El cocinero del capitán

By LaElizabethCarter

32.9K 4.3K 513

Durante largos meses trabajé arduamente para ser parte de la importante tripulación de un reconocido político... More

Capítulo 1- Asalto
Capítulo 2- ¿Estás enfermo?
Capítulo 3- ¿Escapar?
Capítulo 4: Tierra Firme
Capítulo 5: Inexperto
Capítulo 6: Placer
Capítulo 7: No te escapes
Capítulo 8: Malentendido
Capítulo 9: Aclaración
Capítulo 10: ¿Tienes miedo?
Capítulo 11: Una enfermedad contagiosa
Capítulo 12: ¿Juguete?
Capítulo 13: Caos
Capítulo 14: Una noche caótica
Capítulo 15: Egoísta
Capítulo 16: Una Moza
Capítulo 17: Cueste lo que cueste
Capítulo 18: Aclaración
Capítulo 19: Mio
Capítulo 20: Huiré
Capítulo 21: Plan de protección
Capítulo 22: Merece ser feliz
Capítulo 23: Libertad
Capítulo 24: Futuro entrenamiento
Capítulo 25: Miedo
Capítulo 26: me gusta ser su amigo...
Capítulo 27: Tu hogar
Capítulo 28: no me debe nada
Capítulo 29: ¿Enojados?
Capítulo 30: Molestia
Capítulo 31: La novia del líder
Capítulo 32: Mi amigo
Capítulo 33: Un segundo líder
Capítulo 34: Que vergonzoso..
Capítulo 35: No necesitas a otra persona
Capítulo 36: No me gustan los chicos
Capítulo 37: ¿Un error?
Capítulo 38: Fue un error
Capítulo 39: ¿Celos?
Capítulo 40: Aclaraciones
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44: Malas noticias
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65: hijos
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68

Capítulo 45

389 51 11
By LaElizabethCarter

Creo que algo malo estaba ocurriendo, todos los habitantes del pueblo fueron citados en el gran comedor donde en invierno no muchos visitábamos, parecía ser que anunciarían algo importante y varios murmuraban sobre lo ocurrido tratando de sacar sus propias conclusiones.

Leo mencionó que tenía una idea de lo que podría estar ocurriendo, pero dijo que no deseaba crear sus propias conclusiones debido a que podría estar equipado. No sabía si era momento de preocuparme, Fredrik y Joshua aún no llegaban, por lo mismo, como un método de calmar nuestro nerviosismo, optamos por iniciar un juego de apuestas con el que nos distraíamos.

La mayoría de personas que se encontraban en el gran comedor, eran aquellos hombres que conocí en el barco, en donde algunos eran acompañados por sus esposas e hijos, por ello, había cierta confianza y como en la mesa no caíamos todos, opté por sentarme en las piernas de mi amado con tal de cederle mi asiento a otro participante.

Nosotros nos reíamos, disfrutábamos del ambiente y aprovechábamos de beber mientras esperábamos la cena, aunque inconscientemente me movía tras celebrar mis pequeñas victorias, olvidando que estaba sentado sobre mi amado, quien en un susurro a la altura de mi oído dijo "Mi amor, no te muevas, se me está parando"

Yo rápidamente lo miré cuando oí sus palabras, me sentía un poco culpable por crear fricción en la zona, pero al mismo tiempo me divertía ver como se mantenía tenso, esperando a que me quitara de encima cuanto antes.

No quise darle el gusto, la zona aún no estaba dura, así que opté por mover sutilmente mis caderas como un método de tortura que lo obligó a morder mi hombro. Podía sentir su frustración, ya que cada vez era más evidente que se estaba poniendo duro y lo mejor es que no podíamos marcharnos.

–En esta ronda no jugaré– dije alejando mis manos de la mesa, llevándolas a mi espalda para colarlas dentro del pantalón de mi amado, quien tenía las manos sobre la mesa esperando su turno para lanzar los dados.

Sutilmente, lo estaba tocando, él me miraba con cierto enfado y tensaba sus músculos para no mover su cuerpo, aunque una vez acaricié su erección, alejó sus manos de la mesa y dijo "También me retiraré" tratando incluso de ponerse de pie.

No sabía qué planeaba, así que me puse de pie para ver sus acciones, sin esperar que me usaría como escudo para salir de allí hacia la zona trasera del comedor, donde estábamos al exterior, rodeados de nieve y a nuestras espaldas, un muro de árboles que daban acceso a un bosque pequeño.

Ya estando allí, me regañó con cierto nerviosismo, algo que me motivaba para adentrar mi mano derecha en el interior de su pantalón de una mejor forma, notando como su enfado se mezclaba con lujuria y deseo.

–Eres un...–logró decir antes de suspirar, evidenciando que se sentía bien.

Quería molestarlo, planeaba irme y dejarlo solo para que arreglara su problema con la nieve, sin embargo, me puso de cara contra la pared y bajó un poco mis pantalones dejando mi trasero al descubierto.

Cuando planeaba quejarme, me silenció tras adentrarse entre las paredes de mi agujero, iniciando unos seductores movimientos que me obligaban a arquear mi espalda para recibirlo de un modo más adecuado.

–nnngh...–gemí subiendo un poco mi ropa, permitiendo que sus manos pudieran sostener firmemente mis caderas, mientras que aceleraba el movimiento de su pelvis que chocaba contra mi trasero, una y otra vez–ah... nnngh... q-que pervertido eres, mi amor...

–Lo dice quien... ah... comenzó todo esto...– habló con dificultad.

Hacía frío, pero mi cuerpo se sentía caliente, sus embestidas me empapaban haciéndome sentir acalorado y lo mejor es que, sabía perfectamente qué pasaríamos varios minutos allí, gracias a su resistencia.

No me podía quejar, me sentía bien, sobre todo cuando sus labios me buscaron y su lengua se adentró por mi boca dándome un espectacular beso mojado, uno de aquellos que logran calentarme más que el fuego.

Adoro a este hombre y lo mejor es que, cuando nos casemos, no lo dejaré escapar de mis brazos hasta que los Dioses lo arrebaten de mi lado.

–Haah...–jadeé sobre sus labios– ¿se siente bien...? –le pregunté en un tono casi inocente, fingiendo incluso que no sabía mover mis caderas para complacerlo.

–Sí...–susurró y al mismo tiempo, asentía con la cabeza, viéndome casi embobado.

–¿M-Me seguirás regañando luego...? –pregunté fingiendo tristeza, algo que lo hizo sonreír.

–Oww mi amor...–dijo robándome un beso– ya no lo haré...–agregó, algo que me hacía saber que podría salirme con la mía.

–Hace frío...–le dije bajando la mirada– quiero entrar...–añadí.

Leo me giró, saliendo de mi interior con tal de besarme, sus labios se sentían fríos, pero incendiaban mi cuerpo y sé que lo hacía como un método de hacerme cambiar de opinión, ya que terminó quitándome la ropa que llevaba de cintura hacia abajo para embestirme de frente mientras mis piernas lo rodeaban junto a mis brazos.

–¡Ah...! ¡Aah...! –fui gimiendo incontrolablemente– ¡nnnnh...!

Yo deseaba molestarlo, quería cortar su calentura tras fingir que deseaba marcharme por el frío, algo que debido a la nueva posición en la que me embestía, olvidé completamente y simplemente gemía de placer.

Al mismo tiempo en la que mis labios liberaban diversos gemidos, mi interior se empapaba y se aferraba a su erección, deseando que este momento no terminara jamás.

Me olvidé de todo, incluso del frío, en un momento como ese sólo sabía gemir y pedirle más profundo hasta que logramos corrernos. Ambos nos quedamos un instante de pie contra aquella pared donde me mantenía apoyado, tratando de controlar nuestras respiraciones para regresar.

Una vez lo hicimos, me vestí mientras que él acomodaba su ropa y regresamos al comedor como si nada hubiese pasado, aunque esta vez nos acercamos a la chimenea para calentarnos del frío.

Por suerte, Fredrik y Joshua llegaron poco después, justo a la hora de inicio, donde todos buscamos nuestros respectivos asientos y miramos su sitio esperando a ser informados sobre el motivo de esta reunión.

Lo curioso es que lo estaban alargando, ya que esperaron a que comiéramos antes de dar a conocer el problema que nos había traído aquí.

–Ayer el concejo se reunió y como bien saben, esto significa que debemos emprender un viaje fuera de nuestro hogar– comenzó diciendo, mientras todos comenzaban a murmurar.

