi pantalón. – Lléname con todo esto Jiminie. –es lo que me dice antes de meterse completamente mi miembro a la boca y envolverlo con el calor y saliva de su lengua mientras juega con sus manos su propio pene, la forma en la que mueve su delicada boquita sobre él me estremece hasta lo más profundo de mi ser y aquella sensación placentera es digna de pertenecer al infierno, me condenaste para siempre Min. L sensación exquisita de tener a este precioso chico hundiéndose mi polla al fondo de la garganta mientras su mirada se enrojece más y más es tan excitante ni siquiera puedo decirlo con palabras.
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–Se lo más silencioso posible ¿ oíste? –me asiente mordiendo su suéter mientras me posiciono detrás de él y separa sus nalgas con sus propias manos.
–Sólo lléname completamente, Mi Jimin. – dice entre jadeos.
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¡Ah, Jiminie, ah, dios! – gime lo más bajo que puede mientras lo embisto fuertemente una y otra vez mientras sujeto su cintura con fuerza y él tiene la cara más que roja y el sudor escurre por todo su cuerpo.
–¿Te gusta así? –le cuestiono al mismo tiempo que mi mano se dirige a su pene para empezar a masturbarlo.
–No lo hagas al mismo tiempo, por favor... –me suplica pero lo ignoro totalmente y prosigo con lo mío, su interior apretando mi miembro con fuerza y llenándolo de calor me hacen perder el control por completo. Doy unas cuantas nalgadas en él y se muerde los labios mientras gruñe de una forma sexy– N-nunca m-me me dejes, Jiminie. – suplica entre gemidos y siento como su esencia mancha toda mi mano y él recarga con más fuerza sus palmas en el suelo.
Salgo de su interior y él me masturba para que me corra en su boca, todo el esperma suyo que ha quedado en mi mano lo llevo a mis labios y lo chupo de mis dedos mientras lo miro seductoramente, él se acerca a mi rostro y limpia los restos de su propia esencia con la lengua para proseguir a besarme.
–Si quiero mucho más de esto, debemos de llegar rápido a mi casa...– relame sus labios y me sonríe– Y también, si quieres que no nos descubran, debemos apresurarnos.
–Eres insaciable, Yoongi–le digo mientras empiezo a vestirme.
–Y a ti esto te beneficia mucho, noviecito mío. –pellizca mis mejillas y ríe–Aunque sea unos días a la semana debes ponértelo. –me dice y no entiendo nada de lo que me ha dicho.
–¿Qué cosa? –señala su mano y me muestra el anillo que le regalé. –Sigo pensando que lo notarán, prefiero ahorrarme el hecho de que se creen rumores.
–Pero, ahora estamos sólos, son anillos de pareja, tú tuviste la idea de comprarlos, me has ilusionado y ahora te lo pones.
Le sonrío y beso su mejilla.
¿Qué pasaría si cierta persona ve ese anillo? *cofcoflaratacofcof*
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Lamento tardar en actualizar pero tenía que estudiar para mi examen de confirmación (Sí, su escritora va a la iglesia y planea ser catequista)
Además de que he estado ocupada en detalles de mi clausura del ciclo escolar, pero planeo actualizar a más tardar el miércoles.
Bye :3