𝐒𝐨𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐮𝐲𝐚 (...

By Luna-tica93

118K 3.1K 376

«Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido». Mario Benedetti. More

💌 Preámbulo 💌
💌 Sinopsis 💌
💌 Dedicatorias 💌
💌 Versos 💌
Capítulo 1. ¡Claro que fue mi culpa!
Capítulo 3. Maldito alcohol.
Capítulo 4. Eso es mentira.
Capítulo 5. Sangre unida.
Capítulo 6. Cartas con el poder de hacer llorar.
Capítulo 7. Una vieja amiga regresa.
Capítulo 8. Conmoción.
Capítulo 9. Te amo más que nada.
Capítulo 10. Mientras estés conmigo.
Capítulo 11. Perdida inevitable.
Capítulo 12. La traeré de regreso.
Capítulo 13. Una canción de la infancia.
Capítulo 14. Esperare hasta que ella elija.
Capítulo 15. Aunque me duela.
Capítulo 16. Funeral sin flores.
Capítulo 17. Deseaba estar contigo.
Capítulo 18. Lo que se hace por amor.
Capítulo 19. Nueva y primera carta.
Capítulo 20. Un beso a escondidas.
Capítulo 21. Quien te hizo olvidar.
Epílogo. Puede que me arrepienta.
Agradecimientos.
Soundtrack de Solamente tuya.
Los premios Wattys.
¡Sigo sin poder creerlo!
¡Importante!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!
¡PRÓXIMAMENTE!

Capítulo 2. Diferentes conceptos.

2.7K 102 4
By Luna-tica93

Al día siguiente de ir a visitar a Kendra, todos en la escuela ya sabían que estuve con ella. Los rumores que recorrían los pasillos, era que los padres de Kendra pusieron una corten de restricción en mi contra y mi abogado solo logro convencerlos para que me dejaran verla una vez más.

Lo que es no tener una vida propia.

Todos los amigos que conservaba, sabían cómo fueron las cosas en mi visita a Kendra, no se los pude ocultar. Ellos eran mis mejores amigos, o más bien, se volvieron mis mejores amigos después de lo de Kendra.

Aun no sabía que hice para merecer la comprensión, apoyo y amistad de estos increíbles chicos, lo único que sabía es que no los decepcionaría como lo hice con Kendra. Gracias a ellos podía ser un poco yo mismo. Con el poco tiempo que llevo de convivir con ellos, entiendo porque mi amiga los amaba. Ella siempre me decía que no los juzgara sin conocerlos, porque algún día necesitaría de ellos y nunca se equivocó en esas palabras.

Ahora ellos eran como un pilar que me mantenía en alto, si alguno de ellos me llegaba a faltar como Kendra, sería la destrucción completa de mi mundo.

Quizá este sonando como un chiquillo que necesita amigos y amor, y la verdad es que soy un chiquillo en busca de eso. Solamente tengo dieciocho años, quizá ya haiga experimentado demasiadas cosas como el sexo, el alcohol, las drogas y miles de idioteces que hacemos los adolescentes y jóvenes pero aun no soy la suficientemente maduro como para hacerme a la idea de perder a un persona muy especial.

Aunque no lo crean Kendra era la madura en nuestra relación la amistad. Ella era la que me ponía en cinta y cuando veía que estaba a punto de caer en los excesos me llevaba de la manita por el camino correcto.

» ¿Sabes que Lina les está diciendo a todos en la escuela que cuando se gradué se casara contigo? ―me pregunta Jaqueline algo preocupada.

Dejo de comer mi emparedado y miro hacia donde esta Lina, esa chica cuando aprenderá que lo nuestro solo fue sexo y ya. ¿Qué tengo que hacer para que me deje en paz? Desde que dormimos juntos no ha dejado de acosarme y es de lo peor.

Cuando Kendra todavía no se iba con su tía, Lina la acorralo junto con sus amigas y me dieron una paliza a la podre de mi amiga porque ella se interponía entre mi felicidad y la de Lina.

Esa chica no podía estar más loca de remate.

―Sí, ya la escuche decir eso―respondo sin darle importancia―. Pero créeme que se llevara una desilusión cuando entre a la iglesia y no vea llegar al novio, que casualmente estará en alguna playa disfrutando del sol y las chicas en bikini.

Samuel, Christian y Bryan sueltan unas tremendas carcajadas por mi comentario que me asustan. Estos chicos no pueden escucharme decir algo así porque todo se lo toman a broma.

Jaqueline y Sara, fulminan a los chicos con la mirada y al descubrir como los miran las chicas, ellos terminan de reír y se disculpan en coro.

Al verlos a ellos disculparse, ahora soy yo quien se ríe de su comportamiento. Ellos le tienen un pavor y respeto a las chicas, casi del mismo modo en que yo se lo tenía a Kendra cuando yo hacía algo mal y ella me lo recriminaba.

―¿Por qué a él no le dicen nada por reírse del dolor ajeno? ―pregunta Bryan algo molesto―Esto se llama injusticia y presentare mis cargos en derechos humanos.

Las chicas se miran entre si y luego sueltan una risita tonta.

―Recuerda que cuando no los regañamos por algo es porque les toca pagar el almuerzo―y eso basta para que deje de reír.

Estas condenadas chicas son igual o peor que Kendra, aunque las aprecie mucho saben cómo ponerme en mi lugar y eso es tan frustrante en ocasiones.

―Vale, lo pagaré pero estoy segura que ustedes dos―digo señalándolas―, también se rieron por dentro de la expresión que hicieron ellos.

Me paro lentamente de mi lugar y voy hacia la ventanilla de cobro. Antes de que pueda sacar mi cartera de mi bolsillo, unos brazos delgados y de tez morena me rodean la espalda. No tengo que voltear para saber quién diablos es la chica.

―¿Qué quieres ahora, Lina? ―mi voz suena indiferente, ya que no la tolero.

Es ocasiones me pregunto qué demonios le vi para terminar en la misma cama, quizá estuve drogado o pasado de copas. Pero siendo sincero, si hubiera sido una de las dos opciones no recordaría haberla pasado bien con ella.

Lina tiene una reputación "buena" entre los chicos. A ella solo invítala a una fiesta, unos tragos y si eres apuesto ya la tienes en tus manos para una noche de pasión.

―Solo quería saber si iras a la fiesta de Marcos, casi toda la escuela ira y como eres mi novio me tienes que llevar...

―Para tu carro, preciosa. Tu y yo―quito con suavidad sus manos de mi cuerpo y me volteo para mirarla―, no nos novios. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?

Su mirada me da un poco de miedo. Es una mezcla de odio y dolor.

―Es por ella, verdad―grita tan fuerte que todos en la cafetería nos voltean a ver―. Es por la idiota de Kendra que me rechazas.

Lo logro, por dos años y medio he soportado sus patéticas escenas de celos porque me gustaba verla sufrir por mí, pero por nada del mundo voy a permitir que hable mal de Kendra, cuando ella no está aquí para defenderse.

―No, no te rechazo por Kendra―le informo estallando en ira―. Además no te atrevas a meterla en todo este asunto. Si yo no quiero nada contigo es porque no te das a respetar, a cualquier chico idiota le abras las piernas.

"Solo basta con que te den regalos y con eso eres feliz, acaso eres algún tipo de prostituta escolar―rápidamente los ojos de Lina se llenan de lágrimas pero no derrama ninguna, simplemente se da la vuelta y sale de la cafetería.

Cuando se pierde de vista, todos los presentes comienzan a gritar "bien hecho. Robles". No sé porque diablos me felicitan, lo único que hice fue hablar con la verdad y al parecer a todos les gusta ver sufrir a otros.

Molesto conmigo mismo vuelvo a mis asuntos, así que saco mi cartera y pago la comida. Con paso veloz me acerco a la mesa donde me esperan mis amigos, tomo mi mochila y salgo de allí.

***************SECRETAMENTE TUYA***************

Para algunos podría ser una estupidez venir a este lugar en busca de respuestas pero algo me decía que aquí las obtendría de la misma manera en que Kendra las obtendría. Sé preguntaran a donde vine a buscar repuestas, fácil, la iglesia.

Yo no soy una persona creyente ni nada por el estilo, simplemente quizá probar si lo que mi amiga me decía era verdad y que en este lugar encontraba una paz que no encontraba en otro lugar.

Y debo admitir que si encuentro tranquilidad, tanto en mi corazón como en mi consciencia. No sé cuánto tiempo llevo aquí, sentado en la última fila, viendo como las personas entrar con determinación y se arrodillan ante la imagen de la cruz. Unos lloran mientras oran, otros cantan con alegría y yo, simplemente miro.

―Vienes a confesarte, hijo mío―dice una voz muy dulce para pertenecer a un hombre.

Alzo la mirada y me encuentro ante el padre Jazhiel, todos en la comunidad lo adoran, ya que dicen es un verdadero siervo de Dios.

―Yo...yo no...―él me sonríe tiernamente y en voz baja me dice:

―Sígueme.

Sin decir nada sigo al padre hasta llegar a una puerta de madera, él la abre y me indica que entre. Yo indeciso entre y tomo asiento en uno de los pequeños sofás que están en la habitación.

―¿Qué este lugar, padre? ―le pregunto lleno de curiosidad.

Jamás en mi vida había visto algo así y no es porque no venga a la iglesia. He visto muchas películas donde parecen iglesias y en ninguna vi que pusieran una habitación como esta.

―Es el espacio del pensamiento―responde con alegría―. Fue idea de varios jóvenes, aquí ellos se reúnen mientras los adultos escuchan las sagradas escrituras sobre la familia, el trabajo y el amor. Aquí ellos toman sus propias clases sobre cómo ser un buen hijo, amigo y estudiante conforme a los normas de Dios.

"Así como es el espacio donde le gusta hablar de sus problemas, sus pecados y sus actos en contra de nuestro creador.

Medito sus palabras y miro con atención el lugar. Es una habitación de paredes amarillas y con varias imágenes que representan un pasaje de la biblia, también hay un libreto grande junto a la puerta donde están colocados varios libros pequeños de pasta negra y varios cuadernos. La sala tiene cinco sillones como para cuatro personas, tres mesas largas con ocho sillas cada una y frente a cada lugar, hay una libreta con un bolígrafo.

―Aquí venia Kendra―susurro con melancolía―. Ella siempre me decía que en la iglesia tenía un lugar al cual acudir cuando estaba triste y no encontraba las respuestas a sus preguntas.

Miro al padre y él asiente enérgicamente.

―Kendra venía a la iglesia cuatro o cinco veces por semana―me informa en voz baja, se sienta junto a mí y suelta un suspiro―. Ella era la que le daba viva a este grupo y desde que sufrió el accidente algunos comenzaron a faltar. Quizá no creas lo que te diré, pero cuando ella se fue con su tía, llamaba todos los jueves y domingos para informarse quienes habían venido, y si alguno faltaba ella les llamaba para que vinieran.

No lo pongo en duda porque así era ella. Siempre le gustaba que las personas fueran a los lugares que prometían y cuando ella no podía ir se sentía tan culpable que se la pasaba pidiendo disculpas miles de veces y en ocasiones lloraba porque no cumplía su palabra.

―Le creo, padre. Ella siempre fue así de comprometida y la conozco tan bien como para decirle que ella comenzó este proyecto.

El padre Jazhiel se ríe un poco y eso es lo que necesito para saber que ella lo inicio.

―En cierta manera este salón se creó con su idea―mira más allá de la ventana mientras habla, quizá este recordando ese día―. Fue hace unos trece años, cuando Kendra tenía cinco años y su primo Maximiliano vivía aun aquí. Un día su profesora no pudo asistir porque enfermo y la hermana que le ayudaba a dar las lecciones bíblicas no sabía en qué tema iban, así que pidió permiso para llevarse a los niños al parque mientras todos los demás estaban en sus enseñanzas.

"Todos los padres estuvieron de acuerdo, pero Kendra dijo que no quería ir que ella quería aprender con su primo. Max le dijo que se iba aburrir y se puso a llorar hasta que la dejaron ir con él.

"En ese entonces todavía yo todavía no estaba a cargo de la iglesia y era profesor de la palabra y estaba a cargo del grupo de Max. Todos en la clase estaban "atentos", pero como sabes Kendra es de las chicas que nunca se quedan calladas cuando algo no le parece y ese día dijo: "Por qué no adornan su salón como esta en mi escuela, ver un salón lindo me hace querer regresar y aprender todos los días". Te imaginaras mi sorpresa al oír ese tipo de pensamiento y palabras de una niña que iba al kínder.

Sonrió un poco, como dije, ella siempre ha sido la madura desde pequeña.

―Pero creo que me he desviado de mis planes originales―dice el padre mirando a los ojos―. ¿Qué te trae a la casa de Dios? Tiene mucho que no vienes y quiero saber que te inquieta tanto.

Por unos instantes juego con las correas de mi mochila pero si quiero conseguir respuestas y tranquilidad debo hablar con una persona de confianza, y que mejor persona que un siervo fiel del señor.

Respiro profundamente y en voz baja digo:

―Me da mucho miedo perder a Kendra―el padre Jazhiel me mira con expresión adolorida―, todos los que la conocen tienen miedo de perderla pero a mí me afecta demasiado la idea de que me deje.

"Hemos sido amigos por demasiados años y quizá para muchos no cuente el año que ella se fue sin despedirse o estos meses que ella ha estado en coma... Pero para mí, cada instante en el que ella estuvo y no estuvo cuenta demasiado.

"Muchos no conocieron a la niña que yo conocí y cuando dijo que nadie en que nadie la conocía, me refiero a tantas maneras y me arrepiento de haber fingido que no recuerdo nada de algo que tuvimos.

―¿Algo que tuvieron? ¿Ese algo es lo que realmente te atormenta? ―pregunta lleno de curiosidad.

Es ahora o nunca, tengo que sacar este secreto de mi corazón porque día con día me destruye.

Lágrimas de rabia salen de mis ojos y aprieto con fuerza mis manos que están cerradas en puños, las aprieto con tanta fuerza que me encierro mis uñas en las palmas.

―En una fiesta me emborrache demasiado, yo no podía caminar y Kendra se preocupó de que no llegara a casa. Ella se ofreció a llevarme y le dije que no había necesitad pero siempre ha sido tan terca.

"Me llevo a casa, estaba tan preocupada de que algo malo me pasara que bebí más de la cuenta. Ella siempre cuido de mí y yo solo me encargue de destruirle la vida...

―Mateo, le estás dando muchas vueltas al problema porque no vas directo al grano―me pide el padre y por su tono de voz sé que ya lo preocupe por ponerle tantas trabas a la verdad pero tengo tanto miedo de que una vez que salga esta verdad de mis labios, nada me ayudara a volverla a ocultar y enterrar en lo más profundo de mi memoria―. Dime de una vez, ¿qué es lo que realmente te preocupa? ¿Qué es lo que atormenta tus pensamientos?

