Amar a tu enemigo

By andr_ls

7K 423 139

Allen Levellier, un joven chico de 17 años, gay autoproclamado, alto, con el pelo blanco y ojos de un profund... More

Capítulo 1: Primera carta
Capítulo 2: Primer beso
Capítulo 3: A solas...
Capítulo 4: Arrepentimiento
Capítulo 5: Tierna sonrisa.
Capítulo 6: Despertar
Capítulo 7: La reunión
Capítulo 8: Segundos besos
Capítulo 9: ¿Algo malo se acerca?
Capitulo 10: La calma que precede la tormenta
Capítulo 11: La amenaza
Capítulo 12: Después de lo bueno, siempre llega lo malo.
Capítulo 13: Tu recuerdo
Capitulo 14: El dia antes de la fiesta.
Capítulo 15: La fiesta (Parte 1)
Capítulo 16: La fiesta (Parte 2)
Capítulo 17: Grandes cambios
Capítulo 18: Nuestra última conexión
Especial Navidad [1]
Capítulo 19: Encuentro casual
Capítulo 20: Mis sentimientos por ti...
Capítulo 21: Padre e hijo.
Capítulo 22: Confesiones y tristes desenlaces
Capítulo 23: Recuerdos de infancia
Capítulo 24: Todo esto es mi culpa.
Capítulo 25: Quiero darte lo que nadie más podrá tener.
Especial de navidad [2]
Capítulo 26: Despertar Parte 1
Capítulo 27: Despertar Parte 2
Capítulo 28: No entiendes nada...
Capítulo 30: Deseando poder estar así por siempre.
Capítulo 31: Espera por mí...
Capitulo 32: Reaparición
Aviso

Capitulo 29: Nueva carta

49 2 0
By andr_ls


~Lavi~

Había decidido volver a escribir otra carta más de mi alter ego Caryl Livic para intentar que los recuerdos de Allen despertases de alguna forma, pero no sabía ni cómo comenzar esta. En estas semanas habían pasado demasiadas cosas y Allen había vivido cosas para las que ninguno de nosotros está preparado y en cierta forma siento que yo soy el detonante de todo eso, igual sería mejor que nunca me recordase y viviese su vida.

Al llegar a casa Loki me recibió con una sonrisa.

-¡Lavi la abuela está en casa!- ¿La abuela Katherine estaba de visita? Era algo inusual.

-Lavi al fin estás en casa, tenía muchas ganas de hablar contigo.

-Abuela me alegro mucho de verte otra vez ¿Ha pasado algo?

-Hace un par de días recibí una llamada de un conocido desde hace muchos años diciéndome que su querido hijo había despertado del coma.- ¿Conocido? ¿Se referirá a Edgar?

-¿Te refieres a Allen?

-Exacto, su padre me llamo porque quería que fuera a ver a su hijo.

-¿Para qué?

-Para que le hablase de su madre.

-¿Conocías a la madre de Allen?

-De eso es de lo que quiero hablar contigo. Creo que hay muchas cosas que debes saber.

-¿Entonces no has venido a verme abuela?-Pregunto Loki un poco apenado.

-Claro que también he venido para ver a mí querido nieto y sabes que puedes venir a verme cuando quieras.

-¿Lo dices enserio?-su expresión había cambiado completamente.

-Claro que sí. -Respondía acariciando su mejilla. Loki siempre había querido mucho a la abuela Katherine aunque desde que nuestra madre se fue a venido a esta casa en ocasiones contadas debido a su mala relación con nuestro padre.

-Abuela vayamos al salón para hablar más cómodamente ¿Loki has hecho tus deberes?

-Si...-respondió desviando la mirada hacia el suelo, mentiroso.

-No me mientas. Ve a hacerlos, luego podrás estar con la abuela todo lo que quieras.

-Está bien...pero luego jugaras conmigo ¿Verdad abuela?

-Claro que si- respondió con una sonrisa

Tras eso Loki subió a su habitación y nosotros nos dirigimos al salón, preparé un par de cafés en la cocina y los deposité en la mesa que se encontraba entre el televisor y los sofás. Mi abuela se encontraba sentada en una de las butacas con la mirada perdida.

-Soy todo oídos abuela.

-De acuerdo. Lo primero de todo decirte que está es una historia un poco larga ¿Recuerdas cuando conociste a Allen?

-Claro que si, cuando tenía siete años en el parque.

-En eso te equivocas pero es normal. Allen y tú os conocéis desde que erais unos bebes de hecho yo os he llegado a cuidar a los dos en mi casa.

-¿Qué?

-Veras esta historia se remonta a cuando tu madre era una niña. Cuando tu abuelo y yo nos mudamos y decidimos comprar una mansión en el barrio rico de la ciudad. Nuestros vecinos por aquel entonces eran los Levellier.

-¿Los abuelos de Allen?

-Exacto, ellos tenían un hijo de la misma edad que tú madre, era un chico muy enérgico y extrovertido. El primer día que conoció a Sarah literalmente la obligó a salir de casa para jugar, tu madre era demasiado tímida.

No entendía muy bien por qué me estaba contando todo esto pero escuchar cosas sobre mí madre de pequeña era algo que me gustaba. La echaba demasiado de menos.

-Con el paso del tiempo tu madre y Edgar se hicieron inseparables, eran los mejores amigos decían.-recordó mi abuela con una sonrisa.-Tu madre siempre estuvo enamorada en secreto de Edgar pero nunca se atrevió a decir nada.

-¿Lo dices enserio? ¿Por qué no lo hizo?

-Porque tu madre sabía perfectamente que Edgar estaba locamente enamorado de Layla, la madre de Allen. Conocieron a Layla cuando tenían quince años, era una chica muy guapa que acababa de mudarse con su familia a la ciudad. Al igual que con tu madre, Edgar fue el que se acercó a ella ya que no tenía amigos. Fue por aquel entonces cuando todos se conocieron y se hicieron amigos.

-¿A quienes te refieres con todos?

-A tus padres, a los de Allen y Lenalee y a otra chica que apareció más tarde, ahora mismo no puedo recordar su nombre, solo recuerdo que siempre tuvo muchos problemas familiares. La pobre murió hace más de diez años, era demasiado joven para terminar así.

-¿Todos nuestros padres se conocían desde el instituto?

-Exacto, por eso Edgar quiere que hable con Allen para contarle cosas de su madre, al fin y al cabo yo ayudé a Edgar a conquistarla.

-¿Por qué lo hiciste si mi madre le amaba?

-Porque era algo que yo no sabía y cuando tu madre me lo dijo me pidió que le siguiera apoyando, que ella quería verlo feliz y su felicidad estaba junto a Layla.

-Mi madre fue muy valiente, yo no podría ver a la persona que amo con otra persona.

-Tu madre era su mejor amiga y quería seguir siéndolo durante toda su vida, aunque luego las cosas cambiaron demasiado.

-¿A qué te refieres?

-Después de que Layla y Edgar comenzasen a salir tu madre estaba destrozada, delante de ellos fingía pero ellos tampoco eran tontos. Sabían que le pasaba algo, lo único que no sabían era el qué.

-¿Y qué es lo que hicieron?

-Ellos no pudieron hacer nada. Por aquel entonces fue Carl,el padre de Lenalee el que apoyo mucho a Sarah, se le notaba a leguas que estaba enamorado de ella-dijo esbozando una sonrisa.

-¿Mi madre llego a sentir algo por él?

-Por aquel entonces tu madre solo lo podía ver cómo un buen amigo. Tenía el corazón roto y pensaba que no podría volver a querer a otra persona como quería a Edgar. Carl tuvo el valor de confesarle sus sentimientos cuando se graduaron pero Sarah le dijo que solo lo podía ver cómo un buen amigo.

-Pobre Carl, hay pocas cosas peores que no ser correspondido.

-Para Sarah todo cambio en la universidad, fue ahí donde conoció a tu padre. Por aquel entonces Lyonel era un muchacho encantador y muy atractivo, él provenía de una familia humilde y era un estudiante becado, recuerdo que para pagarse los estudios trabaja en un bar.

-¿Mi padre camarero? Eso es algo que no puedo imaginarme.

-Pues lo era, poco a poco Sarah y él se fueron acercando cada vez más, Sarah sonreía otra vez como antes y eso fue algo que nos alegro a todos, sobre todo a Edgar. Comenzaron a salir al año de conocerse y a los pocos meses fue cuando nos lo contó.

-¿Al año? Si que tardaron...

-El primero de ellos en casarse fue Edgar. Con solo 25 años, al año siguiente se casaron tus padres y poco más tarde Carl con una joven debido a un matrimonio concertado. El tiempo pasó y tus padres tuvieron a Lyam tu hermano mayor, para aquel entonces tu padre ya trabajaba en la empresa de tu abuelo e iba escalando puestos, eran un hombre con demasiadas ansias de poder, pero quería a tu madre o eso aparentaba.

-Mi padre nunca ha querido a nadie...

-Eso no es cierto, yo sí creo que amó a tu madre, pero el poder y el dinero superaron ese amor...

-Mi madre merecía y merece ser amada.

-Por eso se fue, para huir de tu padre y ser feliz pero para ello tuvo que pagar un precio...

-Lo se...

-Como iba contando enseguida de casarse ambos matrimonios tuvieron a sus primogénitos, Lucy en el caso de Edgar y Lyam en el caso de Sarah. Edgar y Sarah seguían siendo grandes amigos, de hecho Sarah y Lyonel vivían en la casa familiar y tu abuelo y yo nos mudamos a las afueras. Layla también se había vuelto muy cercana a Sarah ambas solían pasar el tiempo juntas cuidándoos y disfrutando de su tiempo libre. Con los años nacisteis vosotros dos y la alegría de ambas familias aumento si es que era posible e incluso Carl se volvió padre de una preciosa niña, Lenalee. Todo era perfecto hasta que tu padre sucedió a tu abuelo como presidente, descubrió que algunos clientes nos habían dejado para ir con los Levellier y así fue como comenzó la tensión entre las familias. Lyonel comenzó a envidiar y a odiar a Edgar llegando al punto de construir esta casa y mudarse para no tener que verlo.

-¿De verdad fue por eso que comenzó la rivalidad entre las familias?

-Siempre la hubo pero era una rivalidad sana, solo en el ámbito de los negocios, para lo demás era una relación muy buena, pero todo eso cambió cuando Layla falleció. Edgar había quedado destrozado y tú madre quería apoyarlo, comenzó a pasar más tiempo con él, no quería dejarlo solo, cosa que no agradó a tu padre. Le prohibió volver a verse con él.

-¿Acaso mi madre le hizo caso?

-Tu hermano Loki era un recién nacido y tu padre la amenazó con alejaros de ella. Nunca había visto a Sarah tan triste...Cuando Carl se enteró de la situación acudió en ayuda de tu madre, él la seguía amando y no quería verla sufrir. En eso días fue el único que la ayudo y que la hacía feliz aunque solo fuese a ratos.

-¿Por eso se fugaron juntos? ¡Podrían haberme llevado con ellos!

-Lavi tranquilízate, ese era su plan. Ella se divorciaría y os llevaría con ella. Pero Lyonel se enteró de sus intenciones antes de tiempo. Le dio una opción, irse, pero sola...Tu madre la rechazó pero Lyonel le dijo que no tenía más opciones el ya no la quería volver a ver y ella no os vería a vosotros tampoco...

-¿Como pudo hacer algo así?

-Tu padre es un hombre demasiado orgulloso y tú madre se atrevió a dañar ese orgullo. Al día siguiente de esa conversación ella se fue junto a Carl y así ha sido desde entonces. Ahora sabes toda la verdad.

-¿Y qué puedo hacer ahora que la se? ¿Enfrentarme a mi padre? Me hará lo mismo que le hizo a Lyam.

-Lo que quiero que hagas es ayudar a Allen y que ahora sepas que Edgar no es un enemigo, es tu aliado.

-Pero él me amenazó...dijo que debía olvidarme de Allen...

-Siempre hay una razón para todo y Edgar debe contarte la suya. Lo último que tengo que hacer ahora es contarte un cuento.

-¿Un cuento?

-Si, un cuento. Es una historia que Layla contaba a Allen y a partir de la cual creó una canción que era lo único que conseguía dormir a Allen cuando era un bebé. Ahora serás tú el que se la cuente y estoy segura de que así le hará recordar aunque sea a su madre.

-Eso sería el primer paso para su recuperación, pero ¿Por qué no es Edgar quien se la cuenta?

- El le habla de su madre y de como la conoció pero decidió que tú debías ser el que le contase esa historia. Ahora escúchame con atención...

Cuando terminó de contarme la historia se levanto del sofá y fue en busca de Loki ya que como había prometido jugaría con él, yo tenía demasiadas cosas en la cabeza, si ya odiaba a mi padre por lo que le hizo a Lyam y por darnos de lado a Loki y a mí, al saber esto mi odio se había incrementado con creces, me avergonzaba de ser hijo de un hombre así.

Después de estar unos minutos mirando un punto fijo sin hacer nada decidí ir a mi cuarto para escribir hasta que el servicio me llamase para indicarme que la cena estaba lista. Al llegar a mi escritorio saque una de las hojas que utilizaba expresamente para las cartas de Caryl, hasta ese punto todo había sido bastante sencillo. Ahora que llegaba el momento de comenzar a escribir era cuando comenzaban los problemas, no sabía por dónde empezar ni que era lo que quería decir, elegí comenzar la carta como todas las anteriores.

"Querido Allen: 

No sé si te acordarás de mí o no, de todas formas me vuelvo a presentar en esta carta. Soy Caryl Livic tu admirador secreto. Me he enterado de que por fin has despertado del coma, estaba realmente preocupado por ti, me sentía impotente al no poder hacer nada para ayudarte a despertar.

Sé que ahora mismo no lo debes de estar pasando muy bien con el hecho de que no recuerdas parte de tu vida pero sé que tienes a tu lado personas que te ayudarán a ir recordando, por mi parte deberás disculparme ya que esta carta es por puro egoísmo ya que deseo que me recuerdes y que volvamos a ser como antes. Querías celebrar tu cumpleaños conmigo y así conocernos, cuando me lo dijiste me hiciste el hombre más feliz del mundo. Sé que ahora no estás preparado para verme, de hecho es posible que incluso té estés asustando al leer esta carta pero quiero que sepas que estaré a tu lado a través de mis cartas y que solo quiero ayudarte.

Estaré ahí siempre que me necesites. Te quiero y siempre lo haré.

Atentamente:

Caryl Livic"

Termine de escribir la carta sin que me convenciera demasiado pero al final termine introduciéndola en uno de los sobres que guardaba en uno de los cajones y cerré este. Mañana le daría la carta, aprovecharía que Edgar le había dicho a mi abuela que quería hablar conmigo para dejarla en su buzón.

A los pocos minutos el servicio llamo a mi puerta, una joven abrió la puerta y me indicó que la cena estaba lista sin ni siquiera mirarme. Todos los empleados de la casa habían sido elegidos por mi padre y tenían prohibido hablar con nosotros más de lo estrictamente necesario, siempre que quisieran conservar el empleo claro.

Cuando llegue al comedor me sorprendió ver a mi abuela sentada junto a Loki, no esperaba que se quedase a cenar con nosotros.

-Tu hermano insistió mucho.- Dijo leyendo mis pensamientos.

-No pasa nada, al contrario me alegro de que seamos más de dos.

Debido a mi abuela la cena fue mucho más animada que las anteriores que había compartido con Loki. Ella contaba alguna que otra anécdota y Loki no paraba de pedirle que le siguiera contando más. Este niño realmente quería a su abuela.

Un rato después de que terminásemos de cenar se escucho como alguien entraba por la puerta principal, mi padre se había dignado a venir a casa esta noche.

-Será mejor que yo me vaya ya...

-¿Te sientas a mi mesa pero en cuento aparezco yo sales corriendo?-Fue lo primero que dijo mi padre entrando en el comedor.-Buenas noches, así que tú eras la invitada...

-No te atrevas a faltarme al respeto Lyonel, no olvides quién soy y que parte de la empresa de la que tan orgulloso estás sigue siendo mía.

-Tranquila Katherine no olvido quien eres y se perfectamente que eres una de los accionistas mayoritarios de la empresa.

-¿Qué haces aquí?-Pregunto.

-¿Como que qué hago aquí? Es mi casa al fin y al cabo, encima que salgo antes de trabajar para ver a mis queridos hijos ¿Así me lo pagas?.

-No engañas a nadie Lyonel.-Acto seguido me golpeó la cara tirándome al suelo por el golpe.

-Para ti soy y siempre seré "padre" no lo olvides.-Loki se levantó a toda prisa para abrazarme.

-Deja en paz a Lavi.-Lyonel levanto la mano en señal de que iba a golpearle a él también.-Padre...

-Así se hace, deberías aprender más de tu hermano pequeño Lavi.-Se acerco a una de las sillas y se sentó.-Espero que me acompañéis durante mi cena.

-Yo ya me voy.-Dijo la abuela levantándose.

-Katherine es mejor que te vuelvas a sentar y vosotros dos también. Hace mucho que no estamos todos juntos, me encantaría que hablásemos.

Los tres nos volvimos a sentar cómo había ordenado, mi cara comenzaba a hincharse debido al golpe que me acababa de propinar, Loki me miraba con cara de preocupación y mI abuela enfrentaba a mi padre con la mirada. A los pocos segundos entraron un par de criados sirviéndole la cena a mi padre.

-Traigan también una bolsa de hielo para mi hijo. Tu cara es una de tus mejores cualidades y no queremos que eso cambie.

-Vaya muchas gracias por preocuparte.-Dije en un tono irónico.

-Si yo fuera tú dejaría de usar esos tonos hacia tu querido padre, si sabes lo que te conviene...-Noté como Loki me agarraba la mano por debajo de la mesa, el pobre estaba temblando.

-¿Así es como tratas a tus hijos? Estarían mucho mejor conmigo.

-Puede ser pero los hijos tienen que estar con su padre, aunque no quieran.

-Ellos deberían de ser libres de elegir con quién vivir.

-¿Libres? No me hagas reír en este mundo no existe nadie que sea libre.

-Las cosas no son así Lyonel.

-Para ellos sí y bien dime ¿Para qué has venido a mi casa? ¿No me digas que fue para hablar de ese dichoso mocoso?

-No te atrevas a hablar así de Allen.

-Entonces si ha sido para eso ¿Qué te he dicho hace un rato sobre cómo debes hablarme?-Simplemente guarde silencio.

-Lo que le ha ocurrido a ese chico es una desgracia pero gracias a Dios ya ha despertado.

-Hubiera sido mejor que nunca lo hubiera hecho, es lo mínimo que merece Edgar. Si no sabes educar a tus hijos pasan estas cosas.-Mientras hablaba entro una criada que me entregó una bolsa de hielo para mí cara.

-Tú nunca nos educaste, tú eres más de amenazarnos para tenernos controlados.

-Un comentario más como ese y créeme que te vas a arrepentir.

-Lavi por favor tranquilízate no vas a conseguir nada así.

-No pienso seguir callándome, no tengo por qué seguir soportando todo esto.

-¿Qué vas a hacer entonces? ¿Irte como tú madre dejando atrás a tu pobre hermano?-Loki me agarro más fuerte, estaba mirando al suelo, estaba demasiado asustado.

-Nunca le dejaría solo contigo. El día que yo me vaya él se irá conmigo.

-Mientras siga siendo menor no tiene más opción que vivir aquí y eso es lo que va a hacer. Pero bueno eso ahora no es lo importante, Lavi no quiero que te acerques a ese muchacho nunca más.

-¿Qué?

-Lo que has oído, hasta ahora no te había dicho nada porque sabía que en el colegio te burlas de él y demás. Me sentía orgulloso de ti, pero ahora...Eres igual que tu hermano.-Dijo mirándome con unos ojos que solo trasmitían frialdad.

-No pienso continuar con esta conversación, soy libre de ver a quien quiera. Abuela es hora de que vuelvas a casa y Loki tú vienes conmigo.

-Recuerda lo que te he dicho hijo mío.-Fue lo último que dijo antes de que saliéramos del comedor.

Acompañamos a nuestra abuela a la entrada de la casa, su chofer ya la estaba esperando.

-No hagas caso a tu padre, dentro de poco sus amenazas no valdrán nada.-Dijo para luego despedirse dandonos dos besos a cada uno.

-¿Loki qué te parece si hoy duermes conmigo?

-Muchas gracias hermano.

-¿Por qué me las das?

-Por no dejarme solo aunque odies esta casa...

-Tranquilo Loki, nunca te voy a dejar solo.-Subimos a mi habitación y enseguida nos metimos en mi cama.

-Lavi ¿Puedo abrazarme a ti?

-Ven aquí enano.-Dije abrazándolo. Fue entonces cuando me percaté de que Loki estaba llorando.

-¿Por qué nos odia tanto?-Pregunto dejando de contener el llanto.

-No lo sé pequeño, pero yo siempre te querré así que ahora intenta dormir.

-Yo también te quiero hermano.

A los pocos minutos Loki se quedó completamente dormido y yo no tarde mucho en seguir su ejemplo.

~Allen~

Hacía ya un par de días que me habían dado el alta médica y ahora me encontraba en mi habitación descansando, el médico le había recomendado a mi padre que descansase unos días y que luego volviese a mi vida cotidiana para de esa forma poder recuperar mis recuerdos lo más rápido posible.

Todos tenían la esperanza de que los recuperase pronto pero el médico dijo que podía tardar incluso años, que en estas situaciones debíamos ser pacientes y no forzarme a recordar. Ahora mi padre venía todos los días a casa, de hecho se había mudado aquí. Todos los días me contaba algo nuevo de mi madre, me había enseñado fotos de cuando era pequeña, de cuando estaban en el instituto, de su boda, etc. Siempre que veíamos una foto mi padre se quedaba observándola durante unos segundos, se notaba que la echaba de menos y que todos esos recuerdos eran algo muy precisado para él. Ganta por su parte no se había separado de mi ni para dormir, de hecho ahora mismo está a mi lado bañándome la almohada. Era demasiado adorable durmiendo y por último Lucy se había pedido una excedencia en el trabajo para estar conmigo.

-Allen despierta.-Dijeron tocando a la puerta.

-Ya estoy despierto papa.

-Si ya estás despierto vístete y baja para que podamos desayunar y no te olvides de despertar al bello durmiente o sino llegara tarde al colegio.

Hice caso a mi padre e intente despertar a Ganta, después de insistir durante un rato lo único que conseguí es que me dijese que le dejara cinco minutos más. Opté por medidas más drásticas, le cargue y le lleve al baño para mojar su cara con agua.

-¡Que haces!-Grito sorprendido.

-Últimamente la única forma para conseguir que te despiertes es esta.

-Es que durmiendo contigo es cuando mejor duermo...

-Eso no es excusa. Debes ir a prepararte o llegaras tarde a la escuela.

-Quiero quedarme contigo...

-Sabes que no puedes, de todas formas yo ya estoy bien así que no tienes que preocuparte de nada.

Después de pelear un rato con él para que me hiciese caso salió de la habitación para ir a la suya. Yo simplemente me adecente un poco y baje para desayunar con los demás. Mi padre se encontraba en el comedor junto con Lucy esperándonos, su relación no es que fuese la mejor pero se toleraban e incluso hablaban de forma respetuosa uno con otro.

-Ya era hora, me muero de hambre.-Dijo Lucy.

-Todavía debemos esperar a tu otro hermano.

-¡Ya estoy listo!- Gritó Ganta entrado a toda prisa al comedor.

-Bueno ahora sí que estamos todos.

Comenzamos a desayunar con normalidad, como cualquier otra familia en el mundo. Sinceramente en parte me alegraba de que me hubiera pasado todo esto, gracias a eso mi padre había vuelto a nosotros. Lucy todavía le guardaba rencor, algo totalmente comprensible pero no decía nada por nosotros. Ganta por su parte estaba feliz ya que él nunca pudo pasar tiempo con nuestro padre y yo me había dado cuenta de que realmente estaba arrepentido de todo lo que hizo y quería perdonarlo.

-¿Que planes tienes para hoy Allen?

-La verdad Lucy es que no lo sé. Supongo que seguiré viendo fotos de mama para ver si así consigo algo.

-Es muy probable que hoy en la tarde tengamos visita Allen.-Dijo mi padre.

-¿Quien va a venir?-Pregunto curioso Ganta.

-Alguien que ya conoces, Lavi.

-¿El novio de Allen? No quiero, si él viene Allen no va a jugar conmigo. -Dijo Ganta enfadado.

-Eres demasiado posesivo con tu hermano, yo jugaré contigo entonces.

-¿Lo dices enserio Lucy?

