Amentiam [Jikook]

By Bulletpr0of_

20K 2.1K 863

- Significa Alma libre. - ¿De verdad eres libre? ••Basado en hechos reales•• More

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
Epílogo.

11.

609 74 11
By Bulletpr0of_

– Está bastante bien hasta ahora Park. – asintió mientras veía con detenimiento las páginas en su computadora.

– ¿De verdad cree eso profesor?

– Le faltan un par de detalles pero argumentas de maravilla, defiendes con puntos que es imposible rebatir. Creo que te irá realmente bien. –me miró y sonrió. – ¿Estás listo para el examen? Es en sólo un mes.

– Gracias profesor, sin usted no lo habría logrado. Y sí, creo que estoy preparado para aprobar.

– Eso es excelente, si te va bien podrás tener un montón de beneficios, tienes muy buen promedio.

– Lo sé. –Asentí – Entonces traeré los últimos detalles que acaba de mencionar para pasado mañana y creo que estaría listo para presentar la próxima semana.

– Nos vemos entonces Park, que tengas buen día.

– Gracias, igualmente. – respondí antes de marcharme.

Caminé por los pasillos de la universidad observando a los alumnos de primer año y pude sentirme igual que ellos hace un tiempo, asustado y nervioso porque el año terminaría en menos de lo que esperábamos.

Saludé a un par de personas que conocía, recibí invitaciones a fiestas pero como era común respondía con un "Intentaré ir, lo prometo" Pero la verdad es que no tenía ánimos de hacer algo más que estar echado sobre el sofá.

Sostuve el móvil entre mis manos y observé mi lista de contactos. Hacía más de dos semanas que no sabía de Jungkook e imaginé que él se habría olvidado de mí luego de que nos salimos del trabajo. Con él era el único que no había hablado desde que salimos de ahí, así que, al igual que toda la semana miré su nombre y dudé sobre presionar o no el botón de llamada.

Me decidí a presionarlo cuando una llamada entrante de Sungye estropeó mis planes.

– Hola. – contesté.

Jiminie. – respondió alegre. – ¿Cómo estás?

– Bastante bien, ¿Qué tal tú?

Excelente. –respondió sin darle mucha importancia. – Oye, estaba pensando sobre salir a beber algo esta noche ¿No te parece? ¿Quizás ir a un bar a beber?

– Mmh, Sungye yo...

Oh vamos, no nos vemos desde hace una eternidad.

– Bien, está bien. –respondí. – Nos vemos en el Hard Rock a las siete.

Genial, te veo ahí.

Me quedé mirando la pantalla con cara de espanto. No creía que juntarme con sungye fuera una buena idea y de hecho no sabía por qué había aceptado su invitación. Al menos seguíamos llevándonos bien.

Debía ir hasta mi departamento y almorzar algo, moría de hambre y aún tenía que concretar algo en especial. Pero por más que sostuve el teléfono entre mis dedos, no pude presionar el botón de llamada hasta que me encontré apoyado en la encimera de mi cocina, muriendo mis uñas y de vez en cuando jugando con mi cabello.

Mientras sonaba el tono de espera  pensé que sería bueno cortar y hasta me arrepentí de haber apretado el botón. Pero ya no podía cortar o hubiera sido aún más raro el haber llamado sin decir nada.

¿Hola? –contestó e inmediatamente me erguí, como si hubiera pasado lo que creí que jamás sucedería. Su voz logró tensarme.

–Jungkook, hola. –dije inseguro.

Jimin ¿Qué tal?

– Bien, uh, estoy en casa ¿Qué tal tú?

Genial, estoy en la escuela. –cuando dije eso noté por primera vez el ruido proveniente de atrás, era música.

– ¿Es un mal momento?

No, tranquilo ¿Pasa algo?

– ¡Oh, sí! Es que, ya sabes cómo dije quería que saliéramos a beber algo a un bar, no sé si tienes algún día disponible esta semana.

Mmh, la verdad tengo tiempo el viernes ¿Puedes? –preguntó con su tierna voz.

– Sí, tengo tiempo.

Excelente ¿Pasarás por mí o quieres que nos encontremos en algún lugar?

– Veré la opción de recogerte.

Excelente, te espero el viernes entonces.

– Muy bien, nos vemos, ten un buen día.

Igualmente. Nos vemos.

Apenas cortó me sentí bien porque podría salir con él, nos divertiríamos bebiendo algo, pero también me sentí un total idiota porque pude alargar la conversación y no lo hice.

Debía existir alguna razón de por qué tenía tantos deseos de escuchar su voz y volver a hablar con él. En serio lo necesitaba y ahora me sentía casi satisfecho, creo que debía compartir con los chicos del trabajo o algo, creo que los extrañaba mucho a todos o quizás sólo lo extrañaba a él.

Un abrigo gris, pantalones negros y zapatos del mismo color eran mi atuendo para esa noche. Debía llevar suficiente dinero pues no podía pedirle a mi padre el jodido auto cada vez que quisiera salir. Hablé con Sungye antes de salir y me aseguré de que estuviera dirigiéndose al lugar de encuentro.

La situación me hacía sentir bien dado que seguíamos siendo algo así como amigos y además Yo no había salido de casa desde hacía ya bastante tiempo, por el hecho de que tenía que preparar mi tesis y además estudiar para el examen de grado.

Llegué a la hora y pedí una mesa para poder pasar el rato ahí. A los pocos minutos ella llegó, como siempre haciendo valer el estereotipo de chica coreana, muy arreglada con ropa totalmente a la moda y con una apariencia sumisa que hacía a los hombres perderse en la dulzura de ella.

– Hola. –me saludó cuando se detuvo frente a mí.

– Hola, creí que no me encontrarías. –dije sonriendo y haciéndole una seña para que tomara asiento.

– Jamás podría confundirte Jimin. – ambos sonreímos y pronto ella pareció notar algo. – ¿Qué vamos a beber?

– Podríamos ver si es que hay algún tipo de cocktail especial para hoy.

– Suena bien.

– Bien, llamaré a alguien.

Inmediatamente busqué a alguien que pudiera ayudarnos y pedí algo para comer y beber mientras conversábamos.


– ¡Fue tu madre! – exclamó riendo.

– No puedo creer que te lo haya dicho. –negué avergonzado.

– Oh vamos, dormir con tu madre hasta los diez años no es tan terrible. –se burló.

– Es algo que no me agrada alardear.

– ¡Llegó la hora de la competencia! ¡¿Quién se atreve al karaoke?! –un hombre había subido al escenario y animaba a todos los presentes a participar en el karaoke.

– ¿Debería ir?

– Claro, cantas increíble.

Emocionada se levantó del asiento y caminó dudosa hasta el escenario. Siempre había sido una chica tímida, pero conmigo extrañamente se soltaba. Comenzó la canción con algo de miedo pero al escuchar los constantes aplausos del público pudo tomar algo más de confianza.

Mientras la escuchaba atentamente y sonreía por la forma en que desenvolvía sobre el escenario, mi teléfono vibró, desconcentrándome por completo.

El ver el nombre de Jungkook sobre la pantalla del móvil me dejó petrificado, pero pude reaccionar a contestar.

– ¿Hola? –pregunté confundido.

Jimin. –respondió entre un barullo.

– Jungkook ¿Está todo bien?

No, no lo está ¿Sabes? –a decir verdad su tono de voz sonaba algo burlona, quizás todo era una extraña broma.

– ¿Qué tienes pasó algo malo?

Nos dejaste, tú no deberías habernos dejado. No nos llamas, no vienes a bailar y sí, eres pésimo. –dijo antes de quejarse como si algo le doliera.

– Jungkook...

Shhh, no me interrumpas, te digo que eres pésimo porque no tienes idea, estás mal. Te acogimos en el grupo y tú blah, nos dejas por ir a tus antros de mierda.

– ¿Jungkook? ¡¿Estás borracho?!

