Lauren se sentía perdida. No sabía muy bien lo que estaba sucediendo con la chica de piel morena, ella creía estar descifrando el misterio pero en realidad seguía sin saber absolutamente nada de Camila. Hasta ahora, lo único que sabía con claridad era que su nombre era Camila y que tenía un talento increíble para tocar la melódica... desgraciadamente, ella no sabía nada más.
Sofi había regresado a su habitación hacía unos minutos atrás. En ese momento, Lauren había terminado de sanar las heridas recientes en el rostro de la morena; las heridas que le habían provocado en el instituto.
– ¿Cuál es tu apellido?
Soltó de repente.
La chica de piel morena sonrió débilmente. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que le preguntaron algo como eso.
– Cabello.
Dijo con simpleza.
La ojiverde asintió levemente al escuchar su respuesta. Camila Cabello.
– ¿Quién eres en realidad, Camila Cabello?
La chica de piel morena sonrió débilmente al escuchar aquello.
– Creo que tú misma tendrás que conseguir la respuesta a esa pregunta, Lauren Jauregui.
La ojiverde se rascó la cabeza en señal de confusión. ¿Ahora qué se supone que haría?
Quería saber más de ella, por supuesto que quería. Pero... ¿Qué tenía que hacer exactamente? Quién sabe, quizá tendría que obligarla a jugar al juego de las veinte preguntas, – por más estúpido que fuera – era lo único que se le ocurría en ese momento.
– Sabes, un día me di cuenta que no tenía nada. – Comenzó a hablar – El bolsillo que pensaba estaba llenó de felicidad, en realidad estaba vació. – Su mirada estaba perdida – Nunca me esforcé por llenarlo, así que es lógico que ahora este así, pero ni siquiera lo sabía. Porque mi vida, jamás tuvo propósito ni sustancia. Y un día de repente, sentí que estaba perdiendo mucho el tiempo. Me dije a mí misma que empezaría de nuevo, y que esta vez lo haría bien. Fue entonces cuando escapé...
Lauren se desconcertó aún más al escuchar aquello.
Ella había escapado... pero, ¿De qué había escapado? Ahora definitivamente no entendía... ¿Qué mierda estaba sucediendo?
– Y te encontré. – Sonrió – Pareces ser una buena persona, Lauren.
Era cierto. Camila sabía perfectamente que la chica de hermosos ojos verdes tenía un gran corazón, aunque tratase ocultarlo. Quería mantener un porte serio y distante, pero... ella sabía que las personas que actuaban así solían ser personas frágiles; ella era justo como Shawn... lo había notado desde el primer momento en que la vio.
– Creo que... contigo hasta mi triste vida tendría valor.
El corazón de la ojiverde se detuvo al escuchar aquello.
La chica de hermosas orbes cafés sonrió al notar que no recibiría alguna respuesta por parte de Lauren, así que decidió seguir hablando.
– Gracias... mis días contigo han sido mucho más divertidos.
Es agradable recibir las gracias tras realizar una buena acción, así que hacemos más buenas acciones para seguir sintiéndonos bien, ese es el ciclo sin fin de los buenos corazones.
Fue entonces cuando algo en el cerebro de Lauren hizo "click".
La morena le había confesado que su vida era infeliz, que un día simplemente se dio cuenta que su vida no tenía ningún tipo de propósito, que no tenía ningún papel de importancia en el mundo... se equivocaba. Ella le había dicho que decidió empezar de nuevo, que esa era la razón por la que había escapado...
– No puedes perder el tiempo deprimiéndote.
Camila sonrió débilmente al escuchar aquello.
Entendía perfectamente lo que le quería dar a entender la chica de ojos verdes. Se supone que ella había escapado para no perder el tiempo, para ya no estar triste, pero... era casi imposible no estarlo. Siempre que intentaba hacer algo que logrará iluminar su camino, los pensamientos y recuerdos comenzaban a invadirla... era una mierda.
– Destruir es fácil, pero construir requiere de mucho trabajo.
