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By KarlaKassapian

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La vida da segundas oportunidades por alguna razón, quizás no sea tu momento de partir porque aún hay cosas p... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20

Capítulo 18

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By KarlaKassapian

La cabeza le daba vueltas, sentía su cuerpo entumecido, abrió los ojos y se arrepintió de haberlo hecho por la luz que lo cegó; se movió en la cama donde estaba y a la cual no recordó llegar pero se sentía muy agotado como para ponerse a pensar cómo había terminado allí. No podía escuchar nada más que el trinar mañanero de los pájaros y al abrir los ojos de nuevo, vio frente a él una pared color beige sin nada en ella, se extrañó porque en su cuarto debería de haber un mueble en ese lugar. Cambió de posición hasta quedar boca arriba y lentamente se sentó; sintió un nudo en su estómago al no reconocer el cuarto donde se encontraba, las paredes muy cerradas lo rodeaban y sólo había una ventana en una, un pequeño armario empotrado en otra y el resto era esa cama y la mesa de noche a un lado. Se levantó con un salto, movimiento que lo mareó, pero al recuperarse se asomó por la ventana que daba hacia un patio que tampoco conocía. Ji Ho no entendía lo que estaba pasando hasta que vio un brazalete en su mano donde estaba escrito su nombre y otros números que no sabía qué podían ser. Enseguida comprendió dónde estaba y golpeó la puerta mientras pedía que lo sacaran.

-¡Abran! ¡Esto es un error, yo no estoy loco! ¡Abran la puerta!- se quedó quieto un momento y escuchó pasos acercarse. Se alejó de la puerta y ésta se abrió, dando paso a dos enfermeros - Esto es una equivocación, yo no debería estar aquí. No estoy enfermo, se los juro.

-Trae el calmante - le dijo un enfermero a otro que salió.

-No, ustedes no me pondrán nada- Ji Ho retrocedió y miró la puerta tras el enfermero que estaba cerrada pero sin el seguro puesto.

-Tranquilízate, sólo te queremos ayudar.

-¡No! ¡Yo estoy aquí en contra de mi voluntad! Mi tío, mi tío inventó que estoy loco y metió preso a mi hermano para quedarse con nuestra empresa. Sólo quería deshacerse de nosotros.

-Cálmate.

-¡Estoy calmado!- miró nuevamente hacia la puerta y corrió a ésta pero el enfermero lo sostuvo con fuerza por detrás - ¡Suélteme, yo no estoy enfermero!- levantaba sus piernas y las agitaba violentamente en el aire.

El otro enfermero que había salido volvió a entrar trayendo una jeringa, con él estaba uno más que sostuvo el brazo de Ji Ho- el cual el chico no quería dejar quieto- y el hombre con el calmante se lo inyectó. Ji Ho aún tenía fuerza para gritar pero poco a poco las fue perdiendo y sintió su cuerpo muy débil; intentaba mantener los ojos abiertos pero de nuevo todo le daba vueltas y sus oídos se habían tapado. Los enfermeros volvieron a acostar al chico en la cama, cerraron las cortinas para que la luz no lo molestara y trancaron la puerta con llave nuevamente.

Ji Ho aún no podía creer lo que estaba pasando, no creyó que el ir a casa de su tío para acusarlo por lo que le hizo a Ji Seok haría que terminara metido en un manicomio. Lo tenía todo planeado, ya había llamado al hospital porque sabía que Ji Ho iría y se lo llevaron en contra de su voluntad. Lo mantendría allí, pidiendo que lo mantuvieran calmado para que no se atreviera a hacer nada y así deshacerse de él también y estar cómodo como el nuevo presidente de la empresa ya que sus dos sobrinos no son capaces de manejarla.

Había pasado un día desde que Ji Ho fue enviado al manicomio y en casa, tanto la señora Kim como su hijo estaban preocupados por no saber de él, el chico lo estaba aún más porque dejó que Ji Ho se fuera estando en un mal estado y si le ocurría algo sería en parte su culpa. Al los hermanos Woo no tener a nadie más, la señora Kim se encargó de contactar a la policía por la desaparición y también fue a casa del tío de los chicos porque sabía que había ido allí pero el hombre le mintió diciéndole que sí lo había visitado pero que después se marchó y no supo más nada de él; la mujer no confiaba mucho pero no era nadie para acusarlo, sólo era una empleada.

-¿Se sabe algo de Ji Ho?- preguntó Kyung llegando a la casa de los Woo.

-No- respondió la señora Kim- La policía lo está buscando pero aún no hay noticias de su paradero...Estoy tan preocupada.

-No se preocupe, ya va a aparecer sano y salvo. Yo lo busqué en muchos sitios pero no lo hallé.

-Ese fue su tío- dijo Yu Kwon- Él fue para allá y seguro se deshizo de él para no tener obstáculos a la hora de ponerle las manos a la empresa.

-No digas eso - le reprochó su madre - No podemos acusar a nadie a ciegas y aunque no se lleven bien, es su familia y no sería capaz de dañar a sus sobrinos.

Yu Kwon no estaba seguro de lo que su madre decía, el intuía que el tío de los chicos estaba detrás de todo por las cosas que había escuchado sobre él.

El teléfono sonó, la señora Kim atendió y era el psiquiatra de Ji Ho, el doctor Oh que llamaba sólo para saludar y saber cómo seguía su paciente. La mujer, al no saber a quién más acudir, le habló sobre la desaparición de Ji Ho y el hombre al notar su desesperación y al saber que no tenían más familiares que pudieran ayudarlos, se ofreció a hacer lo que pudiera para encontrarlo.

-Oye- Kyung llamó la atención de Yu Kwon- ¿Tú crees que a Ji Ho le hizo algo su tío?

-Seguramente.

-Pero no crees que lo haya...Matado ¿Verdad?-de sólo decirlo le asustaba.

-No creo que haya llegado a tanto pero algo hizo con él.

La noche cayó y no se supo nada de Ji Ho aún, ni siquiera le llegaron a decir a Ji Seok para que no se pusiera nervioso. Kyung cuando lo visitó le dijo que su hermano no quería visitarlo porque estaba seguro que se deprimiría y no quería tener otra recaída, Ji Seok creyó que era lo mejor también aunque no fuese cierto. Kyung también le había avisado al director de la productora lo que había acontecido, mientras más ayuda tuvieran sería mejor y el hombre podría moverse con sus influencias.

-¿Aún no lo encuentran?-preguntó Min Hyuk a Kyung al teléfono con respecto a Ji Ho.

-Aún no-suspiró desganado – Tengo miedo de que le haya pasado algo. Yu Kwon dice que su tío lo desapareció-

-¿Quién es Yu Kwon?-

-El hijo de la señora que trabaja en casa de Ji Ho. Él estaba con Ji Ho cuando se fue a casa de su tío y está seguro que le hizo algo para deshacerse de él. Quisiera poder ayudar más pero no sé qué hacer-

-Sólo no pierdas las esperanzas, pronto aparecerá, ya lo están buscando-

-Espero que sí-

-Debo dejarte, tengo que volver al trabajo. Luego te llamo para ver cómo sigue todo-

-Sí, adiós-colgó y lanzó el teléfono en la cama. Flexionó sus piernas y las abrazó, no podía dejar de sentirse angustiado y pensar en lo peor.

Su teléfono volvió a sonar y lo tomó pensando que sería Min Hyuk nuevamente o la señora Kim con información de Ji Ho pero abrió los ojos como plato al ver que se trataba de Jaehyo. Atendió.

-Hola Jaehyo, qué sorpresa que llames-dijo Kyung al atender tratando de sonar tranquilo.

-Siento si no llamo seguido para saludarte pero es que con estas diferencias de hora y el trabajo no organizó bien mi tiempo. Ahorita te estoy llamando por una razón, he intentado comunicarme con Ji Ho desde ayer pero siempre me manda a la contestadora, a Ji Seok tampoco lo he podido contactar ¿Hay algún problema con sus celulares?-

-Ehmm...Sí, a Ji Ho se le dañó su celular y Ji Seok seguramente anda muy ocupado y por eso no ha podido atender ¿Pero por qué no llamaste directo a su casa?-

-Como cambié de teléfono perdí los números, anoté los más importantes en una libreta y el de la casa de Ji Ho se me olvidó anotarlo. Luego no me acordé en pedírselo a él de nuevo... ¿Podrías decirle que me llame?-

-Ca-Claro, yo le digo, no te preocupes-

-¿Sucede algo?-

-Claro que no ¿Qué podría suceder? Todo está bien-se sentía mal por mentirle pero no quería preocuparlo estando en otro lado del mundo-Debo irme, tengo otra llamada. Le voy a dar a Ji Ho tu recado, adiós-colgó-Lo siento Jaehyo.

Al siguiente día seguía sin saberse nada de Ji Ho, parecía que las autoridades no estaban haciendo bien su trabajo porque no era posible que no lo hayan encontrado aún ¿A dónde podía haberse ido? Si tuvo alguna recaída, alguien pudo haberlo ayudado e informado de su estado. Por esa razón, Yu Kwon creía firmemente que le habían hecho algo y aunque su madre no quería confiar en su intuición, el chico lo averiguaría.

-¿A dónde vas?-preguntó la señora Kim a su hijo.

-Sólo daré una vuelta por ahí, quizás visite a unos amigos.

-Son más de las diez de la noche.

-¿Y? No me quedaré afuera mucho rato-dijo y se fue. Tomó un autobús y estuvo pendiente para bajar en la parada que tenía en mente.

Cuando la señora Kim fue a casa del tío de los hermanos para preguntarle por Ji Ho, Yu Kwon la acompañó más no entró pero recordaba bien la dirección. En el interior de la vivienda las luces seguían encendidas así que esperó cerca de allí a que pasaran las horas y que se fueran a dormir para así poder entrar y averiguar si tenía razón. No sabía por qué de pronto le dio por hacer justicia pero siendo el único que tenía una fuerte sospecha sobre lo ocurrido, y nadie más ayudaba, debía hacer algo por el bien de Ji Ho y el de todos los que están tan preocupados por él.

Cuando las luces de la casa por fin se apagaron, Yu Kwon esperó unos minutos y luego prosiguió a saltarse el muro de bloques de piedras que la rodeaba. Ya había hecho eso varias veces por lo que ni el alambrado sobre la pared fue problema para él, pudo saltarlo con gran agilidad y caer del otro lado. Con sigilo fue hacia la ventana más cercana y pudo abrirla ya que no tenía seguro, entró por la cocina y salió en busca de alguna oficina donde el hombre pudiera tener, si no era información sobre dónde estaba Ji Ho, algo que revelara su culpabilidad sobre el tema del derrumbe del edificio. Abrió una puerta y dio con un estudio, fue directo al escritorio y con la linterna de su celular revisó los cajones y las carpetas llenas de papeles que habían en estas. Entre todas las hojas una llamó su atención sobre un recibo de compra de materiales de construcción y por lo que sabía, el hombre no trabajaba en ese negocio. Le tomó foto con la más alta resolución que su teléfono permitía y siguió buscando pero no encontró nada que le importara. Iba a irse ya cuando en el escritorio vio una tarjeta, le pareció extraño que tuviera una de un hospital psiquiátrico ¿Acaso había algún enfermo dentro de su familia? Yu Kwon sólo conocía a uno.

-Interesante-se alertó cuando escuchó pasos fuera. Apagó la linterna de su teléfono y buscó donde esconderse. Terminó debajo del escritorio y entonces la puerta se abrió.

-¿Por qué llaman a estas horas que estoy durmiendo?-dijo una voz masculina, Yu Kwon supo que debía ser del tío de los hermanos -¿Sucedió algo?...Sí, sí, entiendo pero les pagué para que lo mantengan tranquilo, no creo que sea muy difícil hacerlo. Si cometen una equivocación asumirán las consecuencias...Claro, pónganle una camisa de fuerza o métanlo en un cuarto acolchado, no me interesa, contal que no salga de allí...Bien, hasta luego-al terminar de hablar, el hombre salió del estudio.

Yu Kwon se encontraba boquiabierto, ya entendía el por qué de esa tarjeta y estaba seguro que Ji Ho debía de estar metido allí. Con la excusa de su trastorno, su tío lo encerró y así deshacerse de él. El chico dejó su escondite y salió por la ventana para luego saltar el muro de vuelta al exterior, tomó un taxi y volvió a casa.

-¡Mamá!-llegó haciendo escándalo. La señora que ya se había ido a acostar, salió alarmada de su cuarto.

-¿Qué pasó, por qué gritas así?

-Sé donde está Ji Ho.

-¿¡Qué!? ¿Cómo es eso? Explícate.

-No me vayas a regañar. Me metí en la casa de su tío y encontré la tarjeta de un hospital psiquiátrico, después él entró hablando por teléfono y lo confirmé. Encerró a Ji Ho en ese lugar.

-¡Dios mío! ¿Cómo fue capaz de hacerle tal cosa a su sobrino?

-Y no es sólo eso, encontré un recibo de unos materiales de construcción, seguramente tiene relación con lo que sucedió con el edificio aunque no estoy seguro cómo. Primero hay que sacar a Ji Ho del hospital.

-Sí, le voy a decir al señor Oh-abrazó a su hijo – Gracias por hacer esto.

-¿En serio no te molesta que me haya metido a una casa?

-No es el momento para que me moleste por esto porque después de todo lo hiciste para ayudar. Aunque no lo vuelvas a hacer.

-Será la última vez, lo prometo-levantó su mano derecha.

-No pensé que te agradara tanto Ji Ho.

-Tú lo quieres mucho y a Ji Seok también y ellos han sido muy buenos contigo por muchos años. Es una forma de retribuírselos y también de demostrarte que puedo ser un buen hijo, que el maleante que era, ya se fue.

-Sé que lo eres, nunca lo he dudado-sonrió y volvió a abrazarlo- Gracias de nuevo, estarán muy agradecidos por esto.

La señora Kim estaba más tranquila por saber el paradero de Ji Ho pero también estaba horrorizada que su tío le haya hecho tal cosa. Al día siguiente muy temprano le avisó al doctor Oh la situación y siendo él el médico de Ji Ho, era quien mejor sabía sobre su estado y no podrían llevarle la contraria. Ji Ho estaba sano, no había razón para estar internado en un hospital psiquiátrico.

En el hospital habían acatado las órdenes que les dieron, Ji Ho no quiso pero tuvo que ponerse violento para salir a la fuerza y por eso lo mantenían todo el tiempo sedado. No sabía qué día era o qué hora era, ni siquiera tenía fuerzas para pensar; el chico se la pasaba acurrucado en su cama en posición fetal y con la mirada perdida. Cuando un enfermero entraba a llevarle la comida era el único momento que cambiaba de posición pero ni ganas de comer tenía aunque sintiera hambre.

-Quiero irme de aquí-dijo Ji Ho por lo bajo a nadie, estaba solo encerrado en su cuarto - Quiero ver a mi hermano, quiero ver a Jaehyo- una lágrima que salió resbaló hacia la almohada. Cerró los ojos y buscó dormirse.

Ji Ho había logrado dormirse, lo cual lo hacía la mayoría del tiempo pero no le quedaba de otra si lo mantenían siempre dopado con los calmantes. No había soñado en esos tres días que estuvo allí pero ahora lo hacía y parecía tan real que no quería salir de ese sueño. Sobre aquella pintura que compró estaba soñando pero no en el cuadro en sí, se encontraba en un escenario similar a ese, paseando bajo la noche estrellada y despejada luego de una lluvia; las luces de los faroles se reflejaban en el piso mojado y no había más nadie alrededor, sólo él y Jaehyo que lo tomaba de la mano. Tan sólo caminaban y Jaehyo lo miraba con una dulce sonrisa y sus ojos brillaban gracias a la iluminación de aquella calle. Era hermoso y parecía que estaba sucediendo pero de pronto el sueño se desvaneció y escuchó una voz a lo lejos llamarlo.

-Ji Ho...Ji Ho...

Ji Ho abrió lentamente sus ojos, veía todo doble y parpadeó varias veces para corregir su visión.

-Doctor Oh-dijo el chico débilmente y sorprendido por la presencia del doctor.

-Te voy a sacar de aquí, ya solucioné todo... ¿Te sientes bien?

-Estoy un poco débil-se sentó, siendo ayudado por el doctor- Me estuvieron poniendo sedantes para mantenerme tranquilo y que no hiciera nada para salir de aquí.

-Lo sé y definitivamente lo denunciaré. Ya todo está bien, te llevaré a tu casa. Todos están muy preocupados.

-Mi hermano ¿Qué sabe de él?

-Sigue preso pero no le dijeron de tu desaparición para que no se preocupara. Si tú quieres le cuentas luego.

-Entiendo-bajó la mirada triste.

El doctor Oh ayudó a Ji Ho a levantarse y a salir del hospital, subieron a su auto y estuvieron por un rato viajando de vuelta a casa del chico. Ji Ho aún seguía muy débil y se durmió nuevamente en el vehículo, el doctor no lo despertó y lo cargó para llevarlo a su habitación en cuanto llegaron a su casa. Suerte que es alto y corpulento o si no, no hubiese podido con el muchacho.

-Los sedantes lo han dejado muy débil, hay que dejar que descanse y en cuanto despierte debe comer bien para recuperar las fuerzas- le dijo el doctor a la señora Kim.

-Entiendo, entonces prepararé comida para él ¿Usted se quedará?

-Sí, esperaré hasta que despierte.

Algunas horas pasaron, Ji Ho seguía durmiendo y cuando despertó, agradeció ver que estaba en su habitación. Al momento de abrir los ojos, la puerta se abrió y por ésta entró Kyung.

-Al fin despiertas- dijo Kyung, acercándose y sentándose en un espacio vacío de la cama - ¿Cómo te sientes?

-Un poco mejor ahora que estoy aquí en casa-se sentó, recostándose de la cabecera de la cama-¿Te preocupaste mucho por mí?

-Claro, eres mi amigo. Todos estábamos muy angustiados.

-Lo siento.

-No es tu culpa.

-No debí haber ido a casa de mi tío, no solo. Actué muy impulsivamente, no pensé claro.

-Estabas desesperado. Pero ya pasó y estás fuera de ese lugar. Debes agradecerle a Yu Kwon, él fue el que descubrió dónde estabas. Se metió en la casa de tu tío para eso.

-¿En serio?-se sorprendió – No pensé que le agradara tanto. Es un buen chico después de todo.

-Y parece que descubrió otra cosa, un recibo de compra por unos materiales de construcción.

Ji Ho se extrañó pero enseguida vio eso como algo a su favor porque allí estaba la prueba de que su tío tenía algo que ver con el accidente del edificio ya que no había razón para que él adquiriera materiales de construcción.

-Oye Ji Ho, Jaehyo me llamó y está preocupado porque no se ha podido comunicar contigo. No le dije nada de lo que pasó, inventé que se te había dañado el celular ¿Hice bien?

-Sí, no quiero que se angustie y se desconcentre en su trabajo. Debo llamarlo-miró la hora y debía ser muy temprano en Londres por lo que esperaría un rato antes de llamarlo.

Ya no teniendo ganas de volver a dormir, Ji Ho fue revisado por el doctor Oh y comió la comida que la señora Kim le preparó, la cual lo hizo sentir mucho mejor. Siendo una hora más adecuada, Ji Ho llamó a Jaehyo que no tardó en contestarle.

-Al fin llamas. Creí que se había dañado tu teléfono-dijo Jaehyo.

-Ehmm, es que compré otro. Siento no haberte llamado-

-Está bien. Estuve algo preocupado pero creo que exageré... ¿Todo bien?-

-Sí, sí, todo bien-

-Me alegra saber eso. Además de llamarte para saludarte quería avistarte que éste fin de semana se inaugurará la primera exposición de arte de la que formé parte. Fue un largo proceso pero ya todo está listo-

-Me alegro mucho, de verdad. Estoy seguro que tendrá mucho éxito-

-Gracias. Te enviaré fotos de ese día-

La puerta de la habitación se abrió y por ésta se asomó Yu Kwon, Ji Ho le indicó que esperara pero estaba urgido en hablar con él sobre lo que había descubierto, y también para darle las gracias.

-Jaehyo, debo dejarte ahora pero luego te llamo o tú me llamas cuando tengas tiempo-

-Está bien. Hablamos luego entonces. Adiós-

-Ya puedes pasar-le avisó Ji Ho a Yu Kwon quien enseguida entró-Supe lo que hiciste, gracias.

-No te conmuevas, no lo hice por ti, lo hice por mi mamá principalmente. Estaba muy preocupada y no me gusta verla así.

-Igualmente, gracias. También supe que encontraste algo más.

Yu Kwon asintió y le entregó una impresión en una hoja de la foto que la había sacado al recibo. Ji Ho la revisó y era una compra por una gran cantidad, como para construir un edificio. Miró la fecha y era de hace un mes, igual que cuando fueron entregados los materiales en el lugar de la construcción. Tomó su teléfono y llamó a la oficina de su hermano, siendo atendido por su secretaria. Le pidió que buscara el recibo de compra que él hizo al proveedor hace un mes y luego de que ésta le enviara una foto, comparó los dos.

-Tienen fechas similares-dijo Ji Ho y se quedó pensando. Se levantó y se metió en su armario, pronto salió vestido -¿Y las llaves de mi auto?

-¿Saldrás?

-Debo ponerle fin a esto.

-No creo que sea prudente que sal... ¡Oye!

Ji Ho lo dejó con la palabra en la boca y bajó, fue hasta la cocina y vio sus llaves colgadas, las cuales tomó. Cuando se dirigía a la salida, la señora Kim lo interceptó.

-Ji Ho, no está bien que salgas ahora-le dijo la señora.

-Ya estoy bien y tengo que sacar a mi hermano de la cárcel.

-Está loco si va a salir así-dijo Yu Kwon bajando las escaleras.

Ji Ho no hizo caso y salió. La señora preocupada le dijo a su hijo que lo acompañara, éste no quería pero luego de tantas insistencias accedió.

-Iré contigo, no vaya a ser que en ésta oportunidad termines en una zanja-dijo Yu kwon subiendo al auto y poniéndose el cinturón de seguridad- ¿Sabes lo que vas a hacer?

-Sí-encendió el auto y luego de que calentara, arrancó.

Yu Kwon no sabía a dónde se dirigían pero Ji Ho estaba muy decidido; pensó que irían con la policía pero ya se habían pasado la comisaría y terminaron en una zona industrial que estaba conformada en su mayoría por galpones.

-¿Por qué estamos aquí?-preguntó Yu Kwon.

-Iré a hablar con el proveedor de la compañía-detuvo el auto y bajó. Yu Kwon lo imitó-Tengo entendido que ellos entregaron los materiales pero no eran los mismos de siempre y mi tío compró unos en otro sitio alrededor de la misma fecha. Curioso ¿No?

Ji Ho entró al lugar junto con Yu Kwon y buscó al encargado, dijo que iba en representación de construcciones Gidung para que le dieran la información de la entrega de materiales hecha en Guro hace un mes y efectivamente los habían entregado. Ji Ho pidió hablar con quien se encargó de hacer dicha entrega y lo llamaron a la oficina.

-Yo realicé la entrega en la construcción- dijo el hombre transportista.

-¿Y no habló con nadie antes de eso?-preguntó Ji Ho. Notó que el hombre se tensó.

-Ca-Claro que no ¿Con quién podría haber hablado?

-¿Alguien le pagó para cambiar los materiales?

El hombre no respondió.

-¡Hable!-le ordenó Yu Kwon- Si usted hizo algo tiene que decirlo. Se está cometiendo una injusticia debido a esto.

-Yo...-el hombre ya comenzaba a sudar.

-Por favor, es importante que me diga –le suplicó Ji Ho.

-Bien-respiró profundo-Yo fui a llevar los materiales pero...-aclaró su garganta-...Un hombre me interceptó en el camino y me dijo que los llevara a otro lado, a una cantera. Él me pagó mucho dinero e hice lo que me dijo y allí, descargaron el camión y lo cargaron con otros materiales que no sé de dónde eran. Luego los lleve a Guro.

-Lo sabía-Ji Ho resopló molesto –Mi tío compró esos materiales de tercera y los reemplazó para que pareciera que fueron enviados por el mismo proveedor y así a los obreros no les pareciera extraño.

-Con esto puedes demandarlo por sabotaje y responsabilizarlo por el accidente, además del hecho de haberte internado a la fuerza en ese hospital psiquiátrico.

-Es increíble a lo que puede llegar una persona por ambición.

Ji Ho presentó al abogado de la familia las pruebas contra su tío, incluso el transportista que hizo la entrega tuvo que declarar ante la policía lo que había hecho y luego de una averiguación, comprobaron que los materiales reales que habían sido adquiridos por la compañía fueron entregados en aquella cantera y también contactaron al proveedor de tercera que confesó la compra por parte de Woo Seo Bum, el tío de los muchachos. No fue un proceso de un día, tomó varios hasta que por fin las cosas quedaron claras y Ji Seok fue absuelto del crimen que no había cometido, sin embargo, el chico aún se sentía mal por no haber escuchado las quejas de los obreros sobre la mala calidad de los materiales al confiar que eran los de siempre y que sólo buscaban molestarlo por alguna razón.

-Hermano-Ji Ho feliz por verlo libre lo abrazó fuertemente – Qué bueno que ya estés libre. Nuestro tío ya nos no molestará.

-Sí-dijo con desgano.

-¿Qué sucede?

-Esto no cambia lo que pasó. Muchos obreros resultados heridos en el derrumbe y unos murieron, pudo haberse hecho justicia pero esto no les regresará la vida. Sigo siendo responsable porque eran mis empleados y aunque ante el ojo legal yo sea inocente, moralmente sé que en parte es mi culpa por no haberlos cuidado.

-Entiendo y es triste lo que pasó pero no puedes dejarte vencer, ahora más que nunca debes regresar con la cabeza en alto y solucionar los problemas de la compañía. Quizás lleve un tiempo pero ya no hay obstáculos que te impidan hacerlo.

-Tienes razón, gracias, hermano. No sé qué haría sin ti-volvió a abrazarlo- Siempre supe que eras el más fuerte de los dos, estoy orgulloso.

-Ya calla, me harás llorar. Vayamos a casa.

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Meses después.

-¡Feliz cumpleaños!

Ji Ho brincó en su silla por el susto, hasta soltó el lápiz con que escribía y ni supo dónde aterrizó.

-¡Kyung! ¿Cómo entras así? Me vas a causar un infarto.

-Lo siento ¿Tan concentrado estabas?

-Sí, no esperé que entraras con ese escándalo- miró en el suelo en busca de su lápiz, debajo del escritorio y hasta bajo el sofá.

-Bueno, bueno, perdón pero es que es tu cumpleaños, hoy es un día especial y no deberías estar trabajando.

Ji Ho halló el lápiz que había rodado por debajo del sofá y tuvo que moverlo para poder tomarlo ya que su brazo no cabría. Cuando se enderezó vio la bolsa de regalo que Kyung tenía en su mano y había puesto frente a él.

