Miro hacia el profesor esperando a que se dé la vuelta y deje de hablar, y al hacerlo miro a Alice, quien está terminando de apuntar lo que el profesor había escrito en la pizarra.
He tenido todos estos días en mente esos ojos grisáceos y esa fiesta privada tan extraña. Sigo sin creerme que sea una fiesta normal. O son millonarios, empresarios o algo peor.
Además, ¿por qué tendrían un arma? ¿Y si todos iban armados? ¿Y si el chico tatuado cuyo nombre todavía no se, también iba armado y yo estuve hablándole mal? Podía haberme ganado una bala en la cabeza.
Joder. Se me pone la piel de gallina de tan solo pensarlo.
—¿Qué piensas tanto? Llevas todo el día pensativa.
–habla Alice en voz murmurante para que el profesor no nos escuche.
—En la fiesta del otro día. ¿No te parecía extraña?
—No puedo creer que sigas pensando en eso
–dice resoplando y rodando los ojos–. Fue hace tres días, y era una fiesta tranquila y normal.
—Parecía ser normal, pero estoy seguro de que no lo era. O si no, ¿por qué uno de ellos iba armado?
Alice me mira y alza las cejas sorprendida. Después, frunce ligeramente el ceño y niega con la cabeza.
—¿Armado? ¿Qué estás diciendo, Sophie?
—Lo que escuchas. Uno de los hombres que estaba con Tony, en aquel grupo, tenía una pistola en su cadera escondida. Se la vi porque apoyó ahí su mano y se levantó sin querer la americana. Si él iba...
—Vosotras dos, silencio. Estamos dando clase.
El profesor me interrumpe, serio y con el ceño fruncido. Algunos compañeros nos miran y nosotras nos disculpamos con el profesor. Pero aún así, seguimos hablando.
Me acerco más a Alice y hablo en voz bajita;
—Si ese tipo iba armado, ¿qué te hace pensar que los demás no? Incluso Tony seguramente lo estaría.
—Sí. Si que iba bien armado, pero en otra parte.
–mueve las cejas rápido y ríe.
Ambas reímos.
Alice y sus comentarios sucios.
—En serio, Alice. Esos hombres no daban buena espina. Estoy segura que son gente chunga y que iban armados. Lo vi, estoy segura de que era una pistola.
—No te rayes, Soph. Quizá viste mal y era la hebilla del cinturón o... no lo sé. El ambiente era diferente al que estamos acostumbradas, pero no creo que sea gente peligrosa.
—Alice, Sophie. O dejáis de hablar, o le contáis a toda la clase vuestra conversación tan interesante.
—No creo que le interese.
–responde Alice.
Le doy una leve patada por debajo de la mesa y le hago una mueca. Ella me mira y se encoge de hombros. Ambas miramos hacia el profesor, quien se ha puesto más serio que de normal. Y cuando va a hablar para seguramente, echarla de la clase, el timbre suena dando por acabado nuestro día.
Todos se levantan, guardan sus pertenencias: libros, estuches y carpetas y se marchan de clase. Alice y yo nos marchamos mientras que vamos hablando entre nosotras del mismo tema.
—Ronald tiene mal genio, estoy segura de que te iba a echar si no fuera porque el timbre ha sonado. ¿Por qué le has respondido así?
—Somos más de treinta personas en clase, todos están hablando entre ellos. Y nosotras lo estamos haciendo en voz baja. ¿Qué le molesta que nosotras estuviéramos hablando sin molestar a nadie? –frunce el ceño.
Asiento con la cabeza llevándole la razón sin decir nada.
La verdad que tiene razón.
No éramos las únicas que estábamos hablando entre nosotras. Además, lo estábamos haciendo en un tono de voz bajo donde solamente ella y yo estábamos escuchando.
—Bueno. Volviendo al tema de antes –vuelve a hablar–, creo que simplemente son diferentes a nosotras. Son más mayores y es otro tipo de fiesta más seria. Tony me dijo que son empresarios, abogados, algún que otro político... gente importante. Pero no eran gente peligrosa.
—¡¿Le has preguntado a Tony?! –digo sorprendida y asustada a la par–. No le habrás dicho que sospechaba del ambiente, ¿no?
—No, tranquila. Se lo he preguntado sin decir nada. A modo de curiosidad. –dice encogiéndose de hombros.
Eso me deja algo más tranquila. Pero espero que sea verdad y que no me esté mintiendo.
—Ah, se me olvidaba contarte algo.
—¿El que?
–pregunto curiosa.
—Tony va a celebrar una fiesta por su cumpleaños dentro de tres días. Yo por supuesto voy a ir. Y quería que vinieras conmigo.
—¿Va a ser en una discoteca privada con gente peligrosa?
—Sophie, no son gente peligrosa –rueda los ojos–. Y no lo sé. Irán sus amigos, algún conocido... no lo sé. Lo que sí sé es que va a ser en su casa. ¿Qué dices? ¿Vienes? ¡Di que sí, por favor!
No sé si debería.
Ya he estado en dos fiestas en una semana. Ya tres es abusar.
Además, tampoco soy demasiado fan de las fiestas ni discotecas. Me gusta ir de vez en cuando para distraerme y pasarlo bien, pero no me gusta ir tan seguido.
Pero también es cierto que no quiero dejar a Alice sola. Sé que va a estar con él y me va a pasar lo mismo del otro día. Pero por mucho que Tony parezca buen chico y la trate bien, no termino de fiarme demasiado de él. Hay algo que oculta. Solo hay que ver sus amistades el otro día para saber que no es el trigo limpio que intenta demostrar.
—No lo sé, Alice. Ya sabes que no soy de salir tan a menudo de fiesta... ya sería el tercer día en una sola semana.
—¡La noche es joven! Tenemos dieciocho años. Si no disfrutamos ahora, ¿cuándo vamos a hacerlo? Venga, va a ser divertido. Prometo que intentaré estar contigo toda la noche. Además, seguramente Tony tenga amigos guapos... –dice mientras me guiña un ojo.
Siempre consigue que termine aceptando. No sé cómo lo hace, pero lo hace.
—No lo sé. Lo iré pensando en estos días y ya te confirmo.
—Bueno... te dejo estos días para que lo pienses. Pero por favor, piénsalo bien. Va a estar guay.
Asiento con la cabeza sin decir nada.
—Y por cierto, vi como te miraba Gregory o Grayson, no me acuerdo cómo se llamaba. Chica, ojalá me miraran a mí así de esa manera.
–dice riendo.
—¿Qué? No. Me miraba normal. De hecho, me miraba de una manera como si intentara recordar quién era. ¿Crees que se acordaría después?
—No lo sé. Pero quizá le veas si vienes este viernes a la fiesta, y podrás saberlo.
—Daba demasiado mal rollo. ¿Sabes que he estado pensando? En si él también llevaría pistola o no.
—Olvídate de las pistolas. Ni si quiera sabes si era o no. Estaba todo oscuro, lo mismo lo confundiste.
No estoy cien por cien segura de si se trataba de una pistola, pero vi algo relucir y parecía metálico. Y dudo mucho que fuera parte cinturón o la hebilla de este mismo.
Decido no darle más vueltas al mismo tema y dejarlo estar.
—Eso sí, estaba buenísimo. Dios, me encantan los tíos tatuados.
—Parecía un dios griego tatuado. –añado.
—Totalmente. ¿Crees que estará en la fiesta de Tony? Siempre puedes acercarte a él y hablar. No tiene por qué pasar nada.
—No voy a acercarme a él. Tenía pinta de peligroso.
—Lo tenía. Pero nunca hay que juzgar a un libro por su portada. ¿No es eso lo que dices siempre?
—Sí, pero...
—Pero nada. Este viernes vamos y disfrutamos de la noche. Deja de pensar en si son peligrosos o no, o lo que sea.
—No te puedo prometer nada.
–digo soltando unas risas.
—Inténtalo. Y bueno, cambiando de tema, ¿qué hacemos hoy? ¿Nos vamos a comer?
Asiento con la cabeza y llevamos al fin al coche de Alice. Tiramos nuestros bolsos de la uni en los asientos traseros del coche y nos sentamos después en el asiento de conductor y de piloto. Alice conecta su móvil al coche y yo busco qué canciones poner.
¡Holaaa!
Uy, uy... parece ser que van a ir a OTRA fiesta. ¿Qué pasará allí? ¿Estará el chico tatuado (Grayson) allí? Próximamente lo sabremos.
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Espero que os haya gustado. Nos leemos en el próximo capítulo. Leeré y responderé vuestros comentarios!
¡Nos leemos!
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(Este capítulo ha sido editado, cambiado y escrito entero desde cero). •Marzo de 2024.