~31 DE DICIEMBRE~
-¿Cómo estás?
-Mal... –Sollocé. –La extraño. Se me hace raro despertar y no ir a su cuarto para desearle los buenos días...
-¿También lo extrañas a él?
-Sí... –Susurré como si alguien en la casa pudiera oírme. –Por muy raro que sea, también extraño a Dylan...
-Ay, amiga. Lo que tú tienes se llama... –De fondo se escuchó la voz de Max diciendo que ya estaban preparados. –Bueno, ¿segura que no quieres ir?
-Te lo agradezco, pero no...
-Está bien. Te quiero y feliz año.
-Yo también, y feliz año nuevo. –Respiré hondo dejando el teléfono sobre el sillón.
Estaba sola, muy sola y triste. No tenía padres, ni hermanos ni tíos con los que poder hablar cuando me sentía como ahora. Ni siquiera Charlotte se encontraba conmigo en estos momentos.
Suspirando, me levanté del sillón para caminar hacia la cocina donde sacaría del congelador un gran bote de helado. Me comeré esto hasta que llegue la hora de comerme las uvas...
☼☼☼
Luces de colores brillaban en el cielo festejando el año nuevo. La gente celebraba en las calles con sus familias y yo...
Yo solo me llenaba una copa de vino que me habían regalado en la cesta de navidad del trabajo.
Mi móvil sonó avisándome de que tenía un mensaje, pero no contesté hasta que no me bebí la segunda copa.
_________________________________________________________________________________SOFÍA
Oliver, Max y yo te deseamos
un feliz año nuevo ;)
Igualmente, espero que se lo pasen
muy bien :)
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Dejé el móvil para empezar a llenarme la tercera copa cuando el timbre de la puerta me sobresaltó. Confundida, caminé hasta ella abriéndola dejándome más confundida aún.
-¡Mamá!
-E-Ely... –Sonreí de oreja a oreja para cogerla y abrazarla. –Te extrañé tanto, pequeña.
-Ella también, señora. –Dijo Anna sonriéndome. –Todos los días la llamaba. –Mis ojos se llenaron de lágrimas y volví a abrazar a mi hija.
-Siento haberme ido así, pequeña. Pero ya no podía seguir viviendo allí...
-Mi hijo me lo contó todo. –Comentó ahora Crystal como la que no quería la cosa. Ni me había dado cuenta de que ella estaba aquí...
-Lo siento, pasen. –Me hice a un lado dejándolas entras.
-¿Estás sola?
-Sí... –Murmuré sentándome en el sillón para sentar a Elyssa en mi regazo.
-Antes que nada, feliz año.
-Igualmente. –Dije algo nerviosa. –¿Cómo está...
-¿Dylan? –Asentí mientras que oía a Elyssa decir "papá". –Bueno, digamos que bien. Quiere saber porqué no le contestas el móvil.
-Yo... No podía seguir allí...
-Pero acordaron que te irías después de todas estas fiestas y mira dónde estás.
-Lo siento... –Murmuré mirando el cabello de Ely. –Yo...
-No te preocupes, Olivia. Realmente te entiendo. –Fruncí el ceño no queriendo decir nada. –Entiendo que la situación no era agradable y no te culpo. Quien tiene la culpa aquí es mi hijo por no haber sabido hacer las cosas bien desde el primer minuto. –Asentí totalmente de acuerdo con ella antes de que cambiara de tema completamente. Me encantaba ésta mujer. Siempre era directa y objetiva con cualquier persona, incluso con su propia familia.
☼☼☼
-Gracias por traerla.
-De nada. Mañana vendré a buscarla. –Asentí para volver a agradecerle a Crystal.
-Dile adiós a la abuela, Ely. –La niña movió el brazo diciendo adiós con la mano antes de que cerrara la puerta y volviera a caminar hasta el salón. –Estoy tan feliz de que estés aquí. ¿Te lo pasas bien con papá?
-¿Papá? –Preguntó mirando hacia todos lados.
-Papá no está aquí, cariño. Mañana volverás con él. –Sonreí al verla bostezar. –Vamos a dormir, princesa. Mañana será otro día.
Crystal y Anna habían venido a dejarme a Elyssa, Dylan vio justo que la niña pasara este día también conmigo y eso era algo que le agradecía de todo corazón.
~16 DE ENERO~
-Entonces... ¿Cuándo estaremos divorciados?
-Dentro de unos meses aproximadamente.
-Está bien, gracias. –El abogado asintió antes de recoger sus cosas para acompañarlo hasta la puerta de mi casa. –En cuanto a la niña...
-El señor Hoffman dijo que cuando esos papeles estén terminados, se los hará llegar.
-Vale, gracias.
-De nada, y hasta la próxima. –Asentí para cerrar cerré la puerta en cuanto salió.
Suspiré volviendo al salón. ¿Cómo fue que llegamos a este punto? Todo estaba tan bien entre nosotros hasta que apareció Katherine... Aunque realmente la intrusa ahí había sido yo...
Mi teléfono móvil sonó haciendo que volviera al mundo real.
-¿Si?
-¡Amiga!
-Hola, Sof. ¿Qué pasa?
-Nada en especial. Sólo quería saber cómo te fue.
-Supongo que bien. Ya firmé los papeles del divorcio...
-¡Oh! No suenas muy entusiasmada...
-Por alguna razón, no lo estoy. –Me senté en el sillón apoyando los pies en la mesa de centro.
-Eso es porque te enamoraste de Dylan y no lo quieres admitir.
-Ya te he dicho varias veces que eso no es así, Sofía.
-¡Pero si que lo es! Además, siempre tuve curiosidad... ¿Se besaron alguna que otra vez cuando vivías en su casa?
-Hmm...
-Olivia.
-No, pero casi...
-¿Ves? A él también le gustas.
-No digas bobadas. Él está perfectamente con Katherine.
-Bueno, yo sigo pensando eso, Oli. –Se oyó un llanto de fondo haciéndome sonreír al imaginarme a mi ahijado. –Te dejo, Oliver tiene ganas de comer.
-Está bien. Dale un beso de mi parte.
-Claro, adiós.
-Adiós, Sofí. –Colgué suspirando para colocarme en el sillón donde me acostaría a dormir por unos minutos. Total, no tenía nada mejor que hacer...
☼☼☼
-Mami.
-¿Si?
-¿Por qué no vives con nosotros como los papás de Alicia?
-Ely, ya hemos hablado de eso...
-¡Pero no lo entiendo! ¿Por qué tú tienes que vivir aquí y nosotros allá?
-Porque cada uno tiene su casa, corazón. Míralo por el lado bueno, así tienes dos casas...
-Pero yo solo quiero una... –Susurró antes de darse la vuelta enojada e irse a su habitación.
Abrí los ojos al escuchar el timbre. Odio esos sueños. Parecen tan verdaderos...
-Hola.
-D-Dylan. –Fue lo primero que dije al verlo antes de darme cuenta d que Elyssa estiraba sus bracitos hacia mí.
-Mami.
-Hola, pequeña. –Dylan la sacó del carro para entregármela. –Pasa. –Entré caminando al salón para colocar con una mano la manta antes de sentarme en el suelo con Elyssa. –Gracias por traerla. No os esperaba...
-Lo sé, me pareció buena idea traerla. –Asentí volviendo la mirada a la niña.
-¿Cómo va todo por allá? Me refiero, a que si lo llevas bien cuidándola solo...
-Umm... Sí. Anna me ayuda mucho y Kate... Ella hace lo que puede. –Asentí a pesar de regañarme al imaginar a Kate tocando a mi hija.
-Sabes que puedes llamarme cuando y a la hora que quieras. Para Ely no tengo horarios. –Ahora el que asintió fue él.
-Hmm... Había otro tema del que quería hablarte...
-¿Si?
-Es sobre el cumpleaños de Elyssa... Sabes que es dentro de nada y me gustaría saber si estabas de acuerdo en que lo celebráramos en mi casa.
-Sí. No hay problema, Dyl. –Abrí los ojos al darme cuenta de lo que había dicho. –Lo siento. Lo dije sin...
-No importa, Livvy. Después de todo, seguimos siendo amigos. –Bueno, eso había que mirarlo... Asentí encogiéndome de hombros. –Bueno, ¿te parece bien si la dejo aquí hasta mañana?
-¡Claro! ¡Muchas gracias!
-No tienes porqué darlas. Eres su mamá. –Sonrió para acercarse a Ely. –Bueno, pipita. Papá ya se va, pero mañana vendré a por ti, ¿sí? –La niña estiró sus brazos hacia él entendiéndolo. –Ya hablamos de esto en el coche, Ely. Hoy te quedarás con mamá. Te quiero. –Besó su mejilla antes de volver a dejarla sentada en el suelo.
-Te acompaño. –Dije cuando se puso de pie para irse. –Gracias de nuevo.
-De nada, Livvy. –Ambos nos quedamos en silencio mirándonos sin saber que decir. –Adiós.
-Adiós, Dylan. –Cerré la puerta apoyando la espalda en ella.
Qué extraño había sido eso.