No hay dos...¡Sin tres! (Seri...

By MnicaDazOrea

22.5K 2.2K 476

La vida de Mónica se vuelve del revés cuando sufre su primer desamor. Con algo de tiempo y la amistad sincera... More

Para Javier
01
02
03
04
05
06
07
08
09
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
Epílogo
NOTA DE AUTORA

10

535 63 14
By MnicaDazOrea

En realidad las amenazas de Nico si que la habían afectado pero jamás lo reconocería ante nadie ni siquiera ante ella misma.
Lo mejor que podía hacer era desahogarse con su chico favorito.
Su fama de mala no se quedaba corta pues no solo era capaz de cualquier cosa sino que ese chico al que iba a ver no era otro que el asesino más despiadado de todo el país. Julio Montesdeoca. Un asesino con una debilidad. Miranda.
Visitar a su chico siempre la animaba y conseguía lo que ella quería. 
Se conocieron dos años atrás, antes de que ocurriese lo de Santi.
Para entonces Julio ya huía de la policía y Miranda se cruzó en su camino.
Quiso tomarla como rehén y ella no se lo impidió. No se pidió rescate ni se avisó a la policía, ni siquiera dio tiempo de que nadie percibiese que Miranda había desaparecido.
Julio jamás le hizo nada. Fue todo lo contrario. Miranda le cautivó desde el momento en el que cruzaron las miradas. Entonces supo que siempre sería suyo. Le pertenecía y Miranda lo sabía.
Aquella noche Miranda volvió a su casa con una gélida sonrisa en sus labios. Ahora tenía un aliado. Un aliado peligroso capaz de todo por ella.  
Conseguir a Javier se había convertido para ella en una meta y no iba a parar hasta lograrlo. Por eso era tan importante que viese a Julio. Era la primera vez que deseaba de verdad a un chico. No era como en las otras ocasiones que lo hacía únicamente como diversión. Está vez era muy distinto y Julio se merecía una explicación.
Cuando el guarda les dejó a solas, Julio la miró de arriba abajo y se le antojó terriblemente hermosa. Deseaba poseerla allí mismo, sobre aquella mesa fría que les separaba apenas un metro él uno del otro.
-Tú dirás niña.
-Mónica ha vuelto a enamorarse.
-Hace tiempo que no me hablabas de ella. Ahora podrás vengarte de nuevo por lo que te hizo.
-Cierto.
-¿Cuál es el problema?- presentía que había algo más que ella estaba tratando de contarle.
-Ese chico me gusta de verdad. No es solamente un capricho mío ni tampoco mis ansias de acabar con ella.
-Entiendo. Eso significa entonces que lo nuestro termina aquí.
-Como pareja si. Seguiré viniendo, seguiré compartiendo todo contigo, incluso mi cuerpo pues sé hasta que punto lo deseas.
Julio se inclinó un poco hacia delante para besarla y Miranda hizo otro tanto. Su instinto le decía que siguiera y lo hiciese con él allí mismo y eso hizo.

La noche cayó de pronto y con ella estalló una tormenta que me pilló en mitad de la calle. Había salido a correr un poco para olvidarme de Jonathan y del baile.
Me detuve en el centro comercial hasta que parase un poco y allí fue donde le vi.
Estaba calada hasta los huesos. Necesitaba un café para entrar en calor.
Me acerqué a la primera cafetería que encontré y pedí. Me senté junto a la ventana para ver como pasaba la gente. Parecía que la navidad se adelantaba porque todo el mundo estaba de compras. Me pregunté como pasaría yo aquellas navidades y si para entonces ya habría pasado algo entre Javier y yo.
Mantuve la taza de café entre mis manos proporcionándome una sensación de paz.
Él aun no me había visto. Se encontraba tan solo a unas mesas de mí y no quise interferir. Parecía muy bien acompañado.
Hubo un momento en el que la chica con la que estaba se levantó para ir al lavabo y entonces él reparó en mi presencia.
Nos sonreímos y se acercó a mi mesa sentándose frente a mí.
-¿Qué haces aquí?
-Ya ves- dije mostrándole mi aspecto.- Parezco un pato mojado.
-Estás guapa de todos modos.
-Muy amable.- en aquel momento su acompañante regresó a la mesa se sorprendió al no verle allí y en cambio verle conmigo.
Se acercó a mi mesa y se cruzó de brazos esperando una explicación.
-¿Interrumpo?- Dios menudo tono de voz. Era como si se hubiese tragado un silbato. Intenté reprimir la risa y se me hacía insoportable. Me disculpé, dejé pagado el café y me fui. Una vez fuera de su vista no pude más y rompí a reír.
-¿Cómo me dejas solo con ella? Pensé que iba a arrancarme los ojos.
-Lo siento pero no podía más.- seguí riéndome de corazón. Hacía tiempo que no me reía tanto.
-Eres mala. Menos mal que he podido huir antes de que se abalanzase sobre mí. Me has salvado.
-¿Esa es la chica por la que te quedaste?- tenía curiosidad. Esperaba que no. Era mona pero en cuanto abría la boca… Sería perfecta para Jonathan.
-¿Qué sabes tú de eso?
-Tú hermano me lo contó. Dice que hay una chica que te vuelve loco y que por eso no volviste a Cádiz.
-Si. Algo de eso hay.
-¿Y era ella?
-Que va. No se puede comparar. La chica que a mi me gusta no se le parece en nada.
-Entonces me encantaría conocerla.
-Tal vez algún día. Aun no le he dicho que me gusta.
-Eso no parece propio de ti.- Javier me había dicho que Nico no era nada tímido con las chicas.
-Creo que no soy el Nico de siempre.
-¿Por qué?
-Es una sensación que tengo desde esta mañana. 
-Quizá no es asunto mío pero si quieres contármelo- no me atrevía a mirarle. Si lo hacía descubriría una verdad que no quería ver.- Puedes confiar en mí.
-Me parece que no estás preparada aún para saberlo. Mejor que esperemos un tiempo. Yo tampoco estoy preparado para decir según que.
-Vale. Dime solo si debo preocuparme.
-No puedo decirte eso. No te conozco y no sé como te lo vas a tomar. Solo te pido que no pienses en ello.
-Ahora me quedo más preocupada.
-No me hagas caso.- se acercó a mi para darme un beso en la mejilla y se fue.
Aquello no me dejó más tranquila. Decidí que hablaría con Javier sobre lo ocurrido. Me había quedado preocupada.
Afortunadamente había dejado de llover, así que me fui a casa a cambiarme antes de pillar un buen resfriado.

Miranda se alisó la ropa antes de abrir la puerta tras despedirse de Julio.
No volvió la vista hacia él. No era necesario. Ya se lo había dicho todo.
Ahora ella era libre e iba a ir a por Javier costase lo que costase.
Solo había algo que iba a hacer que Javier no se negase. Debía atacar a lo que más pudiera dolerle. A mí.

