Capítulo 18: Nuestra última conexión

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~Allen~

Desperté en aquel sillón de mala muerte con un terrible dolor de cabeza. El sol se filtraba por las ventanas y me daba justamente en los ojos. Desvíe mi mirada hacia la cama. En ella yacían dormidos y acurrucados los dos chicos con los que había venido y la atractiva mujer que nos invitó a alcohol. Aproveché que estaban dormidos y me deslicé sigilosamente hacia la puerta. No recordaba muy bien lo que había sucedido.

Al bajar las escaleras, el camarero me guiñó el ojo y me dijo:

-Espero volver a verte pronto, aquí está tu parte.

Acto seguido, me tendió un sobre. Lo mire extrañado, lo cogí y lo abrí, dentro había unos doscientos euros.

-¿Qué es esto?-Pregunté sorprendido.

-Quiero hacer un trato contigo.

-¿Qué clase de trato?

-Acabo de empezar en este mundillo, pero sé lo que tengo que hacer. Aquí vienen muchas mujeres maduras que se sienten solas, y les gusta tener un poquito de compañía. El trato que te ofrezco nos beneficiaría a ambos: tú haces que ellas se gasten su dinero aquí y yo te doy parte de los beneficios. Esto es sólo un adelanto.

-Creo que se equivoca conmigo, yo no soy ningún chico de compañía.

-No tienes que follartelas, tu trabajo sería muy simple. Alguna charla que otra, ellas te invitarán a todo, a poder ser pide lo más caro y tu parte será mayor.

-Deja que me lo piense.

-De acuerdo, llévate el sobre para que te ayude a decidir.

Tras esa breve conversación de "negocios" salí a la calle y el frío de la tarde congeló mis mejillas y caló en mis huesos.

No tenía muchas ganas de llegar a casa, entré en el primer bar que vi a gastarme mi primer sueldo. Empecé bebiendo algo suave, cerveza. Una tras otra, hasta que pasadas las horas ya no sabía cuántas habían sido. Llegados a un punto el camarero del bar se negó a servirme más y me sugirió que me fuese a casa. Le hice caso, estaba demasiado borracho.

Salí del bar y cogí mi teléfono, tenía varios mensajes de Lenalee y Bran, pero el que más me llamo la atención fue el de Lavi. El mensaje ponía: "¿Estás bien? ¿Por qué no has venido hoy a clase? Si necesitas algo no dudes en decírmelo.".

Tras leer ese mensaje marqué su número sin dudarlo ni un segundo. Tras un par de pitidos saltó el contestador automático. No me pude contener de la borrachera que llevaba y empecé a hablar sin parar:

-¿Ahora te preocupas por mi después de haberme mentido y jugado tanto con mis sentimientos? ¿Ahora Lavi? ¿Por qué me has hecho esto? Lo que yo sentía por ti y siento era y es verdadero...-Tras estas últimas palabras empecé a llorar y colgué.

Emprendí el camino a casa, y llegué como pude. Entre intentando hacer el menor ruido posible y me metí en mi habitación. A los pocos minutos oí como Lucy llegaba a casa y subía las escaleras. Picó en mi puerta y antes de escuchar mi respuesta abrió la puerta.

-Te han dejado esta carta en el buzón, pero no pone de quién es ¿Qué quieres que haga con ella?

-Déjala sobre la mesa, por favor.

-¿Qué haces tan pronto en la cama?

-Me encontré un poco mal al salir de clase.

-En ese caso deberías quedarte en casa mañana.

-No, no te preocupes, iré.- Mañana es mi primer día de trabajo, pensé.

Después de eso Lucy salió de la habitación y yo me levante para coger la carta. Al abrirla sólo me fijé en una cosa, un nombre: Caryl Livic.

~Lavi~

-¿Ganta? ¿Qué haces aquí?

-He venido a hablar contigo.

-De acuerdo, pasa.

Metí la llave en la cerradura y abrí la puerta. Le indiqué a Ganta que pasara y el pequeño entró siguiendo mis indicaciones. Le guié hacia mi habitación y cerré la puerta tras de mí.

-Tú dirás.- Dije sentándome en la cama.

-Creo que tenemos que hablar sobre la relación que tenéis mi hermano y tú. Cuando estabais juntos se le veía feliz, pero ahora por algún motivo llega tarde a casa, se encierra en su habitación, no quiere hablar conmigo...

-¿No crees que eres demasiado pequeño para hablar de estos temas?

-Me da igual, me preocupo por mi hermano, sólo quiero verlo feliz.

-Ganta, las cosas son más complicadas de lo que piensas...yo quiero mucho a tu hermano, pero no podemos estar juntos.

-¿Por qué? No lo entiendo, si los dos os queréis, ¿no se supone que dos personas que se quieren tienen que estar juntas?

-Ganta, es mejor que dejes el tema, no lo entenderías.

-¡Pues explícamelo!

-Suficiente, no tenemos nada más que hablar.

Ganta puso cara de pocos amigos, y acto seguido se fue. Oí el portazo y me tiré en la cama. Era entrañable el amor que Ganta procesaba por su hermano, pero no podía darle respuestas a sus preguntas. El sonido de mi móvil me sacó de mis pensamientos. Me levanté y lo cogí. Me quedé inmóvil al ver el nombre de la persona que me llamaba: era Allen.

No fui capaz a cogerlo y esperé a que saltase el contestador. Cuando por fin reaccione me dispuse a escuchar el mensaje. Al oír las palabras de Allen sentí como algo me oprimía el pecho y una lágrima amenazaba con perderse entre mis mejillas. Sus palabras me infligieron dolor, pero sabía que hablar con él le haría más daño. Debía encontrar una forma de hacer calmar su pena sin tener que romper nuestra conexión, y la tenía. Me acerqué a mi mesa y cogí un folio, Caryl Livic volvería.

Las palabras fluían solas, todos los sentimientos que había guardado en mi interior, lo que quería y no podía decirle, todo quedó escrito en esa carta, la primera de muchas. Conseguiría que Allen nunca más se sintiese solo.

Al terminar la carta, la metí en un sobre y me dispuse a ir a su casa y dejarla en su buzón. Cuando salí vi a Ganta hablando con Loki.

-Ganta, ¿me podrías hacer un favor?

-Depende.- El pequeño seguía molesto.

-¿Puedes dejar este sobre en tu buzón?

Ganta vio como en el sobre ponía el nombre de su hermano, me sonrío y aceptó encantado. El niño se despidió de mi hermano, noté algo de tensión entre ellos pero no le di importancia, en este momento sólo me importaba que la carta llegase a su destinatario.

Fin del cápitulo dieciocho de "Amar a tu enemigo". Espero que os haya gustado queridos lectores. 


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