Los días habían transcurrido rápidamente, SeHun y ChanYeol se pasaron la semana consiguiendo permisos y autorizaciones para el día del parto, además de comprar las últimas cosas para la llegada de XunLiè. No podían dejar nada a última hora.
SeHun lanzó sus zapatos en la entrada y camino pesadamente hacia el sofá que lo esperaba con aquellas mullidas almohadas y esos calientes asientos.
Se dejó caer sobre él y ronroneó alegre. Al fin se había sentado.
Se acarició el vientre y miró a ChanYeol, quien no estaba muy lejos a parecerse a el ya que tenía la cabeza en el espaldar y las piernas estiradas en la mesa de centro mientras respiraba agotado.
Se acercó a su cuerpo y con una sonrisa apoyó su cabeza en el fuerte abdomen del mayor. Sintió los dedos de Yeol enredarse en sus cabellos y se atrevió a hablar.
—Estoy nervioso. -Dijo en un susurro, sintiendo como sus palabras se perdían entre las paredes.
ChanYeol no iba a negarle que también se sentía nervioso, sin embargo, sus sentimientos iban más allá. Estaba ansioso, alegre, triste, emocionado. Todo un revoltijo de emociones que le hacían doler la cabeza y estremecer su corazón, como si una taquicardia se apoderara de el para luego relajarse.
Sin embargo, SeHun no se enteraría de eso. No quería angustiarle más. El día de mañana debían ir con BaekHyun para hacer los últimos chequeos, y a la mañana siguiente nacería su hijo. Aunque suponía que el menor ya lo sabía.
—Todo saldrá bien. -Susurró cerca a sus cabellos, inhalando aquel dulce olor de fresas y manzanas que desprendía para luego dejar un suave beso en ellos-.
El menor asintió soltando un suspiro para luego incorporarse en el sofá y levantarse. Estiró su mano hacia el castaño y sonrió al sentir sus dedos entrelazarse.
Caminó llevando consigo al alto hacia la habitación principal, quien ahora le abrazaba por la espalda y acariciaba su hermosa pancita.
Y pensar que en dos días, tendría a ese pequeñito entre sus brazos.
ChanYeol comenzó a desabotonar la camisa del menor mientras dejaba suaves y cortos besos en su cuello. La dejó caer en el suelo y siguió caminando bajando sus manos hacia los pants que se sujetaban a sus -ahora- anchas caderas.
Deshizo el nudo que los sostenía en su lugar y los dejó caer al suelo, para ver así las níveas piernas del menor. Acarició estas con paciencia y besó aquel lunar en su cuello que tanto le encantaba.
SeHun se dio la vuelta y le miró con las mejillas teñidas de rosa mientras le dedicaba una cálida sonrisa. Esas sonrisas que solo él sabía darle y hacerle acelerar el corazón y quizás algo más.
El menor quitó las prendas del mayor y besó sus labios mientras acariciaba su bien trabajado cuerpo. Por unos instantes sintió envidia, ya que su figura se había perdido gracias al embarazo, pero descartó esa idea al sentir las manos sobre sus burbujas*, las cuales habían aumentado.
Le vio cerrar los ojos y simplemente le imitó, para así disfrutar de aquel intimo y sano roce.
Movió sus labios a la par de los contrarios, y sacó su lengua para rozar los belfos de su amante. Por primera vez quería empezar y tomar las riendas del beso y al parecer Yeol no se oponía.
Adentró su lengua explorando su cavidad para luego dejar escapar un suspiro sobre sus labios. Mordió el labio inferior de Yeol y tiró de él con una sonrisa juguetona.
Nadie tocaba sus burbujas sin salir ileso.
Yeol rió, y volvió a juntar sus labios, esta vez, llevando el control.
SeHun sintió la cama en sus coyunturas y suspiró débilmente. ¿Cómo habían llegado tan rápido?
Se abrazó al cuello de Yeol y se separó agitado, con un delgado hilo de saliva juntando sus labios. El castaño se acercó de nuevo a sus labios eliminando aquel rastro y dejando solamente los cerezos labios de su futuro prometido como evidencia de aquel beso junto con sus agitadas respiraciones.
— Te amo. -Susurró sobre sus labios para luego separarse de el menor y tomar una de las largas camisas que usaba el menor para dormir. Él sabía lo tedioso que era para el menor colocarse aquellas cómodas pijamas-. Levanta los brazos, cariño.
El menor obedeció levantando sus brazos para que así la camisa se deslizara por ellos hasta cubrir su cuerpo.
Se dejó caer en la cama observando como Yeol se colocaba el pantalón de la pijama y se acostaba a su lado comenzando a acariciarle el vientre como de costumbre.
Así duraron unos cuantos minutos para luego sucumbir ante los brazos de Morfeo.
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— ¡Dios! ¡Yeol, apúrate! -Chilló el menor en la entrada de la casa mientras sostenía la pañalera. Al verle en las escaleras bufó y miró su reloj de mano. Iban atrasados, y gracias a ChanYeol y sus nervios.-
— Ya, ya. Ahora sí, vamos. -Dijo llegando a su lado para tomar el bolso y caminar hacia el auto.
Ayudó al menor a subir y luego dejó la pañalera en los asientos de atrás. Corrió hacia el asiento del conductor y encendió el auto para dirigirse al hospital.
El día transcurrió más rápido de lo que deseaban. Por un lado se sentían alegres, ansiosos porque en un par de horas tendrían a su pequeño en brazos, y por el otro, sentían que les hacía mucho más tiempo. Quizás para adaptarse a despertar todas las noches por sus llantos, sin embargo, el sacrificio valdría la pena.
SeHun se acarició la intravenosa por donde le suministraban el suero y miró al mayor comerse las uñas. Acercó su mano hasta las del castaño y sonrió.
— Deja de comerte las uñas. Vas a terminar sin dedos si sigues así. -Dijo sonriendo para luego entrelazar sus dedos y mirarle con una amplia sonrisa.
— Te ves radiante. -Soltó Yeol mientras dejaba un beso en las falanges del menor para subir por su brazo y besar sus labios.- Quiero que se parezca a ti.
El tinturado sonrió y acarició los cabellos de su amado gigante -no tan gigante-.
— ¿En serio? Yo quiero que se parezca a ti. -Canturreó divertido para luego mirar a BaekHyun con una sonrisa.-
— ¿Qué hay, pollitos? -Se burló ante su muestra de afecto al ver el rostro de Yeol y se acercó a SeHun cambiando su semblante a uno más serio. - Tenemos problemas, Hun.
El menor se tensó al escucharle y sintió como el agarre de la mano que tenía Yeol se hizo más fuerte.
Con el miedo y la inseguridad flotando logró calmar el nudo que se había formado en su garganta para hablar.
— ¿Q-qué pasa, Baek? ¿Está bien nuestro pequeño Liè? -Inquirió en un susurro que se perdió rápidamente. En esos instantes no sentía su corazón, en cambio tenía un gran hueco en la boca del estómago que le provocaban arcadas de los nervios y la angustia. Aunque más del miedo. - ¿B-Baek?
El más bajo suspiró y tomó la mano del menor con tristeza para luego decir con voz apagada un "Lo siento, Hun".
El menor sollozó suavemente y miró a Yeol, quien parecía haberse perdido en otro lugar del mundo, o quizás la galaxia.
— Hun... yo realmente lo intenté todo. -Susurró apenado BaekHyun para luego seguir.- Pero, lastimosamente ChanYeol no puede quedarse a dormir esta noche porque debes descansar para la cesárea.
Y chilló alegre el médico mientras se alejaba de la camilla de SeHun que aún tenía los ojos vidriosos.
— BaekHyun... -Habló ChanYeol con la voz pausada y tranquila como las aguas termales.- ¡Ahora si te mato!
Dicho esto se levantó para luego acercarse a su amigo y agarrarle del cuello mientras despeinaba sus cabellos. — Tú, infeliz. ¡¿Cómo pudiste?! ¡CASI MUERO, JODER!.
El bajito se escapó de sus brazos y corrió hacia el menor que miraba un punto fijo. Se detuvo y tomó su mano.
— ¿Hun? -Preguntó algo asustado al ver la expresión del menor y suspiró al ver las lágrimas caer por sus mejillas.- O-oye, n-no era para que lloraras...
El rubio comenzó a llorar y comenzó a hablar entre hipidos.- T-tú... p-por qué m-me...hi-hiciste eso...
BaekHyun se acercó y se sentó a su lado, abrazándolo-. Tranquilo, mini Park está bien. Ahora, a dormir. Tienes que descansar porque después lo pedirás a gritos.
Secó sus lágrimas y besó su frente antes de levantarse y mirar a ChanYeol acunar a su pareja mientras le susurraba cosas acarameladas. Suspiró pensando en cuándo estaría él así con JongDae.
Carraspeó saliendo de sus pensamientos y tomó al alto de la manga de la camisa. — Bai, HunHun. Nos vemos mañana.
ChanYeol le mandó un beso en el aire antes de ser arrastrado por un enano rabietas.
Se tocó el vientre y suspiró.
A veces, los pequeños detalles pueden cambiar la historia.
N/A:
¡Y aquí está la última parte del maratón! c:
Popoto se ha esforzado por terminarlo. Y ustedes saben, mejor tarde que nunca. ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Por cierto, ¿qué les ha parecido? ¿Quejas, reclamos?
BaekHyun es terrible. ( ͡° ε ͡°) Pero así se le quiere.
Aunque no lo crean, los capítulos han sido más largos que lo habitual. ASDSDFDBH. SE ACERCA EL FINAAAAAAL~~~~~