-¿Qué tal con esa chica?- quiso saber su madre que se encontraba con Javier en la cocina.
-Bien. Suerte que me salvaron de ella. Menudo horror.
-¿Te salvaron?
-Si. Mónica.
Javier se puso en guardia. No podía creer aun que se hubiesen fijado en la misma chica.
-¿Estaba ahí contigo?
-Me la encontré de casualidad. Jamás había visto a nadie reír con tanta naturalidad.
-¿Quién es Mónica?- quiso saber su madre.
-Es una chica de clase.
-¿Por qué no le dices que es la chica que nos trae locos a los dos?
-Cállate.
-¿Qué significa eso Javier? ¿Qué quiere decir Nicolás?
-Solo digo la verdad. Después de lo de esta tarde he tomado una decisión. Merece la pena luchar por ella, aunque sea contra ti “melli”.
-Si eso es lo que quieres… No voy a echarme atrás.
-Podéis parar un momento de discutir. ¿Se puede saber que os pasa? 
Nunca os había visto discutir por nada. Más os vale que dejéis de discutir ahora mismo y arregléis las cosas.
Ninguno de los dos habló. Se marcharon a su habitación y no salieron de ella hasta la hora de la cena.
Javier salió con Hobbie a la hora de siempre para llegar al parque y encontrarse allí conmigo.
Se sentó en un columpio sin importarle que estuviese mojado tras la tormenta de aquella tarde.
Se preguntó porque Nico había accedido a quedar con otra chica si le gustaba yo.
No pasaron ni diez minutos y yo ya estaba allí arrastrada por Hailey.
-Hola- le noté triste, abatido. No era el mismo Javier que asistía cada noche al parque conmigo.
-Siento el retraso. Mi madre no me ha dejado marchar sin ponerme tres capas de ropa.
Conseguí que esbozase una leve sonrisa, pero para mí eso no era suficiente. Esa era otra de las cosas por las que era tan diferente a su hermano. Nunca le había visto sonreír de verdad.
Nico había conseguido contagiarme su sonrisa, y su fuerza.
-Mi hermano dice que le salvaste esta tarde.
-¿Yo?- entonces recordé- ¿Te refieres a su acompañante?
No pude evitar romper a carcajadas de nuevo. Solo pensar en la voz de aquella chica…
-¿Qué es tan gracioso?
-¿Nico no te lo ha contado?
-Creo que es algo que prefiere guardarse para si mismo.
-¿Sabes? Hoy le pregunté si la chica con la que estaba era la misma que había logrado que se quedara.
Javier me miró alarmado de pronto.
-¿Qué fue lo que te dijo?
Miré a mis pies y después a Javier.
-Me dijo que no estaba preparada para saberlo y que debía esperar. Insistió mucho en que no me preocupase, pero no he podido dejar de pensar en ello. Dime una cosa, ¿tú sabes quien es esa chica?
Sentí que Javier estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no mirarme.
Finalmente respondió.
-Si, lo sé, pero haz caso a Nico y no te preocupes. Si te ha dicho que esperes, supongo que tendrá sus motivos.
-Está bien. A propósito, ¿tienes planes para mañana por la tarde? Había pensado que podíamos empezar con el trabajo.
-Claro.
-Estupendo.
Allí nos quedamos. Algo había enrarecido el ambiente, y nos había cogido de improvisto.
Cuando llegué a mi casa y me tumbé en la cama supe con certeza que algo había cambiado. La llegada de Nico había cambiado a Javier de un modo que yo no podía comprender. Quería estar con él. Quería que supiese que podía contar conmigo, que podía confiar en mí.
Cogí el móvil y escribí un mensaje. Esperaba que fuese eso.
Javier lo recibió poco después.
<<AUNQUE NO LO ENTIENDO, AUNQUE NO QUIERAS CONTÁRMELO, PUEDES CONFIAR EN MÍ. NO QUIERO FALLARTE SI ME NECESITAS. PUEDES CONTAR CONMIGO SI ESO HACE QUE TE SIENTAS MEJOR.>>
Unos golpes de la puerta de su habitación le obligaron a levantarse a abrir.
-¿Podemos hablar?
-Pasa- espero a que su hermano entrase para cerrar la puerta tras él.- ¿A que has venido?
-He estado pensando. Todo esto se nos está yendo de las manos. Me estoy portando como un  idiota. Sé que no estoy siendo justo contigo, que tú la conociste antes y te la mereces “melli”, pero también he pensado que nunca había sentido nada parecido por nadie y ella se merece a alguien que consiga hacerla feliz.
-Está noche… desde que la conozco que no la había visto reír como esta noche. Y todo fue por recordar esta tarde contigo. Puede que yo esté enamorado de ella pero está claro que ella prefiere a alguien que consiga hacerla reír  y así devolverle la sonrisa que alguien le arrebató una vez.
-¿Estás tratando de decirme que te rindes? ¿Por qué?
No hizo falta que respondiera. El silencio hablaba por si solo.
-A partir de ahora seré su amigo, su compañero de clase pero no intentaré nada. Creo que ni siquiera debería volver al parque con ella. Estar a su lado sin poder hacer que olvide sus preocupaciones me mata. Yo no soy la persona que ella se merece. Soy un cobarde incapaz de decirle a la cara que la amo sin miedo a que ella me sonría dulcemente y me diga que jamás podrá amarme.
-¿Por qué estás tan seguro de que ocurrirá eso? No conoces lo que ella siente por ti.
-Prefiero no saberlo. Así es mejor. Eres libre de hacer lo que quieras. No voy a interponerme en tu camino.
-Tienes razón en una cosa “melli”. Eres un cobarde y no te la mereces.- acto seguido se marchó a su habitación.
Javier no respondió a mi mensaje. Jamás creí que fuese a hacerlo. Eso me convenció aun más de que había algo diferente. 
A la mañana siguiente todo me daba vueltas. Me encontraba fatal.
Mi encuentro con la lluvia repercutió mucho en ello y salir por la noche también.
Debí quedarme en la cama y no lo hice.
Tras desayunar un poco, me senté frente al volante dispuesta a poner en marcha el motor. No arrancó. Suspiré.
