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Antes de que empieces a leer esta historia, quiero dejar claro que la escribí a los 17, por lo que ya hace 15 años.
Cambié algunas cosas con los años pero quería mantener las cosas lo más centradas a esa edad que pudiera.
Dicho esto, espero que os guste.

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Si aquella mañana cuando desperté, hubiese imaginado por un momento lo que suponía ir a clase, lo que vendría tras eso, seguramente me habría quedado bajo la protección de mis sábanas. O por lo menos, no habría salido de casa.

Antes de seguir con mi historia, dejad que me presente. Me llamo Mónica y mi familia es, bueno, adinerada. No pretendo parecer una creída, pero es cierto.

Mi vida siempre ha sido un camino de rosas. Todo me iba genial. Tengo unos padres estupendos, y unos amigos que no cambiaría por nada del mundo. Gracias a todos ellos hoy podéis leer esta historia.

En fin, a lo que iba… Aquella fatídica mañana, tras ducharme y vestirme, bajé al comedor, donde me esperaban mis padres como cada mañana.

Os hablaré un poco de ellos.

Mi padre es dueño de una multinacional que distribuye muchos de sus productos por todo el mundo. De ahí que tengamos tanto dinero.

Mi madre siempre ha sido una mujer muy inteligente por lo que normalmente acompaña a mi padre a todos los eventos a los que debe asistir. Resumiendo, siempre están muy ocupados, pero les adoro.

Durante el desayuno, mi padre me comunicó que iba a estar unos días fuera por viaje de negocios. Siempre igual…

Se pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad. Y mi madre tres cuartos de lo mismo. Entre sus reuniones con papá, y con sus amigas del club… casi siempre estaba en casa con el personal. Suerte que Clara aun vivía con nosotros.

Clara es la hija de la cocinera. Nos hemos criado prácticamente juntas y es sin dudarlo, mi mejor amiga y ni siquiera el hecho de que ahora esté saliendo con su mejor amigo de toda la vida, puede cambiarlo.

Sebastián llevaba años enamorado como un tonto de ella, y nunca había tenido el valor para declararse.

Una noche, hablándolo, me pidió consejo y le dije que no debía tener miedo de sus sentimientos.

No importan los sentimientos que tengamos si no somos capaces de sincerarnos hacia esa persona, ¿verdad?

Finalmente se declaró, y ya están pensando en casarse en cuanto acaben en la Universidad.

No hay dos...¡Sin tres! (Serie Love 04) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora