Dollhouse (Terminada - SIN ED...

By ItsDenissse

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"Entró a la habitación y nos quedó mirando. Su sonrisa diabólica heló mi sangre e hizo que mi miedo aumentara... More

Prólogo.
Uno
Dos
Tres
Cuatro.
Cinco.
Seis
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno
Veintidós (Final)
Epílogo

Siete

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By ItsDenissse

Justin

—¿De qué mierda hablan?  —el chico negaba con su cabeza sin entender lo que le queríamos decir— mi novia y mi mejor amiga están en Dubái, no puede ser tanta la coincidencia de que ellas dos... —pasó las manos por su cabello y luego las detuvo en su boca.

Sus puños se cerraron hasta tener los nudillos blancos, con Mark nos preparamos ante cualquier ataque por parte de él. Pero su mano voló a la caja con servilletas que se encontraba en la mesa y luego se levantó golpeando la pared.

—¡Hey!  —agarré sus brazos y lo pegué contra una de las mesas del lugar— necesito que te Calmes, chico. Con ataques de rabia no llegaremos a ningún lugar.

Markus calmó a la gente que se aglomeró de un segundo a otro en el lugar y los mando a otro sector del bar. El chico aflojó su cuerpo y cuando ya era seguro soltarlo lo dejé libre.

—Necesitamos hablar —lo miré— pediremos que te dejen salir.

Mientras Markus hablaba con el jefe de Benjamín, yo me dispuse a salir con el chico. Éste estaba totalmente ido y con el rostro colorado.

—Listos —le abrimos la puerta del auto y éste se metió dentro.

Markus se subió en el asiento del copiloto así que me toco manejar a mí, y apenas cerré la puerta, Benjamín comenzó un sinfín de preguntas.

—Necesito saber que está pasando. Mi novia y una amiga viajaron a Brasil y luego resulta que fueron a Dubái... ¿que va a pasar con ellas?, ¿cómo les digo a sus mamás cuando me pregunten?  —lo miré por el retrovisor y suspire— necesito que alguien me diga lo que está pasando, ¿cuanto peligro están corriendo allá?.

—Llevamos tiempo investigando sobre éste caso, las pistas nos trajeron aquí y necesitamos averiguar lo más posible. Si tu novia y amiga viajaron, nos tendrás que decir todo lo que sabes, es de suma importancia que no te guardes nada —él sólo asintió y cerró su boca hasta que llegamos a destino.

Me metí en el estacionamiento de la agencia y bajamos los tres, a estas horas ya no había casi nadie en las oficinas y era el lugar más seguro para hablar.

—Chicos los estaba esperando —Debra vino hasta nosotros con unas carpetas— hace unas horas llegaron un par de denuncias de personas extraviadas, tenemos tres hasta el momento y son todas chicas entre los diecisiete y veinte años, tenemos sus fotografías.

—Gracias, Deb —Markus tomó las carpetas y observó las fotografías de las tres chicas extraviadas. Eran justo del prototipo de chicas que los malditos secuestraban.

—¿Y él quién es?  —Debra miró a Benjamín.

Entramos a nuestra oficina y le dimos un asiento al chico.

—Lo escuchamos hablando sobre un viaje a Dubái, unas amigas viajaron allí hace poco y aún no tienen noticias de ellas. Si es como creemos, posiblemente ya tengamos dos chicas más.

Debra mordió su labio y puso las manos en sus caderas, asintió y se acercó a Benjamín con una sonrisa amigable.

—Mi nombre es Debra Collins —se sentó a su lado y estiró su mano para que él la tomara.

—Benjamín Rodríguez —la miró receloso y luego nos miró a nosotros— ¿Qué necesitan saber?.

—Primero el nombre de las chicas, de tus amigas. 

—Clarissa Vásquez y Arabella Martínez. Ambas tienen veinte —se apoyó en la mesa y yo anoté sus nombres en una libreta.