-Esperar un momento, Lavi no es mi novio. Ya sabéis que le odio.

-Ahora que lo dices puede ser verdad, la última vez que vino a casa y estabais en tu habitación oí ruidos raros, como si te estuviese haciendo daño...

-No era precisamente daño lo que le hacía...-Dijo mi hermana para después comenzar a reír con mi padre. No pude evitar sonrojarme.

-¿Entonces que hacían?

-Supongo que estaríamos jugando a lucha libre.-Respondí para que dejara de preguntar. Ganta era un niño demasiado curioso.

Tal parece ser que mi relación con Lavi cambio bastante pero yo lo último que recuerdo es a él y a sus amigos haciéndome la vida imposible.

-¿Para qué viene exactamente?

-Supongo que porque hay cosas que quiere contarte para ayudarte.

-Lo último que recuerdo que me hizo no fue para ayudarme precisamente...

-Son cosas que no recuerdas Allen, al menos escúchale.

Después de terminar de desayunar Ganta se fue corriendo ya que si no llegaría tarde a la escuela. Mi padre por su parte fue a su despacho recién amueblado para comprobar unos documentos y Lucy fue a ayudar a los criados.

Yo por mi parte subí a mi habitación y me dediqué a revisar fotos y demás. Fue entonces cuando en uno de los cajones de mi escritorio encontré una serie de cartas, eran de un tal Caryl Livic que decía ser mi admirador secreto. Al leerlas sentí como me invadía un sentimiento de alegría, me veía a mí mismo leyéndolas y sintiendo que esas cartas eran de las pocas cosas que me hacían feliz ¿Qué me había pasado para estar así?

El timbre de la puerta principal sonó, era demasiado pronto para que Lavi viniese, el instituto todavía no había terminado.

Bajé para ver de quién se trataba y me encontré con un hombre de traje negro y maletín que preguntaba por mí.

-¿Es usted Allen Levellier?

-SÍ, soy yo ¿Qué ocurre?

-Estoy aquí para leerle las últimas voluntades de Alexander Ross.-Al oír ese nombre en mi mente apareció la imagen de un bar y un hombre alto, moreno y de ojos grises.- ¿Puedo pasar?

-Si adelante, vayamos al salón para hablar.-A los pocos minutos aparecieron mi padre y Lucy diciendo que estarían presente en la lectura del testamento.

-Soy consciente de la situación en la que se encuentra señor Allen y que recordar esto puede ser traumático pero por ley estoy obligado a leerle la última voluntad de este hombre y usted decidirá si la quiere aceptar o no ¿De acuerdo?

-Lo entiendo perfectamente.

-Puedo preguntar quién era ese Alexander.-Interrumpió mi padre.

-Era el propietario de un bar, en el cual por lo que sé, trabajaba su hijo.

-¿Recuerdas algo?

-Vagamente.-Respondí.-Recuerdo algo del bar y a un hombre al que llamaba jefe pero no puedo recordar muy bien su cara, solo sus ojos grises.-Comenzó a dolerme la cabeza y por reflejo me lleve las manos a ella.

-Está bien tampoco te sobre esfuerces.-Dijo mi hermana.

-Bien, continuaré por donde lo había dejado. El señor Alexander no tenía familia y según su testamento te cede todas sus pertenencias las cuales se reducen al local en el que trabajabas y un pequeño apartamento situado justo encima de este, en cualquier caso es libre de rechazarlo y pasaría a ser propiedad del estado ¿Que decide?-Era demasiada información de golpe y mi cerebro no podía con todo a la vez.

-¿Puede darme un tiempo para pensármelo?

-Teniendo en cuenta su estado es comprensible que lo necesite. Le dejaré mi tarjeta para que me llame cuando haya tomado su decisión. Le aviso que tiene un plazo de diez días, sino pasara a ser del estado. Por último le daré está carta que escribió Alexander poco antes de morir, puede que le ayude a decidirse.

-De acuerdo, muchas gracias por haber venido hasta aquí.

-Es mi trabajo no tiene porque agradecerme nada.- Era un hombre demasiado serio.

Después de esto el mayordomo le acompañó hasta la entrada. Algunos de los recuerdos del bar estaban volviendo a mí, recordaba el dinero y como hacía compañía a mujeres que necesitaban ser escuchadas ¿Como había terminado así?

