Veintiuno

748 59 0
                                    


Desperté asustada en mitad de la noche, encendí el celular y marcaban las cuatro de la madrugada. Miré a mi lado y Clari seguía durmiendo tranquilamente, así que procurando no despertarla, me levanté con cuidado y fui hasta el pequeño balcón que había en la habitación para poder sentarme ahí y fumar un cigarro tranquilamente.

Aún estábamos asustadas y todas éstas últimas noches había dormido horrible, tenía constantes pesadillas y apenas podía conciliar el sueño. Dormía un par de horas y ya no podía pegar ojo en todo lo que quedaba de noche.

Lo único que hacía ahora era pensar, darle vueltas a lo que estába viviendo y recriminandome por confiar en una completa desconocida que me envió al mismo infierno. No podía creer todo por lo que había pasado.

Sufrí maltrato, abuso sexual, me drogaron miles de veces, me insultaron otras cuantas más... Me hicieron sentir que mi vida no valía ni un solo peso. Hicieron de mi alguien sin esperanzas, alguien muerta en vida, pero no importaba cuan rota pudiera estar por dentro, porque yo debía luchar, no por mi, sino por mi hijo. En mi país me esperaba alguien que dependía de mi, me esperaba mi pequeño angelito y yo no podía darme por vencida, mucho menos ahora que logré salir de ese calvario. Ahora debíamos encontrar la forma de regresar a nuestro País, debíamos volver con muestras familias antes de que ellos nos vuelvan a encontrar.

—¿Qué haces despierta a ésta hora? —la voz de Clari me hizo sobresaltar en mi lugar y la miré con rostro asustado— lo siento, no quise asustarte. 

Se sentó a mi lado y sacó un cigarro de la cajetilla, lo encendió y dejó escapar el humo mientras se dejaba caer en el pequeño sillón.

—No podía dormir. —dije en un murmuró— No paro de pensar en mi mamá y en Camilo, en si estarán bien, si aun nos esperan o ya perdieron las esperanzas.

—No las han perdido, yo se que no y puedo apostar a ello. —su mano agarró la mía y le dió un suave apretón— Y estoy segura que Justin tampoco se ha dado por vencido.

La mención de su nombre me hizo dar un brinco en el estómago, peor que las típicas mariposas que uno siente.

»—¿Qué sucede con él?, quiero saber lo que sientes por Justin. —dijo mirándome con una sonrisa divertida en su rostro haciéndome negar.

—Es tan raro, todo ésto. —eleve mi mano para darme a entender— No sé en qué momento pasó pero me comenzó a gustar, y él se mostró tan pendiente de mi. Me ayudó a mantener las ganas de volver a casa, me salvó de pasar noches con desconocidos, y simplemente se quedaba conmigo para conversar durante las horas que había pagado. Se arriesgó un montón de veces para verme a salvo, como cuando fue al calabozo para ver si aún seguía viva. Por mas que estábamos en medio de un sitio hostil para conocernos, él me hizo despegar de la realidad en la que estaba sólo con abrazarme. —la ganas de llorar me hicieron doler la garganta— Pero ahora miro todo a mi al rededor y ni siquiera se donde estamos o si algún día lo volveré a ver. Por más promesas que hayan, ¿Qué podría darle yo? —mire a mi amiga aguantando las lágrimas— una chica con un hijo, sin estudios, viviendo la casa de su madre aún. No le podré dar nada.

—No digas eso, tú eres capaz de mucho y sé que saliendo de aquí lograrás todo lo que te propusiste antes. —su mano agarró la mía y le dió un suave apretón— Recuerdas que me dijiste, hace mucho tiempo, lo que estudiarias una vez Camilo esté un poco más grande.

Yo asentí con una sonrisa de lado— Masoterapia.

—Es lo que te gusta, y debo decir por enésima vez, que tus manos son maravillosas. Eso es lo tuyo, y dijiste que en un año más estudiarias. Tener un hijo siendo joven no te hace menos que nadie, y si Justin está dispuesto a estar contigo después de ésto, será genial; y sino, se puede ir a la mierda porque perderá a una mujer muy valiosa.

Dollhouse (Terminada - SIN EDITAR)Where stories live. Discover now