22

405 48 4
                                    

Cuando sonó el despertador a las nueve de la mañana, me levanté de golpe para no volver a dormirme y fui directa a darme una ducha.
Mientras me vestía, tuve la sensación de que tenía que hacer una llamada que no podía esperar.
Cogí el móvil y busqué el número de Raúl.
Esperé pacientemente a que hubiese respuesta al otro lado.
-¿Si?- me sabía mal tener que despertarle pero quería asegurarme de que estaba bien.
-Hola, soy Mónica. Siento despertarte pero me pareció que tenías algo que decirme.
-¿Mónica?- Javier se desperezó de golpe. Al final después de tanto hablar, se habían quedado dormidos en la cabaña. Todos menos Sebastián que prefería dormir con su chica.
-Eso he dicho.- Raúl puso el manos libres e hizo un gesto para que ninguno hablase, sobretodo Javier.
-La verdad es que si que quería hablar contigo. Estoy hecho un lío.
-Eso no me sorprende. ¿Qué ha pasado?
-Olga está saliendo con alguien y parece muy feliz.
-¿Y eso te está matando, verdad?
-Si. Todos dicen que debo decirle lo que siento, pero me aterra no saber hacerla feliz y sobretodo que no sienta todo esto cuando esté con ella. Pienso que quizá me pasan estas cosas porque ella está con otro.
-Te equivocas. Empezaste a sentir cosas por Olga antes de todo esto así que no es excusa y en cuanto a lo otro…. No sé que decirte. Se parece un poco a lo que le pasaba a Javier cuando yo estaba con Nico. Él pensaba que solo por él hecho de que Nico me hiciese reír y yo me sintiese bien a su lado significaba que era lo que yo quería. Sin embargo yo sabía que no iba a amar a Nico como él se merecía y que mi corazón solo le pertenecía a Javier. A ti te pasa lo mismo. Crees que porque ese chico la contiene, la hace feliz, es suficiente. Olga no le ama. Arriésgate. Vale la pena.
-¿Por qué no vuelves ya?
-Aun voy a quedarme unos días por aquí. Hoy tengo planes con Nico. Estoy encantada.
-Ya se te nota.
-¿Ha pasado algo más?
-No. Tú asegúrate de volver a tiempo para el baile. Seguramente tendrás que ser mi pareja.
-Será un auténtico placer- los cuatro amigos sonrieron.- No te preocupes. Todo irá bien. He aprendido algo durante el viaje. Me lo enseñó un chico que conocí en el tren.
-¿Un chico?- Javier se alarmó, pero como no podía decir nada, Raúl lo hizo en su lugar.
-Si, es genial. Se llama Tony.
-¿Y ha pasado algo entre vosotros?- aquello ya estaba empezando a mosquearme. Me pregunté si Raúl estaría solo o si con él, había alguien a quien yo no deseaba ver ni oír nunca más.
-Si, y ha sido… no tengo palabras- hubo durante unos pocos segundos un silencio absoluto. Ya no tenía ninguna duda.- Puedo oír como te rechinan los dientes. No esperaba que intentaseis algo o que os pusierais de su parte.
-No es lo que crees. De verdad.-dijo Javier al fin.
-No quiero saberlo. No quiero saber nada de ti nunca más. Olvídate de mí- y colgué.
Cuando Nico llamó a la puerta tenía los ojos hinchados de tanto llorar.
-¿Qué te pasa?- le conté como pude lo ocurrido y me sonrió.- Deberías hablar con él.
-¿Te has vuelto loco? No quiero volver a oír su nombre.
-¿Estás segura? ¿Esa es tu última palabra?- me quedé callada. ¿Realmente era lo que quería?- Espera a regresar primero y después toma una decisión. Ahora estás enfadada y dolida. Date tiempo.
Asentí y Nico me rodeó con el brazo.
-Tú siempre sabes que decir.
-Lo intento. ¿Lista para animarme?
-Siempre estoy lista para eso. ¿Vendrá la chica de anoche?
-Seguramente. No se pierde ningún partido.
-Me apuesto una cena a que de este no se va a olvidar.
-¿Qué estas tramando?
-Le van a llegar los dientes al suelo de la envidia que le vamos a dar.