—¿Por qué viajaron?, ¿Con quién fueron? —siguió Debra.

—La mamá de Clari tiene una peluquería, donde también trabaja la mamá de Arabella. Hacen un par de días, por lo que me contó mi novia, fue una mujer muy "refinada" a cortarse el pelo y pidió hablar con ellas, ahí les propuso lo de ser modelos y viajaran Brasil. Ellas le creyeron, pero yo no —era la misma táctica que tenían hace tres años— veo suficientes noticias como para saber que algo malo había en todo ésto, pero aunque me enojé con Clarissa por aceptar algo así, ellas no me escucharon y firmaron un contrato.

—¿Tuviste la posibilidad de ver ése contrato? —hablé esta vez yo.

—No, ellas se lo pasaron a la mujer el mismo día que firmaron, creo que su nombre era Christina —nos miró a todos esperando una respuesta— ¿Y?, ¿Qué va a pasar ahora?.

—¿Viajaron a Brasil o simplemente fueron a Dubái? —Markus se apoyó en su escritorio y se cruzó de brazos.

—Estuvieron como un día en Brasil, luego Clarissa me llamó diciendo que ya partiría a Dubái —suspire viendo las fotos de las chicas— lo último que supe fue que ya estaban ahí, mi novia me envío un mensaje apenas llegó, me llegó de madrugada.

—Podemos investigar de que parte de Dubái se envió —Debra habló mirándome, era una buena idea, pero no podíamos confiscar el celular del chico por mucho tiempo.

—Necesitamos que vengas mañana con tu celular, averiguaremos de dónde se envió el mensaje —Benjamín asintió mirándonos a todos— ahora te iremos a dejar.

—Está bién —Markus se llevó a Benjamín y me quedé en la oficina con Debra.

—Son al menos siete chicas las que se llevaron ahora, no podemos esperar a que estén muertas para atacar —pasé las manos por mis ojos ya cansado y suspire.

—Debemos ir a Brasil primero, ver los vuelos y el hotel en el que estaban las chicas, pero no podemos ponerlas en riesgo. Si saben que estamos tras ellos arrancarán y una vez que hagan su mayor apuesta las perderemos —Debra se levantó de la silla y camino por la oficina— tenemos que ser mas inteligentes que ellos.

—Tenemos que viajar a Brasil el jueves a más tardar, tenemos que ir rápido.

Arabella

Las luces se encendieron en nuestra gran habitación, provocando que mis ojos dolieran y tratarán de adaptarse a la fuerte luz. Los quejidos de las chicas y murmuros molestos llenaron el lugar mientras me incorporaba en la cama y pasaba las manos por mi rostro.

Cuando pude abrir mis ojos sin ninguna molestia miré a mi alrededor, las chicas hacían lo mismo que yo. Caras pálidas con rastros de maquillaje corrido en su rostro, ojos hinchados por el llanto durante la noche y miradas perdidas.

La puerta se azotó contra la pared y nos dejó ver a Tony en el umbral con su típica sonrisa diabólica. Pero lo diferente es que había una mujer detrás de él, que segundo después se dejo ver frente a nosotras.

—Levántese perras, hay muchas cosas que hacer hoy —habló el hombre al cual ya odiaba.

La mujer desconocida lo miró con cara de pocos amigos y lo mandó callar de un simple gesto con su mano. Éste dió un paso atrás asintiendo y colocando sus manos entrelazadas frente a él.

Miré a Clari quien mordía su labio nerviosa, me devolvió la mirada asustada y se pasó sigilosamente hasta mi cama, ambas estábamos aterradas.

—Bueno días señoritas —la mujer sonrió mirándonos a cada una— mi nombre es Chantal... y soy su jefa.

Todas la miramos fijamente, pero ninguna se atrevía hablar.

—Necesito que se vistan y vayan al salón central en media hora, les diremos las reglas de lugar y como trabajarán. Luego de éso podrán desayunar —Chantal habló con una sonrisa en el rostro— treinta minutos señoritas, ni un minuto menos ni uno más... Odio esperar.