–"¿Por qué será esta vez?" "Acaban de llegar, ¿por qué deben irse tan pronto?" –oía que algunas personas decían.

–Hay intrusos en nuestros territorios– agregó, respondiendo un par de preguntas que se habían formado– esta vez, no partiremos para conseguir nuevos recursos, ni para alejar a nuestros enemigos, sino que esta vez tendremos una batalla por nuestras tierras y no será tan fácil como las anteriores.

–Ag... mierda, lo sabía– soltó Leo, con cierta frustración, mientras que me sentía enmudecido por la situación.

–Partiremos mañana, esto es de suma urgencia, por lo que entre más pronto partamos, más pronto regresaremos– anunciaba, mientras que todos estaban enmudecidos y muchas esposas se mostraban preocupadas– hoy pueden despedirse de sus mujeres, hijos o amigos, asegúrense de hacer todo aquello que desean, puesto a que no todos lograremos regresar con vida.

Sin duda la noticia me pillaba desprevenido, lo peor es que su tripulación se puso de pie y levantó su puño mientras todos repetían la misma frase "Lucharemos hasta la muerte con honor y orgullo, si eso significa proteger mi hogar"

Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo cuando Leo repitió aquella frase mientras me miraba a los ojos, haciéndome saber que nos separaríamos y lo peor es que no existía nada que pudiera evitarlo.

Él es parte de aquella tripulación, creí que existía la posibilidad de que yo también pudiera ir, sin embargo, Leo dijo "No te quiero allí" y a pesar de que estaba aterrado por su seguridad, mencionó que, si iba, sería una distracción, algo que podría ser mortal para su vida.

No quería alejarme, pero comprendí que, si realmente deseaba verlo de regreso, debía aceptar su decisión y cuando llegamos a casa, me aseguré de darle todo lo que mi cuerpo pudiese brindarle, haciéndole ver que, no necesitaba preocuparse por mí.

Sus pensamientos no deberían centrarse en mí durante aquella batalla, sabía que si lloraba o si le suplicaba que se quedara conmigo, su mente se podría llegar a sentir culpable durante aquellos días donde no debería pensar en nada más que en salir victorioso.

Por lo mismo, me aseguré de retenerlo entre mis piernas mientras le entregaba todo mi amor sin límites.

–Cuando regrese...–susurró tomándome de las mejillas, mientras me encontraba sentado sobre su erección, completamente desnudo y con un nudo en la garganta– te presentaré a mi familia y nos casaremos... ¿Vale?

–S-Sí...–respondí apretando mis labios, realmente quería llorar.

–No llores...–me pedía, mientras quitaba las lágrimas que trataba de controlar, pero que fueron imposibles de retener.

–Eres lo mejor de mi vida...–le dije aferrándome a su cuello, tratando de ocultar mi rostro en medio de un fuerte abrazos que nos dábamos–si no regresas, me buscaré a otro...–agregué bromeando, algo que lo hizo reír.

–Desde que te conozco me he vuelto egoísta, así que no pienso compartirte con nadie– me susurraba al oído– eres mío, de la misma forma en la que yo soy tuyo.

Eso me hacía feliz, por ello busqué sus ojos y lo miré con alegría antes de besarlo, viendo como mi sonrisa se veía reflejada en sus labios y en medio de muchas caricias y besos, deseaba creer que los Dioses me lo devolverían sano y salvo.

Continue Reading

You'll Also Like

91.6K 10.4K 30
Trez, un joven tímido, se deja llevar por primera vez en mucho tiempo por una noche de pasión, anónima y maravillosa. ¿Qué ocurre cuando nada sale co...
14.9K 1.6K 33
𝙎𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙖𝙣 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙖𝙣 𝙖𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙫𝙞𝙙𝙖 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙖𝙣 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙨 𝙨𝙪𝙨 𝙥𝙧𝙤𝙗�...
12.5K 1.7K 59
Segunda temporada de PROTEGIDO. Dónde Liam rompió el contrato y no cuido de Zain 2 años. Cuido de Zain toda su vida. 🖤💗
1.2K 60 19
Rubí es una profesional gangster , la cual se encontrará con unos narcotraficantes ¿será solo una visita o será un nuevo amor? ... Se mencionara dro...