Contando estrellas

By KarlaKassapian

5K 581 513

La vida da segundas oportunidades por alguna razón, quizás no sea tu momento de partir porque aún hay cosas p... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20

Capítulo 1

647 48 10
By KarlaKassapian

Abría los ojos una vez más viendo esa pálida habitación de paredes desnudas salvo por un cuadro de unos ángeles y la ventana rectangular cubierta por una fina cortina azul cielo; sólo había una mesa de noche, un armario, una silla y por supuesto la cama donde Ji Ho se encontraba acostado. Ese cuarto había sido el suyo durante un año, unos meses después de ser internado en ese centro psiquiátrico fue que se acostumbró a éste y se percató del por qué estaba allí; al principio ni sabía dónde estaba o que día era, simplemente estaba fuera de éste mundo pero al volver en sí prefirió haberse quedado en ese otro lugar apartado para así no darse cuenta de cómo su vida se destruyó en un abrir y cerrar de ojos.

Pero ahora era momento de irse y tenía miedo, se había acostumbrado tanto a esa clínica tranquila donde siempre lo mantenían controlado que salir de nuevo al caótico mundo real lo ponía nervioso. Por suerte aún tenía a su hermano mayor que fue a buscarlo esa mañana para regresar a casa y sería su único apoyo de ahora en adelante ya que sus padres no estaban, se habían ido para siempre hace un año y Ji Ho ni siquiera tuvo tiempo de llorarles como era debido o ir a sus tumbas. Durante todo ese tiempo el chico estuvo metido en una clínica gracias a su grave lesión en la cabeza de la cual no creyeron que saldría y por su pierna cuyos huesos quedaron completamente destruidos y tuvieron que reconstruírsela llenándolo de tornillos y metal y eso llevó varias cirugías. Para la rehabilitación tuvieron que tener paciencia pero lo peor no fueron sus lesiones físicas si no la mental ya que quedó traumatizado por el accidente.

-Ji Ho, ya podrás regresar a tu casa – le dijo una de las enfermeras que siempre se ocuparon de él.

-Sí – cerró su pequeño maletín donde guardaba sus cosas, tomó su bastón y siguió afuera guiado por la enfermera hasta el vestíbulo donde su hermano lo esperaba.

-Hola Ji Ho – lo saludó Ji Seok, su hermano, con una pequeña sonrisa y se acercó para abrazarlo – Al fin saldrás de aquí – se separó y observó el rostro de Ji Ho - ¿Te sientes bien?

Ji Ho asintió tranquilamente con la cabeza.

-Entonces vamos – cogió el maletín de Ji Ho y lo tomó de la muñeca para llevarlo afuera – Tienes el cabello largo, esas enfermeras no se ocupan en cortártelo.

-Me gusta así – dijo Ji Ho y detuvo su marcha en cuanto puso sus pies afuera de la institución. No es como si nunca haya salido, había estado en los jardines pero el saber que ya se iba y volvería al mundo para continuar con su vida lo asustaba.

-¿Qué sucede?

-Nada, es sólo que es raro irme de aquí.

-Lo sé pero ya volverás a adaptarte a tu vida de nuevo, yo estaré a tu lado.

Ji Ho le agradeció a Ji Seok y siguieron hasta el auto, allí el chico se sintió un poco más seguro.

A pesar de haber perdido a sus padres en ese fatal accidente de avioneta, Ji Ho agradecía que su hermano aún estuviera con él; el día en que todo sucedió iban de viaje a una isla y aunque Ji Seok quería ir, no pudo porque tuvo que quedarse trabajando. Ji Ho por lo menos estaba feliz de que no pudiera haber ido ya que si lo hubiese hecho quizás también pudo haber muerto y de esa forma sí se quedaría completamente solo. Quizás el destino decidió eso.

Aquel centro psiquiátrico quedaba a las afueras de la ciudad, Ji Ho no sabía dónde estaba por lo que tampoco podía saber en cuanto tiempo llegarían a casa, así que recostó su cabeza del espaldar del asiento trasero del auto y cerró los ojos. Los volvió a abrir en cuanto sintió el auto detenerse y la puerta del chofer abriéndose; se enderezó, bostezó y salió del vehículo siendo ayudado por su hermano. Había sido tanto tiempo sin estar en su hogar que ya no lo veía igual, quizás sí lo estaba pero se le había olvidado porque hay cosas que se borraron de su mente, por ejemplo cómo sucedió el accidente. Siguió su camino hasta la entrada de la enorme casa y por dentro ya llegaba a recordar un poco más, tenía la misma decoración de siempre de la cual su madre se ocupó en el pasado, los mismos adornos en las mesas y escaparates y las fotografías de la familia de las cuales apartó la mirada al verlas; saber que no volvería a ver a sus padres sonriendo de esa forma le dolía.

-¿Puedes subir las escaleras? – preguntó Ji Seok a su hermano.

-Sí, lento pero sí – su pierna fue reconstruida por dentro pero fue tan dañada que no quedó del todo bien y perdió unos tendones del pie y tobillos por lo que no tenía fuerza en estos para apoyarse debidamente.

-Supongo que debías de extrañar tu habitación - dijo Ji Seok abriendo la puerta del cuarto de Ji Ho.

-No realmente- se sentó en su cama y admiró todo el lugar como si fuera nuevo para él -¿Te encargaste de arreglarlo?

-Yo no, la señora Kim lo hizo.

-¿Quién?

-La señora Kim, la ama de casa.

Ji Ho se quedó unos segundos pensativo.

-Ah sí, claro que la recuerdo. De ojos pequeños, no muy alta y tiene un hijo de mi edad.

-Sí, Yu Kwon, él ahorita está haciendo su servicio militar.

-¿Tan pronto?

-Se robó un auto, fue eso o la cárcel

-Oh, ya veo. Casi nunca lo he visto pero nunca ha tenido muy buena conducta.

-No se parece en nada a su madre- negó decepcionado - ¿Quieres quedarte un rato aquí a solas o quieres que me quede contigo?

-¿No tienes que trabajar? Ahora eres el presidente de la compañía.

-Sí, pero hoy me tomé el día libre ya que volviste a casa después de un año... ¿Entonces?

-Quiero estar un rato a solas.

-Bien, cualquier cosa me pegas un grito - sonrió y salió del cuarto.

Ji Ho se acostó boca arriba en su cama, ni se molestó en mirar su habitación la cual tenía tanto tiempo sin ver ya que le era igual, que estuviera allí, en la habitación de la clínica u otra le era lo mismo siempre y cuando tuviera una cama donde dormir; sentía extraño que no le emocionara estar de vuelta en su casa pero así era como se sentía después de que su mundo se vino abajo. Sus padres lo eran todo para él, a pesar de ser ricos eran muy amorosos, atentos y humildes a diferencia de como muchos creen que la gente de la clase alta es pretenciosa. De todas las personas en el mundo los que menos se merecían morir de esa forma eran ellos y Ji Ho se preguntaba por qué no murió él en su lugar, así no tendría que sufrir; quizás era un pensamiento egoísta porque entonces serían sus padres los que llorarían pero por lo menos seguirían con vida.

Con sus manos cubrió sus ojos, no quería volver a llorar, se decía que tenía que ser fuerte no por él si no por su hermano pero no podía evitar decaer y sabía que nunca lograría superar el trauma de ver a sus padres llorando y gritando por ayuda aunque no hubiese nadie cerca y luego como agonizaban hasta su muerte y él no podía hacer nada. Ji Ho no lograba recordar cómo ocurrió todo, sólo se acordaba ya cuando estaban en el suelo estrellados y realmente esa era la parte que más quería olvidar pero siempre aparecía en sus sueños, o mejor dicho, pesadillas. Sin embargo había algo que calmaba sus pesares en medio de toda esa tormenta, algo que lo hacía despertar con ánimos pero ni siquiera existía, su trastornada cabeza lo creo como un refugio.

-¿Dónde estás? Tengo tiempo que no te veo - se sentó y miró a su alrededor en busca de algo - ¿Por qué no estás aquí? - se levantó ayudado con su bastón y recorrió el cuarto - Tú siempre estuviste conmigo en esa clínica, más que todo en mis sueños...Sí, sé que eran sueños y que no eres real, no estoy loco pero eras el único que me daba fuerza y ni siquiera sé por qué - se detuvo frente a la ventana y miró el cielo nublado - ¿Acaso eres un ángel? ¿Mi ángel de la guarda? -miró a su lado - Allí estás, sonriendo como siempre - sonrió.

-¿Con quién hablas?

Ji Ho se dio vuelta de pronto que escuchó a Ji Seok.

-Con nadie - respondió Ji Ho.

-¿Tienes hambre? La señora Kim acaba de terminar de hacer el desayuno y también quiere verte.

Los hermanos bajaron al comedor donde la ama de casa, la señora Kim, ya había servido la mesa y sus lágrimas se salieron en cuanto vio que Ji Ho estaba de vuelta y que aparentemente se veía bien pero la mujer sabía que seguía traumatizado y herido psicológicamente por lo que no sería imprudente de decir algo que no debía. Los chicos tomaron asiento y se dispusieron a comer el consistente desayuno. Ji Ho tenía bastante apetito, no lo había sentido si no hasta que vio todos esos platos y sentía sus papilas gustativas gozar de alegría con esa comida casera tan deliciosa que era muy diferente a la de la clínica.

Ji Seok comía pero no podía dejar de mirar a su hermano, se veía bien y sabía que había logrado recuperarse tras la rehabilitación pero el trauma le causó un trastorno mental del cual los doctores le advirtieron y no sabían si se recuperaría. Le contaron que muchas veces tuvo episodios psicóticos, que se ponía violento y debían controlarlo con fuertes medicamentos, también mencionaron que al parecer veía o sentía cosas que lo asustaban y lo hacían retraerse y eso que vio hace rato, hablando solo en su habitación, le preocupó.

-Deja de mirarme, es incómodo -dijo Ji Ho.

-¿Cómo puedes saber que te miro? –volvió su vista a su plato -¿Tienes poderes acaso?

-Sí, mi lesión en la cabeza me dio esa habilidad - dijo en broma. Ji Seok lo miró - Sé que estás preocupado pero estoy bien.

-Eres la única familia que tengo, no contemos al hipócrita del tío Seo Won, sólo se presentó en el funeral para ver si papá le había dejado algo en el testamento pero se fue tal cual vino - volvió su vista a su plato y apretó los cubiertos en sus manos al pensar en su papá e inmediatamente pensó también en su madre. Suspiró y siguió comiendo.

-Hermano, llévame al cementerio.

-¿Para qué?

-¿Cómo que para qué? Aún no los he visitado y tengo el derecho de hacerlo. No me lo puedes impedir.

-No es que te lo impida es que...Intento protegerte, no quiero que sufras más.

-Aunque no vaya igual sufro porque ese momento siempre viene a mi mente -suspiró desganado y bajó la mirada - Ya ha pasado un año, ya es tiempo de ir y enfrentar todo.

-Quizás haya pasado un año pero para ti que te la pasaste mayormente durmiendo o en shock, no ha pasado mucho tiempo. Espera un poco más hasta que te logres adaptar aquí de nuevo.

-Está bien.

Ji Ho tenía otra oportunidad de seguir con su vida pero no sabía exactamente qué hacer, sobre todo con su carrera musical. De eso se acordaba muy bien, recordaba su lugar de trabajo en esa pequeña compañía como compositor y de todas las canciones que escribió aunque en ese momento no podía acordarse para quienes las hizo. En otro cuarto de la casa que usaba como estudio estaban su guitarra y su teclado, en el escritorio unas carpetas llenas de hojas de canciones y un cuaderno de anotaciones; había hecho bastantes composiciones y ahora que las volvía a ver las recordaba vagamente. Algunas ni sabía cómo iban, se le era complicado leer las partituras y se confundía con las notas, la falta de componer tal vez hizo que perdiera la práctica y se le olvidaran algunas cosas y se preguntaba si podría volverlo a hacer. La música era su musa, la amaba tanto que ni un solo día dejaba de trabajar y su madre siempre le reclamaba que descansara pero ya no sentía entusiasmo.

Salió del estudio y volvió a su habitación, se recostó en la cama con sus piernas extendidas y encendió el enorme televisor pantalla plana frente a él para distraerse mientras el día pasaba. Se sentía muy aburrido y temía que así fueran todos los días al menos que se atreviera a salir y retomar su trabajo. Sólo pensar eso lo llenaba de ansiedad, quería quedarse seguro en casa pero tarde o temprano tendría que dejarla.

La luz del televisor seguía iluminando la habitación oscura, si estaban dando en la programación algo que a Ji Ho no le gustara no le importaba ya que desde hace rato cayó profundamente dormido. Ji Seok se asomó en la recámara y le alivió ver que su hermano estuviera tranquilo; apagó el televisor y le pasó una cobija por encima al menor par protegerlo del frío de ese invierno. El muchacho volvió abajo a la oficina que anteriormente era de su padre pero que ahora él debía ocupar como cabeza de la compañía y se dedicó a revisar unos documentos pendientes ya que sabía que no tendría problemas con Ji Ho en ese momento. Sin embargo aproximadamente pasada una hora, Ji Seok estando muy metido en su trabajo se alarmó al escuchar unos gritos, a toda velocidad salió corriendo de la oficina y se topó con la nerviosa señora Kim que pretendía subir pero el muchacho le dijo que no lo hiciera. Aquellos alaridos venían de la habitación de su hermano y al entrar lo vio alterado mientras se revolvía violentamente en la cama.

-Ji Ho, hermano, tranquilo - le decía Ji Seok tratando de mantener la calma pero Ji Ho estaba dormido teniendo seguramente alguna pesadilla que lo puso así.

Ji Seok se sentó en la cama y trató de calmar al otro al detener sus movimientos pero éste seguía pataleando y lanzando manotazos al aire que el mayor debía esquivar para que no lo golpeara; en una oportunidad hasta tiró una de las lámparas de noche en medio de todo eso. Ji Seok logró sostenerlo de las muñecas y lo atrajo hacia él, abrazándolo fuerte para que dejara de moverse aunque seguía revolviendo de entre sus brazos; acariciaba su cabeza y le hablaba tranquilamente como si fuese un pequeño asustado para que se calmara y poco a poco Ji Ho se fue quedando quieto.

-Tranquilo Ji Ho, estoy aquí.

Ji Ho no decía nada, sólo jadeaba cansado. Ji Seok volvió a acostarlo y lo arropó con su cobija. El menor había dejado su vista fija en el techo y reaccionó en cuanto su hermano se acostó a su lado.

-Perdón - dijo Ji Ho.

-No tienes por qué pedir perdón. Dormiré aquí contigo, espero eso te haga sentir más tranquilo.

-Sí - cambió de posición acostándose de lado y dándole la espalda a Ji Seok - Gracias.

-Ji Ho ¿Puedo hacerte una pregunta?

-¿Qué es?

-En la mañana cuando vine a buscarte para desayunar ¿Con quién hablabas? ¿Es un amigo?

-No es un amigo imaginario, no creas que estoy loco. Creo que es un ángel.

-¿Un ángel?

-No un ángel como tal pero para mí es así. Lo veo en mis sueños y a veces fuera de ellos y cuando se aparece frente a mí me siento en paz. No sé quién sea y por qué comencé a verlo pero me gusta, no me da miedo.

-¿Y alguna vez ha hablado contigo?

-No, no lo ha hecho.

-Ya veo...Buenas noches.

Ocuparse de un familiar enfermo es complicado, y más si la enfermedad es mental; no es que Ji Ho estuviese loco pero sí perturbado, podía tener sus momentos lúcidos y aquellos en donde se desprendiera de la realidad y eso era lo que a Ji Seok le preocupaba. Él ahora tiene un gran peso sobre su espalda al estar a cargo de la empresa familiar, durante todo ese año que pasó tuvo que trabajar mucho, tanto que a veces ni dormía y no sabía si iba a poder ocuparse de la compañía y Ji Ho al mismo tiempo pues no lo podía dejar solo aunque se viera bien, en cualquier momento podría tener un ataque y debía estar junto a él. Ji Seok debe actuar como la cabeza de la familia que es ahora pero tenía miedo no poder hacerlo.

-Buenos días señora Kim – le saludó Ji Seok al llegar a la cocina.

-Buenos días ¿Su hermano sigue durmiendo?

-Sí.

-¿Qué fue lo que sucedió anoche?

-Supongo que tuvo una pesadilla, se descontroló pero ya está bien – se sentó en una de las sillas de la isla – Cuando estaba en la clínica le daban esos episodios, al principio eran más frecuentes pero poco a poco se fue controlado. Sin embargo aún no se han ido del todo.

-¿Cree que algún día mejorará y volverá a ser el mismo de siempre?

-No sé, dicen que el estrés postraumático puede mejorar luego de unos meses pero lo que vivió en carne propia fue un shock muy fuerte y el doctor dice que hay unos que a veces no llegan a superarlo por completo.

-Yo estoy segura que mejorará, ahora que reanude su vida y con su apoyo, él se pondrá bien.

Ambos se quedaron en silencio en cuanto Ji Ho entró a la cocina y se sentó junto a su hermano a esperar que el desayuno estuviera listo.

-Ji Ho, hoy debo ir a la empresa, tengo una reunión importante. Después de desayunar alístate porque vas conmigo.

-¿Quieres que vaya contigo?

-No te dejaré solo.

-Estaré con la señora Kim.

-No Ji Ho, vendrás conmigo, debo estar pendiente de ti porque sabes lo que te puede pasar y la señora Kim no podrá controlarte.

-Voy a estar bien.

-Ayer también estabas muy bien y mira lo que pasó...Gracias – le dijo a la señora Kim en cuanto puso los platos en la mesa – Vendrás a la compañía conmigo y punto, tal vez no esté contigo mientras esté en la reunión pero te tendré más cerca.

-Bien – dijo con fastidio y se llevó un rollo de huevo a la boca.

Ji Ho se puso cualquier cosa, una camiseta blanca y uno jeans rasgados pero Ji Seok le dijo que se vistiera mejor pues no irían a cualquier lado, así que el menor se puso un saco por encima más el abrigo para protegerse del frío. Salieron y todo estaba bien pero al momento en que se metieron en tráfico, Ji Ho comenzó a sentirse muy ansioso, tanto ruido y agite de todos los que salían a esa hora a sus trabajos no le hacía bien aunque estuvieran lejos y él se encontrara dentro del auto con las ventanas cerradas. En una oportunidad se exaltó cuando un vehículo tocó la corneta al momento en que la luz cambió a verde y Ji Seok tomó la mano de su hermano, apretándola, para que se sintiera seguro. Llegaron a la compañía y lo primero que sucedió fue que todas las miradas de los empleados se fijaron en Ji Ho y eso lo hacía sentir aún más nervioso. Era algo normal que todos lo miraran al percatarse de su presencia, sabían por todo lo que el chico había pasado y sentían compasión por él pero el sentirse observado Ji Ho lo veía como un peligro aunque no lo fuera pero era parte de su trastorno.

-Quiero irme – le dijo Ji Ho a su hermano aferrándose al brazo de éste.

-Ya estamos aquí.

-Por favor, no quiero estar aquí.

-Ji Ho, todo está bien, aquí todos son amigos y no te harán daño. Baja la cabeza si quieres y no los mires.

Ji Ho respiró profundo y continuó su camino aún aferrado a Ji Seok y tuvo que mantener también la calma en el elevador pues los espacios cerrados también lo ponían nervioso. Pudo respirar tranquilo por fin cuando llegó a la oficina del presidente y su hermano le dio un vaso de agua junto con una pastilla para que se tranquilizara.

-¿Te encuentras bien? – le preguntó Ji Seok a Ji Ho que inhalaba y exhalaba para pasar el ataque de pánico – Ji Ho...

-Estoy bien.

-Tengo que ir ahorita a la reunión, le diré a alguien que se quede contigo.

-No es necesario, me pondré a escuchar música, eso me hará sentir mejor.

-Okay, no tardo – Ji Seok accedió a lo que Ji Ho le dijo pero de todas formas le dijo a su asistente que se quedara afuera de la oficina por si acaso.

En la sala de juntas se llevaba a cabo la reunión, Ji Seok como presidente estaba sentado a la cabeza de la larga mesa en cuyos lados los inversionistas se encontraban también y hablaban sobre maneras de cómo subir los ingresos de la compañía que beneficiara a todos. Ji Seok podía atender a los otros cuando tomaban la palabra pero no les hacía mucho caso porque estaba preocupado por Ji Ho, esa simple salida lo alteró y temía que le sucediera alguna otra cosa durante su ausencia. Lo único que deseaba es que la reunión terminara rápido y ya comenzaba a sentirse ansioso por eso.

-¿Está de acuerdo? – dijo uno de los inversionistas - ¿Señor Woo?

-¿Sí? – dejó de golpear la mesa con su dedo índice como venía haciéndolo y atendió al hombre – Eh, sí, estoy de acuerdo, creo que sería muy beneficioso ¿Qué piensan los demás?

Todos asintieron de acuerdo y dieron por terminada la reunión. Ji Seok despidió a cada uno de los inversionistas y luego subió de regreso a su oficina en donde afortunadamente encontró a Ji Ho tranquilo escuchando música con su reproductor. El menor estaba relajado con sus ojos cerrados por lo que Ji Seok no quiso molestarlo y siguió en silencio hasta su escritorio para ocuparse de otros trabajos. Su teléfono enseguida sonó.

-Hola Hoon...Sí, ya está aquí – miró a Ji Ho que seguía distraído con la música y salió a una pequeña terraza de la oficina para hablar en privado – Él está bien y cualquiera que lo vea no pensaría que tiene nada pero sigue trastornado y tengo que estar pendiente de él porque de vez en cuando le dan ataques. Anoche le dio uno y hoy tan sólo vinimos a la empresa y comenzó a sentirse muy nervioso por la gente que lo rodeaba o los autos en la calle.

-Tanto tiempo en esa clínica seguro hizo que se desacostumbrara al mundo y por eso tiene miedo, pero ya verás que se acostumbrará de nuevo-

-Eso espero porque no sé cómo voy a hacer para ocuparme de él y el trabajo. Ji Ho me dice que está bien que lo deje solo pero no estoy seguro, con estos trastornos mentales no se sabe, igualmente si no lo tuviera me da cosa dejarlo porque soy la única familia que tiene.

-¿Por qué no contratas a una enfermera o enfermero que se ocupe de él? Un amigo mío tiene un hermano que puede hacerlo, no es enfermero pero tiene experiencia cuidando a gente especial o ancianos. A él le gusta hacerlo-

-No lo sé, no sé si Ji Ho se sienta cómodo con un desconocido...Apenas es el primer día, quizás esté exagerando y no esté tan mal como creo, tal vez sólo lo estoy sobreprotegiendo por miedo – se giró para mirar al interior de la oficina a través de la puerta de vidrio y no vio a Ji– Espera un momento – regresó a la oficina y salió de ésta - ¿Vieron a mi hermano salir? – le preguntó a la secretaria.

-Sí, el bajó–le informó la mujer.

-¿Y por qué lo dejaron hacerlo? – volvió a su teléfono – Hoon, luego hablamos – trancó y llamó el ascensor – No debieron haberlo dejado ir, él no está bien aunque parezca que sí.

-Dijo que iría al baño.

-¿Y por qué no fue al de aquí? ¿Y a qué piso fue?

La secretaria se encogió de hombros, no supo cómo contestarle y Ji Seok se aguantó de decirle unas cuantas cosas; no podía creer que tuviera empleados tan ineptos y aún más sabiendo que su hermano había acabado de salir de una clínica psiquiátrica. En eso el ascensor llegó y el chico marcó el piso anterior a ese y lo buscó en el baño de allí pero no lo encontró. Siguió con todos los pisos, no era un edificio bajo y ya se estaba cansando y poniéndose nervioso; le preguntaba a los empleados que veía en los pasillo si habían llegado a verlo pero estos no sabían. Antes de ponerse más nervioso, Ji Seok pensó que tal vez bajó directo a planta y por eso no lo habían visto en los pisos superiores ¿Pero por qué lo hizo si lo ponía ansioso estar rodeado de personas?

-Disculpa – se acercó a uno de los guardias del edificio - ¿Vio a mi hermano?

-¿Su hermano Ji Ho? Me pareció haber visto que fue en dirección a la cafetería.

Ji Seok siguió a donde el guardia le dijo pero mirando en todo el lugar no lo vio y nadie allí le supo decir si había entrado o ya había salido. Ahora si comenzaba a ponerse nervioso de verdad, debía de estar en algún lugar del edificio porque el vigilante de la entrada no lo vio salir y entonces uno de sus tantos empleados se acercó a él y le dijo que Ji Ho estaba en el baño de ese piso. Aliviado corrió a buscarlo y se le hizo un nudo en el estómago al verlo sentado en una esquina con sus piernas flexionadas y su cabeza escondida entre estas. En silencio se acercó y se arrodilló frente a él.

-Ji Ho – puso una mano en la cabeza del otro y éste la escondió más – Dime qué sucede – no recibió respuesta - ¿Por qué bajaste si sabes que estar rodeado de gente te altera?

-Yo sólo...Yo sólo quería intentarlo – levantó la cabeza pero mantuvo su mirada baja – Es horrible, siento que se me va el aire o que me voy a desmayar – miró a Ji Seok - ¿Por qué tengo que tener esto?

-Es el trauma.

-Ya ha pasado mucho tiempo ¿Por qué aún no mejoro si estuve siendo tratado? Quiero sentirme mejor, ser una persona normal otra vez y lo intento pero no puedo. Hoy fue una prueba de eso, soporté bajar solo en el ascensor y creía que podría estar en un lugar lleno de gente pero me asusta y no sé por qué ya que esas personas no me harán daño.

-Es algo difícil de superar pero lo bueno es que lo aceptas y te das cuenta de que tienes que mejorar. Yo te ayudaré.

-Perdóname, lidiar conmigo y el trabajo no debe ser fácil, tal vez deba volver a la clínica. No quiero causarte problemas.

-En la clínica puedes mantenerte controlado porque es un lugar tranquilo pero estar en tu ambiente es lo que necesitas para terminar de mejorar – ayudó a Ji Ho a ponerse de pie – Vayamos a casa.

-Pero tienes que estar aquí.

-Soy el presidente, puedo tomarme el día libre y cualquier trabajo pendiente puedo hacerlo en casa.

Fue tan sólo una simple salida la de ese día pero para Ji Ho fue mucho, se sentía más seguro en su casa y no quería volver a salir de allí aunque su hermano le dijera que lo hiciera, incluso le dijo que lo llevaría al cementerio para visitar a sus padres como quería pero ya había cambiado de opinión porque se dio cuenta que aún no era momento de hacerlo. Durante los siguientes días Ji Ho se quedó encerrado en su habitación, ni siquiera quería bajar a comer y la señora Kim le llevaba la comida al cuarto. Ji Seok se abstuvo de trabajar para no dejar solo a su hermano pero ya todo se le estaba acumulando y tarde o temprano debía ir a la oficina para poner todo en orden; quizás exageraba en estar pendiente todo el tiempo del menor y durante todos esos días no tuvo ningún ataque así que pensó que no pasaría nada si lo dejaba solo.

-Llámeme enseguida si ocurre algo – le dijo Ji Seok a la señora Kim cuando iba de salida a la empresa.

-Por supuesto, no se preocupe – le respondió y luego de que Ji Seok partiera, subió a ver a Ji Ho – Señor Ji Ho ¿No saldrá a desayunar hoy tampoco? – preguntó desde afuera y Ji Ho le abrió.

-Tráeme el desayuno por favor, no me siento bien.

-¿Qué tiene?

-Es sólo dolor de cabeza, no se preocupe.

-Le traeré una aspirina entonces junto con la comida y también debe tomarse su medicamento.

-Sí, gracias.

Ji Ho se recostó en su cama, quedándose en una posición cómoda para que se le pasara el dolor de cabeza y minutos después llegó la señora Kim con una bandeja con la comida, la pastilla de la cabeza y su medicamento antidepresivo para su trastorno, pero aunque todos los días debía tomarlo, él no lo hacía y escondía la aspirina debajo del colchón de la cama. Aunque sabía que debía tomarlas, no le gustaba hacerlo porque lo relajaban demasiado y quería intentar mejorar por su cuenta, no podía estar esclavo de la medicación para siempre.

Terminó su desayuno, dejó la bandeja a un lado y encendió el televisor ya que estaba aburrido. A esa hora no pasaban muchas cosas buenas, podía dejar las caricaturas pero ya había pasado esa etapa y ahora le parecían muy estúpidas; se detuvo en un canal donde daban un programa de catástrofes de cualquier tipo y justo relataban una sobre un avión. Recuerdos del accidente llegaron a su cabeza, todo era muy borroso porque no lograba acordarse cómo sucedió todo desde un principio pero si recordaba los gritos, el fuego y el dolor. Por más que ver eso en la televisión no le hacía bien, se había quedado paralizado viendo la pantalla con temor y aunque tenía el control en mano, no podía pasar el canal. Comenzó de nuevo a sentir esa ansiedad, empezó a sudar y a hiperventilar; cerró los ojos y cubrió sus oídos con sus manos. Estaba muy asustado, sentía como si estuviera de nuevo en el lugar del accidente a pesar de estar en la seguridad de su cuarto y empezó a sollozar, lo cual después se convirtió en llanto. Se acostó de lado en posición fetal y lloró fuerte hasta ahogarse con su propia saliva.

-¡Señor Ji Ho! – exclamó la señora Kim al entrar a la habitación del chico para ver si estaba todo bien – Señor ¿Qué le sucede? Señor por favor –miró lo que había en la televisión y enseguida la apagó.

Ji Ho seguía llorando desconsolado y gritaba. La señora Kim, asustada, no sabía qué hacer, temía hacer algo que molestara al muchacho y se pusiera peor, así que no tuvo otra idea más que llamar a Ji Seok quien al recibir la llamada se levantó como un rayo del asiento de su escritorio y corrió para bajar y buscar su auto.

-¿Dónde está? – preguntó Ji Seok al llegar corriendo a la casa.

-Está en su cuarto – le dijo la señora Kim que estaba muy nerviosa y Ji Seok corrió escaleras arriba.

Ya habían pasado muchos minutos y Ji Ho seguía igual, encogido en su cama y llorando como si esperara a que todas sus lágrimas salieran y se secara por completo. Ji Seok intentó calmarlo al hablarle, acariciaba sutilmente su cabeza e intentó levantarlo pero Ji Ho no se dejaba y ponía fuerza.

-Ji Ho, ya basta por favor, no llores – él también tenía ganas de llorar al ver a su hermano así pero tenía que mantenerse fuerte o si no, no ayudaría en nada - ¡Señora Kim! – gritó y enseguida la mujer se asomó - ¿Se tomó su medicamento?

-Yo se lo traje con el desayuno.

-¿Pero vio si se lo tomó?

-No, yo lo dejé y me fui.

-Si se lo hubiese tomado no estaría así, traiga otra ¡Rápido!

La señora Kim bajó a toda velocidad a buscar el medicamento, casi hasta se cae por las escaleras debido a lo apresurado que fue y de igual forma volvió a subir y le entregó la pastilla y el vaso de agua a Ji Seok. El mayor intentaba hacer que Ji Ho se sentara para que se tomara el medicamento pero éste seguía sin dejarse; a la fuerza y con ayuda de la señora Kim lograron sentarlo y Ji Seok trató de meterle la pastilla en la boca pero estaba muy alterado y gritaba que lo dejaran en paz.

-Señora, mejor váyase – Ji Seok temía que Ji Ho se pusiera violento y le hiciera daño a la señora Kim.

-¿Está seguro que puede solo?

-Sí.

La señora entonces se retiró.

-Ji Ho, tómate la pastilla, la necesitas.

-¡No, déjame! – gritó Ji Ho.

-Tienes que tomarla

Ji Ho cerraba la boca y Ji Seok intentaba abrírsela para meterle la pastilla, no quería pero tenía que hacer todo a la fuerza porque de otra forma el menor no se dejaba.

-¡Abre la boca!

Ji Ho seguía sin cooperar, Ji Seok perdió la paciencia y le dio una bofetada; eso hizo que el menor dejara de llorar.

-¿¡Por qué haces esto!? – preguntó Ji Seok ya descontrolado y tomó a su hermano de los hombros. Lo batuqueó - ¿¡Por qué!? ¿¡Crees que esto es fácil para mí!? ¡Necesito que me ayudes, yo solo no puedo! ¡Estoy cansado!... ¡Durante todo éste año me he ocupado de todo, aunque me estuviera muriendo por dentro, tuve que hacerme cargo del velorio y el entierro de nuestros padres, tuve que estar contigo todos los días en la clínica durante tus cirugías y tu recuperación; tuve que estar pendiente de cómo te iba en el centro psiquiátrico y de paso tuve que asumir la presidencia de la empresa! ¡Durante un año no he dormido bien, hasta he bajado de peso por la preocupación y me siento mal pero debo mantenerme firme porque soy el único que podrá sacar de nuevo adelante a ésta familia! – respiró profundo – Ten un poco de consideración conmigo y aunque sea tómate la medicina. Por favor.

-Perdón – musitó y bajó la mirada – Todo esto es mi culpa, si no hubiese insistido para ir a ese viaje...

-No digas eso, no es tu culpa, fue un accidente.

-Si mamá y papá hubiesen sobrevivido todo sería más fácil para ti. Si alguien debió haber muerto ese día tenía que ser yo.

-¿Crees que eso facilitaría las cosas? Pues te equivocas...No vuelvas a decir eso y tómate la pastilla – se la puso en la mano y le entregó el vaso de agua. Ji Ho la tomó – Duerme y cálmate.

Ji Ho ya más tranquilo se acostó, Ji Seok se quedó a su lado para esperar a que se durmiera y luego salió de la habitación informándole a la señora Kim que ya todo había pasado. El chico se metió a su cuarto y se tendió de espaldas en su cama, cerró los ojos y suspiró profundamente. Estaba agotado física y mentalmente, pensó que solo podía controlar todo pero no era así, no es un súper humano y sabía que necesitaba ayuda o si no él es el que se terminaría enfermando. Buscó su teléfono y llamó a la clínica donde estuvo internado Ji Ho para así solicitar a un enfermero que pudiera cuidar a su hermano pero no tenían ninguno disponible en ese momento pues tenían mucho trabajo. Llamó a otro lugar pero sólo tenían enfermeras y eso no le servía porque necesitaba a alguien fuerte que pudiera con un chico de un metro ochenta. Entonces Ji Seok recordó la conversación con su amigo Hoon y el comentario que le hizo sobre el hermano de su amigo así que lo llamó.

-Hola Hoon ¿Cómo estás? Te llamaba para que me des el teléfono del hermano de tu amigo, ese del que me contaste que podría cuidar a mi hermano...Espera –buscó papel y lápiz y lo anotó – Gracias.

Ji Seok llamó enseguida, no había tiempo que perder.

-¿Hola? ¿Hablo con Ahn Jaehyo?

-Sí, soy yo-

-Llamo de parte de Choi Hoon que es amigo mío y también de tu hermano.

-Ah sí, Hoon ¿Puedo ayudarte en algo?-

-De hecho sí. Hoon me dijo que tienes experiencia cuidando a personas especiales y ancianos, pues tengo un hermano que sufre de estrés postraumático debido a un accidente que tuvo y pensé que podía cuidarlo solo pero se me es imposible con el trabajo así que quería saber si estabas disponible.

-Por supuesto, en éste momento no estoy ocupado. Cuéntame un poco más sobre tu hermano-

-Bueno, debes saber que él ya tiene veinticuatro años y mide un metro ochenta, él la mayoría del tiempo está bien pero le dan ataques de depresión o ansiedad de repente y temo que en algún momento se llegue a hacer daño al salirse de la realidad.

-Ya veo-

-Espero no sea problema para ti.

-Claro que no, yo también soy muy alto y bastante fuerte aunque no lo parezca – rió ligeramente – Podré hacerlo-

-Eso sería perfecto, si puedes venir mañana mismo sería estupendo.

-Sí claro, dame la dirección – anotó en un cuaderno – Bien, entonces estaré allá a las ocho. Hasta mañana-

Ji Seok esperaba estar tomando la decisión correcta, no sabía si a Ji Ho le gustaría que un desconocido estuviera todo el día con él cuidándolo pero tendría que adaptarse pues él ya vio que no puede hacerlo solo. 

Continue Reading

You'll Also Like

788K 84.3K 135
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
339K 38.1K 81
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...
98.5K 4.6K 55
Chiara Oliver es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega i...
124K 20.7K 47
Checo trabaja como asistente editorial en Vogue. Ama todo sobre su trabajo, menos a su jefe, Max Verstappen. Max es el peor y Checo lo odia. Pero cu...