𝐒𝐨𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐮𝐲𝐚 (...

By Luna-tica93

118K 3.1K 376

«Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido». Mario Benedetti. More

💌 Preámbulo 💌
💌 Sinopsis 💌
💌 Dedicatorias 💌
💌 Versos 💌
Capítulo 1. ¡Claro que fue mi culpa!
Capítulo 2. Diferentes conceptos.
Capítulo 3. Maldito alcohol.
Capítulo 4. Eso es mentira.
Capítulo 5. Sangre unida.
Capítulo 6. Cartas con el poder de hacer llorar.
Capítulo 7. Una vieja amiga regresa.
Capítulo 8. Conmoción.
Capítulo 10. Mientras estés conmigo.
Capítulo 11. Perdida inevitable.
Capítulo 12. La traeré de regreso.
Capítulo 13. Una canción de la infancia.
Capítulo 14. Esperare hasta que ella elija.
Capítulo 15. Aunque me duela.
Capítulo 16. Funeral sin flores.
Capítulo 17. Deseaba estar contigo.
Capítulo 18. Lo que se hace por amor.
Capítulo 19. Nueva y primera carta.
Capítulo 20. Un beso a escondidas.
Capítulo 21. Quien te hizo olvidar.
Epílogo. Puede que me arrepienta.
Agradecimientos.
Soundtrack de Solamente tuya.
Los premios Wattys.
¡Sigo sin poder creerlo!
¡Importante!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!

Capítulo 9. Te amo más que nada.

1.1K 83 1
By Luna-tica93

Kendra fue daba de alta doce días después que despertara. Al principio los médicos se negaban a dejarla ir, por miedo a que le diera otra ataque se psicosis.

Porque eso es lo que tenía. Kendra se desconectó de la realidad y para empeorar las cosas, ella está reteniendo sus recuerdos.

El medico dijo que la psicosis la pudo causar su mega depresión que tenía desde hace casi dos años. Que su pérdida de memoria pudo haber sido causaba por el accidente, pero que no es grave, su pérdida de memoria es temporal. Que quizá le tome un par de semanas recuperarla y todo será como antes.

Cuando todavía estaba en el hospital, Kendra sufrió dos ataques más de psicosis. Toda su familia estaba asustada, porque no paraba de gritar que le quitarían a su bebé y recuerdo que en una de esos ataques, ella me miro y se soltó a llorar incontrolablemente y grito:

―Tú me quitaste a mi bebé. Tú rompiste mi corazón.

Después de eso, comenzó a lanzar todos los regalos que había en su habitación, incluso se lastimo la mano al lanzar un jarrón con flores y los médicos no tuvieron otra opción que sedarla.

Claro, después de las largas pláticas que tuvo con sus padres padres―las cuales escuchaba atada a la cama―, lograron que recordara la mayor parte de su vida y que sus impulsos de desconectarse de la realidad no fueran más seguidos.

Ahora, la cuestión era que yo tendría que recordarle nuestra amistad y todo lo que vivimos. Debo reconocer que por dentro de muero de miedo. Yo no le quiero mentir en nada respecto a nosotros, pero no estoy listo para que esta chica que me mira con dulzura me odie.

Me costó mucho recuperarla cuando no me reconoció. Aun me duelen las palabras que me grito cuando estaba fuera de si misma.

Soy un cobarde, eso lo sé pero.... No estoy listo para perderla de nuevo.

Me cuesta mucho estar ante ella y no poder llenarla de besos, de suplicarle perdón y sobre todo...Me cuesta mucho trabajo mirarla a los ojos y ver que no brillan como siempre lo hacían cuando estamos juntos.

Suena egoísta y no me importa. Pero quiero que sus ojos me miren con ese brillo de amor y reconocimiento. Quiero que ella sepa que me ama y que yo no puedo vivir sin ella.

¿Qué la vida es tan injusta?

―¿Entonces eres mi amigo?―me pregunta con ternura y sacándome de mis pensamientos―Mamá me dijo que somos los mejores amigos y que compartimos algo en común. ¿Qué es? Cuando le pregunte a ella, dijo que solo tú sabrías el momento para decirlo.

Suelto un suspiro. La noticia de que teníamos una hija caía en mí. Tenía miedo de que lo tomara a mal. Nadie ni el médico, se atrevió a decirle que ella tuvo una bebé por miedo a que eso fuera su bomba de nuevo y volviera a actuar como loca.

Mire de nuevo sus hermosos ojos marrones y mi corazón se oprimió. Aunque aún no volvía ser completamente ella misma, cada día iba mejorando. Me dolía hacerme a la idea de que una palabra en falso, la hiciera regresar a ese agujero negro al que entro al despertar.

No puedo. Simplemente no puedo hacer que se desconecte de la realidad de nuevo.

¡Dios, tu sabes que quiero decirle la verdad! Pero no puedo, grito en mi interior.

La indecisión me carcome por dentro y no sé qué hacer.

Kendra mueve su mano delante de mi rostro al ver que no le respondo.

―Sí, sobre eso...―¿cómo le digo la verdad? Me rasco la cabeza buscando una manera de contarle todo. Y cuando abro la boca, esto sale de ella:―.Creo, que sería prudente hablarlo cuando recuerdes todo.

Ella me mira frunciendo el cejo y yo trago saliva. Se levanta de un salto del columpio en el que estaba sentada y se coloca de cuclillas ante mí. Me mira detenidamente, trato de que mi rostro no muestre expresión alguna.

Quizá perdió la memoria, pero eso no quiere decir que perdió su habilidad de sentir lo que sienten los demás y de técnicamente, saber lo que pasa por mi cabeza.

―¿Por qué estás nervioso? ―me pregunta y su voz tiene ese tono tan sexy que siempre utilizaba conmigo para sacarme la verdad.

¡Diablos, esta chica es mi perdición! ¿Cómo diablos puede tentarme sin recordarme?

Me muerdo el labio para evitar besarla y me sorprendo al ver que ella sonríe por mi comportamiento.

¿Lo disfruta? Esta chica está disfrutando torturarme. Se podría decir que en cierta manera eso me tranquiliza, y que la Kendra que conozco siempre me torturaba para sacarme la verdad o solo para molestarme.

Nuestras miradas se conectan de un manera intensa. Siento electricidad al tenerla tan cerca, antes la sentía con frecuencia pero la ignoraba por completo. Ahora no puedo ignorar algo que tenga que ver con Kendra.

Un ligero rubor cubre sus mejillas. Contengo la respiración, ella se está ruborizando solo porque no miramos.

¿Puede ser que su corazón no olvido que me ama? Ese pensamiento me lleva de alegría y seguridad. Lentamente acerco mi rostro al suyo y ella hace lo mismo.

Puedo sentir su respiración casi en mi rostro, solo unos centímetros más.

―Está bien, no me digas―dice apartándose de mí, antes de que pueda posar mis labios en los de ella. En definitiva, esta chica me hace sufrir inconscientemente. Me agarro con fuerza de las cadenas que sostienen el columpio para evitar caerme―. Esperemos a que recuerde todo.

Lo dice de una manera tan inocente que el remordimiento me mata lentamente.

De verdad quiero que sepa todo. Quiero que sepa toda la verdad de mi boca, que no se entere por las personas que la odian―un de ellas Lina―y la pongan en mi contra.

Sería doloroso ver como se aleja de mí de nuevo.

Kendra se sienta de nuevo en el columpio y comienza a balancearse. Siempre le ha gustado el viento en su rostro conforme toma más vuelo, sé que no perdido ese gusto porque la escucho reír mientras se sigue impulsando más y más alto.

La miro y su hermoso cabello castaño, que vuela a su alrededor y le da ese toque se niña pequeña. No puedo seguir ocultándole cosas, tengo que hablar.

Tengo que ser honesto por ella, por Mélin, por mí. Pero sobre todo, tengo que ser honesto si quiero formar una familia con ella.

―Yo te amo―digo casi en un grito, ella me voltea ver sorprendida y con brusquedad detiene el columpio―. El día que tuviste el accidente, tú y yo discutimos por un rumor que alguien invento y yo...creí. Ese día te dije cosas horribles y te pusiste mal.

"Te desmayaste y llamaron a tu hermano para que te fuera a buscar―las lágrimas se acumulan en mis ojos y no creo poder contenerla. Para mí es espantoso recordar que por mí estúpida culpa ella casi muere―y cuando iban de camino a su casa, el idiota del camión choco un ustedes. Por mi culpa estuviste meses en el hospital. Por mi estupidez estuviste luchando por tu vida.

"Si hubiera creído en tu palabra ese día, nada de esto estaría pasando. Incluso tú y yo estaríamos en mi casa, con nuestra pequeña bebé...

Me callo de golpe.

¿Qué acabo de decir? Miro con atención a Kendra, esperando que su ataque venga. Un escalofrió recorre mi espina dorsal.

Su mirada no demuestra nada. Su rostro esta en blanco, no expresa nada y eso es aterrador. Siempre podía ver lo que sentía y pensaba por sus expresiones. Ahora, no se distinguir lo que pasa por su mente.

―¿Nuestra bebé? ―pregunta confundida, no hay alteración en ella―¿Tenemos una bebé, tú y yo? Mamá dijo que solo éramos amigos. Ella no me dijo que fuéramos algo más.

―Somos solo amigos―digo y sus ojos se llenan rápidamente de lágrimas―pero no porque no nos amemos. Siempre nos hemos querido, tú yo tenemos una historia complicada.

"Toda la vida hemos sido unidos, desde que nos conocimos a los siete años nos volvimos inseparables. Cuando pequeños a todo mundo le decíamos que éramos como hermanos, que siempre estaríamos juntos en todo.

"En la primaria nos metimos en muchos problemas por mis travesuras, nunca me dejaste solo. Aunque no era tu culpa que yo fuera muy inquieto, te echabas la culpa para no dejarme solo.

Algunas lágrimas recorren sus mejillas y se me hace un nudo en la garganta. Sé que la estoy perdiendo de nuevo, cada parte de mi ser me lo dice. Volveré a perder al amor de mi vida, cuando le confiese cada segundo de tristeza y de dolor que tuvo por mi culpa.

―A los catorce años, tú empezaste a sentir algo más por mí―mi voz se vuelve triste―. Comenzarse a preocuparte por mí más de la cuenta, siempre intentabas convencerme de que no hiciera cosas estúpidas y nunca te escuche.

"Tú a los catorce años te enamoraste de mí y yo a esa edad, me volví todo un mujeriego por los consejos de Maximiliano y Carlos. Antes de cumplir los quince logre alejarte un poco de mí por todas las tonterías que hice.

"Muchas veces me lloraste pidiéndome que volviera a ser el de antes y en todas esas ocasiones te ignore, te grite que no te metieras en mi vida.

"Y nunca me dejaste, siempre fuiste mi luz en la oscuridad―mi voz se quiebra y dejo salir unas lágrimas―. Sé que lastime demasiado y ahora tengo miedo de perderte de nuevo.

"Sé que no recuerdas nada...y aun así, no puedo dejar de decirte que TE AMO CON TODO MI CORAZÓN.

✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿

Kendra.

Lo he escuchado con atención, por dentro siento que me muero con cada una de sus palabras. Él me está contando como fue nuestra relación y está confesando que me lastimo.

Algo por dentro algo me dice que él, sí me hirió millones de veces y que siempre lo perdone. Sus palabras me lastiman, es frustrante no recordar nada de mi vida y no recordarlo a él.

Es tan frustrante no recordar a la única persona que no me ha tratado como una bomba de nervios que pronto puede explorar, a la única persona que se preocupa por mí de verdad e intenta hacerme reír a todas horas.

Por lo que he a contado, quizá hace todo eso porque desea mi perdón o porque de verdad me ama, como él dice. No lo sé. Todo esto es tan confuso para mí.

Cuando desperté en mi cama del hospital hace quince días, él estaba dormido en el pequeño sofá que había en la habitación. Se veía tan lindo y tierno, envuelto en una cobijita de conejitos. Su rostro me recordó algo ese día pero fue tan leve que se me escapo tan rápido como llego.

Ahora verlo llorando por mi culpa, me destruía completamente.

Un chico tan apuesto como él no podía llorar por alguien como yo, mucho menos podría estar enamorado de mí. Su rostro de ángel, su cabello rubio dorado, sus ojos de un azul profundo que contra luz precian verdes. La musculatura de su cuerpo. La firmeza de su mandíbula que lo hacía parecer un ángel rebelde.

