Comenzando De Nuevo ©

Autorstwa MarianB04

231K 14K 501

•••BORRADOR••• Libro 1. Segundas Oportunidades. Damián y Valeria se enamoraron a primera vista. Unos cuantos... Więcej

1. Mi realidad.
2. Donde todo comenzó.
3.La playa.
4. Quiero, quiero hacerlo.
5. Celos y un te quiero.
6. Primer mes juntos.
7. Fuegos artificiales.
8. Te amo.
9. La fiesta.
10. Mía.
11. Pequeño olvido que puede cambiarlo todo.
12. Desconfianza.
13. Reconciliación.
14. Una bendición.
15. Todo estará bien.
16. El principio de una vida juntos.
17. Sí, quiero casarme contigo.
18. Un sueño...
19. Promesas.
20. El mejor día de nuestras vidas.
21. Melanie.
22. Accidente.
23. ¿Quién soy?
24. No pierdas la fe.
25. Mi ancla.
26. Nube de humo.
27. Lobo con piel de cordero.
28. Te creen muerta.
29. Penetrantes ojos azules.
30. Un milagro.
31. Una familia, mi familia.
33. La decisión.
34. Let her go.
35. Divorcio.
36. Mi hogar.
37. Comenzando de nuevo.
38. Cerrando círculos.
39. Ella, siempre ella.
Epílogo: Nuestra vida, un sueño.
Especial de Navidad
Historia de Iker y Estefanía
Volver a ti
Fuerza México e Islas del Caribe!!

32. Secuencia fotográfica.

5.1K 347 11
Autorstwa MarianB04


Photograph-Ed Sheeran

Cuando volvimos al hotel, costo mucho separarme de Mel, me sentía aprehensiva a ella y ni que decir de mi pequeña, quería venir conmigo. Nadie hablo en el auto, todos estaban dándome el espacio que necesitaba para procesar todo lo vivido en las últimas horas, nunca esperé nada de lo sucedido, era lo último que hubiera imaginado.

Suspire, recordando a Mel, mi pequeña... aún me costaba hacerme a la idea de que era madre, pero definitivamente era algo maravilloso. Aún me sentía culpable por haberla olvidado, pero estaba dispuesta a recuperar el tiempo perdido, a no dejar pasar ni un momento más lejos de mi hija.

Todavía no decidía como me sentía respecto a Damián. Era innegable que algo en mí se removió al verlo, que mi corazón lo reconocía pero no estaba segura hasta qué punto era así, ni que sentía por él y por Martín... tenía que aclarar mis sentimientos antes de tomar cualquier decisión.

—¿Estás bien? —Preguntó mamá cuando iba a entrar a mi habitación.

—Sí... eso creo. Solo... no me esperaba nada de lo que sucedió—declaré. Sonrió con ternura y deposito un beso en mi frente.

—Lo sé, cielo y estoy orgullosa de ti por tomar las cosas con calma, realmente creímos que enloquecerías al enterarte—confiesa.

—¿Lo sabían cierto?

—Sí, pero no sabíamos cómo decirte y pensamos que lo mejor era que lo descubrieras por ti misma—interviene con calma papá. No estaba enojada con ellos, hicieron lo que creyeron era correcto y tal vez si me lo hubieran dicho antes del encuentro, hubiera entrado en pánico antes de tiempo.

—Estaré bien, solo necesito tiempo para acomodar todo en mi interior—murmure con más seguridad de la que realmente sentía.

—Te apoyaremos en lo que decidas y sabes que lo que necesites, estamos aquí para ti—dijo mamá antes de despedirse. Iker y Bruno me abrazaron sin decir palabra alguna y se retiraron a su habitación, dejándonos a Tadeo y a mí en la nuestra.

Tome un largo baño, dejando que me relajara lo suficiente para poder dormir, temía no poder hacerlo y era lo último que necesitaba ahora. Me negaba a usar los tranquilizantes. Podía manejar esto, era fuerte y tenía el apoyo de mi familia, familias me corregí, esto era lo que quería, encontrarme a mí misma.

Tadeo se había mostrado paciente, pero sabía que se estaba conteniendo para no acribillarme de preguntas, seguro mis padres lo amenazaron, pues lo conocían.

—Bien... pregunta, sé que te mueres por hacerlo—murmuré con diversión cuando estábamos los dos ya acostados. Sonrió y se levantó de su cama para acercarse a la mía.

—¿Puedo decir primero cuan feliz estoy de saber que tengo una sobrina? —Preguntó y no puede evitar soltar una pequeña carcajada ante sus palabras—, porque lo estoy, a mí tampoco me habían dicho nada y fue una maravillosa sorpresa.

—Lo sé, no me lo esperaba y estoy tan feliz como aterrada ¿verdad que es preciosa? —Cuestioné de forma soñadora.

—Mucho, no se parece tanto a ti pero definitivamente es tu hija, tiene algo en su mirada y en su sonrisa que no dejan ninguna duda al respecto—asegura y sonrío, si, no tenía rasgos míos tan definidos pero era mía, mi pequeña—. Y... ¿Cómo te sientes? —Preguntó después de un momento de silencio.

—No lo sé... estoy confundida, no esperaba nada de esto Tadeo, pensé que tenía una vida normal como cualquier joven...

—Pero tienes más que eso, hermanita, tienes una hermosa familia que te adora, un marido que, a mi parecer, te ama completamente y sufrió mucho tu ausencia, pero sobre todo, tienes una preciosa niña que necesita a su mamá...—tenía tanta razón, tenía mucho más de lo que algún día imaginé, era muy afortunada.

—Tengo un marido...—murmuré riendo con nerviosismo.

—Y estás pensando tener otro—dice, incapaz de contener el comentario. Tadeo fue el primero en reprobar mi compromiso con Martín, nunca estuvo de acuerdo, siempre dijo que tenía que esperar a encontrarme a mí misma y cuánta razón tenía, ahora estaba en una encrucijada que no sabía cómo iba a resolver.

—Te morías por decirlo, ¿cierto? —Intentaba evadir el tema, todavía no tenía una respuesta a eso.

—¿Para qué están los hermanos sino? —Dice con diversión, haciendo que rodara los ojos, por eso quería a mi hermano, sabía cómo sacarme una sonrisa—. Te diré algo, y te prometo que no tiene nada que ver con que no me agrade del todo Martín, pero de verdad creo que Damián es para ti. Si hubieras visto la manera en la que te miraba, y la preocupación en su rostro cuando te desmayaste... Dios, en verdad sufrió mucho tu ausencia, se nota a kilómetros que te ama, Valeria...—era la primera vez que me llamaba por ese nombre.

—¿Valeria? —Pregunté asombrada, le había salido tan natural, que por primera vez me sentí bien escuchando a alguien referirse a mí de ese modo.

—Te llamas así, esa eres tú y nada me gustaría más, que conocer a la persona que en realidad eres, porque aunque nos cueste reconocerlo, Elisa Ferrer, no existe y solo es una sombra de todo lo que hay dentro de ti, de todo lo que se ha mantenido oculto...—sus palabras calaron muy hondo, había tanta razón en ellas—. Mira, no había querido decir nada al respecto, pero una de las razones por las que nunca aprobé tu relación con Martín, es porque no sentía que estabas siendo honesta contigo misma. Te aferraste a él por las circunstancias, porque fue bueno y paciente contigo pero en el fondo, algo te decía que no era correcto y no lo niegues, porque...

—Lo quiero—dije con seguridad, interrumpiéndolo.

—Y no lo dudo, pero no lo amas, no podrías... hace un rato te dije que era evidente lo que Damián sentía por ti, pero también fue evidente la forma en como reaccionaste a él, como lo reconociste a pesar de no recordarlo...

—Estoy tan confundida—declaré con voz ahogada.

—Lo sé y es completamente normal. No voy a insistir más con esto, la decisión es tuya, tal vez me equivoca y si ames a Martín, no lo sé... pero por favor, prométeme que antes de tomar una decisión, te darás el tiempo de "conocer" —entrecomilló—a Damián, que te permitirás sentir y no huiras de ti misma...

—No voy a hacer eso—replique, no era una cobarde.

—Solo prométemelo—insistió y refunfuñando, acepté.

Dejo un beso en mi frente y salió de la habitación, excusándose de tener asuntos que hablar con Bruno, pero sabía que solo quería darme tiempo para reflexionar sobre sus palabras.

Y vaya que logró sembrar dudas, cosas que había dado por hecho.

¿Realmente amaba a Martín? Porque no podía preguntarme lo mismo respecto a Damián, solo lo he visto una vez y no creo que sea suficiente para aclarar mis sentimientos hacia él, Tadeo tenía razón en que debía "conocerlo". Pero con Martín es diferente, era todo lo que conocía y aunque estaba segura que lo quería, ¿lo amaba? Nunca me hice esa pregunta, ni siquiera cuando me pidió que me casara con él, de hecho, si era honesta conmigo, acepte porque era lo que creía querer y me brindaba seguridad ante mi incierto pasado. Sin embargo, todo es diferente ahora, no podía tomar una decisión a la ligera, había demasiados corazones en juego y uno en especial al que por nada del mundo, me gustaría romper, el de mi Mel, porque si resultaba que amaba a Martín y lo elegía, ella también saldría afectada.

Ni siquiera me había planteado como le diría a Martín lo que había descubierto, no estaba lista para hablar con él, por eso ignoré sus llamadas y solo le deje un mensaje diciéndole que estaba bien, que luego le contaba lo sucedió pues me encontraba agotada. Lo último que quería era lastimarlo, no a él, que ha sido tan bueno conmigo este tiempo y quien me ha dado momentos de felicidad.

No dormí mucho, pero si lo suficiente para recobrar fuerzas y enfrentarme de nuevo a mi pasado, a mi vida, a quien era realmente.

Cuando íbamos de camino a casa de mis padres, por supuesto estaba nerviosa, pero también emocionada por encontrarme con mi hija, quería tenerla en mis brazos y llenarla de besos. Era la única certeza que tenía en este momento, lo único que recibía con los brazos abiertos sin ninguna complicación de por medio.

Ni bien bajamos del auto, ya la puerta estaba abierta y Melanie en primera fila.

—¡Mami, mami! —Corrió hacia mi justo en el momento que abrí mis brazos para recibirla. Era tan bonita, y era mía, mi bebé.

—Hola preciosa—saludé, dejando varios besos en su cabello.

—Ven mami, quiero que veas el dibujo que te hice en el kindel—saludé a todos de pasada, pues Mel no me da tregua. Era un encanto.

—Ya la acaparó de nuevo—suelta con diversión Estefanía y todos ríen, incluyéndome.

—Es normal, acaba de recuperarla—dice la señora Susan, que ahora sabía, era la madre de Damián.

Este último se sentó a nuestro lado en el sillón y escuchaba conmigo todo lo que Mel decía, que era mucho, mi bebé era una parlanchina. Me era imposible no sonreír a sus palabras, a sus ademanes y sonrisas, ¿Cómo pude olvidar algo tan hermoso como ella? Si era una lucecita brillante que encandilaba a todos, incluso mis hermanos ya la adoran y solo han visto dos veces. Cuando se los presenté a Mel, los observó con curiosidad por largo rato para después pegarse a ellos, quienes le hacían fiesta a todo lo que decía o hacía.

Hable un momentos con todos, intentando tener algún recuerdo suyo y con Estefanía funcionó, pues mientras más la escuchaba, más imágenes juntas llegaban a mí, era mi mejor amiga y estaba feliz de recuperarla.

Ahora es cuando estaba segura que esto me hacía falta, estar cerca suyo para que todos estos recuerdos ocultos en mi memoria, surgieran como si de una secuencia fotográfica se tratara.

—¿Qué pasó? —Preguntó con curiosidad Teffi, cuando sonreí.

—Nada... solo... recordé cuando éramos niñas y nos escapábamos de nuestros padres para hablar con extranjeros en el club...—ni siquiera fui consciente de que tan precisas eran mis palabras.

—¿Tú... me recuerdas? —Sus ojos brillaron emocionados.

—Comienzo a hacerlo—sus brazos me envuelven ni bien termino de hablar.

—Y así irán llegando los demás...—escuche decir a papá, al parecer todos estaban pendientes de nosotras.

—Ojala...—murmuró Damián por lo bajo y solo Teffie y yo alcanzamos a escucharlo pues éramos las más cercanas a él.

Sabía que no debía presionarme, pero quería recordar todo lo vivido junto a ellos, lo que fue mi vida... estaba segura que eso me ayudaría a aclarar mejor mis sentimientos y tomar la decisión correcta. No sé qué esperaban de mí, si todos creían que iba a volver y retomar mi vida donde se quedó o si pensaban que me regresaría a España... nadie ha mencionada nada al respecto, ni siquiera mis hermanos, mis padres. Lo único que sabía era que no quería decepciona a nadie, mis verdaderos padres bastante han sufrido cuando creyeron que estaba muerta y mis padres adoptivos han hecho tanto por mí que no quisiera abandonarlos. Definitivamente había mucho en juego.

Pasamos los siguientes días junto a ellos, todos parecían llevarse bien y eso me alegraba muchísimo, mis dos familias reunidas, era un sueño. Mientras los observaba desde los columpios, donde estaba con Mel, sentía que había una posibilidad de que las cosas funcionaran, que mis dos mundos puedan coexistir uno con el otro... solo había un punto en ese maravilloso collage que no encajaba en ambas vidas, Damián. Todavía no tomaba una decisión al respecto, sin embargo cada momento a su lado ha sido increíble, ha intentado hacerme recordar porque estábamos juntos, porque lo había elegido, me estaba permitiendo conocerlo de nuevo y no había absolutamente nada que me desagradara de él, nada. Por el contrario, con cada momento que pasaba a su lado, mi corazón se aceleraba y gritaba que era él, que no tenía nada que pensar... pero no era tan sencillo, cuando hablaba con Martín, a quién aún no he podido contarle nada, dudaba.

**

Llevábamos casi una semana ahí, me sentía ya cómoda y en confianza con mi familia, ya me sentía parte de ellos nuevamente. Eso fue tan sencillo. También fueron increíbles días junto a mi princesa, a quien amaba un poquito más cada minuto si era posible y su padre, que estaba ganándose un pedazo de mi corazón, si no es que ya lo tenía completo.

Nunca había estado a solas con ellos, y estaba muy nerviosa. A Damián se le ocurrió que podríamos ir a la playa, quería llevarme a "nuestro lugar" y definitivamente lo era, pues ni bien comenzamos a caminar, con Mel corriendo delante de nosotros sentía que pertenecía al sitio y pequeños vistazos de momentos que pasamos ahí, inundaron mi mente. Llegamos hasta el final, donde la playa terminaba y las rocas comenzaban, no había construcciones alrededor, ni nada cerca, era casi privado. Nuestro pedacito de paraíso.

Jugamos con Mel, reímos, nos bañamos en el mar... fue simplemente un día perfecto junto a ellos, junto a mi familia. Hubo un momento, mientras Damián estaba en la orilla con nuestra pequeña, yo los veía desde mi posición en las rocas y desee, como nunca antes, que esta fuera mi realidad, que no fuera un sueño... en mis manos estaba que eso sucediera, yo tenía la última palabra y cada segundo estaba más segura de cuál sería.

Cuando la tarde comenzó a caer, me propuso ir a su casa, nuestra casa. La curiosidad me picaba, quería conocerla, ver lo que un día fue mi hogar... Y era preciosa, Damián dijo que no había cambiado nada, que mantuvo todo tal cual, aferrándose a mi recuerdo. Dios, él había sufrido tanto mi ausencia, no puedo si quiera imaginar pasar por algo como eso. Lo admiraba, había sacado a nuestra hija adelante a pesar del dolor, fue fuerte para nuestra Mel y supo ser un buen padre... no como yo, que la olvide así como así.

—Lo único que cambiamos un poco, fue la habitación de Mel. Cuando cumplió tres años, se negó a seguir durmiendo en su cuna, quería una cama de niña grande—cuenta, mirando con adoración a nuestra hija, quien se había dormido en brazos camino a casa.

—Es hermosa, Damián y una buena niña, haz hecho un increíble trabajo con ella—murmuré, acariciando su pequeño rostro.

—Quería que te sintieras orgullosa...—confesó, antes de abrir la puerta—. Bienvenida a casa, Princesa—sus palabras calaron muy hondo, mi casa, estaba en mi hogar. Lo mire conmovida, con las lágrimas a punto de caer.

—Lo estoy, Damián, estoy muy orgullosa de ti...—murmuré antes de entrar, sin embargo algo me lo impidió y antes que pudiera reaccionar, tenía a Damián sobre mis labios, besándolos con adoración... ¡Cielos! Fue como tocar el cielo, como si miles de pequeñas descargas eléctricas recorrieran mi cuerpo ¡y solo con un beso! Pero no era cualquiera, era el de mi esposo, el del hombre al cual amé algún día y tal vez aun lo haga.

Cuando el oxígeno comenzó a faltarnos, separo sus labios de los míos y los subió a mi frente.

—Lo siento... no quiero presionarte, solo... tenía que hacerlo, lo desee desde el primer momento que te vi—murmuró sin aliento.

—Está bien... no te preocupes...—sonreí, intentando regular mi respiración.

Tomó a Mel de mis brazos, y nos guío escaleras arriba para acostarla. Observaba la casa con rapidez, todo era cálido y me agradó de inmediato, definitivamente veía cosas que yo hubiera elegido y me alegraba saber que algo de mi antigua yo, permaneció conmigo todo este tiempo.

En cuanto entre a la habitación de Mel, solté un jadeo de asombro. Era la misma que aparecía en mis sueños, podía reconocerla por el castillo de princesas que había pintado en la pared del fondo.

—¿Qué sucede? —Preguntó Damián ante mi reacción.

—La habitación... es la misma que aparecía en mi sueños—murmuré aún asombrada.

—No me sorprende. La decoraste con tanto esmero y amor—cuenta, suspirando con nostalgia.

Todo era precioso, digno de una princesa como mi Mel. Un nuevo recuerdo apareció en ese momento...

"—¿Crees que le guste? —Pregunté, mientras observábamos la habitación de nuestra princesa.

—Estoy seguro, aunque pasará un tiempo antes que se dé cuenta de todo—dice con ternura, Damián y asiento suspirando, tenía razón. Deposita un beso en mis labios, que me deja en las nubes.

—Muero por tenerla en mis brazos.

—Falta poco, corazón... estoy seguro que serás una mamá increíble.

—Sabes... tengo miedo, no tengo idea sobre bebés y me asusta hacer las cosas mal—confieso.

—Nadie nace sabiendo, juntos aprenderemos a cuidar de ella y aunque no seamos los mejores padres del mundo, nos esforzaremos por darle todo el amor que merece—dice, dándome la seguridad que necesitaba. Asiento y lo beso como si fuera la última vez que lo hiciera, mientras me dejo llevar hasta nuestra habitación, donde compartimos de la mejor forma que conocemos nuestro amor."

Era de los últimos meses de mi embarazo, estaba segura. Había tanta felicidad en ese recuerdo, estábamos en la dulce espera de nuestra pequeña.

—¿Quieres ver nuestra habitación? —ofreció. Y asentí con nerviosismo, pues aún estaba afectada por el beso, por los recuerdos que no dejaban de aparecer y por tenerlo cerca.

Pasee por el sitio admirando todo. Era una habitación muy bonita, acogedora, que inspiraba paz y brindaba seguridad, era el refugio perfecto. Realmente había tenido una vida feliz a lado de Damián en el pasado. Puede que justo ahora yo no recordara haber interferido en la decoración pero me encantaba lo que veía y estaba segura que si tuviera que hacerlo nuevamente, elegiría exactamente lo mismo.

—Es bonita... me gusta...—murmuré, observando con deleite mi alrededor.

—Lo hicimos juntos, de hecho, toda la casa así fue... cada mueble, cada detalle, todo lo elegimos los dos y fue una experiencia hermosa transformar estas paredes en nuestro hogar—hablo, apoyado en el marco de la puerta—. Me costó mucho sentirla como tal cuando te fuiste...

No sabía que responder a eso. No quería hacer promesas que no estaba segura si podía cumplir.

Mi mirada se encontró con la suya y mi corazón se encogió ante la tristeza y miedo que podía ver en ella. No solo había sufrido pensando que había muerto, si no que ahora lo hacía sufrir con mi falta de reconocimiento, con mi indecisión... me acerqué a él y con suavidad acaricie su rostro, intentando borrar las arrugas de su frente. Era muy guapo, no podía negarlo y tenía los ojos más hermosos que jamás hubiera visto, que además, me veían con adoración. ¿Por qué seguía dudando? ¿Por qué no podía tomar una decisión?

Realmente no lo entendía... sus labios sobre los míos, interrumpieron mis pensamientos. Intente resistirme, pues no estaba segura de que era correcto dejarnos llevar así, no quería que tuviera una impresión equivocada, pero era imposible. Su sabor me envolvía, me llevaba a otro mundo y me hacía desear más y más de él, tomarlo todo, darle todo de mí.

No sé cómo sucedió, perdí la noción del tiempo, de lo correcto e incorrecto, de lo único que era consiente era sus besos sobre mi cuerpo, de las increíbles sensaciones que estaba regalándome... me entregué a él sin contemplación, sin pensar en las consecuencias. Me rendí ante cualquier pensamiento coherente, solo anhelaba que aquel momento no terminara nunca, que Damián me hiciera ver las estrellas y todas las constelaciones juntas, que la plenitud y felicidad sean para siempre... cuando recupere la cordura, en lo único que podía pensar, era en que estaba en mi hogar y no tenía nada que ver con que lo esté literalmente, si no, los brazos de Damián se sentían como tal. a escribir tu historia

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

19.5K 2K 41
Atención: Este libro es el borrado de 'Try Me', aunque el resultado final será muy muy muy diferente a este ya que lleva un año en revisión. Muchas g...
11.3M 535K 51
Andrew Evans, dueño de Evans Enterprises. Andrew es extremadamente guapo y sexi. lamentablemente su caracter no es lo mejor de él, pues es soberbio...
1.1M 39.2K 37
T/n Bloodswett es de las brujas que provocan obsesión en hombres como los Riddle, y solo uno podrá quedarse con ella. +18 Contenido sensible. Esta hi...
430K 38.4K 60
Cuando Rosalyn Drescher salió esa mañana de su casa, aprovechando la ausencia de su padre, no esperaba chocar de bruces contra uno de los hombres más...