Camila nunca había estado ni cerca de ser una experta en el tema de la socialización, no entendía muy bien cómo las personas establecían un tema de conversación apenas conocerse; aquello no tenía mucho sentido en su cabeza.
Normalmente las personas que querían hablar con ella se le acercaban personalmente y comenzaban a hacer un montón de preguntas sin sentido solo para romper el hielo. Los demás no lo sabían, pero... aquello no funcionaba del todo bien.
El coeficiente intelectual de la morena siempre había sido lo suficientemente alto como para notar que las preguntas que solían hacerle no tenían ni siquiera un poquito de lógica... sin embargo, ella apreciaba el esfuerzo y de vez en cuando intentaba entablar una conversación con la persona que quisiese llevarse bien con ella.
– Sólo ve y preséntate, – Sugirió el rubio – quizá es buena gente.
¿Zayn Malik era buena gente?
En realidad no estaba ni cerca de serlo, pero por supuesto... ellos no tenían ni idea de que tan especial era la actitud de aquel chico.
Zayn siempre había sido un chico solitario, jamás había sido fanático de las amistades y de hecho, no estaba ni cerca de serlo. Era extremadamente extraño que sus padres estuvieran en casa, así que se había acostumbrado a pasar el día con dos de sus hermanas menores. Ambas siempre intentaban convivir con su hermano mayor, – algunas veces lo lograban – pero entendían que el moreno era un sujeto especial y que prefería pasar el tiempo estando a solas en su habitación.
No era una mala persona, pero su actitud era lo suficientemente irritante como para lograr que los chicos de su instituto lo golpearan a diario.
No se consideraba un nerd, pero era un chico inteligente; muy inteligente. De hecho, él siempre se había considerado como un sujeto superior a las personas que lo rodeaban.
– ¿Y si no?
Camila tenía sus dudas respecto a la actitud que podría tomar el chico al verla.
Sabía que era un fanático de la soledad, así que... posiblemente no le agradaría la idea de que una desconocida entrase repentinamente a su habitación solo para presentarse. Si él no salía de su habitación cuando había gente caminando por los pasillos era por algo; evidentemente a él no le interesaba en lo más mínimo conocer a los demás internos que lo acompañaban en su estadía en aquel enorme edificio.
– Bueno, quizá sea cómico ver como el sujeto te grita solo para que salgas de su habitación.
La morena frunció los labios.
– No me gusta que me griten.
El rubio rió por lo bajo.
Aún así sería cómico.
Pensó el ojiazul mientras elevaba la comisura de sus labios, regalándole una simpática sonrisa a la menor.
– Vamos, – Incitó – no tienes nada que perder.
Niall tenía razón, si ella entraba a la habitación del moreno en ese momento no tendría nada que perder, pues ni siquiera conocía del todo bien a Zayn.
Ella asintió levemente mientras caminaba hacia aquella puerta de madera. Soltó un suspiro mientras giraba el plomo de la puerta y con un montón de dudas invadiéndola en ese momento se adentró a la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas.
Camila se sorprendió al notar que el moreno no estaba en su camilla, pero se sorprendió aun más al notar que él tenía un escritorio en su habitación.
Había dos sillas, una de cada lado. El moreno estaba sentado en una de ellas, mirando fijamente el tablero de ajedrez que estaba perfectamente colocado en el centro de aquel mueble de madera.
– ¿Puedo jugar?
El moreno se sobresaltó al escuchar aquella voz; nadie había entrado a su habitación además de los médicos y las enfermeras.
El chico se encogió de hombros.
La morena inmediatamente se sentó en la silla que estaba frente al mayor. La posición del tablero indicaba que ella jugaría con las piezas negras.
Zayn inmediatamente pensó que la chica era una completa idiota, pues nadie entraba de esa manera a la habitación de alguien; mucho menos si se trataba de una habitación de hospital.
Personalmente, él creía que además de ser una idiota, la morena era una chica lo suficientemente ingenua como para preguntarle si podía jugar contra él con la seguridad que había utilizado en su tono de voz.
– Mi nombre es Camila.
Le regaló una sincera sonrisa al chico que estaba sentado frente a ella.
– Me importa una mierda.
Susurro mientras acomodaba el beanie de su cabeza.
Sin perder más tiempo, el moreno se encargo de mover el peón de la fila f a la casilla 3.
Primer error, Camila inmediatamente notó que el chico había hecho una apertura lamentable. Sujeto con su mano derecha el peón de la fila e y lo colocó en la casilla 5.
Por supuesto que Zayn ni siquiera había notado lo que ella estaba tramando. Él no solía prestarle atención a las jugadas de sus adversarios; normalmente ellos eran unos completos idiotas y jamás conseguían vencerlo.
Era obvio que él no conocía a Camila.
El moreno se mordió el interior de la mejilla mientras movía el peón de la fila g a la casilla número 4.
Lástima, la morena de verdad creía que Zayn sería un hueso duro de roer.
– Jaque mate.
Mencionó con una sonrisa victoriosa pintada en el rostro.
El mayor frunció el ceño mientras analizaba el tablero. Aquello había sido absurdamente rápido... ella sólo había movido su Dama a la casilla 4 de la fila h.
– Debes estarme jodiendo...
Susurro mientras golpeaba el escritorio con la suficiente fuerza como para lograr que un par de piezas cayeran al suelo.
Él no podía perder de una manera tan absurda... nadie había sido capaz de vencerlo, maldita sea... ¿Por qué ella lo había logrado? ¿Cómo mierda no se dio cuenta de la trampa que le había puesto?
La respuesta era sencilla; Zayn había subestimado demasiado a la chica que tenía delante.
– Sal de mi habitación.
Dijo entre dientes.
La morena obedeció, pues no quería tener problemas con aquel chico.
Sí, la había echado de su habitación, pero... las cosas habían resultado mucho mejor de lo que esperaba. Zayn tenía mal carácter y al parecer, no le causaba gracia que alguien lograra vencerlo. Sería un hueso duro de roer después de todo, pero... ella lo conseguiría. Ella lograría que Zayn escapase junto con ella.
En cuanto aquella chica salió de su habitación, él lanzó el beanie que tenía en su cabeza directo hacia la pared. Pasó sus manos en el poco cabello que tenía y soltó un grito ahogado.
Una chica lo había vencido.
Claro, era algo natural ganar; para un genio lo era, pero... lo había derrotado de una forma jodidamente absurda. No vencían a un genio así... un genio no era derrotado de esa manera tan ridícula. Podría pasar, pero... tendría que haber caído directo en la trampa de otro genio. ¿Era ella un genio? Él sinceramente no lo creía.
La gente generalmente piensa, "es irremediable perder contra alguien tan talentoso e inteligente". Con eso, ya sea conscientemente o inconscientemente, las personas ponen una tapa en sus corazones, él suponía que querían proteger su orgullo, autoestima o cualquiera de esas mierdas. Era por eso que nadie se atrevía a jugar contra él, pero... ella lo había hecho. Y no solo eso; ella lo había vencido.
Zayn tenía talento. Su talento normalmente hundía a los que lo rodeaban.
Desprestigiar a otros lo desacreditaba a sí mismo; obviamente él no lo sabía.
Era un tipo despistado y ella le enseño lo peligroso que era no prestar atención. Un jaque mate le enseño que no podía subestimar a las personas de esa manera.
El moreno no tenía ni idea de que incluso sin talento, las personas podían tener esperanza, quién sabe... quizá aquello no era del todo malo.
Quién sabe, quizá el mundo en general no era como él creía.