LinZ me acompañó hasta la puerta del colegio, a ella la recogía su madre. En el camino hacia las escalinatas, me enteré que estaba aprendiendo a tocar el bajo. Me parecía fabulosa. Nunca había conocido a alguien que tuviera gustos similares a los míos, y menos una chica.
Caminé hasta mi casa. Aunque me confundí de calle y demoré mucho más en llegar, pero Mikey no había llegado. Eso era extraño, así que me preocupe mucho por él. Pero me calmé al ver que Mikey entraba por la puerta a los pocos minutos.
-¡Gee! -exclamó con una sonrisa. - ¿Qué tal tu día? - preguntó.
-Supongo que bien - Mikey levantó una ceja pidiendo explicaciones- Las clases normales, una completa mierda como simpre y los profesores no perdieron tiempo y vimos nuevos temas... Todos parecieron ignorarme, no me dijeron nada. Normal. - Mikey no parecía satisfecho, así que continué - Pero no estuve sólo, una chica... fue la única que me habló y me la pasé con ella todo el día.- agregué.
-¿Y? - Dijo con una sonrisa.
-¿Cómo que "Y"? - pregunté confundido.
-¿Qué tal es la chica? ¿Está buena? - dijo.
-Parece una buena persona y tenemos gustos parecidos, en fin... Le gusta dibujar... Toca el bajo... Escucha buena música - dije levantando los hombros.
- No respondiste lo segundo - agregó divertido. Hice una mueca y Mikey lo único que hizo fué regalarme una enorme sonrisa.
-¿Qué?... ¡Agh, Michael! No estoy para esas - dije asqueado cuando hizo una cara de perversión.
-Eso lo tomo como un si... ¿Toca el bajo, eh?-
-Está aprendiendo - ya me estaba molestando de la pequeña conversacion con mi hermano.
-Yo le enseño- hizo una mueca muy pervertida y sentí nauseas. Pensar en ese tipo de cosas me daba asco, el amor. Asco pensé haciendo una mueca de asco completo.
-¡Ya, Michael, Por favor!... ¿Qué tal tu día?-
-Bien -
Levanté una ceja por su respuesta y él se dispuso a ir a su habitación pero lo agarré por la manga. Él entendió y se giró hacía mi.
-Pues nada... Los profesores son unos malditos y ya tengo trabajo que hacer... - pensó un poco y agregó - desde mañana tengo que ir a la casa de un chico. Me tocó hacer el trabajo con él, yo no tenía con quien hacerme... él tampoco. Y empezamos a hablar. Se nota que es buena onda. Se llama Raymond -
-¿Queda muy lejos? Yo te llevo. - dije. Yo también debía cuidar a mi hermanito ¿no?
- Calma, Gee, no me van a robar ni nada. Puedo ir sólo... - lo miré un rato y asentí. - El trabajo es muy largo. Ya te imaginaras, hay que presentarlo en 2 meses. - lo miré sorprendido.
-Entonces te dejo - y luego él salió corriendo a su cuarto. Demonios, no le pregunté por que tardo tanto... Tal vez estaba hablando con el tal Raymond pensé. De igual forma le preguntaría luego.
Subí a mi habitación y me puse la pijama (una nueva porque ni idea donde había quedado la otra y la pereza me había ganado como para buscarla) y me recosté en mi cama. No tenía nada que hacer, así que me dispuse a dormir cuando un mensaje de texto había llegado a mi teléfono.
-¿Quién demonios podrá ser? - pensé en mamá o Mikey, eran los únicos que me escribian. Pero era un número desconocido.
"Hola Gerard! Soy LinZ- Lindsey "
"¿Cómo demonios es qué tienes mi número? - Gerard"
"Tu me lo diste. Tonto.- Lindsey"
"Lo siento, lo había olvidado - Gerard"
Luegó recordé cuando ella me pidió el número y me tranquilicé.
Hablamos unas cuantas horas, solo dejaba de escribirle para ir al baño, a comer y cuando llegó mamá.
Nos despedimos y tiré el celular a donde se encontraba la maleta. Sonreí y alisté ropa para el día siguiente. Luego de un rato de mirar para el techo tirado en la cama recordé que no había alistado la maleta y corrí a buscar los cuadernos correspondientes del segundo día. Revisé el celular y tenía un mensaje de LinZ hace un momento.
"Discúlpame...Esto sonará muy estúpido pero, estaba inentendo hacer algo con el bajo, me caí y me esguincé la mano derecha, con la que escribo. Unos días faltaré a clases. Intenta hacer amigos -Lindsey"
-Mierda - susurré.
¿En serio la única persona con la que he hablado en toda mi vida además de mi hermano y mi familia en general iba a faltar por lo menos dos semanas a clases? Me dije en mi interior, pero el punto es que iba a estar sólo, sin nadie que me ayudara, tendría que seguir todo como lo pensaba desde un principio, quedarme sólo en un rincón y empezar a determinar cómo era la gente para saber a quienes evitar y a quienes les daba igual.
Nada es bueno. No para mí. Nunca me pasan cosas buenas. Logro hablar con alguien y en la tarde esa persona esta en el hospital. Creo que doy mala suerte, pensé.
No me dio muy fuerte la noticia, ella era genial y todo, pero estaba acostumbrado a estar sólo, de igual forma todos habían parecido ignorarme. O tal vez solo era porque estaba con ella. Esperaba que fuera la primera opción y que me ignoraran por el resto del año.
Me tiré a la cama preocupado y me dejé llevar y así terminar en un profundo sueño.
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Me desperté con el sonido de la alarma.
- Mierda - dije.
Luego realicé la rutina de lo que sería para todos los dias, hasta la parte de autosofocarme con la almohada, pero obviando el golpe con la puerta y que esa vez sí dejé en un lugar específico la pijama.
Todo lo mismo. Me despedí de Mikey y mamá, quienes esa vez no me iban a llevar a la escuela. Recordé que LinZ no iba a ir y maldije internamente al pensar en que me empezarían a molestar o incluso, podrían golpearme. Debía pasar desapercibido.
Caminé por un tiempo hasta llegar a la escuela. Me detuve en la esquina. Pensé en huir de allí y faltar, pero no podía, así que me acerqué lentamente mirando a la gente que entraba. Aún faltaba media cuadra, ya que iba a paso de tortuga, y ví que ya no enrraba nadie más, mire la hora.
-Mierda- exclamé y corrí lo que restaba en la acera. Casi me cierran la maldita puerta en la cara, pero alcancé a entrar sin retardo.
Entré y ví que los pasillos estaban casi vacíos. Eso no era bueno para alguien como yo, que por mi aspecto físico y demás molestaban y uno nunca sabía en que me momento podía terminar fácilmente en el hospital.
No recordaba dónde quedaba el salón de francés así que empecé a caminar un poco más lento mirando el pequeño letrero de cada salón. Saqué el cuaderno para ver si mamá había anotado al menos el piso. Al sacarlo se cayó una hoja que iba dentro. Era el horario.
-¿Se te cayó algo, enano? - dijo alguien detrás mío. Demonios.
Me giré para ver quien había hablado. Era un chico alto y bastante fornido. Estaba seguro que fue uno de los que había mirado sorprendido cuando LinZ ne había saludado fuera del salón de Historia.
-¿Qué quieres? - pregunté. Es el segundo día y ya me estaban jodiendo la vida.
Me agarró por el cuello del saco acercándose peligrosamente y luego me estampó contra los casilleros haciendo que me quejara por el dolor de enterrarme en la espalda las palancas y candados de unos cuantos casilleros.
-¡Sueltame! - rogué removiendome.
Pero el sujeto me levantó como si pesara lo de una pluma sujetándome aún por el cuello del saco. Empecé a patalear para que me dejara libre, lo cual hizo que el chico soltara una risita casi inaudible.
- Que patético eres- dijo devertido. Al decir eso me sentí inútil y dejé de intentar librarme. Era obvio que no funcionaría, que hubiera tenido suerte una vez no quería decir que saldría "victorioso" nuevamente. -No te vuelvas a acercar a Lindsey - lo miré confundido - ¿Entiendes?-
- Ella fue la que me habló, y solo me mostró la escuela. No veo lo malo-
- No te metas en mis asuntos... No te quiero volver a ver cerca de ella ¿entiendes? - yo asentí - más te vale - volví a asentir y chico fornido me soltó.
Suspiré de alivió al volver a tocar el frío suelo. Me llegó un mensaje. Estaba en vibrador, pero lo miré de reojo. Era Lindsey.
"Hola Gerard. Mucha suerte hoy- Lindsey"
Guardé el celular en la mochila y vi que el sujeto seguía con su mirada cada uno de mis movimientos. Miré a mi alrededor, ni un alma, sólo él y yo en el jodido pasillo.
-Si me disculpas... Tengo una clase que tomar. - dije proponiéndome a emprender mi busquéda del salón, pero un brazo me detuvo.
-No creo que te haya quedado muy claro.-
-¿Qué? - dije confundido. Imposible que viera el mensaje.
-¿Era ella? -
-¿Quién? -
-Tarado. ¿Lindsey era la del mensaje?-
-¿Sabes? Tengo familia... Ahora déjame ir a clase. - intentaba no sonar grosero o algo que enfureciera al extraño sujeto.
Este asintió y me dejo pasar, pero a penas lo pasé sentí que me pegaba en la espalda dejándome sin aire.
- ¡¿Qué carajos te pasa, maldito hijo de puta?! -
- Sé que era ella. No te hagas el imbécil-
-¿Qué te importa? A demás ya te dijé que ella fue la que me habló. ¡No yo! - le escupí.
- A mi no me hablas así, engendro -
Apenas soltó esas palabras, lo pateé con todas mis fuerzas. Pero el sujeto no pareció inmutarse ante el golpe.
Pero me respondió con un puñetazo un poco arriba del labio. Sentí la sangre brotar de mi labio superior de la nariz.
Caí al suelo y recibí varias patadas, sintiendo una explosión de dolor en diferentes partes de mi abdomen.
-Estúpido emo de mierda.- dijo dando repetidas patadas.
Empecé a llorar. Me sentía muy mal y el dolor no ayudaba. Me sentía una completa mierda.
Yo intentaba bloquear los fuertes golpes y patadas con mis débiles piernas. Debía tener contunsiones en todas las partes de mi cuerpo. No podía con el dolor, de hecho tenía mis ojos cerrados intentando distraerme de este.
Escuché un ruido ahogado y gritos. Luego unas palabras con rabia, pero yo estaba muy aturdido y no entendí ni una sola palabra, solo sabía ya no me estaban golpeando.
Abrí los ojos y me estiré poco a poco con dificultad.
Un chico bajito con la capucha de un saco negro puesta se empezó a acercar a mi.
-¿Estás bien? - preguntó el chico colocandose frente a mi y luego se arrodilló dejandome ver unos hermosos ojos avellana - Que estúpido soy, claro que no estás bien. Ven. Te ayudaré - dijo el chico con una hermosa voz.
Me intentó coger con cuidado y yo me negué quejándome.
-Lo... lo siento. Solo quiero ayudar -me miró y se quitó la capucha, dejandome ver su corte mohicano rubio con un largo mechón negro cubriendo un ojo. - Soy Frank... Frank Iero. ¿Y tu? -
- Ge-Gerard... Way- dije completamente rojo. Era el chico de la heladería, lo cual era extraño e irónico en cierto punto.
Él me extendió la mano y la tomé. Me agarró por los hombros y ayudó a levantarme. Me guió por el pasillo hacia un baño y me limpió la sangre de la cara.
-¿Qué sucedió? - preguntó.
-Simplemente me golpeó -
-¿Por? -
- Porque ayer estuve con una chica que se llama Lindsey - dije retorciendome de dolor cuando él me limpió la sangre del labio que nuevamente salía, con su camisa - Oye, oye. ¿Qué haces? No ensucies tu camisa. - dije. Sinceramente yo no haría eso, y menos si lo acabo de conocer.
- Agh. - dijo y lo miré confundido - Nunca me he llevado muy bien con ella. -
-Oh - exclamé
-Ay no importa, Gee. Lo importante acá es que estés bien ¿no? - al decir Gee me coloré y sentí algo extraño. No me gustaba esa sensación, nunca la había sentido, además, debía admitir que era la persona más linda que había visto en mi vida, pero era un chico y lo acaba de conocer.
Así que como no hubo respuesta él se giró haciendo un gesto de incomodidad. Luego se volvió a mi y abrió la boca para hablar pero yo salí corriendo como el cobarde que era.
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Aquí estoy con un nuevo capítulo.
Ayer no subí porque debía hacer tareas y a parte debía estudiar para un exámen de matemáticas. Así que subiré éste capítulo e intentare subir otro. Haré lo posible.
Gracias por leer.
~Adrenaline Gun~
~Tyler~