Dollhouse (Terminada - SIN ED...

By ItsDenissse

36.5K 2.4K 317

"Entró a la habitación y nos quedó mirando. Su sonrisa diabólica heló mi sangre e hizo que mi miedo aumentara... More

Prólogo.
Uno
Dos
Tres
Cuatro.
Cinco.
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintidós (Final)
Epílogo

Veintiuno

748 59 0
By ItsDenissse


Desperté asustada en mitad de la noche, encendí el celular y marcaban las cuatro de la madrugada. Miré a mi lado y Clari seguía durmiendo tranquilamente, así que procurando no despertarla, me levanté con cuidado y fui hasta el pequeño balcón que había en la habitación para poder sentarme ahí y fumar un cigarro tranquilamente.

Aún estábamos asustadas y todas éstas últimas noches había dormido horrible, tenía constantes pesadillas y apenas podía conciliar el sueño. Dormía un par de horas y ya no podía pegar ojo en todo lo que quedaba de noche.

Lo único que hacía ahora era pensar, darle vueltas a lo que estába viviendo y recriminandome por confiar en una completa desconocida que me envió al mismo infierno. No podía creer todo por lo que había pasado.

Sufrí maltrato, abuso sexual, me drogaron miles de veces, me insultaron otras cuantas más... Me hicieron sentir que mi vida no valía ni un solo peso. Hicieron de mi alguien sin esperanzas, alguien muerta en vida, pero no importaba cuan rota pudiera estar por dentro, porque yo debía luchar, no por mi, sino por mi hijo. En mi país me esperaba alguien que dependía de mi, me esperaba mi pequeño angelito y yo no podía darme por vencida, mucho menos ahora que logré salir de ese calvario. Ahora debíamos encontrar la forma de regresar a nuestro País, debíamos volver con muestras familias antes de que ellos nos vuelvan a encontrar.

—¿Qué haces despierta a ésta hora? —la voz de Clari me hizo sobresaltar en mi lugar y la miré con rostro asustado— lo siento, no quise asustarte. 

Se sentó a mi lado y sacó un cigarro de la cajetilla, lo encendió y dejó escapar el humo mientras se dejaba caer en el pequeño sillón.

—No podía dormir. —dije en un murmuró— No paro de pensar en mi mamá y en Camilo, en si estarán bien, si aun nos esperan o ya perdieron las esperanzas.

—No las han perdido, yo se que no y puedo apostar a ello. —su mano agarró la mía y le dió un suave apretón— Y estoy segura que Justin tampoco se ha dado por vencido.

La mención de su nombre me hizo dar un brinco en el estómago, peor que las típicas mariposas que uno siente.

»—¿Qué sucede con él?, quiero saber lo que sientes por Justin. —dijo mirándome con una sonrisa divertida en su rostro haciéndome negar.

—Es tan raro, todo ésto. —eleve mi mano para darme a entender— No sé en qué momento pasó pero me comenzó a gustar, y él se mostró tan pendiente de mi. Me ayudó a mantener las ganas de volver a casa, me salvó de pasar noches con desconocidos, y simplemente se quedaba conmigo para conversar durante las horas que había pagado. Se arriesgó un montón de veces para verme a salvo, como cuando fue al calabozo para ver si aún seguía viva. Por mas que estábamos en medio de un sitio hostil para conocernos, él me hizo despegar de la realidad en la que estaba sólo con abrazarme. —la ganas de llorar me hicieron doler la garganta— Pero ahora miro todo a mi al rededor y ni siquiera se donde estamos o si algún día lo volveré a ver. Por más promesas que hayan, ¿Qué podría darle yo? —mire a mi amiga aguantando las lágrimas— una chica con un hijo, sin estudios, viviendo la casa de su madre aún. No le podré dar nada.

—No digas eso, tú eres capaz de mucho y sé que saliendo de aquí lograrás todo lo que te propusiste antes. —su mano agarró la mía y le dió un suave apretón— Recuerdas que me dijiste, hace mucho tiempo, lo que estudiarias una vez Camilo esté un poco más grande.

Yo asentí con una sonrisa de lado— Masoterapia.

—Es lo que te gusta, y debo decir por enésima vez, que tus manos son maravillosas. Eso es lo tuyo, y dijiste que en un año más estudiarias. Tener un hijo siendo joven no te hace menos que nadie, y si Justin está dispuesto a estar contigo después de ésto, será genial; y sino, se puede ir a la mierda porque perderá a una mujer muy valiosa.

Sonreí a medias apoyándome sobre su hombro, ella por su lado comenzó a acariciar mi mejilla y dejó un pequeño beso en mi cabello.

»—Ya verás como nuestra vida cambia, y ésto sólo será un mal recuerdo.

Y esperaba que eso sea cierto, quería creer en sus palabras, pero tenía tanto miedo de lo que nos pudiese pasar. Estábamos en un país completamente diferente, con gente que no habla nuestro idioma y con los que apenas nos podemos comunicar hablando inglés. Allá afuera nos buscan, y harán de todo por encontrarnos, y si Justin y su equipo no nos encuentran antes, ellos lo harán y no volverán a saber de nosotras.

Nos quedamos dormidas sobre aquel sillón en el pequeño balcón que había en nuestra habitación, y a la mañana siguiente apenas nos levantamos, nos pusimos a ver la forma de llegar a la embajada chilena, la que desgraciadamente estaba a unas tres o cuatro horas de aquí ya que estaba en Abu Dabi.

No sabíamos cómo llegar, qué decir y si en verdad nos ayudarían pero, no perdíamos nada intentándolo. Debíamos hacer algo para​ salir de aquí, debíamos mandar señales para que no pararan de buscarnos.

—¿Llevas todo? —asentí tomando mi mochila con todo lo que traía, guardé los boletos del bus en mi bolsillo y miré a mi amiga nerviosa.

Viajariamos hasta esa ciudad y encontraríamos la forma de llegar a la embajada, pero primero debíamos escabullirnos muy bien, porque sabía que habían hombres por toda la ciudad buscándonos, y sé que no se darían por vencidos tan fácil.

—Tenemos que pasar a comprar algo para comer en el viaje, no pienso estar con el estómago vacío.

—¿Alguna vez no piensas en comida? —le pregunté divertida saliendo de la habitación primero que ella— ni si quiera en momentos como éste.

—Pues tengo hambre, y puede ser el fin del mundo pero en serio necesito comer ahora o voy a desmayarme.

—Deja de ser exagerada —me largue a reír mientras caminábamos por el pequeño pasillo en dirección al ascensor.

—Benja siempre se reía de mi por eso —dijo con una sonrisa, la cual segundo a segundo se hizo rota— Lo extraño...

Ni siquiera pudo terminar bien la frase ya que su voz la dejó y sus mejillas se llenaron de lágrimas. Odiaba verla así, odiaba ver a mi hermana sufrir. Sabía cuánto extrañaba a su novio, como no hacerlo si hasta yo lo extrañaba demasiado.

La abracé por los hombros y dejé que llorara en los míos hasta que las puertas se abrieron y nos dieron paso a la pequeña recepción. Ella secó sus lágrimas rápidamente y seguimos nuestro camino, anteriormente habiamos dejado pagado todo y ahora sólo nos quedaba irnos.

Caminamos por la calle intentando agarrar un taxi, el calor aquí era insoportable, y yo así me quejaba de los 32° que hacían en mi país cuando estábamos en verano, cuando aquí habían como 50°.

Pasamos por un supermercado y compramos cosas para beber y poder comer arriba del bus, nos repartimos todo en las mochilas de ambas y ahora si emprendimos camino hasta la estación de buses.

—Será un largo viaje —dijo Clari una vez llegamos a la estación de buses.

—Si, pero hay comida de sobre así que al men... —Clari tomó mi brazo y me hizo pegarme detrás de una pared— ¿Qué pasa?.

—Tony —y con la sola mención de su nombre mi sangre se heló.

—¿Qué? —dije sin creer lo que decía, me era imposible.

—Está ahí, junto a uno de los buses —asomó su cabeza y luego yo hice lo mismo, viendo como hablaba por teléfono.

Habían dos hombros más o menos sospechosos para nosotras, miraban para todos lados en busca de alguien y tenían contacto visual con Tony de vez en cuando, lo que nos aseguró que si eran sus hombres.

—Debemos ir al bus, ya estamos en la hora y si no vamos arrancará y nos quedaremos aquí a que nos atrapen.

—Tranquila, ¿Vale?, no nos van a encontrar. No ahora que hemos llegado tan lejos. —hablé segura, viendo como llegar al bus sin que ellos nos pillaran primero.

Algo que agradecí es que en terminal de buses estaba lleno de gente, por lo que sería fácil para nosotras escondernos entre entre ellos y pasar desapercibidas lo mejor posible, así que cuando estuvimos listas, corrimos hasta un gran pilar de fierro que habia en mitad del pasillo y ahí nos escondimos unos segundos, siempre vigilando a los tres hombres que venían por nosotras.

—Vamos, por ahí. —apuntó Clari a un sector más cerca del bus en donde había otro gran pilar— después de ese nos metemos al bus y ya.

Asentí— Vamos.

Agarré bien su brazo para no perderla, pero cuando íbamos corriendo y vigilando que no nos vieran, ambas chocamos con una señora y votamos su maleta, pero gracias al cielo casi nadie se percató y no hicimos gran escándalo, recogimos su maleta y le pedimos disculpas antes de salir corriendo y meternos en el bus casi en cucliquillas. Llegamos a nuestros asientos, que gracias a Dios eran casi los últimos, y ahí nos mantuvimos lo más escondidas posible, rezando para que el bus partiera pronto y por fin escaparamos de aquél maldito hombre que nos hizo sufrir por tantos meses.

—Tranquila, ya estamos a salvo. —hablé soltando un suspiro y cerrando mis ojos, intentando calmarme.

—No por mucho, se estan subiendo a los buses. —dijo Clari con voz ahogada viendo por la ventana.

—Ya casi es la hora de partir, no alcanzan a venir a éste bus.

Y como si el conductor me hubiese escuchado, subió cerrando las puertas y posicionándose para encender el bus y por fin partir, vimos como Tony y uno de sus hombres bajaban de un bus, y eso fue lo último que vimos de ellos, ya que los dejamos atrás sintiendo un gran alivio al saber que por fin nos habíamos librado de ellos, y esperaba que para siempre.

Pasaron unas dos horas y aún seguíamos camino a la ciudad, y nos faltaban otras horas más así que mejor nos poníamos cómodas ya que el viaje sería algo largo. Me acomodé en el asiento y suspire viendo como la mayoría de las personas dormían en sus asientos o veían alguna película, ellos estaban tan ajenos a todo el infierno por el que habiamos pasado, y ojalá ser como ellos, que viajaron hasta aquí solo por placer, y no porque fueron raptados por un grupo de mafiosos esperando a venderte al mejor postor. Me encantaría poder cerrar mis ojos y regresar a mi país, a mi casa con mi hijo y mi mamá, ver a mis amigos y a las personas que quería, y olvidar todo lo que he vivido estos meses. Olvidar toda esta tortura y dejar el millón de recuerdos atrás, enterrarlos en un lugar lejano de mi mente y jamás volver a sacarlos a la luz.

—¿Quieres comer?, a mi ya me dió hambre. —comentó mi amiga a un lado mío, sacando la bolsa qur habiamos traído llena de provisiones.

—Si, la verdad es que ya me dió hambre también. —dije sonriendo a medias.

—¿Sabes?, pensaba que, a pesar de todo ésto, la hemos sacado barata. —dijo abriendo el envoltorio de una hamburguesa ya fría— Pudieron habernos llevado a otro país, pudieron habernos separado de las chicas, me pudieron haber alejado de ti, pero aquí estamos ahora. —dijo dándole un mordisco y soltando una risa silenciosa— Comiendo hamburguesas heladas en un bus camino a la ciudad en donde está nuestra embajada, ¿Quién contaría algo como eso?. —me quedó mirando unos segundos y limpió su boca con el dorso de su mano— Después de ésto si que eres mi hermana. —dijo mirándome con una sonrisa divertida en sus labios, pero algo temblorosa— Te amo con mi vida Ara, y te juro que si no te hubiese tenido a mi lado todo este tiempo, ya me hubiese dado por vencida.

Sus ojos se pusieron llorosos y soltaron las lágrimas que se habían acumulado en ellos, haciéndome llenar de una sensación de tristeza y alivio al saber que aún seguíamos juntas, después de todo lo que habíamos pasado.

—Eres mi mejor amiga, mi hermana, mi todo. —tomé su mano y le di un apretón— Desde siempre hemos estado juntas y ahora se que hoy más que nunca, somos fuertes.

—Siempre lo hemos sido, pero ahora nos hemos dado cuenta de cuanto lo somos —dijo secando sus mejillas y yo las mías— ¿Qué harás cuando llegues a casa?.

Dijo con una sonrisa mucho más animada.

—Abrazare a Camilo y no lo soltaré, tampoco a Mamá. —sonreí recordando a las dos personas que mas amo en el mundo— Quiero llegar y correr hasta ellos y no soltarlos nunca más.

—También quiero ver a mamá, me muero por uno de sus panes amasados, o uno de sus brazos de reina. —mordí mi labio recordando lo rico que era eso— Y quiero ver a Benja, quiero besarlo y no separarme más de él, lo he extrañado tanto.

Lo último ya lo dijo llorando, deber ser horriblemente duro no estar con quien amas no verlo en meses y ni siquiera por una decisión propia. Ellos se aman tanto que estoy segura que cuando se vean, no se querrán alejar del otro por mucho tiempo.

Me encantaría tener en casa alguien que me esperara como se que Benjamín espera a Clari, que me amara tanto como ese chico loco ama a esta loca. Y eso me hacía pensar en Justin y en el ridículo momento en el que lo conocí, no pude conocerlo en uno peor. Me pregunto si después de ésto nosotros nos veremos, o si habrá una oportunidad de ser algo más. Pero eso lo vería cuando fuera el momento, aunque me encantaría que fuera pronto.

...

Nos bajamos del bus horas después, era de madrugada y en el terminal había muy poca gente ya, sólo la que iba llegando recién. Hacía calor todavía, aunque fueran las dos de la madrugada, así que era algo a favor de nosotras ya que al menos no pasaríamos frío mientras buscábamos donde quedarnos.

Encontramos un hotel en el centro de la ciudad y escogimos la habitación más barata que había, a pesar de haber dormido en el bus, no era lo mismo que dormir en una cama, así que a penas pegamos las cabezas en las almohadas, caímos en un profundo sueño hasta el otro día.

Sentí como el colchón a mi lado se movía y luego dejaba de moverse, para después sentir una puerta ser cerrada y luego el agua caer. Debían ser las diez de la mañana como mucho, pero podía sentir un sol terrible detrás de las cortinas de la habitación, lo que me hacia preguntarme si etan las diez o eran las tres de la tarde. Abrí mis ojos y pasé mis manos por ellos intentando acostumbrarme a lo iluminada que estaba la habitación en esos momentos. Apreté un botón del celular que traía conmigo y me fijé en que no estaba tan alejada de la hora que pensaba que era, el reloj marcaba las 10:38 de la mañana así que era temprano aún, pero debíamos salir rápido y encontrar la embajada, lo único que quería era salir de aquí y no volver a estas tierras nunca más.

—Buenos días. —la voz de Clari me hizo mirar en su dirección y la vi salir del baño secando su cabello con una toalla— Podrías ir a bañarte y yo pido que nos traigan algo para comer.

—¿Estás diciendo que huelo mal o algo así...? —la miré entrecerrandomis ojos en su dirección y ésta simplemente se encogió de hombros.

—Yo sólo digo.

Entré al baño riendo y me di una ducha rápida, y cuando salí ya vestida, había comida en un pequeño carrito al centro de la habitación.

—¿Te parece si comemos y nos vamos?, no podemos perder tiempo. —yo asentí estando de acuerdo.

—Tampoco quiero perder tiempo, lo único que quiero es salir de aquí lo antes posible.

Terminamos de desayunar y una vez listas, recogimos todas nuestras cosas y fuimos hasta la recepción para pagar por la noche que habíamos pasado en aquél hotel, nos marchamos y comenzamos a buscar como llegar hasta la embajada sin perdernos antes, y la verdad es que tardamos horas en llegar, pero al menos llegamos, y ver la bandera de mi país flamear en el aire, me llenó los pulmones de un alivio inconmensurable, haciéndome llorar sin poder controlarlo al saber que por fín estabamos a salvo.