Volví a casa y le conté a mi padre lo ocurrido.
-Llamaré al taller para que vengan a por él.
-Vale. Dejo sobre el recibidor las llaves.
-Perfecto- me miró detenidamente y preguntó- ¿Te encuentras bien hija?
-Si. Solo es cansancio de tanto estudiar.- intenté sonreír muy a mi pesar. Me dolía todo el cuerpo.- Me voy a clase.
-Hasta la noche.
Cuando pasé frente al parque me detuve un momento. Iba bien de tiempo.
Me senté en mi columpio de cada noche. Me sentía bien allí, pero sabía que nada volvería a ser igual por las noches. La sensación que había tenido la noche anterior no había desaparecido.
Me puse en pie y seguí hasta el instituto.
-Debiste decírmelo y habría pasado a por ti.
-No pasa nada Dani. Andar me ha ido bien para despejarme un poco.
-Tienes mala cara. Creo que deberías haberte quedado en casa.
-Seguramente tienes razón. Será que soy una cabezota.- forcé de nuevo una sonrisa intentando decirles con ello que estaba bien. Era malísima mintiendo.
El profesor entró y empezó la clase. Ninguno de ellos pudo decirme que me marchara, que no era buena idea quedarme.
Aquel día no noté la mirada de Javier en mí, ni tan solo su calor, como si hubiese desaparecido.
Hubo un momento en el que me volví para mirarle. Apenas me había dirigido una palabra al llegar. Estaba tratando de evitarme. ¿Por qué?
A la hora del descanso me acerqué a la clase de al lado a buscar a Nico.
Le llevé a las gradas del gimnasio. Quería saber si le había echo algo a su hermano.
-Creo que es más culpa mía que tuya. Lo único de lo que eres culpable es de gustarnos a los dos.
Durante un instante, perdí la noción del tiempo para volver a recuperarla poco después y le sonreí.
-¿Yo soy la chica por la que te quedaste?
-Si. Cuando te me presenté en el entrenamiento, hacía apenas unas horas que había descubierto que eras la misma que había cambiado a mi hermano.
-¿Qué le pasa a Javier conmigo? 
-Cree que él no conseguiría hacerte feliz.- me puse una mano en el pecho. ¿Así que era eso?
-Eso no es verdad.
-Lo sé. Tú has sufrido mucho, ¿verdad?- no contesté.- Puede que me cueste admitirlo pero creo que él es el único que puede hacerte feliz. Yo, nunca me había enamorado como me ha pasado contigo. Javier es mi hermano y le quiero, pero tú me has cambiado también a mí. Lo he dejado todo para conocerte y quiero saber si tengo alguna oportunidad.
-Nico yo…
-No necesito que me contestes ahora. Quiero que lo pienses. Quiero tener la oportunidad de devolverte esa sonrisa tan linda que tienes.- bajó la cabeza y se miró atentamente las manos como si buscase una respuesta en ellas.- Creo que tú sientes algo por mi hermano que no le has dicho y no sé si después de lo que te he contado lo harás. Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperándote.
No fui capaz de decir nada. No sabía tampoco que decir. La cabeza seguía dándome vueltas. Me encontraba cada vez peor.
Traté de levantarme cuando Nico estaba dispuesto a marcharse y me agarré a sus brazos sintiendo que mis pies no eran capaces de aguantarme.
-Nico- él me miró y en sus ojos se reflejó la preocupación- no me dejes por favor.
Conseguí aferrarme a él por miedo a caerme y hundí mi cabeza en su pecho mientras él me abrazaba sin saber muy bien que sucedía.
Allí fue donde Javier nos vio y sintió que ya no había marcha atrás. 
Había tomado una decisión y por mucho que le doliese, era demasiado tarde para dar media vuelta.
Apretó con fuerza los puños y se mordió el labio. Y pensar que creía haber tenido alguna oportunidad antes de que Nico apareciese.
Todo era mejor antes de que él llegase, quizá entonces algún día habría reunido el valor necesario para confesar lo que sentía su corazón.
-No sé porque te has quedado ahí mirándoles. No sé tampoco que te ocurre hoy. Ya sé que no te conozco mucho y quizá nada de lo que te diga va a hacer que reacciones pero quedándote ahí intentando que lo que sientes por ella no te sobrepase no conseguirás nada.
-Puede que tengas razón Luis, pero es una decisión tomada. No voy a interponerme entre ellos.
-Tal vez no soy yo quien debería decirte esto, pero Mónica deseaba con muchas ganas regresar de vacaciones para verte, para conocerte y sé porque la conozco que en ningún momento se ha arrepentido de sentirlo. Tú has despertado en ella algo que creía dormido y si te apartas volverá a enterrarlo para no volver a sufrir de nuevo.
-Yo no quiero que sufra. Si me aparto de ella y soy solo su amigo tal vez ella logre ser feliz con mi hermano.
-Estás muy equivocado. Precisamente alejarte de ella es lo peor que puedes hacer, no solo por que si acaba accediendo a estar con tu hermano no será fácil para ti, sino porque perderte tampoco lo será para ella.
-No sé. Es todo duro al fin y al cabo.
-Haz lo que quieras, pero no te atrevas a hacerle daño. Ella no se merece volver a pasar por todo esto.

Continue Reading

You'll Also Like

287K 35.9K 75
"Nadie creería que Kim Jisoo, una humana, se encontraría con la leyenda de aquel bosque helado" Jennie G!P ~ • Preguntas por adaptación. • Completa.
26.7K 1.5K 49
carmen una mujer que lleva a cuesta un pasado doloroso y aterrador un amor frustrado conoce a Alexander un hombre que no quiere volver a creer en...
634K 32K 34
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
140K 13.4K 32
Mel es una linda joven con un carácter amable y noble, de espíritu fuerte y personalidad transparente; luego de finalizar sus estudios, decide alejar...