Pájaros en el techo (basada e...

By aylenfuente

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Pájaros en el techo - Aylén Fuente (basada en hechos reales)
Prólogo
Parte 1 - Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Parte 2 - Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Parte 3 - Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Epílogo

Capítulo 22

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By aylenfuente

22

 

Dos meses después, luego de recuperarme de todo lo que había hecho, volví a verlos. Ambos discutían en la pieza de Bastian, no entendía por qué. Nanny se veía triste y enojada. Bastian le rogaba que cambiara sus actitudes.

—¿No te acordás todo lo que me hizo él? —Chilló desesperada.

—¡Sí, Nanny! ¡Ya lo sé! ¡Pero es Lucas, dale una oportunidad!

—¡Nunca! ¿Cómo voy a estar con alguien que me arruinó la infancia? ¿Cómo voy a pretender querer a alguien que me trató así todo el tiempo? ¡Se piensa que con esas palabras bonitas voy a caer a sus pies!

—¡Pero Nanny! ¡Yo hablé con él, me lo explicó todo! ¡Está arrepentido, está loco por vos!

—¡No! ¡Mentira!

—¡No es mentira, Nanny!

—Bastian, no quiero hablar más de éste tema. Yo a él no lo quiero, ¿sí? Yo quiero a Julio y estoy con él porque lo quiero. No pienso cambiarlo por Lucas, mucho menos si no siento nada por él. Que se joda.

El timbre musical de la casa sonó.

Nanny salió corriendo de allí.

Rápidamente salí por la ventana y corrí hacia la entrada de la casa. No me llevé la sorpresa de ver al homosexual y al novio de mi prima esperándola.

—¡Nanny! —Tiziano se abalanzó sobre ella y la estrujó con sus voluminosos brazos.

—¡Tiziano! ¡Amigo! —Nanny voló en círculos y le mordió la oreja como de costumbre. Ambos rieron.

Quise quedarme para ver de qué se pondrían a hablar pero el tiempo no me dio. No me sentía bien.

Volví a la noche para dormir en su galpón, pero la curiosidad mató al gato. Tenía hambre, estaba adolorido y mis instintos me gritaban que les robara una porción de pizza.

Ellos estaban ahí sentados en la mesa, jugando a las cartas, riendo, tomando Coca Cola y disfrutando del exquisito sabor de la mozzarella de la pizza que venden a la vuelta.

Si tuviera plata me compraría una entera para mí solo. Pero estoy pelado. Así que aproveché cuando los cinco estaban recostados en los sillones viendo una película de terror; abrí lentamente la ventana, aproximé mi brazo hacia la caja y rápidamente arrebaté una porción. Por un momento me detuve a observar cómo Bastian y su novia se besaban, Nanny y Julio no dejaban de abrazarse y Tiziano se cagaba todo por culpa de El Conjuro.

Quise reírme, fue una sensación linda; pero me descubrirían.

Mientras comía mi porción de pizza, vi que Nanny  y Julio se habían ido del lugar y caminaron hacia la cocina. Ella murmuró algo, él sonrió y la besó.

Por un momento sentí ganas de tener sexo por como él la besaba. Hace mucho no me acostaba con alguien; me apetecía Justina, pero ignoré mis impulsos y seguí observando.

Nanny se alejó lentamente y no se veía contenta.

—¿Te pasa algo, Nanny? —Preguntó Julio, preocupado.

—Te quiero, Julio. Te quiero mucho. —Ella lo abrazó.

El perro de mis primos me gruñó lleno de rabia al verme. Intenté espantarlo, pero éste se me tiró encima y me mordió el brazo.

Intenté no gritar, pero me fue imposible.

Salí corriendo de allí antes de que me vieran.

Maldito Papa Frita, por su culpa no pude saber lo que le dijo Nanny a Julio.

En los días siguientes había escuchado por boca de Lucas y Justina que la fiesta de egresados caía una noche de diciembre, en un salón que quedaba a diez cuadras de su casa. Pensé en ir, tenía el terrible deseo de conocer chicas nuevas, pero sería en vano.

Mis esperanzas de vida eran nulas.

Esa tarde me metí en un bar y no salí de ahí hasta que mis pensamientos dejaran de existir.

Luego desperté en un baño público y nuevamente me encontré con mi propio vómito.

Una chica morena se aterró al verme. Escuché que pegó un grito al abrir la puerta. La observé por unos segundos, mi vista estaba perdida, mis ganas de vivir ya no existían.

Pero mis ganas de ir a la fiesta de egresados de mis primos eran más fuertes. La tristeza me consumió al pensar que esta también sería mi fiesta de egresados; que mi mamá hubiera estado orgullosa de tener a un hijo rebelde que terminaba la secundaria y que Nicolás me acompañaría en esos momentos. Que él luciría igual que yo pero mucho mejor, menos desalineado.

Empujé a la chica y salí corriendo.

Me sentí culpable, ella quería ayudar. Pero se estaba interponiendo en mi destino.

Dicen que son fiestas privadas y que sólo entras con invitación o si tu nombre está en la lista, pero logré entrar más rápido que los mismos invitados que tienen que pronunciar su nombre para poder entrar. Pobres, no saben que la piratería es más fácil.

Las luces fluorescentes me desorientaron; la música a todo volumen encendió mis ganas de vivir. Todos a mí alrededor bailaban con un vaso de alcohol en sus manos. Todos disfrutaban del momento menos yo.

Busqué a Justina pero no la encontré. Después a Nanny pero no la vi en ningún lado.

Rengueé hasta la barra y me senté ahí, quería seguir tomando para sentirme bien por un momento.

—Vodka, por favor. —Dije.

Lo poco que recuerdo de aquella fiesta es que por un momento vi a Nanny hermosa, con un vestido negro. Ella bailaba y reía con su hermano, sus amigos y su novio.

También lo vi a Lucas. Él estaba a mi lado bebiendo; nunca se percató de que Omar, el amigo de su infancia, estaba a su lado.

Yo supe muy bien que no estaba feliz, de que Nanny le había roto el corazón y que ahora tomaba por la misma razón que la mía: para olvidarnos de ella.

Él quería dejar de amarla, yo quería dejar de sentirme culpable por todo lo que le hice.

Seguíamos teniendo cosas en común.

Cuando todo terminó y las luces dejaron de parpadear una y otra vez, busqué el auto de Bastian y los seguí por detrás.

Noté que todos estaban en pedo menos él y Justina. Bueno, yo creo que Nanny tampoco lo estaba. Ella siempre tomaba en pequeñas cantidades y sabía cuál era su extremo.

Eso era lo que admiraba de ella.

A los pocos minutos, estacionaron en la puerta de la casa de mis primos y todos bajaron riendo. Justina tomó en brazos a su hermano antes de que cayera al suelo. Bastian la ayudó y lograron entrarlo. Julio y Nanny hablaban sobre lo bien que la pasaron y junto con Tiziano, siguieron a los demás.

Entonces vi cómo Carla, la novia de mi primo corrió por un vaso de agua para Lucas y Tiziano, que eran los que más habían bebido. Todos se reían de ellos por cómo actuaban.

—Nanny…—susurró Justina.

Nanny dejó de reír y observó a su amiga rubia. Su panza había crecido notoriamente. Me dieron ganas de llorar al verla.

—¿Qué pasa, Jus?

—Tengo que decirte algo. —Ella agarró el brazo de su amiga y la llevó hasta el jardín.

—¿Por qué lejos de todos? ¿Es un secreto? —Nanny la miró pícara.

—No, pero me gustaría que vos seas la primera en saberlo.

—¡Dios mío, decilo ya!

—Son gemelos.

Algo dentro de mí estalló y escuché un pitido en mi oído.

Nanny abrió su boca asombrada y comenzó a chillar de emoción.

—¡Ay! ¡Ay! ¡Mis sobrinos van a ser gemelos!

—¡Sí!

—¿Nenes o nenas?

—¡Nenas!

—¡Ah! ¡Oh! ¡Ah! ¡Ay! ¡Sí! —Nanny abrazó a Justina y no se despegó de ella hasta que ambas dejaron de llorar.

Intenté que mi llanto sea silencioso, pero no pude.

Caí al suelo y seguí llorando mientras ellas charlaban de lo hermoso que iba a ser ver crecer a esas hermosas criaturas que también eran mías.

Cuando dejé de llorar, levanté mi vista hacia el jardín y vi que Nanny estaba apoyada contra la pared, usando su teléfono celular.

Julio se acercó y se despidió de ella con un largo beso. A Nanny se la veía serena y excitada. Sabía que Julio provocaba en ella cosas que jamás pudo sentir.

La tranquilidad del ambiente había desaparecido cuando Lucas entró tambaleando. Caminó hacia el pequeño pino y su brazo se apoyó contra la columna de la entrada.

Nanny se incomodó e intentó ignorarlo.

—Nanny. —Él se refregó los ojos e intentó observarla, pero estaba demasiado ebrio como para mantener sus ojos fijos.

Ella no le respondió; siguió observando la luz de su teléfono.

—¿S-sos feliz con él? —Volvió a preguntar.

—Basta, Lucas. No quiero hablar con vos, ya te lo dije. —Ella se alejó unos metros y se arrimó a una esquina.

—Nanny, escúchame por favor.

—¿Qué?

Lucas caminó torpemente hacia ella y dijo: —¿Sos feliz con él?

—Sí.

—Mentira.

—¡Sí!

—¡No, vos me querés a mí! —Golpeó la columna de cemento que estaba a su lado.

—Lucas, tomaste demasiado. Hablamos cuando estés consiente de lo que hacés, ¿sí?

—No, Nanny… yo… quiero que estés conmigo, por favor.

—No. Julio y yo somos felices juntos.

—Por favor… No me hagas esto. —Él levantó su mano, acarició la mejilla de Nanny y levantó su mentón para observarla a los ojos.

Me acerqué para ver el rostro de mi prima: sus ojos estaban húmedos y hacía puchero.

—Lucas, ya es demasiado tarde. —Susurró sin aliento.

Lo único que pude escuchar antes de que lo mejor pasara, fue el cantar de un grillo.

—No. —Él llevó ambas manos hacia el rostro de Nanny y la besó. Su boca comenzó a explorar los labios de mi prima, su rostro se movía suavemente mientras ella elevó sus brazos y lo atrajo más hacia su cuerpo. Él la acarició, la besó como nunca. Noté que Nanny quería devorarlo ahí mismo, que tenía ganas de besarlo para siempre.

Él no la soltaba, estaban tan unidos que ni siquiera respiraban.

Sentí una alegría en el fondo de mi estómago. Por un momento pensé que era excitación al deseo carnal, pero mantuve mi mente clara y me dije a mí mismo que lo que sentía no era una erección, sino alegría por ellos.

Todo se esfumó cuando Nanny se alejó de él. Sus ojos aún no se abrían, pero su rostro se veía triste.

—No. —Murmuró angustiada—Lucas, no te quiero lastimar.

—¡No, Nanny! —Él la abrazó por la cintura.

—No. Esto no tiene que pasar. —Nanny sacó las manos de Lucas de su cintura y se alejó completamente de él. —Yo no te quiero.

—Pero ese beso…

—No te quiero querer, ¿entendés? Es que, todo lo que me hiciste… todo lo que provocaste en mí, ¿nunca te diste cuenta?

—Nanny, yo te pedí perdón, ya lo hablamos.

—Me gusta Julio, ¿sí? Y yo estoy bien con él.

—No.

—Sí, Lucas. Me estás confundiendo. No me sigas más, ¿sí? Yo sé que vas a encontrar a una chica mejor que yo.

—¿Pero qué mierda estás diciendo?

—Perdóname.

—¡No! ¡Dejá de mentirte! ¿No te das cuenta de lo que pasa entre nosotros? ¿De lo que pasó recién? Fue hermoso…—Mi boca se abrió al ver que Lucas comenzó a llorar.

Se suponía que él no sabía llorar.

Nanny ya lo había hecho desde que dejaron de besarse.

—¡Basta, Lucas! ¡Dejá de decir esas cosas! ¡Dejá de confundirme! ¡Dejá de hacerme todo esto! —Exclamó furiosa.

—¡Vos dejá de hacerme todo esto! —Le contestó rabioso. —¡Yo te amo y vos me hacés esto! ¡Me tratás como si fuera una mierda!

—¡Vos me tratás como si fuera una mierda! —chilló.

—¡Ey! ¿Qué pasa? —Justina se acercó a paso rápido y se puso entremedio de la discusión. ¿Pueden dejar de pelear? Ustedes tomaron demasiado, quiero que se separen ahora mismo.