-Es sólo un detalle-dijo Kyung.

-Gracias- tomó la bolsa y sacó lo que había dentro de ésta. Era una franela de su marca preferida-Está genial, gracias Kyung.

-Qué bueno que te guste, espero que te quede-se sentó en el sofá-¿Y tienes algún plan para hoy, o piensas quedarte trabajando todo el día?

-No lo sé, es día de semana por lo que no sé si haga algo. Mi hermano también está ocupado.

-Entonces salgamos tú yo por ahí a tomar algo. Yo invito.

-Está bien.

-¿Y ya Jaehyo te llamó?

-No, digo, no lo sé. Anoche me fui a dormir a las once y no sé si me haya llamado a las doce, cuando encendí el teléfono no tenía una llamada perdida y aún es de madrugada en Londres. Seguro en unas horas me llama.

Ji Ho conocía ya el horario de Jaehyo a la perfección, a qué hora se levantaba, a qué hora entraba a trabajar, cuándo tenía el descanso para el almuerzo y cuándo salía. Cuando fueron las tres de la tarde en Corea era el momento en que Jaehyo debía de dejar la cama, creyó que a esa hora lo llamaría o le enviaría un mensaje para felicitarlo antes de entrar a trabajar pero no pasó. No le dio mucha importancia y sabía que debía de estar ocupado en la mañana pero a las nueve de la noche, cuando era la hora del almuerzo para Jaehyo, tampoco lo llamó. Pensó si se le había olvidado, cosa que sería extraña pues el mayor siempre es muy atento y nada olvidadizo. Prefirió no pensar tanto en eso y esperar, se encontraría con Kyung a beber algo como habían quedado y no estaba solo. Min Hyuk se había unido a la reunión.

-Creí que estaríamos solos tú y yo- le dijo Ji Ho a Kyung al sentarse en la mesa donde los otros estaban.

-Si te molesta me voy-dijo Min Hyuk.

-No claro que no ¿Está bien que estés aquí?

-Que sea una estrella no quiere decir que no pueda salir. Y por cierto, feliz cumpleaños.

-Gracias.

-Min Hyuk ha estado muy ocupado desde que salió su disco, se merece un día de descanso y también lo extrañaba-miró sonriente a Min Hyuk. Aún a Ji Ho se le hacía extraña su relación.

-¿Por fin están saliendo o qué?-preguntó Ji Ho.

-Podría decirse-contestó Kyung-Lástima que nos podamos ver tan poco-bajó sus cejas con expresión triste.

-En cuanto tenga un descanso nos veremos más, te lo prometo-Min Hyuk tenía unas enormes ganas de darle una muestra de afecto a Kyung pero no podía en público, lo único que pudo hacer fue tomar la mano del chico por debajo de la mesa y éste sonrió tímido.

A Ji Ho le parecían adorables aún con su extraña relación pero era bueno saber que su amigo era feliz de esa manera aún no siendo esa la relación que esperaba tener. La vida da muchas sorpresas.

Pasaron un buen momento celebrando el cumpleaños de Ji Ho, Kyung incluso le dijo a un mesero que lo era y le dieron una bebida gratis. Sin darse cuenta, Ji Ho se pasó un poco de tragos, tenía tiempo que no bebía de esa manera y entre las pláticas que tenían, no midieron cuanto era lo que consumían de alcohol. Min Hyuk era de todos el que tenía más aguante y Kyung no estaba tan mal, pero al final de la noche, Ji Ho hablaba incoherencias y se reía de sus propias palabras aunque no fueran tan graciosas. Terminó por dormirse con su cara contra la mesa donde estaban sentados y Kyung y Min Hyuk tuvieron que recargarlo sobre sus hombros al momento de irse. Ji Ho estaba despierto pero nada lúcido.

-Dios, no pensé que fuera tan pesado, y se ve tan delgado-se quejó Min Hyuk.

-¿Peso mucho?-preguntó Ji Ho mirando a Min Hyuk.

-Sí-le contestó Min Hyuk. Ji Ho entonces empezó a reírse en silencio sin dejar de mirarlo- ¿Dije algo gracioso?

Ji Ho aún riendo negó con la cabeza y se abalanzó al cuello de Min Hyuk.

-¿¡Qué haces!?...Kyung, quítamelo de encima.

Kyung sólo se reía. Min Hyuk lo fulminó con la mirada pero el otro seguía. Ji Ho abrazaba fuerte a Min Hyuk y le dio un beso en la mejilla, cosa que al chico le alarmó y lo iba a empujar lejos de él cuando un teléfono sonó y Ji Ho se separó bruscamente de Min Hyuk para buscar su celular pues era el de su propiedad el que sonaba. Miró la pantalla y sonrió ampliamente.

-¡Jaehyo!-dijo contento e iba a responder pero Kyung le quitó el teléfono de las manos.

-¿En serio piensas contestarle estando ebrio? ¿No te da vergüenza que sepa que lo estás?

-Pero debo hacerlo, es mi cumpleaños, seguro me quiere felicitar- se estiró para recuperar su celular pero Kyung lo alejó de él y atendió.

-Hola Jaehyo, es Kyung. Ji Ho ahorita no está en condiciones de atenderte.

-¡Dámelo!-le arrancó el teléfono y se lo llevó a la oreja-No le hagas caso, claro que estoy en condiciones de atenderte, yo estoy y estaré disponible para ti siempre-

-¿Estás ebrio?-preguntó Jaehyo al notar la forma de hablar de Ji Ho.

-Sólo un poquito. Fui a tomar con Kyung y Min Hyuk para celebrar mi cumpleaños, el que pareciera que te olvidaste-

-Lo siento, sí lo olvidé pero es que estoy demasiado ocupado pero sabía que había algo importante hoy y lo recordé. Feliz cumpleaños-

-Gracias – sonrió ampliamente.

-Es tarde allá y no estás muy bien, será mejor que vayas a casa a descansar-

-No, no, hablemos-se recostó de un auto- Quiero escucharte por un buen rato. Ya han pasado...-contó con sus dedos pero no dio con una cifra-...Muchos meses y te extraño mucho-

-Han sido siete meses ya pero pronto será diciembre e iré por las fiestas-

-¡No! No puedo esperar tanto. Mañana mismo...No, mañana no puedo. En unos pocos días iré a Londres-

-¿Es en serio?-preguntó incrédulo porque su borrachera podía hacerle decir muchas cosas.

-En serio así que prepara la cama porque no te soltaré ni un segundo-

-Ya está bueno-Kyung le quitó el teléfono – Jaehyo, llevaré a Ji Ho a casa, necesita pasar esa borrachera, seguro termina con tremendo dolor de cabeza mañana-

-Sí, llévalo y que descanse. Mañana lo llamo. Adiós-

Kyung negaba decepcionado al ver el estado de su amigo y ahora debía hacerse cargo de él. Era ya bastante tarde y el camino a casa de Ji Ho era largo por lo que decidió llevarlo a que se quedara en su departamento, sería más seguro. Le avisó sobre eso a Ji Seok antes, quien no tuvo inconveniente y pensó que era una mejor idea. Kyung necesitó la ayuda de Min Hyuk para subir a su amigo-quien ya se había dormido-hasta su apartamento y lo dejaron en su cama para que descansara cómodamente. Al día siguiente era claro que Ji Ho amanecería con un fuerte dolor de cabeza y tan sólo un suave rayo de luz asomándose de entre las cortinas fue como un proyectil disparado a sus ojos. Se tapó con la sábana completamente y Kyung en ese instante se asomó.

-¿Ya despertaste? Son las nueve y media ya-dijo Kyung. Sólo escuchó a Ji Ho quejarse-Te traje una aspirina para la cabeza.

Ji Ho se incorporó, saliendo de debajo de la sábana y estiró sus manos para que Kyung le diera la pastilla junto con el vaso de agua que también traía.

-Bebiste mucho anoche.

-No me di cuenta-contestó Ji Ho después de tomarse la pastilla. Bostezó y estiró su cuerpo- Pero era mi cumpleaños así que todo se vale.

-Sobre todo con lo que le dijiste a Jaehyo.

-¿Qué?

-¿No recuerdas que hablaste con él?

-Sí pero ¿Dije algo malo?

-Le dijiste que irías a Londres en unos pocos días y luego dijiste, cito: "Prepara la cama porque no te soltaré ni un segundo". Entiendo que sea tu novio pero Min Hyuk y yo estábamos allí, además que la cara de pervertido que pusiste...-él mismo sintió vergüenza de recordarlo- ¿No te da pena?

Ji Ho abrió los ojos, sorprendido y cubrió su rostro con la sábana, sintiéndose apenado.

-Perdón- dijo Ji Ho.

-Está bien-rió para sí - ¿Y de verdad irás en unos días a Londres o eran delirios de tu estado de ebriedad?

Ji Ho descubrió su rostro y se quedó pensativo.

-¿Debería ir?-preguntó Ji Ho.

-No lo sé ¿Te sientes capaz de hacerlo?

-Quisiera intentarlo. Necesito ver Jaehyo-bajó la mirada tristemente-No sé cómo he soportado tanto tiempo sin tenerlo a mi lado pero no creo poder aguatar más-levantó la cabeza-Iré-dijo con determinación.

Ji Ho estaba más decidido que nunca en hacer algo y apenas pasó la resaca, compró un boleto de avión a Londres para el próximo fin de semana; no pensó en si era una buena idea o una mala idea considerando el miedo a volar que aún tiene pero se arriesgaría y con la determinación que tenía sabía que iba a poder.

-¿Irás a Londres?-Ji Seok se sorprendió al escuchar la noticia por parte de su hermano cuando se reunieron para almorzar.

-Así es, ya compré el pasaje.

-Entonces ya perdiste tu miedo a volar ¿No?

-No puedo decirte que sí porque no lo he intentado pero cuando me vaya lo perderé. Hay que arriesgarse si uno quiere superar sus fobias, ya me arriesgué en el pasado a salir de casa y esto es lo que me falta.

-En ese caso, confío en que lo lograrás-dijo con optimismo.

-Gracias hermano. Jaehyo no podrá creerlo cuando me vea allá-estaba muy emocionado y ya quería comenzar a hacer su equipaje.

Faltando un día para viajar, Ji Ho preparó su maleta, metiendo la ropa y todo lo necesario para un mes que era lo que tenía planeado quedarse, le gustaría que fuera más pero tenía trabajo que hacer. Estaba muy entusiasmado por saber que faltaba poco para ver a Jaehyo de nuevo luego de siete meses de estar separados, era algo casi irreal y aunque sabía que el otro tenía que trabajar, aprovecharía todo el tiempo que pudieran estar juntos; de todas formas, el hecho de estar en la misma ciudad era suficiente. Cuando terminó dejó la maleta reposada en una pared y por un rato la observó pensando en la última vez que había viajado y cómo había resultado. Había pasado tiempo que no se detenía a recordar aquello, había encontrado la manera de regresar a su vida normal y no pensar en lo malo pero ahora que lo hacía sentía una opresión en su pecho. Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, a veces cuando se sentía mal era masoquista y revivía todo pero no era momento para eso, ahora debía estar solamente feliz.

Ji Ho estuvo toda la noche dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño por los nervios y la emoción, sin embargo, se quedó dormido en el auto camino al aeropuerto.

-¿Tienes todo? ¿El pasaje, el pasaporte, el dinero?- preguntó Ji Seok a su hermano a pocos momento de pasar por migración.

-Sí, ya tengo todo, lo chequeé un montón de veces- respondió Ji Ho y miró la hora en un reloj de la pared- Ya debo entrar.

-¿Estás seguro que podrás?- Ji Seok aún tenía sus dudas y estaba haya más nervioso que Ji Ho.

-Sí puedo.

Ji Seok confiaba en su hermano y se mantendría con una actitud positiva; ya todo había quedado atrás y no había nada por qué preocuparse. Abrazó a Ji Ho fuertemente, deseándole mucha suerte y que se cuidara, lo dejó ir porque si no se le haría tarde y una vez que entró, se quedó fuera a esperar a que el avión saliera. Ji Ho estaba decidido pero también estaba nervioso, no porque creyera que algo le sucediera al avión ya que las probabilidades de un accidente son muy pequeñas, si no porque temía que su mente lo traicionara y trajera de nuevo todos los recuerdos que lo llenaran de pánico. Aún faltaba una hora para que llamaran a su vuelo así que se relajó escuchando música y cuando fue el momento de partir, todo estaba muy bien hasta que llegó a la puerta del avión. Apretó la correa de su bolso entre su mano, respiró profundo y entró a la primera clase donde halló su asiento, por suerte no había mucha gente en esa zona y el avión era bastante amplio por lo que no sentiría claustrofobia.

-¿Desea una copa de vino?- le preguntó una aeromoza a Ji Ho.

-No gracias...Oh mejor dicho, sí, por favor.

Ji Ho suprimía sus nervios, miraba por la ventanilla, veía arriba de él todos los botones que había y observaba a aquellos que entraban y guardaba sus equipajes de manos en los compartimientos sobre los asientos. La aeromoza le entregó la copa de vino a Ji Ho y comenzó con un pequeño sorbo pero luego se la tomó de golpe. Se sobresaltó cuando escuchó la puerta del avión cerrarse y su ansiedad comenzó a reflejarse en el tic que le dio en la pierna; se dio cuenta que su calma se desvanecía e intentó regresar a ésta inhalado y exhalando repetidamente pero no estaba funcionando. El estruendoso ruido de las turbinas encendiéndose hizo que se pusiera aún más nervioso y ya no podía seguir aguantando más, sentía que perdería la consciencia por culpa del pánico que le estaba produciendo el estar metido en ese tubo metálico. Supo que debía irse, se quitó el cinturón y se colgó su bolso en el hombro; caminó directo a la puerta y una azafata le bloqueó el paso.

-Debo bajar- dijo Ji Ho sin ocultar su nerviosismo.

-No puede bajar, ya la puerta se cerró y el avión despegará en unos minutos.

-No, no entiende, tengo que irme.

-Joven por favor, regrese a su asiento.

-¡No, tengo que bajar, déjeme bajar!- hizo a la chica a un lado pero otras dos intentaron calmarlo -¡Déjenme, debo bajar, no puedo volar!- comenzaba a sentir como le faltaba el aire. Temblaba y estaba desesperado.

Todos los pasajeros estaban atentos a la escena que Ji Ho estaba montando y murmuraban preguntándose qué le sucedía. Otro sobrecargo tuvo que acudir para calmar la situación ya que las aeromozas no podían solas.

-Joven, vuelva a su asiento ahora- ordenó el hombre.

-¡No! ¡No puedo! - corrió a la puerta e intentó abrirla, al ver que no podía, la golpeaba - ¡Sáquenme de aquí! ¡Sáquenme!

-¡Joven, ya basta!

-¡Abran!

-¡No está bien, llamen a seguridad!- dijo una anciana pasajera desde su asiento.

Ji Ho se estaba ahogando, podía escuchar a la gente a su alrededor hablar pero no entendían lo que decían; comenzaba a sentir una presión en su cabeza y su visión se ennegrecía. Perdió las fuerzas y se desplomó, resbalando por la puerta del avión hacia el suelo, veía vagamente a los sobrecargo que intentaban auxiliarlo y en un momento no pudo ver, escuchar o sentir más nada. Cuando abrió los ojos se dio cuenta que ya no se encontraba en el avión, estaba en una pequeña sala tranquila, acostado en una camilla y a su lado se encontraba Ji Seok mirándolo con expresión lamentosa. Ji Ho se sentó y segundos después rompió en llanto. Su hermano lo abrazó y sobaba su espalda.

-No pude hacerlo, fue horrible- dijo Ji Ho llorando - Creí que moriría allí adentro.

-Ya, todo está bien.

Ji Ho se separó de Ji Seok y secó sus ojos.

-Soy incapaz de hacer esto, no podré ver a Jaehyo hasta que él venga-bajó la mirada desanimado - Y yo que quería darle una sorpresa, que viera que ya había superado mi miedo.

-En tres meses volverán a verse, sólo aguarda un poco más.

Sólo un poco más, tres meses no eran nada pero Ji Ho los veía muy lejanos.

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