Lauren frunció el ceño en señal de confusión.
Camila había utilizado una metáfora. Sabía que ella no la entendería... pero, en pocas palabras quiso decir que no era fácil para ella dejar de deprimirse. Porque, la habían destruido... la habían tirado al suelo y la habían dejado ahí hasta que se desmoronara por completo... la habían destruido en un par de días, y aunque ella intentase construir su mundo de nuevo, era imposible... siempre terminaba cayéndose a pedazos.
– ¿No deberíamos esforzarnos por entendernos la una a la otra?
La morena alzó una ceja mientras asentía levemente con la cabeza.
La verdad, ella siempre lograba entender a la perfección todo lo que Lauren quería dar a entender, la razón era simple; Camila toda su vida había sido una chica brillante.
Entendía incluso los motivos del silencio en sus conversaciones. Ella era un ratón de biblioteca que no se preocupaba por los largos momentos de silencio en una conversación.
– He podido notar que te gusta leer.
Comento Lauren mientras admiraba los enormes libreros que adornaban el salón principal.
– Los libros arrojan luz sobre la oscuridad. – La ojiverde giro la cabeza para poder mirar a la chica de piel morena – La oscuridad se retira con una letra, una línea, una página a la vez, y... algún día todo el mundo se aclarará. Cuando eso suceda, estaré completamente en paz.
La ojiverde sonrió al escuchar aquello.
– ¿Los libros son la única cosa que envía luz en tus momentos de oscuridad?
La morena medito su respuesta por un par de segundos.
– No. La música también lo hace.
Lauren asintió levemente con la cabeza.
– ¿Nada más?
Pregunto con cierto tono de esperanza en su voz.
Camila negó levemente con la cabeza.
– Nada más.
Mintió.
Ella también conseguía enviar luz a sus momentos de oscuridad...
– ¿Te digo algo un poco loco?
Camila asintió.
– Ningún libro ha logrado captar mi atención al 100%.
La menor rió por lo bajo al escuchar aquello.
No era algo loco, en lo absoluto. Era normal que una persona no encontrará un libro adecuado; todo el mundo tiene diferentes opiniones, y a ella no le parecía raro que sus perspectivas fuesen un poco lejanas a las de los demás.
– Entonces escribe.
Replico con simpleza.
– ¿Disculpa?
La morena asintió levemente con la cabeza.
– Escribe el libro que quieras leer. Ese que nunca has podido conseguir en ningún lado.
Lauren sonrió débilmente.
En ese caso, escribiría un libro acerca de una chica ajena a todo aquello que la rodeaba. Una chica amargada a la que le daba igual todo lo que pasaba en su vida. Una chica que era amante de las rutinas, y que gracias a ellas logró conocer a alguien... una misteriosa chica que tocaba la melódica en medio del bosque.
Lauren escribiría a detalle cómo es que aquella hermosa chica de piel morena consiguió entrar a su corazón con una facilidad impresionante...
– Algún día lo haré. – Aseguró.
"Tu punto débil es tu falta de interés por lo que te rodea. Por culpa de eso, no sabes relacionarte con otros, y probablemente importunes a mucha gente. Pero aún estas a tiempo para cambiar."
– ¿Tienes algún punto débil?
Preguntó después de un par de minutos. La chica de piel morena asintió levemente con la cabeza.
– Mi punto fuerte siempre ha sido mi inteligencia. Cuando no sé algo, investigo, y si sigo sin comprenderlo, pregunto hasta solucionarlo. Mi punto débil, es el hecho de no poder establecer limitaciones respecto a lo que puedo hacer y lo que no...
Lauren asintió levemente con la cabeza, ella creía firmemente que había entendido lo que la chica de piel morena había querido decir.
Pero, Camila sabía perfectamente que no lo había entendido... la ojiverde no sabía absolutamente nada de ella. Lauren aún no estaba consciente del estado en el que se encontraba en aquel momento.
Camila estaba muriendo, y ella ni siquiera había sido capaz de notarlo.