Rápidamente, Ryuunosuke notó que Rita y Shiina tenían una relación sumamente estrecha, todavía más de lo que él pensaba. Sintió incluso un poco de celos de Mashiro, por todo lo que Rita era capaz de compartir con ella.
Rita en estos momentos, tal y como le había manifestado, era su amiga más cercana. No existía nadie en la vida con quien él pudiera compartir más; pero al parecer, no era una sensación recíproca. Rita parecía sentirse mucho más en confianza con Mashiro, pero no podía culparla. Habían sido amigas toda la vida.
Lo increíble era, que Mashiro también comunicaba bastante de sí a través de los mensajes. Siempre le pareció que Shiina era una persona que no podía comprender bien las situaciones en las que se encontraba, pero ahora había notado que no era exactamente así. Ella parecía también notar la relación estrecha que Sorata mantenía con Nanami, y pese a todo el cariño que sentía por Aoyama, mencionó en varias ocasiones sentirse mal por esto. "Así que Shiina está celosa", se dijo mientras comenzó a buscar su nombre en la conversación, para ver qué se hablaba de él.
Al encontrar su nombre, no pudo evitar sentirse sorprendido. Rita parecía hablar bien de él en todo momento. Esto le pareció inesperado. Habría supuesto, que si ella tenía la oportunidad de expresarse o desahogarse con una amiga, quizás le echaría la culpa por lo frío que él a veces era con ella, pero para su sorpresa, todos los calificativos que usaba hacia su persona eran positivos.
Leyó su propio nombre en varias oportunidades, y comenzó a sonrojarse por las cosas que poco a poco iban apareciendo. Rita en más de una ocasión se refirió a él como alguien "tierno"... No podía comprender, cómo Rita podía encontrarlo tierno a pesar de la crueldad y frialdad que constantemente lo caracterizaban... "Ha de estar loca", pensó y de pronto, el celular fue retirado de sus manos.
Frente a él se encontraba Mashiro, mirándolo de la misma forma inexpresiva de siempre.
— Mi celular...
— ¡Ah! S-sí... Bueno, ya lo tienes... — esquivó la vista un poco sonrojado debido a que había sido descubierto en pleno acto de espionaje.
Shiina observó su celular un momento, viendo la conversación de whatsapp y luego volvió la vista a Ryuunosuke
— No deberías leer conversaciones ajenas...
— ¡N-no estaba leyéndolas! — respondió exaltado y nervioso, todavía sumamente ruborizado — es que Rita acaba de cortar, es todo...
— Chismoso.
— ¡¿Qué dijiste?! — Ryuunosuke respondió molesto, pero ella simplemente se alejó y volvió a entrar en su cuarto.
Ryuunosuke exhaló un suspiro y volvió a encerrarse en su cuarto también.
El resto del domingo, transcurrió como cualquier fin de semana. Ryuunosuke estuvo programando en su cuarto durante toda la tarde, pero pensando constantemente en la conversación que había leído entre Mashiro y Rita. Era una lástima no haber podido leer un poco más...
Quizás Mashiro podría saber las razones por las que Rita había decidido alejarse de él... Sí, probablemente todos los secretos que Rita guardaba se encontraban ocultos en aquella conversación... ¡Si tan solo pudiera leerla!
Aunque... en realidad las probabilidades de leer la conversación eran altas... ¡Después de todo él era un programador! Pero, ¿sería capaz de hacer algo como eso? No era correcto, pero la posibilidad estaba tan al alcance, que le parecía irresistiblemente tentador.
Además, no era nada que no hubiese hecho antes; hackear era una de sus especialidades. Bastaba con crear un programa que le permitiera acceder a las conversaciones que Rita y Mashiro tuvieran. Eso no era algo tan difícil de conseguir, pero para eso, debía en primer lugar adquirir el número de teléfono de Mashiro. Eso le facilitaría bastante las cosas.
Notó que Sorata se encontraba disponible, pero quizás sería un riesgo preguntarle el número a él. En realidad, a Kanda ya lo tenía hackeado, así que el asunto era pan comido.
No le costó demasiado obtener el número de teléfono de Mashiro, bastó con preguntárselo a Maid-chan una vez que ella hiciera un registro por el celular de Sorata.
— Ya está — murmuró Ryuunosuke esbozando una notoria sonrisa de seguridad, mientras observaba el acceso que tenía, a las conversaciones del whatsapp de Mashiro desde su propio celular — ¡Fue más fácil de lo que pensé! — rió de forma maliciosa.
— Ryuunosuke- sama... me está asustando, ¿qué es lo que piensa hacer? — preguntó Maid-chan preocupada por la expresión casi extasiada de Ryuunosuke en su rostro, tras haber conseguido con éxito la clave de su plan maestro.
— Ejem... — se calmó un poco y dejó de reír, volviendo en sí y sonrojándose un momento — Nada, simplemente... le echaré un vistazo a las conversaciones de Shiina y la ex-aprovechadora... — Ryuunosuke miró de reojo el rostro no muy contento de Maid-chan, y decidió continuar hablando — No logarás hacerme cambiar de parecer. Es tarde para arrepentirme, ya está hackeada... Además, debes mantener esta información en secreto.
— Como usted diga, Ryuunosuke-sama — contestó Maid, renegando la idea de desafiar su autoridad.
Ryuunosuke no sabía por dónde comenzar. Estuvo retrocediendo en las conversaciones de ambas un largo rato, intentando encontrar una fecha un poco más lejana; de hace uno o dos meses atrás. Ahora, su mayor prioridad era descubrir el secreto que -como estaba seguro-, Rita le estaba ocultando.
Era difícil encontrar algo relacionado. Mientras más atrás iba en la conversación, los audios de Rita se hacían más y más frecuentes, llegando a un punto en el que Rita prácticamente sólo enviaba audios, así que debía irlos reproduciendo para guiarse en la conversación.
De pronto, le pareció encontrar algo afín a lo que buscaba, yendo unas cuatro semanas atrás en la conversación....
— ¿Cómo has seguido? — le había escrito Shiina a Rita.
— Mashiro, de verdad no quiero hablar más de eso — Rita había contestado en un tono de angustia.
— Lo siento.
Lamentablemente, eso no le decía suficiente. Continuó retrocediendo y encontró algo un poco más llamativo. Habían hablado de él.
— Y ¿has visto a Ryuunosuke? — había preguntado Rita.
— No sale de su habitación.
— ¿De verdad?
— Sí, lleva algunos días encerrado.
— ¿Por qué? Me preocupa.
— Sorata dice que es porque te extraña.
Ryuunosuke se sonrojó un poco avergonzado... Qué hablador era Sorata.
— Jaja... la verdad no lo creo — respondió Rita. Su risa se escuchaba triste y forzada.
— ¿Por qué?
— No sé, a veces siento que yo sólo lo molesto.
— No creo que sea verdad.
— Sólo estás intentando animarme porque eres mi amiga. Gracias, pero sé que sueña con deshacerse de mí — la voz de Rita casi se quiebra al decir esto último. Ryuunosuke se sintió pésimo al escucharla.
— Rita...
— ¿Qué pasa?
— Estás triste.
— Jaja... Supongo que sí... — la voz de Rita una vez más se escuchaba forzada.
— Por eso estás diciendo esas cosas.
— Es probable.
— ¿Por qué no lo llamas?
— Claro que no. No quiero que nadie se entere — parecía estar preocupada y ansiosa — Recuerda, Mashiro. No debes decirle a nadie.
— Lo sé.
¿Decir qué cosa? Todavía no lo comprendía... La conversación le parecía un poco confusa.
— No quiero que él me tenga lástima — agregó Rita — No lo soportaría.
— Iré a verte este fin de semana.
— No, gracias. Prefiero estar sola.
— Pero Rita... tú querías que me devolviera a Inglaterra.
— Sí, pero no a visitarme. Si lo haces se enterarán. Por favor, júrame que no vendrás — sus últimas palabras se escucharon como un mandato.
— Quizás vaya.
— No quiero que me veas así, por favor Mashiro — el tono de Rita se volvió de pronto exaltado, preocupado... suplicante.
— Está bien, no iré ahora. Pero de todos modos iré en algún otro momento.
Después de eso, Rita no respondió y volvieron a conversar otro día, de otros temas.
Ryuunosuke podía hacerse una mejor idea de la situación en la que Rita se encontraba. Probablemente algo le había ocurrido. Algo que... ¿comprometía su salud?
Lamentablemente, esta hipótesis había cobrado mucho sentido para él.