De repente sentí ganas de vomitar y salí de ahí. Entré a la casa cuando todas las luces estaban apagadas y la mayoría de ellos dormían sobre unos colchones del suelo. Abrí la heladera y saqué la torta de chocolate que Laura preparaba de vez en cuando. Hundí mi mano derecha en el centro de aquella y me comí su corazón, la parte más deliciosa, según mi madre. Ella solía preparar tortas de crema y merengue cada vez que nos venía a visitar y siempre nos comíamos el corazón junto a ella.

Me detuve de inmediato cuando sentí que alguien se acercaba. Corrí hacia la mesa y me escondí debajo de ésta. No podían verme, no.

Cuando un par de piernas dieron un recorrido por la cocina y se esfumaron al poco tiempo, salí y seguí con lo mío. Al lado del centro de mesa se encontraba un teléfono celular morado.

Lo tomé de inmediato al recordar que era de Nanny. Lo encendí y fui a su buzón de mensajes.

Mar:

“Porfavor no le cuentes a nadie q me gusta tu primo xq me muero entendes?”

Nanny:

“No te preocupes amiga, pero igual no puedo entender como te gusta ese pelotudo…”

Mar:

“Nose tengo una debilidad por los chikos malos queseyo”.

Nanny:

“Bastian también es un chico malo, a veces no me deja comer la parte mas grande del chocolate 1313”.

Mar:

“Ya se, pero viste a carla la chica nueva? Mepa que gusta de él u.u”.

Nanny:

“u.u?? por que esa carita? Mar, no me digas que te arrepentiste.

Mar:

“soy una boluda amiga”.

Nanny:

“che, vas a venir a la fiesta de egresados? No te la pierdas porfa, mis viejos esa noche no están en mi casa y van a venir todos a dormir”.

Mar:

“No voy a estar, me voy de vacaciones con mi vieja… re caca perderme mi fiesta pero bue, los voy a extrañar todo el verano nos tenes q juntar algún dia che”.

 

Tecleé el botón de “atrás” y me puse a leer otros mensajes mientras me terminaba la torta de chocolate.

Nanny:

“Ayer la pase re bien, gracias. Me encanto haber conocido a tu mama, es re copada”:

Julio:

“Y a mi los tuyos, al principio estaba nerviosa pero son unos genios. Mañana a la tarde estas libre? Tengo una canción que compuse para vos y te la quiero mostrar”.

Nanny:

“Siiii estoy, me muero, sos un tierno. A que hora voy?”

Julio:

“A la hora que quieras, si queres te voy a buscar a tu casa, no tengo problema”.

Presioné mi dedo en la pantalla táctil del celular y bajé hasta uno de los primeros mensajes que tenía con él.

Julio:

“Te veo desde aca, estás hermosa”.

Nanny:

“Callate bobo, no te burles. Mama me obligo a usar este vestido”.

Bajé un poco más y me detuve para leer algunos más.

Julio:

“Lucas te jode? Decime la verdad Nanny, no me voy a enojar. Y si queres cambiarme por el no dudes en hacerlo, si no sentís nada por mí no estes conmigo por lastima o solamente para olvidarte de el…”

Nanny:

“No Julio, te juro que el no me gusta, te lo digo en serio. Jamas te cambiaria, vos me hacés muy feliz y estuviste conmigo cuando mi tía murió y cuando mi familia y yo estábamos pasando por los peores momentos. Te quiero y mucho, no pienses esas cosas. Mira, me gustaría contártelo todo en persona, ¿dónde estás? Ahora mismo voy y quiero que hablemos, no quiero que te sientas inseguro sobre lo que somos”.

Julio:

“No, deja que yo vaya, vos no te muevas de ahí, ¿dónde estás?”

Nanny:

“En la estación del tren”.

Julio:

“QUEEE? QUE HACES AHÍ?? No hagas nada por favor”.

Nanny:

“Tranquilo, solamente estoy observando las vías, estoy sola y en silencio. Solamente quiero recordar a mis primos”.

Julio:

“No te muevas de ahí, no intentes nada, ahora mismo te voy a buscar y hablamos”.

Nanny:

“No te preocupes, estoy bien. Solamente quería vencer mi miedo y lo logré julio, lo logré”.

Un fuerte ronquido me sobresaltó y observé hacia la oscuridad deseando que nadie se acercara. Suspiré y seguí con lo mío.

