Decir que el aroma del alfa no le afectaba en nada sería una asquerosa mentira.
Se humedecía más y más cada segundo expuesto. Si no se hubiese criado con alfas, seguramente estaría lloriqueando para que el alfa se lo follase.
Pensó que Katsuki iba a besarle, o intentar tocarlo, cuando vio como el alfa con desesperación estaba tironeando el cierre del polerón mientras él seguía estático, confundido por como el otro trataba de retirar la prenda.
Era malditamente atractivo porque podía notar como Katsuki que todo el tiempo había dicho que Shoto no era su tipo, estaba desesperado por tener algo suyo. Tanto, que había olvidado retirar el seguro y el cierre no iba a bajar si seguía haciéndole fuerza. Shoto tuvo que mirar dos veces cuando vio al alfa pucherear por no poder hacerlo.
Sabía de antemano que Katsuki no iba a intentar follarlo, si fueran sus planes habría sacado el pantalón y Shoto estaría gritando ahora mismo, eso no quería decir que su parte animal no estuviera ahí.
—Te estás divirtiendo con mi sufrimiento, uh...
Shoto retiro las manos del alfa para sacar el seguro y bajar el cierre, quitando el poleron con manos temblorosas ante la evidente mirada con hambre del alfa, que seguía todos sus movimientos.
Katsuki puso la mano en el reborde de la polera, solicitando el permiso del omega antes de empujarlo a la pared, y una vez ahí meter un muslo entre sus piernas, sacándole un suspiro al omega por la fricción.
Katsuki estaba mirando sus labios, casi como si quisiese devorarlo, mientras Shouto lo miraba de la manera más sexy e inocente que había visto en esos 5 meses. —¿Prohibido?
—Lo quieres tanto que da pena.— Contesto dificultosamente el omega, Katsuki tenía las pupilas dilatadas y jadeaba tratando de regularse, igual que un perrito, piensa Shoto.
Y Katsuki no evita pensar en que podía rogar si el omega quería, arrastrarse en el suelo y besarle los pies, no tenía ningún ápice de dignidad cuando se trataba del omega, mucho menos en estas condiciones.
Shoto no tenía idea lo mucho que lo deseaba, lo atractivo que era, ni siquiera con la rutina nublándole la mente, podía dejar de sentir el corazón acelerado por tenerlo tan cerca, demonios. Benditos supresores que lo dejaban estar en sus sentidos durante el primer lapsus de calor.—Por favor...
— No, tengo algo mejor que eso — Dice el omega, sabiendo que si se besaban en este momento perdería el control, y terminaría sin cola con un alfa que no siente nada por él.
Katsuki tuvo que relamerse los labios cuando sintió el pequeño movimiento de la cadera de Shoto, que trato de esconderse en su hombro, para no ver la manera en la que el alfa está mirando y el olor a lavanda se vuelve aún más fuerte, acompañado de los pequeños gemidos del omega, que tenía las orejas completamente rojas.
—Te odio, esto es tan humillante.—Gime el omega, con la cara completamente roja, sin detenerse, y las manos del alfa encuentran sus caderas del omega, no interfiriendo en el ritmo, pero ayudándolo a continuar cuando se detenía por sentir demasiado, sacándole un par de gemidos que el medio albino trataba de cubrir con las manos.
Katsuki no puede evitar el gemido de satisfacción que se le escapa al ver el parche de humedad en el pantalón del omega pasarse a su propio pantalón, mientras Shouto sufre un pequeño espasmo.
Katsuki nota a Shoto agarrándose más fuerte de sus hombros, restregando sus muñecas con el cuello del alfa en el proceso, los rosados labios entre abiertos y los ojos cerrados, la tensión en el vientre y el alfa sabe que está punto de venirse por lo que detienen su movimiento en seco.
—Si te veo venir, no voy a poder parar.—Jadea el alfa irritado, ante el lloriqueo del omega, cuyo orgasmo había sido arruinado.
Katsuki levanta la chasquilla del omega para dejar un beso en su frente y quitarle la polera, alejándose de él.
No podía hacerlo de esa manera, follárselo en medio de una rutina podía hacerle daño, en especial considerando que sería la primera vez del omega. Aunque su parte animal quería, la Racional era la que mandaba por ahora.—Gracias.
Shoto, que de alguna manera, seguía esperando algo más, cuando la puerta de su habitación azotó y él cayó al suelo, con el pantalón jodidamente pegajoso y la necesidad de correrse.
Como lo odiaba.
—Luces terrible.—Kirishima alzaba una ceja al ver al otro alfa entrar devastado a la habitación.
Había tenido un retiro de tres días, al que se le había sumado uno más porque no podía salir del trance de su rutina.
Lo único que había deseado esos tres días era tener al bonito de Shouto encima, y había fantaseado con eso durante cada lapsus de calor. Incluso, tuvo que pagar cargo extra en la clínica porque había roto tres de esas cosas que servían para simular estar follando a alguien, por como había anudado.
Anudar al masturbarse igual que cuando era un adolescente virgen.
La peor parte es que no sabía qué esperar ahora. Shoto podría alejarse de él, por haberse comportado igual que esos bastardos que intentaban manosearlo todo el tiempo, o actuar como si nada hubiese pasado...
La última vez que tuvo una rutina fue como hace dos años y la paso en menos de dos días, ni siquiera había tenido que ir a una clínica para que lo monitorearan porque los minutos de lucidez eran amplios; podía alimentarse y beber agua entre cada oleada, a diferencia de ahora, que tuvo lapsus demasiado cortos y los empleados literalmente tuvieron que ponerle el batido de proteína en la boca.
—Fue horrible.—Admitió.
—Mmh.—Responde el pelirrojo. —Pudo ser peor.
Kirishima no sabía que Shouto lo había impregnado mientras le regalaba una imagen mental deliciosa que había ayudado a mantener a su alfa a raya, y definitivamente si el omega no lo hubiera hecho habría sido peor, seguramente ni siquiera estaría en la U.A. hoy.
—Oye, sobre Shinso...
Kirishima lo mira expectante.
—A Shinso le importa una mierda que Shoto esté conmigo. Fue capaz de tocar a Shouto frente a mí, e incluso se puso detrás de él como si nada. — El pelirrojo alza las cejas.— Shinso quería que yo viera que él podía hacerlo sin repercusiones. Estoy seguro de que se burló de mí en algún punto. Y cuando le quite a Shoto e intente demostrarle que yo podía besarlo, él no se removió ni un poquito.
—Dijiste que se conocen de niños.—Comenta el pelirrojo.—No sería raro que Shinso supiera de eso.
—¿De qué?
—Del trato.
—Pero la manera en la que Shoto me siguió el beso...— dice el alfa.
—Estabas en la previa.—Dice haciendo un gesto con la mano.—Pudo ser por tu aroma, sabes.
Katsuki frunce el ceño y Kirishima rueda los ojos. Shouto no se dejó besar ni siquiera cuando lo acorralo en la pared, cuando estaba en el peak de su lapsus.
—Como si tuvieras derecho de molestarte después de subir a Cammie a tu auto y dejar que se te subiera encima.—Katsuki mira directamente al pelirrojo que alza una ceja.—¿Creíste que no me lo diría? Shoto estaba furioso, incluso le pateo el trasero al tonto de Sen durante las prácticas tan fuerte que tuvieron que llevarlo a enfermería. Tuve miedo por mi propia seguridad.
—Realmente es una cosa, pero bárbara, ¿uh?.—Dice Katsuki mirando por la ventana.—No hicimos nada de todos modos, le dije a Cammie que no volviera a venir.
Kirishima lo mira con los labios fruncidos, como si quisiera decirle algo, pero debatiéndose en sí hacerlo o no. Finalmente parece guardárselo. Katsuki no lo nota solo porque está mirando el teléfono.
—Mi mamá quiere llevar a Shoto a un club de cocina.—Katsuki lo mira con el ceño completamente fruncido.
—Oh, tiempo de calidad suegra--
—Shoto no sabe cocinar.—Comenta el alfa breve, cuando Kirishima le mira acomplejado.—Va a llevar a Monoma. ¿Qué mierda le pasa? ¿Qué mierda invento?
—¿Por qué irías a inventar algo?
—Shoto no cocina. —Katsuki rueda los ojos cuando encuentra los de Kirishima totalmente en serio. — Llevarlo a una clase donde tiene que cocinar...
—Pero tú sí.