¿Un mafioso enamorado? •EDITA...

Af Neferkktiti

10.4M 301K 23.5K

Él tenía ese algo que conseguía que sin quererlo ni planearlo, cayeras locamente enamorada en su red. Sus oj... Mere

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Nota autora
Actualización historia⚠️

Capítulo 32

136K 7.2K 965
Af Neferkktiti

Sophie

Grayson tropieza y casi cae encima de mi. Por instinto, destapo mi cuerpo y apoyo mis manos encima de su pecho para que no llegue a chafarme contra la pared, aunque no lo ha hecho. Él ha sido rápido y ha colocado sus manos en la pared a cada lado de mi cuerpo, y eso ha hecho que nuestros rostros queden muy bien cerca.

Grayson es mucho más alto que yo, pero tiene su cabeza ligeramente agachada hacia la mía, mirándome fijamente bajo esa mirada grisácea e intensa que a cualquiera le pondría los pelos de punta.
Caigo en cuenta que estoy desnuda frente a él sin taparme cuando sus ojos bajan hacia mis pechos y los observa con ojos hambrientos. Trago saliva, incómoda, y tapo en seguida mis pechos con mis manos. Él sube la mirada hacia mis ojos de nuevo, con una pequeña sonrisa ladeada pícara que a los segundos deshace y vuelve su semblante serio. Y nos observamos sin hablar y sin decir nada, solamente nos miramos.

Le observo detenidamente, fijándome en lo guapo y sexy que está con pelo empapado con algunos mechones pegados a su frente y mirándome de esa forma.


—¿Habrá sido esto una señal del destino?
–dice medio riendo.



Toda esta situación es incómoda. Pero aún así, se siente la tensión sexual que hay entre los dos.

Quiero empujarle fuera de la ducha y echarlo, pero a la misma vez, quiero que me bese y me haga suya contra la pared de la ducha. Tengo sentimientos encontrados.


—¿Qué te tropezarás y cayeras encima mío? ¿Por qué el destino haría algo así?


—Porque sabe las ganas que nos tenemos y ve que ninguno da el paso para cortar la tensión sexual que hay entre los dos.



Me quedo callada ante su respuesta, sin saber qué decir.

No sé si lo habrá dicho de broma acerca de lo del destino, pero yo sí creo en el destino y en las señales. Aunque no creo que esta haya sido una, sinceramente.

Me mira ahora serio, con la mandíbula apretada y sus ojos clavados en mi.



—¿Crees en las señales y el destino?
–pregunto curiosa.


—¿Tú no?


—Sí. Pero me sorprende que un mafioso crea en esas cosas.


—No deberías de juzgar a la ligera. Los mafiosos también somos personas.


—Personas frías y sin corazón.

—Sin corazón –repite–, sí, pero somos personas. Podemos creer en esas tonterías si queremos.



"Tonterías". Definitivamente no cree en ello. Aunque lo esperaba.

Opto por no decir nada y quedarme callada. Nos observamos fijamente, sin hablar. El ambiente está muy tenso y cada vez lo está más; y nuestras respiraciones están ligeramente agitadas y pesadas.



—¿Te importaría marcharte? Quiero ducharme. Sola.
–digo enfatizando la palabra 'sola'.


—¿Quieres que me vaya?
–murmura en una voz ronca y demasiado sexy.




No lo sé.
No sé qué decirle porque quiero que se quede, quiero que su piel caliente la mía, pero a la misma vez, no quiero que esté aquí.



—Tu silencio me da la respuesta, Barbie.
–sonríe con sorna.


—Quiero ducharme tranquila.


—Yo te puedo ayudar a tranquilizarte.


—No. Sé tus intenciones, Grayson. Sé que no vamos a ducharnos y ya está.


—¿Tan guarro y salido me ves?

—Sí.



Grayson ríe a carcajadas ante mi sinceridad; echa la cabeza hace atrás riendo y después me mira a los ojos de nuevo.



—Barbie, sé sincera. ¿Quieres que me quede o quieres que me vaya? Di lo que de verdad sientas, porque tu boca me dice lo contrario que tu cuerpo.




Joder.
¿Qué hago? ¿Qué digo?

Nada.
No digo nada.
Simplemente empujo su pecho hacia atrás para salir de su encierro y me doy la vuelta dándole la espalda, colocándome bajo el agua que cae de la alcachofa; segundos después, escucho la mampara cerrarse: se ha ido.
Siento un ligero alivio, pero después, siento una ligera decepción. No sé por qué la siento, pero la siento.

Agarro el bote de champú y echo un poco en la palma de mi mano para después llevarlo hacia mi cabello; hundo mis dedos y masajeo mi cuero cabelludo mientras que el jabón cae por todo mi cuerpo. Cuando de repente y sin esperarlo, noto a Grayson detrás de mi. Noto su gran cuerpo, el calor que brinda su cuerpo y la tensión que ambos tenemos. Está detrás de mí. Y lo confirmo, cuando sus manos empiezan a masajear mi cabeza. Mi piel se eriza y cierro los ojos para disfrutar del masaje.



—Pensabas que te habías ido.
–murmuro.

—Ya te dije que sé leer el lenguaje corporal, Sophie. –murmura en mi oído, dándome un escalofrío por todo mi cuerpo–. Sé que querías que me quedara aunque no me hubieras dicho nada.



Madre... mía.
Esa voz va a volverme loca.

¿Que está pasando? No, mejor dicho: ¿Qué me está pasando?
De no querer ni verlo ni en pintura a estar en la ducha de su habitación, de su casa, no, de su mansión, con él casi pegado a mi cuerpo mientras estamos desnudos y me masajea la cabeza.

Mierda.
Esto es incómodo de narices. Hay una tensión demasiado fuerte entre los dos que cualquiera podría cortar con un cuchillo. Yo la siento y seguramente, él también la sienta.

Suspiro hondo e intento relajarme, pero no puedo teniéndole desnudo detrás de mi, tan cerca y tocándome tan delicadamente de esa manera.

Grayson se encarga ahora de lavarme el pelo con el agua quitando todo el exceso de champú. Y al acabar, veo como estira su brazo tatuado y agarra el gel de ducha; aparta mi cabello hacia delante dejándolo sobre uno de mis hombros, escucho como abre el tapón del gel y después, acerca sus manos a mis hombros pasando el gel por ahí, masajeando a la vez que sus manos esparcen el jabón por mi piel, pasándolo por todos mis brazos y después mi espalda. Lo hace de una manera suave, sintiendo sus manos tocar y masajear mi piel; notar su piel contra la mía, está provocándome cosquilleos por mi estómago y por todo mi cuerpo.


—Grayson –me aclaro la garganta–, yo puedo lavarme el cuerpo. No hace falta que...


—Cállate y disfruta.



Me quedo callada, obedeciéndole.
No voy a mentir si digo que no me está gustando esto, aunque por otro lado, me tiene nerviosa y ligeramente caliente. Todo esto es demasiado.

Noto como se agacha y pasa sus manos por mis muslos y piernas, sin dejar ni un hueco de piel sin pasar la mano –esta justo a la altura de mis nalgas, y espero que no esté mirándome esa parte, aunque seguramente sí que lo esté haciendo–. Sube sus manos y él también lo hace, pero no toca mi trasero. Por una parte me hubiera gustado, pero por otra, agradezco que no.

Lleva sus manos ahora hacia mi abdomen, pasándolas suavemente, y las sube hacia arriba deteniéndose debajo de mis pechos.
Sé lo mucho que debe de estar reteniéndose para no tocarme. Al fin y al cabo, es respetuoso y se lo agradezco. Aunque no miento si digo que no me importaría que me toque un poco más de la cuenta.


—¿Cómo llevas a tu amigo?
–digo con doble sentido.


—¿Qué ami...? Ah. Mal. Muy mal.



Rio.
Muerdo mi labio inferior y me relajo ante sus caricias y el tacto de su piel. Sus manos ahora deshacen el jabón con el agua que cae sobre nosotros.

Me giro hacia él cuando acaba, quedándonos cara a cara;



—Gracias por... esto. Ha sido relajante.


—Me alegro que te hayas relajado. Yo he estado todo lo contrario a eso.


—¿Por qué?
–pregunto, aunque sé a lo que se refiere.


—No ha sido buena idea quedarme y enjabonarte.



Frunzo el ceño confundida, aunque creo que se por dónde van los tiros.
Nos miramos fijamente, después hacia nuestras bocas y de nuevo a nuestros ojos. Así varias veces.

El ambiente se está poniendo todavía más tenso de lo que ya estaba, por no hablar de la tensión entre nosotros.
Mi mirada viaja hacia su cuerpo, el cual como el mío, está lleno de agua y con gotas recorriendo su cuerpo tatuado. Mis ojos se clavan en la gota que cae por su cuello hasta llegar a su abdomen, y mi mirada llega hacia su miembro sin quererlo. No quería llegar a mirarle ahí abajo, pero no podía despegar la mirada.
Abro los ojos sorprendida por el tamaño de su miembro y por lo erecta que está. Y de inmediato subo la mirada hacia sus ojos, con mis mejillas ardiendo por la vergüenza de haberle mirado y haberlo visto así. Sabía que estaba empalmado, pero no tanto ni que eso era así de grande.

Grayson esboza una sonrisa egocéntrica al verme con las mejillas sonrojadas.


—Actúas como si esta fuera la primera polla que ves –dice mirándome fijamente–. ¿Eres virgen, Barbie?


—¡Claro que no! Tuve novio por casi dos años.


—Una pena. Me hubiera encantado ser el primero.

—Lo siento por matar tus ilusiones. Pero de todas maneras, no voy a acostarme contigo. Así que, aunque fuera virgen, no serías "el primero" ni ahora ni nunca.


—¿Estás segura?


—Segurísima.


—¿Y por qué tus pezones erectos y tus ojos me dicen lo contrario? Apuesto a que estás empapada ahora mismo.



Acerca su rostro al mío peligrosamente, quedando nuestras caras a escasos centímetros de la otra. Trago saliva e intento no desviar la mirada de la suya para no mostrarme débil.

Puede que tenga razón. Puede que yo también esté tan desesperada porque me toque como él también lo está. Pero no voy a darle la razón para darle un punto a favor a su ego.

Sus ojos viajan ahora a mi cuerpo, centrándose en mis pechos y mirándolos con hambre. Baja la mirada hacia mi cuerpo hasta llegar a mis pies, y de nuevo, hace el mismo recorrido hasta llegar a mis ojos nuevamente. Me mira a los ojos por unos segundos largos para después mirar mi boca, repasa sus labios con su lengua mientras que acerca su mano a mi barbilla, agarrándola con sus dedos.


—Nunca entenderías lo mucho que me pones, Sophie. Vas a volverme loco si no me dejas probarte.
–dice ahora en voz baja y ronca.



Sus ojos me miran de una manera intensa y penetrante. Está serio, con la mandíbula tensa y sus ojos grisáceos me observan de una manera oscura e intensa.


—Sé que tú también lo quieres.
–sigue hablando.

—No quiero nada.

—Sí que lo quieres. Si no me hubieras echado de la ducha nada más que la pisé, y no lo has hecho.



Trago saliva. Observo sus ojos sin decirle nada.

¿Qué le voy a responder? No puedo decirle que no porque tiene razón.

Acerca aún más su rostro al mío, nuestras narices se rozan y yo cierro los ojos por instinto.
Sus gruesos labios rozan los míos y un suspiro de desespero porque su boca enganche la mía, escapa de mi boca.


—Te deseo, Barbie. Déjeme tenerte.
–susurra encima de mi boca.



No puede hablarme de esa manera y con esa voz ronca y profunda, con su boca casi pegada a la mia y en un tono de voz bajo, porque altera todo mi cuerpo. Más de lo que ya está alterado.

Ahora mismo me siento deseada por él, y no hay nada que me guste más que sentirme así.
Mi ex novio no me miraba de esa forma, no se ponía así y no me deseaba de la manera en la que Grayson lo hace.
Seguramente lo haga con todas, seguramente le diga lo mismo a todas las chicas con la que se acuesta y las mire a todas por igual. Pero en estos momentos, somos él y yo, no me importa nada más.

Nos miramos a los ojos fijamente. Su mirada está clavada en la mía, esperando a que diga algo, pero mantengo silencio.


—Sé que quieres esto como yo... déjame probarte, Barbie.
–susurra de nuevo.



Dios mío.
Voy a perder la cordura.

Muerdo mi labio inferior, indecisa, mientras que sus ojos grises me miran con esa intensidad y deseo que hace que no pueda apartar la mirada de sus ojos.
Sus ojos miran hacia mi boca y acerca su mano hacia mi labio inferior, estirando de él suavemente hacia abajo y quitándolo de estar mordido.


—Ni se te ocurra morderte el labio otra vez frente a mi.



Habla murmurante, con la mirada clavada en mis labios, con su pulgar ahora acariciando mi labio inferior y echándolo hacia abajo de una manera sensual. Él tiene su mandíbula apretada y el ceño fruncido.
El calor interior de mi cuerpo está empezando a quemarme. El sentirlo tan cerca y tan pegado a mi, tocándome así y hablándome con esa voz ronca, ha disparado por mil mi deseo y mi libido.
Miro hacia sus labios carnosos, apetecibles y besables. Y suspiro hondo. Subo la mirada hacia sus ojos, los cuales están oscuros por el deseo tal y como los míos también deben de estar.


—¿Por qué no puedo?

—Porque eso hace que pierda el control.


—¿Y si quiero que pierdas el control?
–pregunto con voz susurrante y sensual.


—Joder, Sophie.
–dice y suspira.


—¿Qué pasa?
–pregunto haciéndome la inocente.


—Como sigas provocándome, despídete de andar por una semana.



Sonrío con malicia y él me mira completamente serio. Mirándome fijo, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

No sé si me asusta o me gusta lo que acaba de decir. Pero él lo ha dicho serio y de verdad.








¡Holaaa!

¿Qué creéis que pasará? ¿Habrá acción o no?

No quería cortar el capítulo, pero está quedando demasiadooo largo y no quiero aburrir. Así que, en el próximo sabremos qué ocurrirá entre estos dos...

¡Nos leemos!
❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Redes sociales: @Neferkktiti
(Solo uso/tengo Instagram, no uso ninguna otra red social más).

[Capitulo editado y escrito nuevo desde cero].

Fortsæt med at læse

You'll Also Like

199K 9.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
693K 44.5K 51
No necesita atarme, pero desearía que lo hiciera... Hace unos meses, si me contaran que sería secuestrada por la mafia rusa, me hubiese reído en sus...
237K 23.2K 27
Mi vida era normal hasta que posé mi ojos en ella y sin lugar a dudas Honey Bennett era la mujer más hermosa que había visto... después de mi madre. ...
785K 80.6K 62
Vanessa es sinónimo de desastre. Hace lo que quiera en el momento que se le antoja. Se la pasa de fiesta en fiesta y se enrolla con diferentes hombre...