Mhh, estoy feliz, ebrio. Borracho es mal estado, eso no y, creo que ya recuerdo por qué nunca fumo esa mierda de hierba que trae Taeh...-

¡¿Jungkook, qué haces aquí afuera?! –ni puta idea que cara tenía en estos minutos pero las ganas de querer matar a esos dos niños me estaban volviendo loco. –  ¡Te dije que nada de llamadas, ebrio eres peligroso!

¡Eh, Taehyung dame el móvil, coño!

– ¡Taehyung! –grité alto para que pudiera escucharme.

¡No me jodas, llamaste a Jimin! –Tae comenzó a reír. – Lo siento Jimin, hablaremos luego, adiós.

– ¡No, Taehyung, espera!

Y cortó.

Gruñí al momento de pasar mi mano sobre mi cabello con frustración. Miré al escenario y Sungye estaba bajando para encaminarse hasta mi posición.

– ¿Estuve bien?

– Bastante. –respondí con una media sonrisa. – Oye, sungye, debo irme ya.

– ¿Tan pronto?

– Lo lamento, es que uno de mis amigos está en problemas y necesita mi ayuda con urgencia y pues, como ya estuvimos aquí un rato pensé que estaría bien.

– Claro, por supuesto, estoy de acuerdo. – me sonrió y rebuscó en su bolso hasta dar con su billetera.

– Pediré la cuenta.

– Muy bien.

El hombre llegó con el total de todo lo que habíamos ordenado y dividimos los gastos en dos.

Me despedí de ella cuando la dejé en un taxi y esperé paciente uno para que me llevara directamente hasta el lugar donde solíamos bailar durante las vacaciones.

La música era ensordecedora, pero eso no parecía importarle a nadie, ni a la gente que bailaba alegre ni a los que se besuqueaban porque sí.

– ¿Quieres bailar? –un desconocido me interrogó y comenzó a moverse frente a mí.

– Estoy bien. –negué y pasé de él hasta dar con una cara conocida.

– ¡Jimin! ¡Qué agradable verte por aquí!

– ¿Dónde está Jungkook? –pregunté serio.

– Yo también estoy bien, gracias por preguntar de hecho. –respondió ofendido.

– Hoseok, estoy algo apurado y ya estoy de mal humor, por favor coopera conmigo.

– Creo que fue al baño con Tae. – se encogió de hombros y tomó un sorbo a su cerveza.

Asentí y fui directamente a esos sucios baños. Incluso antes de entrar supe que estaban ahí, sus risas se escuchaban hasta afuera.

La imagen ahí dentro me enfureció más de la cuenta. Jungkook estaba sentado sobre los lavabos con un cigarrillo de dudosa procedencia entre sus labios, mientras Taehyung se arreglaba el cabello, no más de unos segundos pasaron hasta que el menor tocara su hombro y exhalara todo el humo sobre su boca.

Tragué con fuerza y respiré hondo.

– Haré uno nuevo. –mencionó Tae cuando Jungkook apagó el cigarrillo.

Caminé hacia ellos y Jungkook bajó del lavabo con expresión asustada.

Golpee la cabeza de Taehyung en la nuca y este se quejó.

– ¿Por qué has hecho eso? –se giró a mí y me sonrió, sabiendo que mi expresión decía todo menos felicidad.

– Ustedes en serio se están buscando una paliza. Espero que algún día los lleven a la cárcel.

– Te llamaría para que me rescatases. –jungkook me miró con ojos soñadores y yo suspiré.

– Eso es tan tierno. –Taehyung comentó con tono burlón.

Jungkook se afirmó de mi brazo y me miró casi con miedo. En un acto reflejo llevó su cuerpo hasta el lavabo y vomitó.

– Joder. – Taehyung empezó a reír y pronto sobó la espalda del menor.

Me acerqué a un cubículo y saqué papel higiénico para ayudar.

– Estoy bien. –se quejó con una voz que más bien decía lo contrario.

– Bueno, lávate la cara y sécate, te llevaré a casa.

