Los meses pasaban y Lauren se sentía muy frustrada pues seguía sin empleo, y aunque sabía que con Verónica no había problema, ella anhelaba tener un buen trabajo y así poder darle un espacio propio a Alex, no se olvidaba que no era su casa donde vivían.
Y Conociendo a su amiga sabía que también necesitaba su espacio o más bien donde llevar sus conquistas de una noche.
Lauren tenía potencial solo que ella no se sentía de esa manera, Verónica lo sabía, ella se molestaba con su amiga por buscar trabajos estúpidos con una mierda de paga sabiendo que ella estaba capacitada para más.
¿La respuesta de Lauren?
"Soy una idiota que no terminó una carrera por eso no me contratarán" era la pequeña pelea entre las amigas la mayoría de los días.
Por otro lado, el pequeño Alex de dos años y medio era un desastre andando, y no es que fuese un niño mimado, es que ahora no solo daba sus primeros pasos torpes ahora corría. La mayoría del tiempo Verónica estaba a su cuidado mientras Lauren salía en busca de trabajo, Alex y Verónica era toda una dupla de cuidado. Al pequeño Alex le encantaba esconderse de su "Tita Vero" infartando a la latina la mayoría de las veces, sin embargo, para Verónica no había queja alguna pues adoraba a Alex.
Principios de Noviembre y con ello se acercaban las fechas navideñas, aquella tarde Verónica había decidido ir de compras con sus dos amores como ella los llamaba, con Lauren mostrándose reacia al principio no tuvieron opción pues Vero la convenció argumentando que ya se lo pagaría después.
Sí, cómo si no conociera a Verónica y su negatividad siempre que intentaba darle algo de dinero para los gastos del hogar.
Horas más tarde se adentraban a uno de los centros comerciales más concurridos del centro de Miami.
—Aquí vamos... - Murmuró Lauren. Verónica podía ser un poco molesta cuando de compras se trataba.
Su glamour no decía lo contrario.
En otro punto del centro comercial se encontraban Dinah, Camila y Sofía discutiendo sobre que harían primero, ¿Compras o comida?
Dado que eran dos contra una Camila tenía que sonar muy convincente.
—Iremos de compras primero - Sentenció Dinah.
—¡Sí! Después iremos a cambiarnos el look - Dijo Sofi con seguridad.
—Co..comida p.primero y punto - Camila las fulminó con la mirada, no era un secreto que no debían tener a Camila con hambre si querían llegar a viejas.
Cuando entraron al enorme establecimiento Camila dio un gran suspiro sintiéndose lista para enfrentar las miradas por usar un par de tontos bastones. Con una nueva discusión sobre qué deberían de comer, Dinah y Sofía se vieron en la derrota nuevamente pues a Camila ya se le notaba el mal humor y no querían empeorarlo, viendo el lado bueno, después de comer tendrían libertad total de hacer las compras que quisieran y la morena no podría ni rechistar.
Un par de horas después Camila realmente se sentía agotada, su espalda la estaba matando, sus piernas comenzaban a perder fuerza y Dinah era verdaderamente un dolor de cabeza cuando no encontraba vestido que le quedara como si hubiese sido hecho solamente para ella. Decidió irse al auto para esperarlas, no les diría a las chicas pero también se sentía cansada de fingir que no veía las miradas que le echaban encima.
Cuando emprendía camino a la salida a unos metros de distancia vio una pequeña figura que caminaba totalmente solo evidentemente perdido, a pasos lentos y cautelosos se acercaba al pequeño niño cuando un hombre que no vestía para nada bien se acercó al niño intentando tomarlo pero éste ágilmente se echó hacia atrás, el niño negaba con su cabeza y trataba de alejar las sucias manos de él. Para Camila no había otra opción, a como pudo se acercó con rapidez hacia la escena.
—¡Nathan! - Gritó Camila al azar, fue el primer nombre que se le vino a la mente, el hombre mal vestido dirigió su mirada a ella con el ceño fruncido sin dejar de intentar tomar al pequeño de nuevo a la fuerza, Alex corrió a los brazos de Camila quién lo tomó gustosamente protegiéndolo de cualquier peligro.
—Ese niño no es tuyo, ¡Suéltalo! - Dijo furioso el hombre.
—¡NO! - Camila estaba furiosa no iba a permitir que le hicieran daño a ese ser adorable que tenia en sus brazos, las personas comenzaban a ver curiosas la interacción.
Cuando el hombre trató de acercarse a ellos Camila le dio un fuerte golpe en las costillas con una de sus muletas logrando que el sujeto cayera de rodillas al piso. Para suerte de la morena seguridad llego de inmediato llenándola de alivio pues sabía que no podría contra ese hombre aunque quisiera. Seguridad del establecimiento arrestó al hombre y se lo llevaron a la espera de la policía.
Alex aferró sus brazos al cuello de Camila escondiendo su carita en el, era inexplicable la conexión que sentía con ese pequeño, jamás quería volver a soltarlo, sentía calidez, un cariño inocente, sintió como el bebé comenzó a sollozar en su cuello.
—Shh t..tranquilo - Besó su cabeza - Nno dejaré que... que na..nadie te dañe - Lo abrazó todavía más fuerte. Alex salió de su escondite para ver a Camila con adoración.
—Capitán amélica - Susurró el niño con una sonrisa —Con tu esculo... - Señaló su bastón, Camila sonrió como hace mucho tiempo no lo hacía, Alex tomó a Camila de las mejillas y besó su nariz —Gra.. gra - El pequeño tomo su barbilla pensando, Cabello comenzó a reír.
—Sse dice graacias - Alex asintió de acuerdo, a Camila se le comenzaron a cristalizar los ojos, los niños no juzgaban, los niños eran lo más hermoso que existía, Camila deseó que ese pequeño ángel fuese su hijo.
—¡ALEX! - Se escuchó un grito desgarrador —Oh dios, mi amor. - Llegaba a su lado la mujer más hermosa que Camila nunca vio, tomo al niño en sus brazos llorando de alegría por haber encontrado a su hijo, supuso Camila.
Lauren había pasado el peor momento de su vida, estaban en una tienda esperando a que Verónica se decidiera por un estúpido vestido y en un descuido de un segundo Alex desapareció de su lado, ella juraba que ya sabía lo que se sentía morir, pues no encontrar a su hijo era como desaparecer de la faz de la tierra, su alma regreso al cuerpo cuando vio a Alex hablar tranquilo con una mujer. Alex era un niño muy inteligente a sus apenas dos años, el pequeño sabía que no debía hablar con extraños pero por alguna razón no sintió que aquella mujer fuera una amenaza.
—Amo - Alex besaba todo el rostro de Lauren —Mucho amo Ma - Camila los veía con una sonrisa.
—¡Camila! ¿estás bien? - Llegaba a toda prisa Sofía - Escuché lo que sucedió ¡JODER HABLA, TE HIZO ALGO?! - Lauren las miraba confundida.
—Ssofi tran..quila - Suspiró —Estoy... bien - Se sentía irritada por que quería hablar con claridad y la tensión en la que estaba le empeoraba su condición.
—Vamos al hospital, culona - Camila rodó los ojos por el comentario de Dinah. Se sentía avergonzada frente a aquella hermosa mujer.
—Solo va..vamos a casa.
—Nooo - Alex gritó mientras tendía sus brazos hacia Camila, ésta confundida se acercó a él, con la mirada pidiendo permiso a su madre de tomarlo en brazos, Lauren aceptó.
Al estar en sus brazos el pequeño regresó a su primer posición escondiéndose en el cuello de Cabello, con cada segundo Camila moría más de ternura junto con Lauren quien veía la escena fascinada, sabía que Alex era muy cariñoso pero no con desconocidos así que le resultaba extraña aquella interacción.
—Todo estará b..bien pe..pequeño - Dijo Camila —Ahora debess ir con.. Mamá - Alex se negó, Lauren extrañada por su comportamiento se acercó a ellos.
—Cielo, debemos ir a casa, vamos amor - Alex hacía pucheros. Camila negó mientras caminaban a una pequeña banca aún con el niño en sus brazos, necesitaba sentarse un momento o estaba segura que caería con el niño.
Mientras esperaban a que Alex decidiera separarse de la morena Sofía le contó lo que sucedió a Lauren, cómo su hermana había salvado a Alex de un secuestro, cómo Camila era un héroe. Ella iba a estar toda la vida en deuda por lo que hizo, no quería imaginar lo que haría, cómo estaría si se hubiesen llevado a su hijo.
Cuando los minutos pasaron y Alex no tenía intensión de separarse Camila sonrojada dijo:
—Yo p..puedo ¿Puedo ir con us.ustedes? - Alex asintió entusiasmado —Para que que estee más tranqui..lo
—¡Ma! Capitán Amélica casa - Aplaudió con entusiasmo.
—No creo que Vero tenga problema así que sí, puedes ir digo... pueden ir - Sofía miraba de manera pícara a su hermana quien se ruborizó aún más.
—Soy Sofía Cabello por cierto - Saludo a Lauren - Ella es el Capitán América - Todos rieron menos la mencionada, Alex gritó un "Sí" lo que hizo poner una cara de boba a Camila - Lo siento, ella es Camila Cabello.
—En verdad gracias por lo que hiciste, no me alcanzaría la vida para pagarte - La abrazó y como si fuese posible se sonrojo más —Soy Lauren Jauregui y éste príncipe - Señaló a su hijo - es Alex Jauregui.
Camila intuyó que era madre soltera, no es cómo si una chica tan bonita como Lauren se fijara en ella pero, en secreto deseaba que fuera soltera.
—Wow... ¡Alto, Camila! - Oh no Dinah, pensó Camila —Te dejo sola unos minutos y ya tienes novia y hasta un hijo, ¡Que rápida Karla! - Quería que la tierra se tragara a Dinah y no la escupiera nunca.
—Cállate Hansen... E..ella es Dinah.
Por supuesto que Lauren había notado la forma rara del habla de Camila, también notó las muletas que utilizaba al caminar, por esa razón quiso llevar ella a Alex pero éste se negaba a alejarse de los brazos de la morena.
Cuando Verónica llego después de terminar de hablar con la policía daba la casualidad que conocía a Sofía de la Universidad, la chica estaba sin color pues pensaba que aún no encontraban al pequeño. Se dirigieron al departamento de Verónica, ella había ofrecido su casa para olvidar el mal rato comiendo y conviviendo un poco.
Al llegar notaron que Alex venía dormido así que Lauren aprovechó para retirarlo de los brazos de la morena y acostarlo en su habitación para que estuviera más cómodo. Sofía y Dinah estaban felices por ver sonreír de nuevo a Camila de esa manera, agradecían al destino que cruzó sus caminos con esas chicas, la morena se veía feliz, feliz de verdad sin fingir.
Cuando la noche cayó Camila decidió que era hora de marcharse, sin quererlo realmente si era sincera pero, sus dolores comenzaban a aumentar.
—L..lauren.. yo me... me preguntaba - Respiró con profundidad —Ss..si podrías darme... tu número... q..quisiera verl.o de nuevo - Y a ti claro, pensó.
—Seguro - Sonrió honestamente.
Después de obtener su número Camila se marchó prometiendo que iría a visitarlos pronto, le prometió al pequeño una sorpresa si la dejaba irse sin lágrimas de por medio.
Aquella noche varias personas durmieron con una sonrisa en sus rostros.
Lauren sentía que había corrido con suerte por haberse topado con Camila Cabello.
Camila sonreía por que el destino le estaba recompensando con buenas personas en su vida luego de estar rodeada de tanta hipocresía y falsedad.
Suerte y destino.
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Primera publicación: 2017.
Edición: 2022.