Salió de la habitación y solté el aire que retenía, apenas había respirado mientras estaba ella en la habitación.

Apenas se cerró la puerta algunas chicas soltaron sus sollozos y quejas, todas estábamos muy asustadas cómo para hablar. Me levanté y busqué algo de ropa en mi maleta, me dirigí al baño y poco tiempo después salí para que otra se metiera. Mi amiga y otras chicas ya estaban vestidas y cuando ya todas estábamos listas decidimos salir todas juntas.

Caminamos por los mismos pasillos que habíamos recorrido con aquellos gorilas hasta llegar a la parte principal de aquel cabaret, ahí nos esperaba Chantal. A su lado izquierdo estaba Tony y en el derecho estaba Christina –y pensar que le dí mi confianza a esa perra– quien nos miraba con un atisbo de sonrisa.

Nuestra "jefa" asintió con la cabeza sonriendo, se acercó a nosotras, que estábamos en una linea, y nos miró una por una. Todas bajaron su mirada cuando pasaba, exepto yo, quien la miró fijamente, casi desafiandola y provocando a que algo hiciera, hasta Clarissa se dio cuenta de lo que hacía, ya que agarró mi brazo y enterró sus uñas, pero no bajé la mirada, hice todo lo contrario. La miré fijamente a sus ojos azules y penetrantes, buscando alguna reacción de su parte. Pero no hizo nada, simplemente me observó por unos segundos más y siguió su camino.

—¿Que intentas? —Me susurró-grito en el oído mi amiga— ¿quieres que te meten en un cuarto y te golpeen?, no seas estúpida.

La escuché sin voltearme a verla, sólo levante mi cabeza aún más mirando lo que Chantal hacía.

—Bueno chicas, en éste trabajo hay reglas, y unas muy especiales —un hombre le ofreció lo que parecía ser vino blanco y lo aceptó— ustedes trabajarán desde las diez de la noche hasta las cuatro de la mañana, de lunes a viernes. Tendrán distintos trabajos, pero cada una deberá pagar quinientos dólares a la semana, y el resto de lo que los clientes les den, serán para ustedes. Si el dinero no está para cada viernes, se les dejará todo el fin de semana sin comida y encerrada en un cuarto a oscuras. Y créanme niñas, nadie las ayudará mientras ustedes estén aquí.

Maldita zorra. ¿Quinientos dólares a la semana?, ésto debía ser el maldito infierno, y ella el mismo diablo.

—Hugo y Bladis le dejaran su ropa de trabajo en su habitación. No tienen derecho a salir de su habitación, sólo les será permitido en las horas de trabajos y en las horas para comer. Hay habitaciones por todo el cabaret para ustedes y sus clientes, si alguien las quiere llevar a la cama, ustedes aceptan, de lo contrario ya saben el castigo. Pero si algún cliente se pasa con ustedes, las insulta o golpea, llaman a Tony o alguno de los guardias y ellos se encargarán. ¿Alguna pregunta?.

Nadie habló. Pero no sería una más del montón.

—¿Que hay de la comida?, y si alguien tiene algún accidente o se enferma, ¿nos encerraran dentro de cuatro paredes también? —las uñas de mi amiga se volvieron a enterrar en mi brazo.

—El desayuno se sirve a las diez de la mañana, el almuerzo a las dos y la cena es a las seis. Y si alguien enferma o tiene algún accidente, nos encargaremos nosotros, tu no te preocupes por éso —Chantal fijó una mirada casi felina en mí, como si ella fuera el cazador y yo un simple y frágil venado— y por último... nadie más entra, y nadie más sale.

***
Chicas! Perdón la demora :( pero estoy sin internet en casa y he tenido vatios trabajos y pruebas para la universidad, espero que me entiendan.


Las quiero 😘💓

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