¿Un mafioso enamorado? •EDITA...

By Neferkktiti

10.4M 288K 22K

Él tenía ese algo que conseguía que sin quererlo ni planearlo, cayeras locamente enamorada en su red. Sus oj... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
(Nota autora) Historia nueva
Temporadas
Nota autora
Actualización historia⚠️

Capítulo 29

140K 7.1K 568
By Neferkktiti

Sophie

Miro hacia el reloj que cuelga de la pared de la cafetería, ansiosa por acabar y salir del trabajo. Estoy cansada y me apetece ir a casa. Aún me quedan diez minutos. Suspiro hondo y sigo trabajando aunque ya apenas hay clientes a estas horas.
Los minutos pasan rápido y la hora del cierre llega. Así que junto a mis dos compañeras, recogemos todo, cogemos nuestras cosas y nos marchamos.Caminamos por la misma calle mientras que hablamos hasta que nos despedimos y nos separamos para ir cada una por nuestro camino.

Hoy vine andando al trabajo, me apetecía andar y pensé: ¿por qué no? Hacia buena tarde y me apetecía dar un paseo hasta llegar al trabajo. Pero ahora que tengo que ir a casa andando después de una larga tarde trabajando y estando de pie por tantas horas, no me apetece para nada y me arrepiento de no haber venido en coche; no sé en qué momento me pareció buena idea venir andando.
Además, la noche está oscura y solitaria. Apenas pasan personas, por no decir que de momento solamente he visto a dos personas aparte de mí. Por la calle donde voy ahora mismo no transcurre mucha gente y soy la única que está por aquí, y no puedo ocultar que eso me da un poco de mal rollo. Intento calmarme y mentalizarme de que no pasa nada, que no tiene que pasar nada malo y que todo está bien, mientras que aligero el paso por si acaso.

En medio del silencio de la noche, de repente de  escucha ruidos extraños como si fueran disparos, me detengo de golpe y me quedo quieta, intentando averiguar de dónde viene ese ruido. El ruido sigue, tres veces más y entonces mis alarmas se disparan, poniéndome nerviosa y con el corazón empezando a latirme rápido.
No pueden ser disparos, he tenido que interpretarlo mal. Quizá haya sido... no sé que ha sido, pero no puedo pensar en otra idea de ruido porque no se me ocurre.
La calle está despejada y no hay ningún lugar donde pueda esconderme en el caso de que vea algo extraño, aunque de momento no he visto nada fuera de lo común. El silencio aparece y no vuelve a escuchar ningún sonido más ni sospechoso, así que suspiro hondo y vuelva a caminar pero ahora a paso ligero.

Aparece una camioneta negra conduciendo a bastante velocidad, la cual se detiene enfrente de un bar y la puerta de este bar se abre de golpe como si se hubiera puesto de acuerdo con la camioneta, y salen por ella hombres vestidos de negro, armados y arrastrando un cuerpo sin vida entre tres. Están espaldas a mí mientras que llevan al hombre sin vida hacia el maletero.
Así que los ruidos que he escuchado antes han resultado que sí eran disparos y provenían de ese bar y de esos hombres peligrosos.

Veo todo en vivo y en directo. Me quedo en shock, estática sin moverme, mientras que observo la escena que hay frente a mis ojos como si fuera de una película de acción. Como si no fuera real. Y yo, de alguna manera estoy involucrada porque acabo de ver todo en persona, todo ha ocurrido frente a mis ojos.

Mierda.

¿Ahora qué hago? Me van a ver y no hay ningún lado donde pueda esconderme.

Miro hacia todos lados, nerviosa. Y cuando voy a girarme para correr y huir antes de que me pillen, uno de esos tipos comienza a gritar.


—¡Eh! ¡Eh! Esa tía nos ha visto, joder.
–grita uno de ellos.

—¡Cogedla!
–grita otro.




No, no, no, no.

Empiezo a correr tanto como mis piernas pueden, como si la vida se me fuera en ello. Pero ellos son más rápidos y entre dos acaban por atraparme; me agarran de los brazos y me llevan arrastras, intento zafarme de su agarre mientras que grito para que me suelten, aunque no hace efecto, uno de ellos me tapa la boca.
Me llevan hacia la camioneta, abren la puerta de los asientos traseros y me empujan hacia dentro. Uno de ellos entra conmigo y saca una cuerda con la que me ata las manos para inmovilizarme y para que no pueda huir, y con su mano tapa mi boca. Intento morderle o hacer algo, pero no puedo.
Los demás hombres que faltaban se meten en el coche y este empieza a ponerse en marcha.

Lágrimas empiezan a caer por mis ojos mientras que temo por mi vida. No sé quienes son y no sé qué son capaces de hacerme. Pero no tengo salida.
No puedo dejar de llorar. Estoy asustada y con un miedo terrible en el cuerpo, y sin escapatoria. Joder.
Ni si quiera se a donde coño van a llevarme, ni sé qué van a hacerme. Pero estoy muerta del miedo.

Después de bastantes minutos de camino, el coche se detiene en algún lugar que no conozco y me obligan a salir del coche de mala gana, dándome empujones hacia lo que parece ser una nave en medio de un polígono.
Me dan un fuerte empujón por la espalda al llegar a la puerta, y caigo al suelo por la fuerza con la que me ha empujado, haciéndome daño en las manos; me he raspado las palmas de las manos.
Uno de ellos me agarra del brazo y me levanta con mala gana, sin importarle el hecho de que me he podido hacer daño y sin importarle que él me haya podido hacer daño al agarrarme de esa forma. Aunque tampoco espero delicadeza por su parte.
Tira de mí hacia y me lleva hacia una silla, obligándome a sentarme en ella. Me quita la cuerda que tenía en mis muñecas, me echan los brazos hago atrás, haciéndome daño, y me atan las muñecas con una soga.

El hombre de ojos negros y cicatriz en el pómulo me mira con cara de pocos amigos, tiene una el ceño fruncido y mandíbula apretada. Veo como saca algo del bolsillo de su pantalón y me preparo para ver lo peor; cierro los ojos para no ver cómo va a matarme, mientras que lloro sin parar. El corazón va a salirme por la boca en cualquier momento.


—Abre los ojos, zorra de mierda.



Abro los ojos, muerte del miedo, pero no quiero desobedecerle y que pase algo peor.


—De nada sirve que llores. No va a cambiar nada.
Has metido las narices donde no debías, y ahora, vas a pagar por ello.


—¡No! No he visto nada, ¡te lo juro! Estaba todo oscuro y...



El hombre da dos pasos agigantados hacia mí y sin esperarlo, impacta su mano en mi cara.
Doblo mi rostro por el dolor inmenso que empieza a reproducirse en mi cara. Y vuelve a estampar su mano, ahora en puño, de nuevo.
Noto un dolor intenso en mi labio inferior y noto la sangre templada caer por mi labio; me ha tenido que romper el labio.



—¿Te crees que soy gilipollas? Te he visto mirarnos y has intentado huir –me agarra ahora del pelo con fuerza, haciéndome daño– ¿o me vas a decir que tampoco es verdad que has intentado huir, eh?
–me grita en el oído.

—Te lo juro... no he visto nada. He huido porque no quería meterme en ningún lío –digo entre lloros–. No voy a decir nada, créeme... sé que no me conviene. Por favor, suéltame.



He hablado rápido, con las lágrimas interponiéndose por medio y con un nudo en mi garganta impidiendo que hable con normalidad, pero aún así he podido hablar más de lo pensando.

Me suelta el pelo de golpe, me mira a la cara y vuelve a impactar su puño contra mi cara, golpeándome el pómulo y doblándome de nuevo hacia un lado la cabeza por el impacto.

Vuelvo a notar un dolor intenso en mi rostro. Y las lágrimas caen sin cesar.
Me duele el labio y ahora el pómulo, por no decir que estoy empezando a sentir algo caer por mi nariz.


—Zorra mentirosa.



Escucho pisadas, se acerca otro de ellos.

Miro hacia delante para ver quién es, aunque apenas puedo ver porque tengo los ojos llenos de lágrimas y veo algo borroso. Pero sé que es otro de ellos.


—¿Puedes creer que dice que no ha visto nada y que no ha intentado huir? –dice el de la cicatriz, casi riendo–. Puta zorra mentirosa.


—Podríamos divertirnos con ella antes de encargarnos de ella. Está buena.
–dice el otro tipo, mirándome de manera pervertida.



¡No! No, no, Joder, no.
Forcejeo para intentar poder quitarme la soga de los pies y manos. Necesito huir de aquí.
 

—Me parece buena idea.


Ambos ríen, unas risas maliciosas y que dan miedo. Mi corazón empieza a latirme a mil por hora sintiendo como en cualquier momento se me va a salir por mi boca.

Se acercan a mí mientras que me miran con miradas perversas y sonrisas asquerosas en sus asquerosos rostros. Cuando de repente, y como si la vida me hubiera querido ayudar, la puerta se abre y aparece uno de los tipos llamando a estos dos para que salgan un momento.

Ellos se quejan y me miran;



—No te creas que he acabado contigo.
–me amenazada antes de salir y dejarme sola.


Al ver que salen todos, suspiro hondo intentando tranquilizarme, aunque es imposible, estoy muerta del miedo y los latidos me van demasiado rápido. Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas y tengo un nudo cada vez más fuerte en mi garganta.

El tiempo pasa, no sé cuánto, si minutos o horas, pero se me hacen eternas.
Este tiempo he intentado deshacerme del agarre de mis pies y manos –y sigo haciéndolo–, pero es en vano porque no logro deshacer el agarre ni un poco.
Escucho voces masculinas fuera, están hablando muy fuerte, casi discutiendo entre ellos.
Mi pulso se acelera de nuevo, mi corazón late con fuerza contra mi pecho y el nudo que antes había en mi garganta, vuelve a apretarse. Además del miedo incrementarse.

La puerta se abre de golpe y espero ver a esos tipos de nuevo, pero en cambio, mis ojos ven a alguien que no esperaba ver.


—Sophie.
–dice serio pero sorprendido.



Nick aparece frente a mí, con una pistola en su mano derecha y sus ojos azules abiertos, luce sorprendido de verme aquí y así.
Frunce el ceño y se gira para mirar a los dos hombres que hay detrás de él, les mira con una mirada de desaprobación.

No sé si confiar en él o no, y no sé si pedirle que me ayude o no. Porque él está metido en esto, y si él está aquí, es porque es parte o el cabecilla de mi secuestro. Al y fin y al cabo, aunque sea un chico simpático, no deja de ser otro mafioso.




—Por favor, por favor... no me hagas nada. No he visto nada, te lo juro. Ya se lo dije antes a ellos. No voy a decir nada...



Las lágrimas llenan mis ojos de nuevo, y asustada cierro los ojos, y las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas una tras otras mientras que mi corazón golpea mi pecho con fuerza.

Escucho las pisadas de Nick venir hacia mí. Y entonces, me espero lo peor. Me espero algún golpe, algún grito, o algo mucho peor. Pero en cambio, noto como toquetea la soga que ata mis pies y abro los ojos lentamente para mirar lo que hace: está agachado frente a mí quitándome la soga. Al acabar, se da la vuelta y quita la soga que atan mis manos.


—¿Qué mierda haces, Nick? ¿Por qué cojones estás ayudándola?




Intento no mostrarme ni agradecida ni confiada, porque no sé si esto lo ha hecho para ayudarme o para hacerme algo peor o llevarme a otro lugar.
No me fío de nadie y menos de esta gente.

Acaricio mi muñeca la cual tengo roja por la fricción de la soga, ambas muñecas las tengo heridas y con señal de roce y emito un gemido de dolor apenas audible.
Miro hacia Nick, quien amablemente me ofrece la mano para levantarme. Desconfío de él, pero por su minúscula sonrisa ladeada, me transmite sinceridad. Así que la tomo y por suerte, consigo ponerme de pie aunque los tobillos me duelen.


—Nick, por favor, no me hagas nada. No he visto nada...
–digo entre sollozos, asustada aún.


—Tranquilízate.
–murmura suave, mirándome.


—¿Qué cojones estás haciendo? Ha visto cosas que no debía ver. No se pueden dejar cabos sueltos, y ella es uno.


Nick se encara a ellos, mirándolos fijamente con cara de pocos amigos y el ceño fruncido;



—En cuanto se entere Grayson de esto, sois hombres muertos.
–dice apuntándoles con el dedo índice a cada uno.



Ellos se miran entre sí sin entender nada, confundidos y sin entender por qué Nick les ha dicho eso.



—¿Por qué? Solamente hemos cogido a una zorra que ha visto algo que no tenía que haber visto. Grayson nos estará agradecido de que nos hayamos deshecho de un cabo suelto. Tú eres el que va a ser hombre muerto por haberlo impedido.


—Teníamos planes para ella.
–suelta el otro.



—No tenéis ni una puta idea de lo que habéis hecho. Ni una puta idea.



Ambos fruncen el ceño. Y puedo ver a través de su porte de hombres peligrosos y confiados, la preocupación y miedo en sus cuerpos.
Desvían la mirada de Nick hacia mí, mirándome dudosos y con los ojos entrecerrados.



—¿Pero quién cojones es esa tía? ¿Por qué estás diciendo eso?


—La chica de Grayson. La habéis cagado pero bien, y lo vais a pagar.




Al decir eso, a los dos hombres le cambian la expresión de la cara. Abren los ojos sorprendidos y asustados a la par. Puedo ver el miedo en sus ojos. Sonrío para mis adentros al verles así de asustados.

Aunque no soy la chica de nadie, ellos no lo saben, así que supongo que Nick ha dicho eso por eso mismo. Igualmente, esos dos van a pagar por lo que me han hecho.


—Vamos, Sophie.


Me ofrece su mano y yo la acepto.
Me saca de este lugar ayudándome a caminar mientras andamos agarrados de la mano.
Salimos del lugar y veo que aún es de noche, quizá sea por la madrugada. No sé cuánto tiempo he estado ahí metida, si minutos o horas, pero se me han hecho eternas.

Entro al asiento de copiloto y él al del conductor, arranca el motor y nos marchamos no sé a dónde, pero ni si quiera tengo fuerzas para hablar.
No sé dónde va a llevarme, pero solo espero que sea bueno y tenga buenas intenciones e intente ayudarme, y no quiera hacerme nada.


—¿Te duele?
–pregunta al verme acariciarme las muñecas.


Asiento con la cabeza manteniéndome en silencio.

—No pasa nada, en unas horas desaparecerán las marcas. Y no te preocupes, Grayson se encarga de ellos.




No contesto, no digo nada. Me mantengo en silencio con la mirada clavada en mis muñecas, pensando en lo que he pasado, en los golpes que he recibido, en el susto que me han dado y en el miedo que tenía tan terrible en el cuerpo.
Tengo el cuerpo revuelto y con todavía el miedo metido. Lo he pasado verdaderamente mal, pensaba que mi vida ya iba a acabar y que esos hombres iban a hacerme sufrir. Por suerte, Nick ha aparecido para detenerlo.

Las lágrimas se amontonan en mis ojos y comienzo a llorar, otra vez.
Si no hubiera aparecido Nick en el momento exacto, no se lo que hubieran hecho conmigo, no sé si seguiría viva o lo que hubiera hecho conmigo y hubiera sido de mi.



—Sophie, tranquila. Ya estas bien, estás a salvo. Confía en mí, ¿vale?


—¿Dónde vamos?
–es lo único que logro decir.


—A casa de Grayson. Está a diez minutos de aquí. ¿O quieres que te lleve a tu casa? Por mi no hay problema, puedo cambiar de carril y...


—No, está bien. Debo tener una pinta horrible y no quiero que mi hermano me vea así.




Nick asiente con la cabeza manteniéndose en silencio, me mira por unos segundos despegando la mirada de la carretera mirándome con cierta pena en sus ojos. ¿Un mafioso teniendo emociones? Qué extraño.

Miro hacia delante, hacia mis manos, y observo de nu go la marca rojiza que me han hecho esas sogas.
Muy seguramente debo tener la cara llena de heridas y de sangre, mi pantalón tiene algunas gotas y mi camiseta está llena. Así que ni si quiera quiero pensar en cómo debo de tener el rostro.
No me emociona para nada ir a casa de Grayson, pero no puedo ir así a casa y que me vea mi hermano de esta manera. Así no puedo presentarme a casa, sería preocupar a mi hermano y no quiero que me haga preguntas o que le de algo al verme con el rostro descompuesto.








¡Holaaa!

Uf, vaya capítulo más intenso... lo estaba pasando mal por Sophie, pero al menos Nick llegó a tiempo.

¿Qué creéis que hará Grayson cuando se entere?

En el próximo capítulo lo sabremos todo.

Comentad qué pensáis u opináis, os leooo...

¡Nos leemos!
❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Redes sociales: @Neferkktiti
(Solo uso y tengo Instagram)

[Capítulo editado y escrito desde cero]

Continue Reading

You'll Also Like

2.9M 173K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
534K 9.4K 20
NO COPIAS. NO ADAPTACIONES DE NINGÚNA CLASE. ESTA NOVELA ESTA REGISTRADA. . michel una chica hermosa de tan sólo 18 años, toda su vida vivió en un...
2.3K 112 6
Ethan Spencer... Tan sólo su nombre representaba peligro. El mafioso más respetado de Los Ángeles, se topa con Isabel Harrison en un bar, aquella...
322K 14.3K 42
"Como los drogadictos aman a las drogas, como los asesinos son adictos a sentir la sangre entre sus dedos, como los alcholicos dependen del licor. As...