-Allen ¿Qué tienes que pensar? Ese sitio solo te traerá malos recuerdos, al fin y al cabo es donde todo pasó.

-Por lo que recuerdo el siempre fue bueno conmigo, quiero seguir recordando y leer su carta antes de decidir qué hacer.

-Eres libre de hacer lo que quieras, pero piénsalo bien ¿Me lo prometes?

-Te lo prometo hermana.-Con esto di por terminada la conversación y regrese a mi habitación. Quería leer la carta pero a la vez tenía miedo de hacerlo.

"Chaval si estás leyendo esto es porque yo ya he pasado a mejor vida. Siempre supe que no iba a llegar a viejo desde que tenía diez años.

Mi vida no es que haya sido un camino de rosas precisamente, en mi país o te buscas la vida desde muy temprana edad o no sobrevives en las calles, yo aprendí a sobrevivir pero, no quería esa vida.

Vine a tu país con la esperanza de conseguir una mejor calidad de vida pero al final ya ves en que negocio acabe metido. Quiero decirte que todo lo que haya pasado es mi culpa y siento que te hayas podido ver  involucrado en ello.

El día que te conocí por alguna extraña razón me recordaste a mí mismo cuando tenía tu edad, tus ojos transmitían que estabas perdido y que no sabías que hacer, por eso te ofrecí el trabajo para que tuvieras algo a lo que agarrarte hasta que superases todo lo que estuvieras pasando.

Ahora que yo ya no estoy no puedo darte ningún consejo más, lo último que voy a hacer es cederte lo poco que tengo.

Sabes cuando compre el local me dijeron que era un sitio con mucho potencial, que solo tenía que saber cómo explotarlo. Yo no supe, pero confío en que tú sí que sepas.

Te pido que utilices ese local para crear un negocio del que si pudiese orgullecerme, sé que es egoísta ya que ahora mismo te lo está pidiendo un muerto, pero quiero que sepas que si no quieres hacerlo y olvidarte de todo lo relacionado a mi persona lo entenderé perfectamente, muchos lo han hecho por distintas razones y estoy seguro de que la tuya es más que justificada.

Por último decirte que gracias por estar a mi lado durante el poco tiempo que me quedaba, aunque no lo creas tu compañía es de las pocas cosas que me hacen feliz. Por eso quiero decirte lo que sé que no seré capaz de decirte en persona: Te quiero. No sé muy bien como llegue a este sentimiento pero es así, pero tranquilo se que estás enamorado de otro joven ya que sin que te des cuenta cuando me hablas de un tal Lavi tu rostro cambia completamente, transmite alegría y melancolía.

Mi último consejo para ti es que no desperdicies el tiempo, si amas a alguien díselo y siempre que puedas debes estar junto a esa persona. No hagas lo que yo hice ya que por miedo nunca transmití bien mis sentimientos a las personas que he querido.

Un saludo y un adiós.

Alexander Ross"

Al terminar de leer me di cuenta que llevaba unos minutos llorando. Con esta carta podía darme cuenta de que realmente fui importante para este hombre, hombre que no era capaz de recordar completamente. Cosa que me provocaba querer llorar más todavía, quería recordarle, recordar todas las conversaciones que tuve con él o por lo menos simplemente recordar su cara.

-Me quedaré con el bar...ya lo verás, estarás orgulloso de mi.

-¡Allen, Lavi ya está aquí!

Fin del capítulo veintinueve de "Amar a tu enemigo" espero que os haya gustado.

Continue Reading

You'll Also Like

84.7K 10.4K 23
Jungkook es echado de su casa junto a su pequeño hijo de apenas 1 año, su anterior Alfa tomó la decisión de correrlo al llevar a una nueva Omega a su...
371K 25.8K 37
Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Parecía que su vida iba normal, claro, su...
92.1K 9.1K 23
Esto es despues de los sucesos de la pelicula (Extremadamente Goofy 2) despues de que Max junto a su padre lograron ganar la competencia de Los juego...
73.1K 3.6K 39
Un baile de máscaras. Allí comenzó todo. Alesha podía poseerlo todo, pero así como lo obtuvo... Lo podría perder. Emiliano siempre obtuvo lo que qui...