Los guardias que nos vieron nos preguntaron si estábamos bien, supongo que no era normal encontrarse con dos chicas afuera de la embaja llorando a mares con tan solo ver una bandera, y al contarles los sucedido y de dónde veníamos, nos derivaron hasta una de las oficinas policiales que habían ahí dentro, pero he de admitir que el alivio que senti al ver mi bandera no se comparaba al alivio que sentí cuando lo vi, a él de nuevo.

—¿Justin? —susurre cuando vi su perfil a los lejos, conversando con un hombre mientras su semblante estaba serio.

Y como si fuera obra de magia, su mirada llegó a la mía como si lo hubiese llamado, y creo que fue la expresión mas linda que vi en él. Alivio y emoción pura.

No pude evitar correr hasta él, evitando chocar con cualquier persona que tuviera en mi camino, y por fin lanzándome a sus brazos, a esos brazos que no tenía a mi al rededor hace tanto tiempo. Sentí como sus manos me apretaron contra él y me unieron aún más a su cuerpo, enterrando su cabeza en mi cuello y dejándome sentir su aroma, ese aroma que había extrañado todo éste tiempo lejos de él.

—Justin —dije su nombre por segunda vez, intentando procesar de que por fin estaba con él, por fin lo veía— Dios...

No tardó demasiado tiempo en unir sus labios a los míos, algo que agradecí enormemente ya que si pasaba otro segundo sin sentirlos sobre los míos, comenzaría a volverme loca. Y creo que fue el beso más nostálgico y necesitado de la vida, jamás lo había sentido tan desesperado. Y que puedo decir de mi, si yo también estaba desesperada por sentirlo junto a mi.

—Arabella, ¿Por qué te fuiste?, ¿Por qué no te quedaste ahí?. Estabamos a punto de encontrarlas y cuando lo hicimos no estaban. —sus manos agarraban mis mejillas, sujetandoms contra él— No sabes todo lo que llevamos buscandolas, no sabes lo desesperado que estaba por tenerte aquí conmigo.

—No sabía que nos buscaban, estaba volviéndome loca ahí, debía escapar. —dije dejando salir mis lágrimas— No sabía si te volvería a ver, yo sólo quería salir de ahí.

Enterré mi rostro en su pecho, como muchas noches lo había hecho, intentando que fuera mi refugio.

—Shh... Ahora estás bien, cariño. Estás conmigo y nada te pasara a partir de hoy, te prometo que nadie más te hará daño. —besó mi frente y me volvió abrazar, dejándome ahí protegida entre sus brazos, como soñé tantas veces durante éste horrible trayecto hasta aquí.

Por fin lo había encontrado, por fin estaba con él nuevamente y me sentía protegida a su lado, y ahora sólo quedaba esperar al momento en el que nos dieran la autorización de poder viajar a Chile, y luego de eso me podría sentir completa.

***

He tardado demasiado en subir, lo sé, pero se me va la inspiración y no he tenido demdiado tiempo, a penas subo en mis otras historias también.


S

in duda las amo por seguir aquí, merecen el cielo.


Nos leemos pronto, las amo ♡♡

Continue Reading

You'll Also Like

24.8K 1.1K 29
Esta es la historia de un chico llamado Daniel, Daniel es un chico ciego de 19 años de edad y un día en una cafetería conoce a una chica llamada Lau...
84.2K 6.6K 49
"¡¿Eres uno de ellos?!" "Sí, pero de una organización diferente, ahora camina" "¡Suéltame! ¡Suéltame asesino!" "Ya te lo dije. El mundo está lleno de...
76.4K 4.5K 32
Ella una Diosa que busca amor Bella ,tierna,testaruda. El alpha supremo Rey de los Licantropos también en busca de esa persona especial que lo ame ...
35.2K 2.6K 15
El llanto de dos bebés distintos y la unión de ambos en un solo ser, ha empezado la profecía. Y solo uno podrá salvarlos a todos. °°°°°°°°°°°°°°...