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Al fin llegó el día de la cena. Estaba impaciente para que terminase y aun no había empezado.
Una vez vestida, peinada y maquillada bajé al salón donde me esperaba mi madre.
Mi padre había tenido que viajar por negocios y no llegaría a tiempo para la cena.
-Pareces una princesa hija. Ojala tu padre se hubiese quedado en casa esta vez. Se sentiría orgulloso de ti.
-Otro año, quizá.
El coche nos llevó hasta el palacio ferial donde ya estaban llegando los invitados.
Tras saludar a todo el mundo, mamá se reunió con Ivette. Yo también fui a saludarla pero me alejé antes de que Jonathan apareciese de la nada.
Uno de los camareros me ofreció una copa y me distraje mientras terminaba de llegar todo el mundo en mirar la decoración.
Mi madre era un genio organizando actos como aquel.
La pandilla estaba con sus respectivas familias. Mi madre se había encargado de ponerles juntos como cada año y además también cerca de mi mesa.
Les saludé con una sonrisa. Después me acercaría a hablar con ellos, pero primero...
Miré hacia la puerta cuando justamente llegaban Nico y Javier con sus padres.
Cuando iba a acercarme a ellos para saludarles, Jonathan se cruzó en mi camino.
-¿Cómo es posible que siempre que te veo me causes esta sensación de admiración?
-No lo sé.
-Veo que este año has vuelto a venir sola.
-Te equivocas chaval. Este año esta conmigo.
No se de donde apareció Nico pero agradecía su interrupción.
-¿Eres su novio o algo así?
-Si. Parece que tendrás que ir a rondar a otra.
-Que lo paséis bien entonces.
Cuando se alejó abracé a Nico.
-Muchísimas gracias. No sabes como te lo agradezco.
-Es mi deber de novio. No quiero fallar en una misión tan importante.
-Te aseguro que lo haces muy bien.
-Estás increíble Mónica. Pareces una princesa.
-Es exactamente lo que me ha dicho mi madre.
-Me alegra de que tengamos algo en común.
-¿Quieres que te la presente?
-Por mi no hay problema.
-Sígueme entonces.

-¿Estás bien hijo?
-No lo sé. Creo que hubiese sido mejor que me quedase en casa.
-¿Tanto te duele ver a esa chica con tu hermano?
-Sé que no es justo, que debería alegrarme por ellos pero no puedo. Si no sintiese nada por ella las cosas serían distintas.
-Mira hijo tal vez no debería decirte esto porque Nico también es mi hijo pero si de verdad quieres a esa chica y crees que tienes aunque sea una pequeña posibilidad, deberías luchar por ella.
-No quiero hacerle daño a Nico.
-Me parece que eso es inevitable. Si esa chica también siente algo por ti, el daño ya está hecho.
-Escucha a tu padre Javier.
-¿Tú también piensas lo mismo mamá?
-Si. Creo que cuando se ama de verdad a alguien y esa persona te corresponde, lo justo es estar juntos aunque hieras a otras personas con ello.
-Nico es fuerte. Puede que tarde en superarlo, pero hasta él debe saber que lo mejor que puede hacer es alejarse.- continuó diciendo su padre.
Javier se volvió para mirarnos a Nico y a mí mientras nosotros hablábamos con mi madre y Nico nos hacía reír.
-Tiene que merecer la pena solo por verla reír así.
-¿Quieres decir que no vas a hacer nada?- su padre no lo comprendía, pero su madre sí.
-A veces amar significa que la otra persona sea feliz por otro lado. ¿Te 
refieres a eso verdad Javier?
Él simplemente asintió y continuó mirando hacia donde estábamos nosotros.

-Eres muy divertido Nico. Hacia tiempo que no veía a Mónica reír con tantas ganas.
-Me alegra poder ayudar.
-¿Qué hay de tu familia? ¿Ha venido?
-Si. Creo que deben estar en su mesa.
-Espero que sea todo de su agrado- miró su reloj y de nuevo a nosotros.- Prepárate Mónica. Ya ha llegado todo el mundo.
-Si mamá- me volví  hacia Nico y sonreí.- Nos vemos luego.
-Vale. No olvides respirar hondo. Lo harás muy bien.
-Gracias.
Nico se reunió con sus padres y su hermano en la mesa que les correspondía.
-Me parece que ahora les toca hablar a Mónica y a su madre.
-Esto está muy bien. No me lo imaginaba así- comentó la madre de los chicos.
-Todo es obra de la madre de Mónica. Ella es quien lo organiza todo cada año.
-Pues está muy bien.
-Completamente de acuerdo.- dijo el padre.
-¿Qué dices tú Javier?
-Está muy bien mamá- pero Javier estaba pendiente de otra cosa. 
Tenía la mirada fija hacia donde yo estaba.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora