Dollhouse (Terminada - SIN ED...

By ItsDenissse

36.5K 2.4K 317

"Entró a la habitación y nos quedó mirando. Su sonrisa diabólica heló mi sangre e hizo que mi miedo aumentara... More

Prólogo.
Uno
Dos
Tres
Cuatro.
Cinco.
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno
Veintidós (Final)
Epílogo

Catorce

1K 85 18
By ItsDenissse

Moví mis caderas al ritmo de la música, con la misma coreografía que las noches anterior, viendo los mismos rostros excitados y asqueroso. Cerré mis ojos sintiendo la música lenta y dejándome llevar con ella, quizás no es de lo más puro ni recatado, pero al fin era un baile y sea como sea dabas a entender algo con la música, en este caso era sensualidad, y lo demostraría bien.

Guarde el dinero recaudado en mismo lugar, lo acomodé y salí al salón. Como ya no estaba Tony, Chantal se encargaba de vigilarnos junto a los guardias, también decidía que candidato ofrecía mayor dinero para acostarse con nosotras.

La noche anterior se llevaron a Amanda a una de las habitaciones, la drogaron y la violaron, la dejaron en la habitación totalmente pálida, hicimos que vomitara para que así sacara todo de su interior y tuvimos que calmarla durante toda la noche, la pobre no paraba de llorar. La entendía más que nadie.

A lo lejos la observe, callada y apenas tocaba a quienes se le acercaban. La habían dañado de la peor forma.

-Habitación trece -miré a Chantal horrorizada. Sabía que iba a pasar, pero jamás estarías preparada para cuando llegara el momento de tener que acostarte con un desconocido.

Caminé a paso lento con las manos temblorosas, llegué a la habitación y tomé la perilla mirándola con miedo a quien estuviera al otro lado de la habitación.

Cuando entre ésta estaba cubierta por una luz muy tenue, y más adelante había un hombre alto y de cabello castaño, mi corazón latino fuerte al pensar que era Justin.

-¿Justin? -avance ilusionada pero hasta ahí quedaron mis esperanzas.

Quien estaba frente a mi no era Justin, era un total desconocido que me obligaría meterme en la cama con él, sin importar si lloraba o le suplicara que no hiciera nada. Mi corazón cayó directo al suelo y cualquier esperanza de fue a la basura.

-No sé quién es Justin, querida. Pero la pasarás bien conmigo, no te preocupes -estiro su mano y con recelo la tomé.

En comparación a la primera experiencia que tuve en esto, no fue tan horrible como la anterior, al menos no me golpeó ni fue tan abusivo, a pesar de no disfrutar ni un solo segundo de lo que estaba haciendo, debía mantenerlo conforme porque no quería un regaño y menos un castigo de Chantal. Hice cada cosa que me pedía y me avergonzaba de mi misma al estar haciendo ésto con alguien desconocido. Con tu novio sería de lo más normal, pero tener que tocar a alguien que le paga a una chica para estar con él, que te trata como si fueras solo un juguete.

-Fue un placer muñeca -beso mis labios dejándome arropada en la cama.

En ningún momento fui capaz de mirarlo a los ojos, sentía que si lo hacía la realidad me golpearía en pleno estómago y no podría seguir y me ganaría más de un par de palabras ofensivas.

Me di una ducha rápida y volví a poner mi ropa, arregle mi cabello y mi rostro del rastro de maquillaje y salí nuevamente al salón donde Clari me esperaba con el rostro acongojado. La abrace por unos segundos y luego nos separamos

Justin intento hablar conmigo varias veces pero lo que menos quería hacer era hablar, porque si hablaba todo el dolor se haría aún más real, y si lo mantenía dentro de mi, sería solo mío.

...

Otra noche llegó rápidamente, otra noche donde tenía que meterme en la cama con un hombre distinto, otra noche donde debía aguantar golpes y besos en mi piel, sin ninguna queja.

Cada roce su mano, cada toque de su piel con la mía, eran quemaduras, quemaduras que lastimaba hasta la fibra mas profunda de mi piel, haciéndome sentir sucia y asquerosa. Odiaba sentirme tan débil, no poder elevar la voz y decirle a quien en tenía frente a mi que se fuera a la misma mierda de donde vino.

—Ponte de rodillas frente a mi, quiero ver que eres sólo mía esta noche —la mano de aquel hombre se enrredo en mi cabello obligándome a ponerme de rodillas en suelo— así quería verte perra, dándome a la vista ése hermoso culo.

Sus manos apretaron mis brazos  me tiró a la cama para segundos después enterrarse en mi como si no hubiese un maldito mañana, lastimandome con cada embestida que daba en mi interior, haciéndome mierda por dentro. Las lágrimas se acumulaban en mis ojos dejándome la vista borrosa, bajaban por mis mejillas hasta llegar a las sábanas y así sucesivamente.

Coloco su chaqueta y sus labios en mi frente dejaron un beso mientras dejaba un fajo de billetes a mi lado.

—Volveré por más amor —azoto mi culo dejando una marca ardiente en él. Maldito infeliz.

Salió de la habitación dejándome sola, enterrada un mar de lágrimas con el corazón el alma más que apretada y llena de dolor. Sabía que llorar no cambiaría las cosas, sabía que no serviría de nada derramar a unas estúpidas lágrimas, pero me dolía tanto el pecho que las lágrimas caían solas por mi rostro​.

Me levanté y me metí inmediatamente en la ducha, dejando que el agua caliente y el jabón limpiaran mi cuerpo de sus desagradables besos y semen que esparció por mi cuerpo, las lágrimas se acumulaban nuevamente haciéndome sentir de lo mas débil. Creo haber lastimado mi piel intentando sacar sus sudor y aroma de mi piel, y tan solo recordarlo me hacía sentir podrida.

Estaba podrida.

Sequé mi cuerpo rojo de tanto resfregarlo, y me vestí nuevamente. Me maquille nuevamente y cuando mis ojos se dieron el tiempo de observar el reflejo que estaba en espejo frente a mi, vieron a otra persona. Una extraña, sin sueño ni esperanzas.

Mi rostro no era mío, mis ojos no eran los mismos, hasta ellos perdieron el brillo, mis mejillas estaban delgadas y los labios resecos, estaba horrible. Muerta en vida.

Trataba de entender como en un par de meses la esperanza abandona tu cuerpo, las ganas de sonreír se van al carajo junto con las ganas de vivir, y lo único que queda dentro de ti es dolor y sufrimiento. Mirarme daba pena.

Quite mi mirada del espejo con vergüenza por lo que veía, lavé mis manos y la puerta de la habitación sonó. Caminé hasta abrirla y detrás de ella está Justin, tan imponente como siempre. Pasó rápidamente y cerró la puerta detrás de él, y lo que hizo después me dejó sin habla.

Sus brazos fuertes me pegaron a su pecho como si la vida se fuera en cualquier segundo, dejando sus labios en mi cabello mientras sus manos acariciaban mi espalda con delicadeza. Su aroma invadió mis fosas nasales haciéndome olvidar cualquier cosa, pero menos el miedo a que todo esto fuera nada más que un sueño, como cualquiera de las otras noches.

—Aquí estoy, Ara —su voz, esa voz con la que llevaba noches soñando.

—Dime... —solté un sollozo que no pude aguantar— dime qué es real, que estás aquí y no es otro de mis sueños.

—No, no... Estoy aquí, mírame —sus manos tomaron mi rostro y me hicieron elevar mi mirada hasta sus ojos— soy real, y estoy aquí para cuidarte.

Cerré mis ojos dejando que las lágrimas cayeran libres por mis mejillas mientras le acompañaban mis sollozos, sus besos en mi frente y mi cabello me hicieron saber que en serio estaba ahí, por lo cual me aferré a su cuerpo con miedo a que se fuera de mi lado en cualquier momento. Me tomó en sus brazos y nos acomodo en la cama como si estuviera al cuidado de una pequeña de cinco años quien llora por una pesadilla, lamentablemente  de esta pesadilla no podía despertar.

La vida era tan irónica que era demasiado poco creíble. Venir aquí, donde lo menos que hay es amor, cariño o un mínimo de respeto, y encontrar a una persona que te hace sentir segura con tan solo saber que está cerca. Justin me hacía sentir protegida. Hace casi un mes le dije a Clarissa que no estaba en plan de encontrar el amor con Justin, no correspondía y menos en éstas circunstancias, él tampoco me daría eso. Pero ahora, él estaba aquí, nada estaba afuera viendo lo que pasaba, estaba aquí conmigo. Abrazándome y acariciándome como si fuese lo más importante para él.

No lo amaba, tampoco lo quería, pero su presencia me hacía sentir cosas raras, él me hacía sentir rara sin poder evitarlo. Tampoco sabía lo que pasaba por su cabeza, y me encantaría saberlo.

Cuando las lágrimas y los sollozos se calmaron, me atreví a separarme de él algo avergonzada y limpié mi cara. Mis dedos quedaban algo negros al pasarlos por mis mejillas y me limite lo mejor que pude ni teniendo un espejo, aunque Justin me ayudó a limpiarme sin emitir sonido alguno.

Mis ojos estaban tan hinchados que dolía tenerlos abiertos, pero si le haría la pregunta debía mirarlo.

—¿Que haces aquí? —tome su mano entre la mía, limpiándola del rastro de maquillaje.

—No lo sé.

En sus ojos veía la confusión, pero a pesar de eso él no se iba, y por como estaba, no tenía intenciones de irse tampoco.

Abrí mi boca oa a decirle algo, lo que fuera... Pero las palabras no salieron, porque no sabía que decirle.

—No podía estar allá afuera sabiendo lo que pasaba aquí, y no me preguntes el por qué, pero estaba desesperado por entrar y evitar todo ésto. Me encantaría tomarte y sacarte de aquí, sacarlas a todas. Pero las órdenes son distintas, y tenemos que reunir más pruebas de las necesarias, vídeos, grabaciones de voz, fotografías... Todo lo que podamos, y después de eso hacer el plan para liberarlas. El trabajo no es solo nuestro, pasa por la policía del país y todo lo que se puede  hacer allá no sé idea hacer aquí —cerró sus ojos haciéndome dar cuenta del cansancio que llevaba encima. Mi mano en un acto inconveniente fue a parar a su mejilla, dejando pequeñas caricias con el fin de hacerlo relajar.

Sus ojos al sentir mi tacto se encontraron con los míos, tomó mi mano entre la suya y la apretó más fuerte contra su mejilla, como si tuviese miedo a que la alejara.

—No se que decirte —soltó una risa floja— es tan extraño pero... No quiero que te vayas, me hace bien estar contigo ahora.

Solté un profundo suspiro y me pegue más a él, dejando mi frente sobre su pecho, mientras que sus manos me pegaron más a él, sintiendo la misma necesidad de tenerme cerca que yo.

—Me haces sentir raro, porque sé que no es momento para sentimientos, cuando hay algo más importante afuera que es sacarlas de aquí. Pero te miro y no puedo alejarme, aunque todo esto no es correcto, no puedo dejar de mirarte y de sentir que debo estar aquí para protegerte.

Sus palabras me hacían aferrarme a él cada vez más, no quería soltarlo, no quería que fuera.

—No quiero que te alejes, aunque también se que no se correcto todo ésto, y me he negado al hecho de poder sentir algo por ti, pero es que ya no lo puedo evitar —me separé de él y miré sus ojos— no quiero que llegue el día en que no pueda verte más. No sé que siento en estos momentos, pero solo no te alejes.

—No me alejare, Arabella. No lo haré, no está en mis planes —beso mi frente dejando sus labios unos segundos en ella— pero ésto, sea lo que sea que esté pasando entre nosotros, debe quedarse con nosotros.

—Lo sé, claro que quedara aquí —su cuello era mi lugar preferido para esconderme.

—Ahora dime... ¿Que es eso de que era otro de tus sueños? —y después de todo esto, aún tenía la desfachatez de sonrojarme.

—Olvídalo, no hagas esto.

Le pedí, casi rogué con el fin de que no me hiciera a esa horrible pregunta incómoda. Su risa resonó en mi oído haciéndome sentir escalofríos, y sus manos apretaron más fuerte mi espalda.

—Esta bien, pero solo por hoy te salvas de esa pregunta.

La puerta volvió a sonar y nos separamos inmediatamente, se abrió dejándome ver a un chico casi de la edad de Justin, éste por su lado agarró su chaqueta y quedó mirando a quien en estaba parado en la puerta.

—Disculpa, pero me toca a mí ahora.

Apreté las sábanas a mi lado viendo como la mandíbula de Justin se apretaba por las palabras de aquel hombre, quería tomar su mano y pedirle que no se fuera, que se quedara aquí y no me dejara sola otra vez, pero era algo totalmente imposible. Justin me miro por última vez, reflejando miedo, angustia, todo al mismo tiempo. Pero finalmente debió dejarme sola, con aquel estúpido imbécil que reclamaba su turno.

Cerró la puerta detrás de él y el infierno para Arabella comenzó nuevamente.

***
Chicas, se que he tardado mucho en actualizar, pero estaba terminando de escribir una de mis novelas y necesitaba concentrarme en eso, ahora que ya la he terminado sólo me queda ésta novela que es  narrada  actualizaré mucho más que antes. Espero que sigan estando aquí a estas alturas❤

Las cosas comienzan a cambiar entre Justin y Arabella, pero todo a su alrededor se volverá más fuerte también, por lo tanto algunos capítulos los tendré que hacer privados, no quiero arriesgarme a que borren mi historia, así que para eso deben seguirme, pero no ahora. Estaré avisando con un capítulo de anticipación cual de ellos será privado.

Meta: +25 votos
+20 comentarios

Besos 💕
Fran

Continue Reading

You'll Also Like

1.4K 125 3
El mundo no es justo Esa frase es la indicada para referirse a este mundo, a mi mundo. Siempre lo supe, se encargan de inculcarlo en la mente hasta...
35.2K 2.6K 15
El llanto de dos bebés distintos y la unión de ambos en un solo ser, ha empezado la profecía. Y solo uno podrá salvarlos a todos. °°°°°°°°°°°°°°...
207K 11.6K 19
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
11.8K 1.9K 29
Jihoon conoce, se hace amigo, y quizás algo más allá, con un chico lindo que conoció. - Idea no original, historia completamente basada en la películ...