Cierro los ojos y las imágenes vienten a mi mente y antes de que las vuelva a encerrar en lo más oscuro de mi mente las grito con todas mis fuerzas:

―Yo le quite la inocencia a Kendra―digo entre sollozos―, ella se entregó a mi como mujer y después fingí no recordarlo. Mientras para ella fue una cosa, para mí fue otra.

El padre Jazhiel se me queda viendo atónito y sé porque razón. Esta sorprendido de lo que le dije y quién no lo estaría.

[Flashblack]

―Mateo, eres un pervertido―me grito Kendra cuando le dije que ya había tenido mi primera vez y que había sido con la chica más caliente de la secundaria―. No te han enseñado a que eso―siempre se refería al sexo con la palabra "eso" ―, se debe de hacer cuando estés casado o cuando de verdad ames a la persona, no simplemente por... estar de calenturiento.

No pude evitar reírme de sus palabras tan absurdas, porque tenía que ser tan delicada con el tema. Era algo normal que los adolescentes querían experimentar y ella se podía como loca cuando alguien comenzaba a hablar del tema.

A la mayoría de los chicos le gustaba molestar a Kendra con palabras en doble sentido porque no entendía nada, claro, cuando yo escuchaba que se estaban pasando de la raya les daba unos buenos golpes para que no se pasaran de listo.

En muchas ocasiones varios chicos se le insinuaron a Kendra pero como yo le había dicho las cosas que hacían los chicos cuando querían sexo, ella se apartaba de esos chicos antes de que intentaran algo contra ella.

―No sé porque te pones como loquita―le dije con una sonrisa de oreja a oreja―. Tú también un día de estos lo harás.

Ella soltó un bufido y siguió comiendo su emparedado de maní.

―Además, yo sé que algún día pasare eso―su tono de voz era bajo y mientras hablaba sus mejillas se iban sonrojando―. Pero yo esperare hasta encontrar a la persona que de verdad ame y a que yo tenga dieciocho años, de esa manera yo me haría responsable de lo que hago. También porque yo quiero que sea como se dice―fruncí el ceño y ella se sonrojo más―. Yo quiero que mi primera vez sea "hacer el amor", no simple sexo de una noche.

"La persona que duerma con otra pensando que solo es sexo, es un monstruo. Porque cuando una persona se entrega a otra lo hace por amor, de allí viene el nombre.

En su mente, Kendra siempre pensó como sería su vida. Imagino cada detalle de ella y siempre trataba de llevarla como la tenía marcada, cuando algo que ella no había tomado en cuenta aparecía, trataba de buscarle una solución que no afectara sus demás planes.

Era increíble que hasta para tener intimidad con alguien más tuviera sus razones para llegar a tanto.

―Mejor deja de soñar―le informe entre risas―. Créeme que cuando se te presente la oportunidad, te das a olvidar de tus estúpidos pensamientos.

Molesta se paró de su asiento, me aventó un pedazo de pan y salió de la cafetería.

[Fin de Flashblack]

―Para ella lo que hubo entre nosotros ese día fue hacer el amor―confieso entre lágrimas―. Ella me dijo te amo cuando estábamos en mi cama, escucharla decir esas palabras me aterro porque deseaba oírlas pero me entro miedo.

"Solo estuvimos juntos una noche y yo lo arruine...

El padre me toca el hombre y alzo la cabeza para encontrarme con su mirada.

―Te asustaste porque la amas o porque la amabas―dice tranquilamente y no puedo evitar sorprenderme, en su mirada no encuentro molestia.

Debo admitir que cuando esas palabras salieron de mi boca, tenía miedo de que me juzgara y me dijera que era un hijo del mal por llevar a Kendra al mundo del pecado. Vale, quizá este exagerando pero me imagine otro tipo de reacción en él.

―La amaba―contesto cansado―, sé que mi forma de actuar fue lo que arruino todo. Ella creyó que no lo recordaba, fui un idiota por dejarla creer eso... Me arrepiento todos los días de haber fingido y me culpo todos los días porque por mí, ella está en el hospital.

―Tus padres siempre que vienen a misa me dicen que te culpas y yo sé que nos es tu cumpla, ni siquiera es la culpa del chico que provoco toda esa pelea entre ustedes.

"Cuando era más joven, culpaba a todo el mundo por las desgracias que azotaron mi vida―él suelta una risita―. Culpaba a Dios por mis males pero conforme fui creciendo, entendí que todo lo que viví eran pruebas que mi señor me puso para saber volverme más fuerte y llenar una vida digna de él.

"¿No te has puesto a pensar que esto puede ser una prueba para ti y Kendra? Qué la vida quiere saber si su amistad vale la pena.

***************SECRETAMENTE TUYA***************

Las palabras del padre Jazhiel no dejaban de darme vuelta en la cabeza. Puede que él estuviera en la razón, todo este dolor era para que Kendra y yo nos volviéramos más fuertes, para descubrir si nuestra relación tenía un futuro.

En el pasado vivimos pruebas difíciles que estuvieron a punto de romper nuestra amistad. Cuando teníamos quince todo mundo decía que Kendra y yo compartíamos la misma cama, que nos juntábamos mucho en mi casa para drogarnos y todo ese tipo de chismes que inventa la gente sin viva social.

Hemos sobrevivido a muchas cosas juntos y es hora de que sobrevivamos a lo más importante que se interpuso en nuestra amistad. Es hora de demostrar que el amor que existe entre nosotros es más fuerte que todo y que podemos ser felices, siendo algo más que amigos.

Puede que hace unos meses el amor que le tenía a Kendra estuviera encerrado pero reconocer que yo también la ame, ha logrado abrir un poco la puerta e intentare que día con día ese amor hacia mi amiga, crezca tan alto como las montañas.

A todo mundo le mostraré, que el chico malo, el chico que siempre cambiaba de novia así como cambiaba de calcetines, puedes tener una novia a la que ama con todo su corazón. Ahora solo tenía que demostrarles a mis padres, a los señores Guzmán y a todo el mundo, que yo era merecedor del corazón de Kendra.

No sé cómo pude ser tan idiota en el pasado y dejar que el amor de mi vida se alejara de mí. Es momento de reparar mis errores, es momento de cambiar y ser una mejor persona.

Lleno de alegría y buenos propósitos, introduzco la llave de mi casa en la cerradura. Antes de que pueda darle la vuelva para entrar, la puerta se abre de golpe y veo a Dana. Mi hermana siempre ha sido hermosa pero esta noche la mujer más bella de mundo se quedaría corta a su lado.

― ¿Por qué tan arreglados? ―pregunto cuando entro a la sala y veo que mis padres también están bien vestidos― ¿Tienen alguna cena?

―Tenemos―responde mi hermana―. Será mejor que te apures porque si no llegaremos tarde y he esperado mucho tiempo para que este día llegara.

La miro frunciendo el ceño pero ella no me presta atención alguna, mira a mis padres que solo niegan con la cabeza.

Dana me toma de la mano y me hace subir corriendo las escaleras. Cuando ella está entusiasmada por algo y toda la familia tiene que estar presente, tienes que estar listo a la velocidad de la luz, o sino no vuelves a ver otro amanecer.

Se detiene ante la puerta de mi habitación, la abre con rapidez.

―Tienes media hora para estar listo―me informa con una gran sonrisa―. Como verás en tu cama deje la ropa que te pondrás, así que apúrate.

Dicho eso, me empuja para que entre y cuando estoy dentro, se va dando saltitos. Sí, el día de hoy mi hermana se tomó una de sus pastillas de locura temporal.

La verdad, me tomo mi tiempo en la ducha. No puedo negar que me encanta hacer enojar a mi hermana cuando tiene prisa, es divertido escuchar sus amenazas. Cuando salgo del baño, Dana está sentada en mi cama con cara de pocos amigos y yo trato de contener la risa.

― ¡Cuarenta minutos! ―grita enfadada―. ¡Cuarenta minutos te tardaste bañando! Apúrate, si algo no sale como lo planee, te juro que pateare el trasero.

Listo, esa frase acaba de hace que me rompa en carcajadas. Dana se levanta molesta de mi cama, avanza a grandes calzadas hasta la puerta y la cierra de un portado.

―Mateo, date prisa―grita mi madre desde algún lugar del piso interior.

¿Quién hubiera dicho que esta noche sería la fiesta de compromiso de mi hermana? Y yo no estaba ni enterado, con razón estaba como ogro cuando me tarde. Al parecer esta fiesta ya estaba planeada para esta fecha, lo que escuche mientras veníamos de camino, es que mi hermana y Gustavo, estuvieron aplazando la fecha para ver si Kendra despertaba y ella estuviera presente en este día tan especial.

Dana, quería esperar un poco más pero Gustavo y mis padres le dijeron que era momento de celebrar algo que desearon por años, y que además Kendra no se molestaría por eso. Que el día que Dana y Gustavo fueran a verla al hospital y le dieran la buena noticia, ella tendría un motivo más para despertar.

También escuche que Kendra tenía tres razones para despertar y cuando la tercera salió a la plática mis padres fulminaron con la mirada a Dana, y a ciencia cierta no sé qué tercer motivo sea ese. Lo único que sé es que no descansare hasta saber que esconden las cartas de mi amiga, algo un mi interior me dice que allí encontrare todas las respuestas que deseo escuchar.

―Sabes que esto ya lo veíamos venir desde hace muchos años―contenta Cara, una de las mejores amigas de mi hermana con entusiasmo―. Tuviera sido un crimen pasional si no se fueran a casar.

"Están destinados a estar el uno con el otro. Ojala algún día no muy lejano llegue mi príncipe azul. Aunque, aún estoy esperando que Mateo me diga que sí.

No puedo evitar soltar una carcajada. Esta chica no se da por vencida, debo admitir que fue mi culpa que se obsesionara conmigo. Por más de siete meses fue mi chica de consuelo, cuando Lina me decía que no quería dormir conmigo, iba y buscaba a Cara.

Cara es una chica hermosísima, no lo puedo negar. Cualquiera estaría feliz de estar con ella, es divertida y una persona fiel, simplemente que ella no es el tipo de persona que me complementa.... ella no es Kendra.

Quizá tarde mucho tiempo en darme cuenta, como dicen, tuve que pasar por muchas ranas para encontrar a mi bella princesa. Estoy feliz de saber y comprender que el amor de mi vida, siempre estuvo conmigo a pesar de haber sido un idiota por años.

―Lo siento, Cara―digo con una sonrisa sincera―. Pero yo estoy esperando que Kendra despierte para hacer mi vida con ella―todos los amigos que nos rodean a Dana, Gustavo y a mí, me miran con sorpresa.

―Veo que ya te diste cuenta del tesoro en tenía en frente―suelta Cara con alegría, yo levanto un ceja―. ¡Vamos, Mateo! Crees de verdad que nadie sabía del amor que sentían el uno por el otro.

"Ese papel que siempre te tomaste la molestia de crear.

―¿Qué papel? ―pregunto curioso.

Es increíble para mi ver como todos notaban que Kendra sentía algo por mí y yo nunca me di cuenta, bueno, puede que si me diera cuenta. Sé que por mucho tiempo yo mismo me engañe para evitarme un dolor futuro, por si lo nuestro no funcionaba.

Pero lo que me sorprende es que Cara se lo pone tan bien, ella ha estado tras de mí y cuando estoy con otro chica, casi se le lanza para casarle los ojos.

―De plano eras más ciego que un murciélago―dice entre risas Cara―. Tu siempre hacías el papel de: ella me ama pero yo a ella no.

"En una frase que mi hermano solía decir antes de encontrar al amor de su vida: para mí fue una cosa, para ella otra.

Mi sonrisa se hace más grande, es fabuloso cuando otras personas sin querer dicen cosas que tu pensaste o dijiste horas antes. Aunque, escuchar que otras personas han dicho o pensado la misma frase que yo, en cierta manera me hacen darme cuenta de que muchas más personas han pasado por algo similar a lo mío.

―Todos notábamos como te resistías por caer en los encantos de Kendra y era divertido para nosotros―la voz de Gustavo suena llena de emoción―. Dana y yo fuimos testigos de innumerables veces en las que la deseaste besar y al fin te arrepentías.

***************SECRETAMENTE TUYA***************

Por más de una hora mi relación con Kendra fue el tema de conversación, fue tan vergonzoso enterarme que muchos esperaban mi boda con ella, como habían esperado por años el compromiso de Dana y Gustavo. Me sentía increíblemente feliz de que mi amor por ella fue tan notable en estos momentos.

También pase una hora platicando con los señores Guzmán, ellos me contaron que muchas veces imaginaron este día pero no solo como la fiesta de compromiso de su hijo y mi hermana, sino como la fiesta de compromiso donde nuestras familias se unirían doblemente. Debo decir que llore cuando los oí decir eso, jamás imagine que me tuvieran tanta estima y que desearan que su hija y yo estuviéramos unidos de por vida. Mis padres también se unieron a la conversación y me felicitaron por querer tener un futuro con la chica que me ama más que a nada.

Fue tanta mi felicidad al escuchar decir tantas hermosas palabras y tan buenos deseos para mi futura relación con la que una vez fue mi mejor amiga―no digo que fue por mala onda, es solo que ya no puedo pensar en ella como mi mejor amiga. Ahora solo puedo pensar en ella como el amor de mi vida―, que ante todos en la fiesta, grite que en cuanto Kendra despertara, habría otra fiesta de compromiso y que sería la nuestra.

Al decir esas palabras ante muchas personas mi corazón latió con rapidez, lleno de emoción con la simple idea de estar parado ante muchas personas y decir que Kendra era mi prometida.

Mirar a mi hermana tan feliz, bailando con el amor de su vida me hace imaginarme el futuro que me espera cuando Kendra despierte y le diga que la amo. No puedo dejar de imaginarme su sonrisa cuando le pida matrimonio, cuando hagamos una familia...

Podríamos comprar esa casa en la playa que le gusto en uno de los viajes que hicimos con nuestros padres, casarnos a la orilla del mar porque ese siempre ha sido su sueño. Tener nuestra luna de miel en Paris, la ciudad del amor.

Vale, me estoy yendo muy lejos pero mi mente no puede dejar de imaginarse un futuro con ella. Todo un mundo que jamás imagine para mí, se está representando detrás de mis parpados cada vez que los cierro y solamente con pensar en ella.

Simplemente no entiendo cómo pude ser tan estúpido y no darme cuenta del amor que le tenía antes de que fuera demasiado tarde. Ella era mi otra mitad, nos complementamos mutuamente.

Kendra siempre ha sido responsable, fiel, alegre, generosa y un excelente ser humano. Y yo por el contrario, soy infiel, peleonero, un patán. Si nos pusieran en una máquina para demostrar nuestra compatibilidad, las pruebas demostrarían que estamos hechos el único para el otro. Ella es la parte buena del ser y yo la mala, hacemos un gran equipo. Somos el ying y yang de nuestras familias.

No puedo evitar reírme de mis propios pensamientos.

―¿De qué ríes, amigo mío? ―pregunta una voz que reconozco muy bien y que con solo escuchar me da ganas de permitir que mi lado primitivo se abalance sobre su cuerpo y darle unas patadas en el culo.

Me giro un poco y lo veo, está sentado en las escaleras del jardín fumando un cigarrillo. No puedo creer que este pedazo de mierda este aquí.

―Que mierda haces aquí, idiota―le grito con enfado a Carlos.

Ese estúpido no tiene derecho a pisar este lugar, no tiene derecho a acercarse a mí. Este hijo de toda su....

Respira profundo, me digo a mí mismo. Jure cambiar, demostrar que soy digno del amor de Kendra y mi cambio debe empezar interiormente. Tengo que dejar de pensar y decir groserías. Debo ser una persona modelo, tengo que ser un buen hombre.

Hacemos esto por Kendra, me digo a mi mismo una y otra vez.

―Estoy aquí porque tengo algo que decirte―contesta como si nada―. ¿Sabes que escuche tu plática con el padre Jazhiel? ―Tranquilo, tranquilo. Este idiota lo que desea es que le rompa la cara, como se la debí romper el día que provoco la pelea entre Kendra y yo.

Lo miro con rabia y él sonríe ampliamente. Este pedazo de mierda tiene que largarse antes de que le parta todo lo que se llama cara y lo mande a vivir bajo tierra.

―Me vio tanta ternura escuchar que creías que eras el hombre que le quito la inocencia a Kendra―suelta cuando ve que yo no diré nada pero aun no puedo hablar, sus palabras me toman desprevenido. No creas en nada que sale de su boca, me dijo una y otra y otra vez―. El primer chico con el que estuvo íntimamente fue conmigo, porque diablos crees que quería que te estuvieras alejado de ella.

Está mintiendo, no creas en sus palabras. Intento bloquear mi cerebro, no puedo permitir que sus palabras lleguen a lo más recóndito de mi mente y comience a crearse cosas que no son.

Kendra no sería la suficientemente tonta como para liarse con Carlos. Ella siempre lo ha odiado, por años le ha echado la culpa de mi comportamiento rebelde. Jamás soportaba estar en la misma habitación que él ni dos segundos, ignoraba sus palabras, le decía que era un idiota.

Ella no me haría eso... Ella no sería jamás de traicionarme con el que una vez fue mi mejor amigo...

―Veo cómo te debates por dentro, Mateo―su estúpida voz está llena de felicidad, él sabe que sus palabras me están molestando y aun así sigue hablando―. Y por tu expresión deduzco que no te haces a la idea porque ella siempre me ha odiado pero tú conoces como son las chicas con unas copas de más.

"¿A cuántas chicas te llevaste a la cama por eso? Lo mismo pasó entre ella y yo―suelta una carcajada―. Claro, al día siguiente se puso como histérica al ver que había dormido conmigo y me suplico que no hablara de lo sucedido.

¡BINGO! Este idiota ya había perdido su mentira, él jamás se quedaba callado cuando dormía con una chica. Carlos es de los que les gusta presumir su noche de pasión.

Jamás se quedaría callado y muchos menos si logro dormir con la chica con la que casi todos los chicos querían estar.

Él es de los que hablan sin importarle las consecuencias. Lo atrape en su mentira.

―No crees que si eso fuera verdad, toda la escuela a esta altura sabría que estuviste con ella.

"Creí que eras mejor inventando historias, Carlos―digo entre risas―. Tu solo arruinaste tu mentira, has perdido el toque desde que no vas a la escuela y ¿por qué no vas? Ha espera, te expulsaron después de casi matar a Simón luego de haberte sacado la verdad a golpes.

Mis palabras logran afectarlo, se levanta de golpe y a la velocidad de la luz esta frente a mí. Veo como la rabia está presente en su mirada. Esto es lo que deseaba desde un principio, que me revelara.

Por años alardeo de que era el único chico de su grupito que lo respetaba, que yo le era tan fiel como un perro callejero al que se le da de comer por primera vez. Pues es chico que se dejaba manipular por sus palabras ha muerto desde que Kendra salió de mi vida.

―Ella no era la blanca paloma que tú crees―escupe las palabras como si fueran acido―. Estoy tan seguro de que jamás mantuvo contacto contigo cuando se fue de aquí―¿cómo sabe eso? Quizá tenga razón, ella y yo no estuvimos en contacto cuando se fue pero aun así...―. También estoy muy seguro de que no sabes la razón por la que se fue y te digo algo, yo sí sé el motivo por el que se fue y jamás te lo diré.

"Te dejare sufrir como a un maldito perro hasta que me supliques perdón―me amenaza―. Y créeme, estoy seguro que cuando sepas la verdad, la odiaras tanto que desearas jamás haberla conocido.

"Cuando sepas lo que te ha ocultado, serás tú quien la mande a la tumba―Respira, no dejes que sus estúpidas palabras te afecten. Él no te conoce realmente, solo te quiere provocar. Tranquilo―. Eres impulsivo, Mateo. Estoy seguro que el día que sepas todo la mataras a golpes.

Sin pensarlo dos veces, lo tomo por el cuello y lo acorralo en la esquina de las escaleras. Aprieto mi agarre en su cuello, no mucho, solo lo suficiente para que pueda hablar. Él coloca sus manos sobre mis muñecas para intentar soltarse pero de los dos, yo soy el más fuerte.

―¿Qué es lo que saber pedazo de mierda? ―mi cuerpo está temblando, este idiota tiene que hablar antes de que lo mande al hospital.

Carlos comienza a reír escandalosamente, por suerte la música esta lo bastante alto como que los invitados escuchen algo de esto.

―Nunca te lo diré―responde orgulloso―. Voy a dejar que sufras por el resto de tu maldita vida y créeme que me haría muy feliz que Kendra jamás despertara, de esa manera nunca te enteraras porque se fue.

"Lo único que te diré, es que fue TU CULPA, que ella decidiera irse cuando se presentó la oportunidad.

Ya no puedo más, este bastardo tiene que hablar aunque sea a base de golpes, tiene que decirme el motivo por que Kendra me dejo. Tengo que saber que le hice para que ella se fuera y no quisiera saber de mí.

Le suelto un puñetazo en el rostro con todas mis fuerzas y lo dejo caer al suelo. Tiene que hablar, de una u otra manera. Juro que lo haré hablar.

―¿Dime qué demonios sabes?

Mi cuerpo aun tiembla, es tanta mi rabia que abro y cierro mis manos para tratar de controlarme. Tengo que dejar de ser un peleonero. Tengo que dejar mi mala vida atrás, por Kendra, por la familia que deseo formar con ella. Por los bebés que deseo que lleven mi sangre y la de ella.

Contrólate, mi voz razonable es la que habla en estos momentos.

―Jamás te lo diré―escupe un poco de sangre al momento de abrir la boca―. Si ella no te lo quiso decir, porque demonios de lo diría yo.

Este idiota está jugando con fuego y no sabe que se puede quemar. Si eso es lo que desea, se quemara esta misma noche.

Me abalanzó sobre él y le propino golpe tras golpe en el rostro. Él mete sus manos para cubrirse, algunos golpes si logra esquivar, otros me los regresa.

Con un movimiento que no vi venir, Carlos me hace girar y se coloca a horcadas sobre mí y me comienza a golpear de la misma manera en la que yo lo hice momentos antes.

Ambos éramos buenos en las peleas, por años nuestra amistad había sido verdadera y nos conocíamos tan bien, que sabíamos cómo pensaba el otro en el momento de pelear. Él conocía todos mis movimientos y yo los de él.

De un momento a otro, nos encontrábamos rodeados de personas, alguien intentaba quitarme a Carlos de encima, pero él logro golpear al sujeto y siguió concentrado en mí.

―Kendra jamás tuvo que ser tuya―grita con furia mientras me suelta un golpe en la nariz, siento un líquido caliente salir de ella y la ira explota dentro de mí. Lo empujo lo más fuerte que puedo y logro quitármelo de encima.

Rápidamente me pongo de pie, él hace lo mismo y nuestra pelea continua.

―Ella siempre fue mía―respondo molesto y mi lado primitivo tiene ganas de golpearle el cuello a este infeliz que grito que Kendra nunca tuvo que ser mía―. Siempre será mía porque nacimos para estar el uno con el otro.

Me suelta un golpe en el abdomen con todas sus fuerzas, que el aire se me escapa de los pulmones. Aprovecha ese momento y me golpea nuevamente en el rostro.

Nuestros golpes los dirigimos con fuerza, bloqueamos con habilidad y nos movemos como si estuviéramos bailando, solamente que este es un baile donde el mejor podría salir ileso y con su dignidad en alto.

Y ese campeón tengo que ser yo.

― ¡Basta, Mateo! ―grita Dana desde algún punto del jardín. Por su tono entrecortado, deduzco que está llorando pero en estos momentos no me importa.

Lo único que importa es dejarle bien en claro a este infeliz que el único dueño de Kendra soy yo, que nadie me la da a quitar.

¡NADIE!

Con destreza esquivo su golpe, le tomo ambas manos con una mía y lo empujo con todas mis fuerzas a un lado. Es tanta mi fuerza, que Carlos retrocede varios pasos.

Es tan tanta mi fuerza que al retroceder Carlos, no recupera el equilibrio y cae hacía atrás. Es tanta mi fuerza que al caer, se golpea en la cabeza con la punta de la escalera.

Es tan tanta mi fuerza, mi estupidez, mi enojo... que el chico que uno vez fue mi amigo, esta tirado en estos momentos en el jardín con un charco de sangre rodeando su cabeza.

Continue Reading

You'll Also Like

483K 57.2K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
69.5K 2.3K 43
Mi vida es una auténtica mierda. O eso pensaba, eso pensaba antes de conocer a ese chico.... En cuanto lo ví... Afirmé que mi vida era una mierda.Per...
109K 6.1K 162
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...