-¿Cómo ha podido saber que él estaba aquí?- preguntó Raúl señalando a Javier, quien se había sentado y ocultaba la cara entre las manos.
-Es demasiado lista. 
-Y me sigue odiando. Ahora sé que no tengo nada que hacer. Ya hay otro tío en su vida. Ya la habéis oído. Es genial.
-¿Y ya está? ¿Te rindes?- Dani estaba indignado.- Mónica no se rindió nunca. Lo afrontó todo con tal de estar contigo, ¿y tú vas a rendirte porque haya otra persona?
-No puedo rendirme. No quiero perderla sin pelear antes.

De camino al partido, me sonó el teléfono. Temía mirar pero era Tony.
-Hola princesa.
-Buenos días. ¿Cómo estás?
-Se me hace raro no verte. ¿Qué vas a hacer hoy?
-Voy a pasar el día con Nico. Ha prometido divertirme.
-Lástima. Quería verte.
-Sino tienes nada que hacer mañana podemos quedar.
-Perfecto. Hasta mañana y que te diviertas.
-Muchas gracias.
-¿Quién era?
-Un amigo- decidí no pensar en la posibilidad de que Nico estuviese intentando controlarme para después contárselo a su hermano, más que nada para evitarme más disgustos. Ya había tenido bastante con Raúl. ¿Cómo había podido?
-Es aquí. Creo que ya deben estar todos dentro.- llegamos a lo que era su instituto. Al parecer jugaban allí.
Al llegar al campo, sentí todas las miradas puestas sobre nosotros.
Vimos a Adriana en el centro del campo hablando con uno de los chicos del equipo. Bueno, coqueteando mas bien.
-Vaya, ¿así que tú eres la chica de la que todos hablan?
-¿Y que dicen?- quise saber. Nico se mantuvo a mi lado y Adriana al lado del otro chico con una sonrisa superficial en los labios.
-Comentan que salís juntos.
-¿Y cual es el problema?
-Solo digo que puedes ser una distracción para nuestro jugador número uno.
-No hace falta que te preocupes por él. Deberías preocuparte de jugar bien tú en lugar de pensar en si acabarás hoy en la cama con ella- dije volviéndome hacia Adriana, a quien no le hizo ninguna gracia. Nico en cambio, rompió a carcajadas.
-No hace falta ser tan bruja- dijo Adriana mientras se enroscaba el pelo con el dedo.
-No he venido a quitarte el papel protagonista. Vine a animar a mi chico. Vamos cariño.
Nico seguía riendo a carcajada limpia hasta mucho después de dejarles atrás.
Tras presentarme a sus amigos y al resto del equipo como su novia, para no decir una cosa a unos y otra a otros, me hice a un lado mientras se acercaba el equipo contrario.
Me subí a las gradas y esperé pacientemente a que empezase el partido. 
Cuando llevaban quince minutos de juego, no pude más y bajé hasta el campo, como hacía cuando era animadora.
-¡Ánimo Nico, tú puedes! ¡Eres genial cariño, sigue así!
Para que lo sepáis era totalmente consciente de cómo le rechinaban los dientes a Adriana, lo que me motivó aun mas.
Cuando marcó el primer gol, vino corriendo hacia mí, dudó un momento y después me plantó un beso en los labios, lo que provocó que la bruja acabara por marcharse.
Una vez acabó el partido, Nico me pidió que les esperase para ir a tomar algo con sus amigos. Habían empatado.
-Seguro que se han animado solo con verte- bromeó uno de los chicos.
-Esa es mi maldición. Cuando animo todo el mundo se da por aludido- contesté guiñándoles un ojo.
-No te muevas de aquí y si alguno de los del otro equipo se te acerca, le pegas un puñetazo.
-No hace falta ser tan agresivo. Ya tengo planes con vosotros y no voy a echarme atrás.
-Esa es mi chica.
-Sin contar que irías a por cualquiera que intentase algo conmigo.
-Cierto- puso los ojos en blanco y sonrió.- No tardamos nada.
-Ve a ducharte de una vez.
Mientras esperaba saqué el móvil del bolso. Me extrañaba un poco que Javier no me hubiese mandado ningún mensaje, aunque bien pensado me daba igual.
Lo que me dolió fue que Raúl no lo hiciese. Quería saber que hacía con Javier.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora