Capítulo 23: Recuerdos de infancia

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~Lavi~

Me estaba dirigiendo al único lugar en el que podría reunirme con la persona que necesitaba ver en estos momentos. Solo debía recorrer un pequeño camino de piedra blanca que terminaba a las puertas de un gran panteón. Encima de la puerta estaba tallada una gran ''L'' haciendo referencia al apellido familiar y dos ángeles con las alas extendidas a cada lado de la puerta.

Nada más abrir la puerta pude verle...Allí estaba él, enfrente de la tumba de una mujer, Edgar M. Levellier.

-¿Qué haces aquí? Este no es lugar para ti, vete ahora mismo.

-Después de hablar con Lucy y decirle que quería verte me dijo que siempre que atraviesas una dura situación vienes al cementerio a ver la tumba de tu mujer. Layla es un nombre muy bonito.

-Ella en su totalidad lo era.

-Por lo que se Allen la quería mucho.

-Al fin nombras a la persona sobre la que realmente quieres hablar.

-¿Qué piensa hacer?

-¿Sobre qué?

-¡Su hijo está en coma en el hospital! ¡Los médicos no saben si va a sobrevivir y no sabemos quién le disparó!

-Se perfectamente la situación en la que se encuentra mi hijo.

-¿Y?

-No sé a dónde quieres llegar.

-Cuando Nolan y David le dieron una paliza arremetiste contra las empresas de sus padres. Supongo que ahora harás lo que haga falta para averiguar quién lo hizo.

-Ya tengo personas ocupándose de ese tema ¿Algo más?

-¿Enserio cree que lo que tiene que hacer ahora es encerrarme en un panteón mientras su hijo se debate entre la vida y la muerte?

-Cada uno afronta el dolor como puede o quiere ¡Y si quiero estar al lado de mi mujer es mi problema!

-¡Tu mujer ya no está! ¡Tu hijo te necesita a su lado!

-Mi hijo no quiere verme.

-Usted no entiende nada. Lucy tenía razón, una parte de usted murió junto con su mujer.

-Puede que tengas razón y ahora si no te importa me gustaría estar solo.

-No me iré hasta aclarar las cosas.

-¿Aclarar? ¿El qué?

-¡Allen se culpa de la muerte de su madre!

-¡La muerte de Layla fue un accidente!

-¡Dígaselo usted a Allen!

-Se lo dije la última vez que hablé con él.

-¿Y fue antes o después de que abandonase el instituto y se pusiera a trabajar en un bar?

-Yo no tengo la culpa de eso.

-Si la tiene. Todo eso ocurrió porque me amenazaste y me obligaste a dejar a Allen ¡Rompí su corazón!

-¿Enserio piensas que hiciste eso? Simplemente os hubieseis acostado un par de veces y punto, no me hagas reír. No sé porqué Allen hizo todo eso pero por ti no creo.

-Lo dice el hombre que se encierra junto a la tumba de su mujer, la cual murió hace diez años.

-¿Cómo te atreves? ¡Mocoso insolente!

-¡Sabes que tengo la razón!

-¿Acaso piensas que disfruté rompiendo vuestra relación? ¡Claro que provoqué dolor a mi hijo! Era algo que me vi obligado a hacer, aunque te cueste creerlo amo a mis hijos.

Amar a tu enemigo Where stories live. Discover now