Tizi:

“hola boluda, te juro que estoy re feliz por saber que somos cuñadas. Re loco que el julio sea mi medio hermano no? Que viejo de mierda tengo, pero al menos tengo un hermano y no estoy del todo solo jajaja. Mama ya se calmo y no esta mas enojada y le cayó bien julio, dijo q es muy educado. Le fazino la idea de q sabe tocar el bajo y cuando viene a casa le pide q le toque sus temas favoritos, pobre de tu novio”.

Nanny:

“Me alegro amigo, y sí, Julio es un buen chico… no me sorprende para nada, toca muy bien el bajo”.

Tizi:

“Che amiga, necesito contarte muchas cosas… y ahora que omar desapareció (perdón por ser un hdp pero todos estamos felices) me di cuenta de algo”.

Nanny:

“de que te diste cuenta?”

Tizi:

“mejor te lo cuento en persona, queres? Mañana cuando nos veamos en el cole te cuento”.

Nanny”:

“dale”.

 

Justina:

“Nanny, cual es la respuesta del punto uno? Y la del dos? Pasamelas porfa, anoche no pude estudiar”.

Justina:

“Nanny, no sabes si la policía pudo encontrar a omar? Ya hace una semana desaparecio y lo extraño. Yo se que nos hizo mal a todos, pero llegué a querero y ahora no puedo mas, no sabiendo que voy a ser madre y el no sabe nada”.

Nanny:

“Amiga, todavía no tenemos noticias de omar pero en cuanto las tengamos te llamo si?

Nanny:

“El otro día me pareció verlo en la ventana de la cocina. Pero creo que fue mi imaginación… de seguro Susana se lo llevó :( “.

Justina:

“Boluda pensé que era la unicaaaa!! Ayer a la noche antes de dormirme vi su sombra en mi ventanaaa!! Me levanté corriendo y me acerqué pero no estaba. Y el otro dia mientras me estaba cambiando y estaba casi desnuda juro por dios que se aparecio por un milésimo de segundo en la ventana y me miro! Me miro! Tengo esperanzas de que vuelva amiga. Y no creo que esa vieja chota se lo haya llevado si tu tia le dijo toda la verdad y Susana desaparecio antes!!”

Nanny:

“Boluda, si me decis que te miro cuando estabas casi desnuda entonces si es el!!! OMG estará cerca??? Porque se esconde de nosotros??Si supiera que mis viejos lo están buscando como locos porque quieren hacer las pases…”

Justina:

“Tengo esperanzas amiga, tengo esperanzas”.

 

No pude más, los dolores de mi cabeza se hacían cada vez más fuertes y la tristeza era constante. No lo resistí, salí corriendo de ahí. No podía seguir confundiéndome con sus palabras, de seguir sintiendo que podría tener otra oportunidad cuando en realidad no es así.

Yo separé a Lucas de Nanny. Habrían hecho una pareja hermosa. Y Lucas hubiera sido feliz, él podría haber tenido a Nanny cuando sus padres murieron en aquel accidente. Nanny jamás hubiera sufrido tanto.

Y yo no me sentiría tan culpable.

Yo no sería tan mierda.

Justina no estaría enamorada de un pedazo de mierda como yo, ella podría haber encontrado a un hombre mejor que no la dejara embarazada la primera vez y que sobre todo la valoraría mucho más. Yo solo la usaba, yo solo me divertía con ella. ¿Por qué ahora siento que la quiero? ¿Por qué siento ahora que fui una mierda al haberla abandonado?

Tengo que desaparecer definitivamente de sus vidas, porque después de todo, nací con el mismo destino que mi hermano.

Morir.

Corrí, corrí, corrí, corrí.

Sabía a dónde tenía que ir. Mis últimos minutos habían llegado. Yo cagué todo, yo cagué todo.

Mis pies se acercaron hacia aquel lugar, hacia aquella pequeña placa que llevaba grabado el nombre de mi hermano gemelo, el que perdí hace mucho tiempo.

A su lado, estaba todavía la tierra removida y una pequeña planta había crecido sobre ella.

Mamá.

Lloré, lloré, lloré, lloré. Grité, grité, grité, grité. Me lamenté, me lamenté, me lamenté, me lamenté.

Y dejé de existir para estar con ellos.

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