Sin saber por qué, me puse de pie y él hizo lo mismo. Nos miramos por unos segundos y camine hasta él con decisión. Sin pensarlo dos veces, me a balance sobre él y lo bese.

Sentir sus labios era como besar una almohada, eran suaves. Envolvió sus manos en mi cintura y me trajo más a él. Nuestro beso se fue profundizando más a cada segundo y no quería se parara.

Mi corazón me gritaba con fuerza que lo necesitaba cerca de mí. Algunas lágrimas más salieron de mis ojos y saboree la sal de ellas.

Mateo también saboreo la sal e intento alejarse, enterré mis manos en su cabello y no le permití dejarme. No quería dejar se sentirlo, quería que estuviera feliz.

Yo sabía que si él era feliz en este momento, yo misma podría ser feliz y que le perdonaría todo lo que sucedió....

...Como siempre lo hacemos, dice una vocecilla en mi interior.

Sí esa vocecilla tiene razón, no me importa sufrir otras millones de veces por él. Su amor por mí es palpable en su beso voraz y desesperado.

Nuestras respiraciones en cuestión de segundos se vuelven entrecortadas. Necesito tomar llenar mis pulmones de aire, pero no quiero dejar de sentir su corazón y se saborear sus labios. No lo quiero perder.

Su agarre en mi cintura se vuelve aún más fuerte, a tal grado que me duele un poco y a decir verdad, no me importa que me duela. Lo quiero a él completamente.

Necesito tenerlo. Necesito saber si de verdad me ama.

Sé que es una locura, no recuerdo nada pero mi cuerpo parece recordarlo.

Necesito respirar, necesito respirar.

Rompo el beso de manera abrupta y tomo aire de una bocanada.

Él me mira sorprendido y le sonrió ligeramente.

Tomo su mano con delicadeza, me acercó a él y le doy un beso rápido en los labios. Sin soltarle la mano, comienzo caminar hacia la puerta corrediza que da a mi casa.

Mateo me sigue sin decir nada, entramos a la casa sin decir una palabra. Sin determiné en ningún momento, hago el camino hasta las escaleras.

―¿A dónde vamos? ―me pregunta asustado cuando subo el primer escalón.

No le contesto, simplemente sigo subiendo los escalones y lo llego hasta mi habitación. Cuando entramos le pongo el seguro y lo miro a él.

Me alejo un poco de él, camino hasta quedar frente a mi cama y sin darle tiempo a reaccionar, bajo los tirantes de mi vestido y así, este cae a mis pies.

✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿

Mateo.

No puedo evitar reconocer que el que me besara me tomo desprevenido. Estaba esperando cualquier cosa, menos eso. Pero no pude hacer nada más porque todo mi ser lo anhelaba.

Cada parte de mi ser moría de ganas de besarla incontrolablemente y de transmitirle en ese beso, todo el amor que sentía por ella. De demostrarle cuanto la extrañe y cuanto necesitaba saber que me perdonaba y me amaba.

Ahora...esto es tan...no sé cómo describirlo.

Kendra me lleva de las manos hasta su casa y pienso que iremos a la sala para terminar de hablar peor me sorprende al ver que me llevaba hacia las escaleras. Mi corazón late descocadamente.

―¿A dónde vamos? ―le pregunto como un pequeño niño asustado y quiero darme de golpes por dentro.

Sé a dónde vamos, simplemente no sé si sea lo correcto. No puedo dormir con ella si no recuerda que está molesta conmigo por lo patán que fui en el pasado con ella y muchas chicas más.

Ella no me responde y me trago el nudo que se me formo en la garganta.

¿Quién hubiera dicho que yo me pondría nervioso por subir a la habitación de Kendra? No quiero hacer nada que pueda traer consecuencia después.

Caminamos hasta su habitación sin decir nada. Al entrar ella le pone el seguro a la puerta.

¡Diablos! Esta puerta tiene truco y la única que sabe cómo abrirla es ella, porque jamás me quiso decir cómo se abría. Suelta mi mano y camina hasta quedar frente a ella.

La veo tomar entre sus dedos los tirantes de su vestido―trago saliva con fuerza―, los deja caer de sus hombros y con ella, el vestido cae al suelo, dejándola simplemente con su sostén y bragas color rosa.

Aparto la mirada y la concentro en su librero.

―Mateo, mírame―me pide con ese tono sexy, niego con la cabeza y no aparto la mirada del librero―. Ya no me quieres.

¡Boom! Esas cuatro palabras son como un balde de agua fría para mí y sin más la volteo a ver.

Ella sonríe porque logro lo que quería.

―No creo que sea correcto hacer esto, Kendra―digo en un susurro y de nuevo quiero golpearme. De verdad esta situación me está molestando, yo no le tengo miedo a las mujeres. Bueno, puede que solo le tenga miedo a ella porque la amo―. No recuerdas como fueron las cosas entre nosotros, hay muchas cosas que aún no te cuento, sobre nosotros.

―No me interesan, Mateo―dice muy segura―. Solo quiero estar contigo.

La miro con los ojos abiertos como platos. ¿Dijo lo que creí oír? Debo de estar soñando, la Kendra que conozco nunca diría algo así.

Por si no lo recuerdas, ella perdió la memoria. Me recrimina mi voz interior y me quiero ahorcar ahora.

―¿Por qué? ―le pregunto como un idiota.

―Porque cada parte de mi cuerpo quiere tenerte cerca, mi corazón me dice que te ama y que de diga: Te amo más que nada.

Escuchar esas lindas palabras de su boca es como escuchar a un ángel cantar.

Sin detenerme a pensar, camino hasta ella y envuelvo su cintura con sus brazos.

―Yo también te amo más que nada―le digo con una sonrisa―. Fui un idiota al darme cuenta pero nunca te volveré a perder.

Sin más la beso con desesperación. La escucho jadear por la falta de aire en sus pulmones y me retiro un poco.

Nos miramos unos minutos. Con lentitud y con las manos templándole, comienza desabotonarme la camisa.

Dejo que los quite con lentitud. Quiero que esta vez sea especial para los dos, esta vez hare todo con cuidado y lentitud. Deseo que se sienta querida por mí y que no ponga en duda el amor que le tengo.

Mientras ella termina con el último botón, yo me quito el cinturón de los pantalones y la escucho contener el aliento. Lleva sus manos al botón del pantalón y lo suelta. Toma los bordes de mi prenda y se deslizan fuera de mí.

Como solo son dos pasos lo que nos separan, me acerco más a ella, quien me contempla con la boca media abierta.

Coloca sus manos en mis abdominales y un escalofrío me recorre de arriba abajo.

―¿Segura de que quieres hacer esto? ―pregunto en un tono dulce―No tienes por qué hacerlo si no quieres.

Ella se limita a asentir.

Nuevamente la acerco a mí y nos besamos con lentitud. Mi corazón late con rapidez contra mi pecho y sé que ella lo puede escuchar.

Sin dejar de besarnos comenzamos a caminar hacia su cama. Lentamente la doy recostando sobre ella.

Sus labios se sienten tan suaves y llenos de amor. Quizá para algunos se imposible saborear el amor en los labios de alguien, pero yo, soy afortunado de poder saborearlo.

Ella entierra sus dedos en mi cabello y juega con él.

Rompo el beso para poder mirarla. Sus mejillas están sonrojadas y sus ojos tienen ese hermoso brillo que recuerdo.

Llevo una de mis manos a su espalda y la coloco justo encima del broche de su sujetador.

―¿Segura? ―vuelvo a preguntar.

―Sí, estoy segura.

No aparto mi vista de ella mientras mi mano desabrocha su sujetador. Es increíble que por primera vez en tanto tiempo... Ella y yo de verdad estaremos juntos sin que en mi sistema haya una gota de alcohol.

―Te amo más que nada―digo y la vuelvo a besar.

Continue Reading

You'll Also Like

70.8K 2.4K 43
Mi vida es una auténtica mierda. O eso pensaba, eso pensaba antes de conocer a ese chico.... En cuanto lo ví... Afirmé que mi vida era una mierda.Per...
29.8K 3.3K 62
[HISTORIA M-PREG] Park Jimin y Jeon Taehyung han sido inseparables desde su nacimiento, así es, ambos nacieron el mismo día, a la misma hora y como s...
17.9K 945 46
¿Que pasará cuando se enteré?