– ¡No te aproveches del pobre chico, recuerda que aún es menor de edad! –grito Tae desde dentro del baño.

¿Pobre chico? Sabía muy bien lo que hacía, drogándose y bebiendo hasta quejarse al respecto.

– No entiendo por qué me estás llevando. –gruñó cuando salíamos del lugar. – Siempre bebo.

– Porque dudo que te quejes de lo muy drogado que estás el noventa por ciento de las veces. –suspiré y miré por la calle a ver si venía algún taxi.

Observé uno venir hacia nosotros así que lo hice parar. Pero cuando se encontraba frente a nosotros Jungkook me tomó del brazo y me haló hacia él.

– ¿Qué pasa? –pregunté.

– No tengo dinero para pagar el taxi hasta mi casa, y no quiero que tú gastes tanto.

– No hay más opción. –dije rápido mientras abría la puerta del taxi. – Buenas noches. – saludé al conductor mientras me subía.

– Iremos a duteopbawi-ro numero 623, frente al monte namsan.  –soltó Jungkook mucho antes de que pudiera decir palabra.

Lo miré con mala cara y él se encogió de hombros.

– ¿Qué se supone que harás en mi casa? Yo no tengo auto.

– Me quedaré en tu casa.

– Tu abuela puede preocuparse.

– Le avisaré al llegar. –suspiró. – Te agradecería que te callaras, todo me da vueltas y siento que algo saldrá mal si no me concentro en mantenerme sin vomitar.

– ¿Todo en orden? –preguntó el conductor, bastante preocupado por la situación.

– No se preocupe, lo mantendré controlado. –afirmé.

No nos tardamos demasiado en llegar a mi casa, él mantuvo sus ojos cerrados todo el camino, mientras que yo estuve preocupado de llegar a casa y por supuesto de él.

Cuando llegamos pagué casi de mala gana, pensando si sería buena idea simplemente ir luego hasta la casa de su abuela.

Subimos al ascensor y tragué duro al darme cuenta que el silencio incómodo nos acompañaría por lo menos hasta mi hogar.

Lo miré un momento y observé su mirada perdida que pronto logró detenerse sobre mí, detallando cada centímetro de mi cuerpo.

Llegamos al piso y caminé con él medio abrazado, tratando de evitar que cayera al suelo

Abrí la puerta y él sólo se sentó en el sillón, mirando a la nada.

– ¿Quieres que te prepare un café? –pregunté medio inclinado, tratando de llegar a su campo visual.

– Sí. –respondió con poco entusiasmo.

– ¿Estás en condiciones de darte un baño? –pregunté esta vez agachándome hasta quedar a su altura.

– No, de hecho... –abrió sus ojos y sostuvo mi mano con fuerzas.

Me eché hacia atrás y le impulsé a pararse.

Corrió hasta el lavaplatos y vomitó, prácticamente sin poderse el cuerpo.

– Maldición. –me quejé, pensando en que tenía a un niño totalmente ebrio y drogado en mi apartamento.

Me acerqué a él y sobé su espalda mientras enjuagaba su boca.

– Ahora si me siento bien. –dijo encorvado sobre la encimera.

– Dijiste eso cuando estábamos allá.

– Sí, pero es que seguía mal.

– Claro.

– Creo que sí tomaré esa ducha.

– Está bien, puedes ir, mientras tanto yo te prepararé un café.

– Gracias. –me dedicó una sonrisa ladeada.

Lo vi perderse en el pasillo que daba hasta el baño y me quedé en la cocina limpiando y preparando café para colar.

Recordé que tenía ropa que podía quedarle así que una vez estuvo listo el café colado decidí ir a ofrecérsela.

– ¡Jungkook! –medio grité y abrí levemente la puerta del baño.

– ¿Sí? –escuché desde adentro.

– Verás, tengo ropa que puedo pasarte para que uses por la noche ¿Te parece bien?

– Sí, por favor, me gustaría ropa que no sea la que traigo puesta.

– Iré por ella.

Busqué en mi armario la ropa deportiva y la ordené en un montoncito para llevar hasta el baño.

Toqué la puerta suavemente y al no escuchar el agua caer decidí que sería mejor no abrir la puerta. Pero derrumbando todos mis pensamientos, pronto esta se abrió y observé a Jungkook con el torso desnudo y una toalla cubriendo desde la cadera hacia abajo.

– Yo... Eh, te traje la ropa. –hablé como pude y estiré mis brazos.

– Gracias. –sonrió tomándola con una mano y con la otra sacudiendo su cabello mojado.

Me alejé de ahí y caminé hasta el equipo de sonido y conecté el celular para escuchar música. Necesitaba distraerme.

Había un niño ebrio, con cuerpo de adonis y demasiado hermoso en mi baño y yo simplemente podía preguntarme ¿Cómo coño puedo perder la calma por esto?

Su presencia asomó pronto y no pude evitar observar lo tierno que se veía con mi ropa puesta y la toalla en el cuello, evitando que las gotas de agua mojaran su nueva vestimenta. Pegué un respingo al notar que ya debía servir esa taza de café.

Caminé hasta la pequeña barra que había en mi cocina y serví una taza con café para él y para mí.

– Muchas gracias. –sonrió y bebió un sorbo.             

– No es nada. –me encogí de hombros. – Oye debes llamar a tu abuela.

– Pero son pasadas las diez.

– No me importa, llámala.

– Bien. –dijo hasteado.

Marcó el número y espero a que le contestaran

– Hola abuela. Sí, todo bien, mira quería avisarte que no volveré a casa, iré a dormir a lo de Taehyung y luego me iré para allá para ir a la escuela.

Abrí bien mis ojos y comencé a susurrar. – ¡Oye! ¡No estás en lo de Taehyung! ¡Deja de mentir!

Él me miró rápidamente y elevó sus comisuras. – Claro, te llamaré mañana.

– ¡Dame eso! – Me abalancé sobre el mesón y él se echó hacia atrás.

– Genial, adiós, buenas noches. – Y cortó.

– Debes dejar de mentir. –bufé. – No quiero ser parte de las mentiras que le das a tu abuela.

– Eres exagerado en niveles altos, déjalo ya  ¿Crees que nunca eh salido de casa sin permiso? ¿Que nunca le mentí por sobre donde me quedaba?

Lo miré mal y rodé los ojos. – Lo que sea.

– ¿Qué es eso? –preguntó mirando hacia los parlantes.

– Música.

– Música aburrida, querrás decir. –dijo al dar un salto y deshacerse mi móvil y conectar el suyo, dando paso a una música mucho más movida.

Él comenzó a bailar y me invitó con él. Claramente me negué, puesto que no tenía ánimos y tenía que cuidar del chico, no jugar con él.

Se movía con delicadeza y de vez en cuando bromeaba conmigo.

Tomó mis manos y comenzó a moverlas. – Muévete. –sonrió. – Eres aburrido. –bufó y se acercó a mí de una forma un tanto peligrosa.

Puso una canción, era de Bruno Mars y comenzó a bailar tan cerca de mi que no pude evitar sonreír y tratar de quitarle el aparato de las manos para que la música fuera otra. Se lo logré quitar pero solo conseguí que se acercará más a mi y me hiciera bailar junto a él.

Aunque no me sentía incómodo hubo una llamada a mi móvil, haciéndome escapar de la pequeña burbuja en la que me hacía entrar Jungkook.

Continue Reading

You'll Also Like

1.6K 228 8
Historia corta de lan xichen, personaje de Mdzs, no me pertenece. La historia está algo alejada de la verdadera novela. La subo tarde pero espero la...
395K 36.2K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
2.1K 121 10
TEMPORADA 2 BAD REPUTATION 👈 5 años pasaron Jk/22 JM/ 24 "Jimin es el CEO más reconocidos entre tantas empresas famosas, y eso llegó a todas partes...
452K 46.1K 116
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...