║ El Chico Selfie ║ ©

By b2uuty

1.4K 129 42

Cuando Andrea realiza su primera toma de contacto con el país de sus sueños, Corea del Sur, se da cuenta de q... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Bonus capítulo 13☆
Capítulo 14
Bonus Capítulo 14☆
Bonus Extra capítulo 14☆
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Bonus Capítulo 18☆
Capítulo 19
Bonus Capítulo 19☆
Capítulo 20

Bonus Capítulo 16☆

29 3 0
By b2uuty

A Leo todavía le costaba creerse que hubiera accedido de forma tan rápida a aquella cena de citas, la cual aunque Lizzie se hubiera esforzado en desmentir que era así, lo era.

Por supuesto, todo era debido a Lizzie. La única chica por la cual hacía las cosas sin pensarlo y que, por consecuencia, solo le daba posteriores quebraderos de cabeza.

Incluso se había vestido con unas de sus mejores galas. Simplemente para ir a cenar al piso de una chica. Pero qué chica...

Por desgracia, todavía no tenía el valor de hablar sobre ella con ninguno de los miembros, lo cual le dificultaba quedar con ella debido a que se le agotaban las excusas que utilizar. Además de que le era mucho más difícil conseguir que le prestaran el coche. Pero, por suerte, aquella noche Ravi se lo había dejado sin siquiera hacer preguntas, algo que Leo había agradecido de todo corazón.

Aunque se acordaba del lugar exacto del portal de la chica, Leo aparcó dos calles más lejos. Siempre era buena la precaución teniendo en cuenta que en cualquier momento podrían filtrar fotos suyas por el lugar.

Cuando giró la esquina del edificio, nervioso, pensando en qué decir cuando tocara al portero automático, sus ojos se abrieron de par en par. Frente al portal, tres conocidos y llamativos personajes debatían en voz alta lo mismo que él debatía en su interior.

- ¡Leo! -exclamó Kikwang con una amplia sonrisa al reconocer a su compañero en Running Man. Leo le dedicó una pequeña reverencia con la cabeza correspondiendo su sonrisa.

No sabía por qué, al igual que le pasaba con Lizzie, pero una sensación de tranquilidad le invadía cuando estaba con Kikwang. No era algo a lo que Leo estuviera acostumbrado, pero definitivamente era algo a lo que se podría acostumbrar.

- Así que también has venido. -dijo, recalcando lo obvio, Yoseob. Leo sabía que era uno de los mejores amigos de Kikwang. Además, admiraba su voz como cantante. Y no podía negar que era un buen amigo de Lizzie. Pero no podía decir que se sintiera tranquilo a su lado. Su personalidad parecía demasiado hiperactiva para encajar con la de Leo.

- Lizzie estará muy contenta. -afirmó Kikwang, ruborizando un poco a Leo.

- Siempre y cuando lleguemos a subir algún día. -resopló Yoseob apoyando ambas manos en su cintura. Entonces Kikwang miró a Leo algo dubitativo.

- No sé cómo entrar. Quería sorprender a las chicas entrando al edificio sin que ellas nos abran el portal. -informó Kikwang.

Era un buen plan, uno que le gustaba a Leo. Sería divertido ver la reacción de Lizzie en esa situación.

- Te prometo que vale la pena el esfuerzo. La reacción de esas chicas da vida. -continuó Kikwang, casi leyendo la mente de Leo.

- Lo entiendo. -afirmó Leo- Pero no se cómo podemos entrar sin avisarlas ni llamar demasiado la atención.

- Chicos, creo que tenemos una oportunidad de oro. -murmuró el tercer chico que les acompañaba, señalando el interior del edificio.

Un par de mujeres estaban saliendo del ascensor y encaminándose a la puerta principal.

- Vamos. -dijo Kikwang antes de salir disparado con paso decidido.



Después de tener que usar a Jihun, el tercer chico, como moneda de intercambio para poder pasar (fue el único al que las mujeres reconocieron por salir en un kdrama, y el cual se ofreció a sacarse fotos con ellas a cambio de la ayuda) los chicos decidieron subir por las escaleras para darle un buen final a su plan de infiltración.

Al llegar al tercer piso Kikwang le mandó un mensaje a Andrea, la amiga de Lizzie, avisando de que estaban subiendo. Leo y Kikwang intercambiaron una mirada divertida, pensando en las reacciones de aquellas dos.

Cuando llegaron a la puerta concreta, Kikwang se paró frente a la puerta e inspiró profundamente antes de estirarse la camisa y tocar el timbre. Aquel era el verdadero inicio de la velada.



Finalizada la cena y varias copas de vino después, Leo por fin empezaba a respirar con normalidad. Quizás se había acostumbrado por fin a ver a Lizzie con aquel arrebatador vestido. Quizás se estaba divirtiendo intercambiando miradas con Kikwang, burlándose de las reacciones de las chicas frente a la parejita yaoi del momento. Aunque era casi seguro que fuera por el vino.

Leo disfrutaba de conversaciones sobre fútbol con Kikwang, socializándose como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Por supuesto, preferiría entablar cualquier conversación con Lizzie, pero las chicas parecían absortas en su mundo fangirl.

Al terminar el postre, Yoseob y Jihun se retiraron, después de pedir permiso a las chicas, a hablar en el balcón. Cuando cerraron la puerta del mismo, Lizzie y Andrea cruzaron una mirada cómplice al instante. Kikwang dejó escapar una pequeña risa ante su reacción.

- Anda que no se os nota nada. -dijo Kikwang- Leo, ayúdame a recoger esto. Es mejor que quedarnos a escuchar cómo cotillean. -añadió antes de hacerle un fugaz guiño de ojo, agarrar los platos del postre y levantarse de su silla, dejando a las chicas con la boca abierta.

Leo se rió descaradamente sin poder evitarlo. Kikwang sacaba un lado natural de él. Acto seguido, cogió los vasos y siguió a Kikwang hasta la cocina.

- Es realmente divertido cuando reaccionan así. -admitió Leo en un susurro dejando los vasos en el fregadero.

- Ya te lo dije. -contestó Kikwang tratando de controlar su risa- Y no sabes lo mejor.

- ¿El qué? -preguntó Leo curioso.

- Esto es información privilegiada que no puede salir de aquí. -susurró Kikwang seriamente- Te lo voy a contar porque me caes realmente bien y, visto lo visto, vamos a tener que aliarnos de vez en cuando. -añadió antes de hacer una señal con la cabeza, refiriéndose a las chicas. Leo asintió divertido.

- Podemos llamarnos "Los buscadores de reacciones". -propuso Leo emocionado, haciendo que Kikwang se tuviera que morder el labio para no dejar escapar una risa.

- Nada podrá ser peor que como ellas nos llaman. -aseguró Kikwang.

- ¿Tienen algún apodo para nosotros? -preguntó Leo sorprendido.

- Teniendo en cuenta que soñaban con tener una doble cita con nosotros desde hace años... -susurró Kikwang mostrando una sonrisa pícara, dejando a Leo con la boca abierta.

- ¿Hablas en serio? -preguntó incrédulo Leo.

Entonces, la risa de Lizzie le sobresaltó y miró preocupado hacia las chicas, con miedo a que hubieran estado escuchando su conversación.

- Lo digo tan en serio como que no me extrañaría que estuvieran hablando de nosotros como si fuéramos sus caballeros de brillante armadura. -le susurró de pronto Kikwang al oído, haciendo que la mera idea de que aquello fuera verdad le llenara de emoción el cuerpo a Leo.- Debemos atacar ahora. Divide y vencerás. -finalizó Kikwang dedicándole una sonrisa a Leo que este no tardó en corresponder.

Los chicos se enderezaron y se dirigieron con paso decidido a la mesa en la que las chicas les esperaban.

- ¿Te ayudo a fregar los platos? -preguntó Leo a Lizzie con ojos brillantes, con la adrenalina recorriendo su cuerpo por el divertido ataque en equipo, dejando entrever una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios. Lizzie se ruborizó. Justo la reacción que buscaba.

- Va-vale. -balbuceó Lizzie.

- Yo puedo ayudarla, no te preocupes. -dijo poniéndose en pie Andrea, dándole un pequeño pellizco a Lizzie. Probablemente, a decir por la sonrisa que ocupaba la cara de Kikwang, aquella era la reacción que su amigo buscaba.

Lizzie se levantó rápidamente de su silla tras notar el pellizco de su amiga y le dirigió una pequeña mirada furiosa que resultaba un tanto cómica, pues Lizzie no era de las chicas que se enfadara fácilmente y cuando lo intentaba, fracasaba en el intento. Era adorable.

- Gracias, pero no hace falta. -dijo Lizzie dedicándole una sonrisa de oreja a oreja a su amiga.

- Pero... -empezó a replicar Andrea cuando Kikwang presionó sus labios con el dedo índice, impidiéndole continuar.

- Pero nada, así me terminas de enseñar la casa. -susurró Kikwang después de dedicarle una sonrisa cómplice a Leo. Había sido una fantástica idea hacer una unión con él.


Lizzie y Leo se dirigieron a la cocina, perdiendo de vista a sus amigos. Leo volvía a estar solo ante Lizzie. Ante la imponente Lizzie de aquella noche. Pero por suerte, seguía siendo la tímida Lizzie que nunca le defraudaba en cuanto a reacciones. Ya fuera solo o acompañado.

- Gracias... -murmuró Lizzie una vez que empezaron a fregar la loza.

- ¿Por qué? -preguntó Leo tratando de mantener un tono de voz neutro frente a las sonrojadas mejillas de Lizzie, que le daban ganas casi incontrolables de abrazar a la chica.

- Por ofrecerte a ayudarme. -respondió ella sin mirarle a los ojos.

De nuevo, Leo se debatía qué hacer. El hecho de que Lizzie sintiera tanta vergüenza que no pudiera mirarle a los ojos la mayor parte del tiempo que hablaban era beneficioso para él en el aspecto de que se podía permitir algún fallo como una sonrisa traicionera que no pudiera controlar.

Pero, por otro lado, quería abrirse completamente a ella, mostrarle cómo era y que ella hiciese lo mismo con él. Además, perder la oportunidad de ver sus preciosos ojos en directo era algo que lamentar.

- ¿Después de todo sigues siendo tan tímida conmigo? -preguntó Leo burlón, decidido a derribar barreras.

- ¿A qué te refieres con "todo"? -preguntó Lizzie exaltada mientras sus mejillas cogían más color. Leo supo inmediatamente lo que ella había pensado.

- Un beso en la mano es algo muy íntimo, ¿no crees? -atacó, haciendo que un plato resbalara de las manos de Lizzie.

- ¿Y-y qué hay con eso? -balbuceó Lizzie tratando de recomponerse- En mi país saludamos a la gente con dos besos, ¿sabes? Y en las mejillas. -replicó orgullosa, evitando mostrarse afectada por las palabras de Leo.

- ¿Y quieres convencerme de practicar tus costumbres? -prosiguió Leo mientras se le hacía cada vez más difícil aguantarse la risa.

Entonces Lizzie le miró, ocultando su nerviosismo, completamente sonrojada. Acto seguido, cerró el grifo y se puso frente a Leo, dejándole atónito y sin defensas.

- Deja de jugar conmigo. -dijo Lizzie mirando fijamente a Leo- Quiero que me tomes en serio. -confesó cerrando los ojos al finalizar la frase, haciendo que el pulso de Leo se disparara. Aquella chica iba a acabar con él.

- ¿Qué puede ser más serio que tenerme guardado como "mi novio" en tu agenda de contactos? -murmuró Leo medio en broma medio en serio, expectante por ver la reacción de Lizzie.

- Idiota. -susurró Lizzie haciendo un puchero y volviendo a fregar los platos, dándole la espalda a Leo. Estaba claro que no se lo había tomado en serio.

- Lo siento, lo decía de broma. -se disculpó Leo mientras volvía a ayudarla con la loza.

Lizzie solo asintió a modo de respuesta, haciendo que Leo se pusiera nervioso. No podía perderla. No en aquella noche. No tendría oportunidades tan buenas nunca más.

- Si te parece bien, después podemos hablar seriamente. -propuso Leo, apostando su última carta. Lizzie le miró con los ojos abiertos de par en par.

- ¿En serio? -preguntó con un tono de voz emocionado. Leo, contento de que hubiera funcionado su plan, asintió y le dedicó una tierna sonrisa a Lizzie.

- Sus deseos son órdenes. -dijo Leo mientras hacía una pequeña reverencia, haciendo reír a Lizzie.



Al terminar de lavar los platos, aprovechando que se habían quedado solos, Lizzie llevó a Leo a hablar a su habitación, dando como excusa que sería el lugar más cómodo y privado para hablar. Obviamente, Leo no opuso resistencia. Y menos todavía cuando se sentaron juntos en la cama de ella para hablar. Lo jamás soñado para Leo.

- ¿De qué quieres hablar seriamente?¿Algún nuevo sueño perturbador con autobuses invisibles? -preguntó Leo sin poder evitarlo. Lizzie le lanzó una mirada con advertencia mientras fruncía sus labios.

- Muy gracioso. Pero no volveré a contarte nada de eso. Ya he visto que se puede volver contra mí. -respondió Lizzie.

- Me rompes el corazón. -dijo Leo agarrando su pecho y fingiendo sentir dolor. Lizzie trató de ocultar una risa sin éxito.- En realidad te divierte hablar conmigo aunque no sea tan serio. -añadió.

- El hecho de poder estar contigo ya me hace feliz. -admitió Lizzie mirándose las manos, tímida, consiguiendo que Leo también se ruborizara.

- ¿Entonces cuál es el problema?

- Que también quiero ser alguien con quien hables en serio. Alguien a quien le puedas confiar tus secretos, tus miedos y tus penas. No quiero ser simplemente la chica loca que fangirlea con todo lo que haces y a la que es divertido vacilar. -dijo Lizzie de carrerilla, sin parar un solo segundo a tomar aire, liberando por fin todo lo que llevaba dentro.

Leo se quedó con la boca abierta, tremendamente sorprendido. Gratamente, por supuesto.

- Me alegro de que seas tan clara conmigo. -admitió Leo, revolviendo el pelo de Lizzie, quien se apartó a la velocidad de la luz.

- ¡No me despeines! -exclamó haciendo otro puchero.

- Parece que no fangirleas tanto como dices... -resopló Leo fingiendo estar deprimido, confundiendo a Lizzie.

- Te lo prometo. No dejan de decírmelo. -se defendió Lizzie, haciendo reír a Leo. Era tan fácil tomarle el pelo...

- Bueno, ahora puedes añadir algo a la lista de cosas que no te gustan de mí.

- ¿De verdad quieres revolverme el pelo?¿Quieres verme despeinada? -preguntó Lizzie curiosa y confusa.

- Claro. ¿Cómo voy a confiar en ti para hablar seriamente si tú no me muestras tus debilidades? -replicó Leo, preguntándose hasta cuándo podría seguir tomándole el pelo a Lizzie. Era realmente divertida y adorable.

- Hagamos un trueque. -ofreció Lizzie, sentándose decidida sobre sus rodillas. Leo abrió los ojos de par en par, realmente sorprendido.

- Sorpréndeme.

- Tú contestas una pregunta que yo te haga con seriedad y yo te dejo despeinarme. -dijo Lizzie seriamente. Leo, aunque aguantando una sonrisa, accedió a la tentadora oferta.

- Me parece justo. Adelante.

- ¿Cómo eres realmente? Se que no eres el chico tímido y frío que muchos creen que eres, pero yo quiero saberlo con todo lujo de detalles. -dijo Lizzie, dejando nuevamente perplejo a Leo.

Aquella chica siempre iba más allá de lo esperado. Realmente se preocupaba por él, y parecía ver a través de él de vez en cuando.

- Me encantaría responderte, pero no sabría cómo. -respondió Leo, obteniendo un puchero por parte de Lizzie- Pero por otra parte puedo decirte que tienes razón. No soy como los demás creen que soy. Y te prometo que, si tú me dejas, te mostraré a ti, única y exclusivamente, cómo soy en realidad.

- Leo en su totalidad... -susurró Lizzie casi para sí misma, totalmente satisfecha con la respuesta obtenida.

- Te toca. Agacha la cabeza. -dijo Leo rápidamente, tratando de volver a centrarse en ella, haciendo caso omiso de los niveles tan altos de pulsaciones que estaba teniendo.

- No te pases, por favor. -rogó Lizzie antes de hacer lo que le había pedido.

Leo retiró con cuidado el adorno de plata con el que Lizzie había adornado su recogido bajo, para no hacerle daño. Una vez retirado, no había nada que pudiera hacerle daño y, con ganas, Leo revolvió de arriba a abajo el pelo de Lizzie. La chica se tapó la boca para ahogar sus gritos mientras Leo liberó la carcajada que llevaba contenida tanto tiempo.

Cuando terminó con la sesión y Lizzie levantó la cabeza permitiéndole observar el resultado final, no pudo evitar caer a la cama por la risa. Lizzie, por su parte se miró horrorizada en el espejo y le señaló acusatoriamente.

- ¡Tú! -exclamó Lizzie.

- ¡¿Entonces qué significa eso?! -se oyó de pronto desde el salón, sobresaltando a los chicos.

Lizzie y Leo intercambiaron una mirada antes de reír.

- Parece que los demás ya están en el salón. -murmuró Lizzie algo decaída.

- Quizás hemos estado aquí más tiempo del que pensamos. -respondió Leo.

- Puede ser. El tiempo a tu lado pasa volando. -afirmó Lizzie, ruborizada.

- A veces... -empezó a decir Leo cuando otro grito del exterior le sobresaltó.

- Siempre quitándome protagonismo. -se oía decir a Yoseob.

Lizzie puso los ojos en blanco y dejó escapar una pequeña risa.

- Será mejor ir a ver qué pasa. -dijo Lizzie dedicándole una mirada de soslayo a Leo.




Leo había sobrevivido a la noche de citas, y eso que no las tenía todas consigo cuando Yoseob les obligó a jugar a las malditas preguntas. Ese juego podría haber salido muy mal. De hecho, hizo que Lizzie explotara y sacara un tema doloroso para Kikwang. Por suerte, la respuesta de Andrea pareció calmar a su amigo, y pudieron finalizar el juego con un beso.

Aún así, Leo pensaba llamar a Kikwang al llegar a casa para preguntarle si estaba realmente bien. No podía permitir que su compañero de equipo y amigo sufriera. Aunque estaba claro que en aquel momento, mientras Lizzie y el se despedían a solas, sus amistades quedaban en segundo plano. Todo lo hacía al lado de Lizzie.

- Espero que te divirtieras. -murmuró Lizzie cabizbaja, evitando la mirada de Leo de nuevo.

- No puedo negarlo, ha sido divertido. Pero la próxima vez espero que haya menos gente. -admitió Leo, agradeciendo la poca luz de la noche que ocultaba el rubor creciente de sus mejillas.

- Si tú me aseguras que habrá una próxima vez, dalo por hecho. -respondió con una amplia sonrisa Lizzie.

- No me hagas esperar mucho. -dijo Leo antes de presionar la frente de Lizzie con el índice, haciendo que esta se tambaleara y perdiera el equilibrio y control de sus piernas por un segundo. Leo, reaccionando a tiempo, rodeó a Lizzie por la cintura y la levantó del suelo. Los ojos de Lizzie estaban a punto de salirse de sus órbitas cuando Leo la dejó en el suelo.

- Gracias. -susurró Lizzie con la voz que le quedaba.

- No hay de qué. -contestó Leo nervioso, notando cómo su corazón latía demasiado deprisa para ser normal, notando todavía cómo sus manos rodearon el cuerpo de Lizzie por un par de segundos.

- ¡Hasta pronto! -exclamó una voz pasando a su lado, sobresaltándolos.

Kikwang ya se había ido, pasando con su coche junto a la esquina del edificio en la que estaban Leo y Lizzie. Era una señal, se acercaba el final de la noche y Leo necesitaba armarse de valor para despedirse de ella.

- Creo que ya se hace tarde. -apuntó Lizzie, cambiando repetidamente el peso de su cuerpo de un pie al otro, visiblemente nerviosa. Puede que estuviera pensando en lo mismo que Leo. En cómo despedirse.

- Espero que duermas bien. -dijo Leo antes de armarse de valor y darle a Lizzie un fugaz beso en la mejilla. Lizzie, anonadada, se llevó la mano a la mejilla y miró a Leo confusa.- Considéralo medio camino entre Corea y España. -finalizó antes de hacerle una pequeña reverencia y marcharse con paso decidido, impidiéndole a Lizzie ver cómo toda la sangre de su cuerpo se concentraba en su cara.




Cuando Lizzie se tumbó en la cama aquella noche todavía no se creía nada de lo que había sucedido aquel día. Y todavía tenía que enterarse de las cosas que le habían pasado a su amiga, su talismán. Cuando bromeó sobre el hecho de que Andrea atraería a Leo a su casa con su imán de idols incorporado jamás pensó que lo lograría. Y allí estaba, en pleno intercambio cultural con Leo. El solo pensar en el beso de aquella noche hacía que Lizzie tuviera que controlar sus grititos de fangirLEO.

No quería despertar a su amiga, por lo que para tratar de calmarse cogió su móvil dispuesta a poner algo de música relajante. Pero, por supuesto, aquella noche no podía terminar con calma.

Una notificación sobre la actualización del instagram de Leo impidió que Lizzie siguiera respirando con normalidad. Y, pasados unos segundos, no se contuvo más y buscó la imagen. Un gran error, pues no pudo evitar soltar el gritito que tanto le había costado aguantar.

Continue Reading

You'll Also Like

112K 4.5K 32
𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭, +16, 𝐜𝐮𝐭𝐞 todos los personajes son mayores de edad todos los personajes le pertenecen a Haruichi Furudate <3
48.3K 9K 40
Cassiopeia Polaris, melliza de Draco y princesa de la familia Malfoy - Black, vuelve a Inglaterra luego de estudiar dos años en Durmstrang, pero.. po...
175K 4.7K 31
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
75.2K 6.3K 19
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...