07

646 68 11
                                    

-¿Estas bien “melli”?

-Me duelen todos los huesos.

-¿Has podido hacer al menos lo que querías?

-Si, y ya me quedo más tranquilo.

-He estado pensando en algo.

-Tú dirás- por lo serio que se puso, Javier pensó que quizá le había ocurrido algo a su hermano que no había querido decirle hasta entonces.

-No se nada de mi chica misteriosa. Llevo aquí dos días y salgo pero no la veo. Había pensado en que quizá, si a ti no te molesta, podría apuntarme al mismo instituto que tú.- aquello sorprendió tanto a Javier que no supo que decir. En fin, se esperaba cualquier cosa menos eso.- He preguntado y es el único instituto que hay por los alrededores y cabe la posibilidad de que me la encuentre.

-¿Estás dispuesto a dejar tu vida allí, a tus amigos, por alguien a quien ni siquiera conoces?

-Si. Se que es arriesgado y que es posible que no vuelva a verla, pero tengo la sensación de que esa chica es para mi.

-Supongo que lo tienes bien decidido.

-Si. Ya he hablado con papá y mamá. Creen que me he vuelto loco.

-Es lógico.

-Si, y si al final no es como yo creo, me vuelvo a Cádiz y listo.

-Me parece bien.

-Gracias “melli”.

-No me las des. Y ahora déjame dormir.- Nico cerró la luz y la puerta. Javier era el mejor hermano del mundo.

Y llegó el día de mi cumpleaños. Increíblemente había pasado medio mes y yo ni me había enterado.

Las felicitaciones llegaron desde primera hora de la mañana.

Mis padres ya habían vuelto de su viaje y como siempre madrugaban antes de que pusieran las calles… Me dijeron que tenían un regalo perfecto para mí, pero que tenía que esperar a volver a casa. Lástima. Mis padres siempre acertaban con mis regalos.

Clara y Sebastián también tenían un regalo que como ya suponéis también tendría que esperar.

Y la pandilla…

Yo ya suponía que tramaban algo. A menudo les pillaba cuchicheando por toda la casa. Podían ser cualquier cosa excepto discretos. Estaba convencida de que querían que les pillase.

Lo que no comprendo aun es como o mejor dicho cuando lo organizaron todo.

Celebramos mi cumpleaños solos, con una tranquila cena en la playa. Aquella noche, brindamos por lo que habían sido nuestras vidas, por lo que habíamos sido capaz de dejar atrás, y sobretodo, por lo que fuese que ocurriese a partir de entonces con nosotros.

De este modo, aunque más lento de lo que algunos esperábamos, el mes terminó sin apenas darnos cuenta. El día en que volvíamos a la ciudad, todos nos despedimos con tristeza de aquellas cuatro paredes que tanto nos habían ofrecido durante aquellos días.

Poco a poco, Dani fue dejándonos en nuestras casas. Primero Isa, después Luis, luego a Raúl y a Olga y después a mí.

Ya se lo que pensáis. Falta una. A Lidia la dejaba para el final. Le gustaba aprovechar el tiempo que podía para estar con ella a solas.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora