Mío [Entrégate, Libro 2]

By AllisonScarwell

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¿Por qué quien dijo que después del "felices por siempre" habría paz? More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Epílogo

Capítulo Final

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By AllisonScarwell

— Eres un terrible peso ligero en el departamento de alcohol. —Thomas se burló. Sus ojos azules se arrugaron en las esquinas mientras la sonrisa se extendía por su rostro y fijaba su mirada en Ethan, quien estaba abriendo la puerta de la nevera para sacar una botella de agua.

— Estoy sobrio ahora, —Ethan se quejó—. Pero fue por tu terrible idea de darme ese caballito de tequila después de haber tomado el vino. ¿Nadie te enseño que no se debe mezclar el alcohol? —reprendió, dando un sorbo a la botella de líquido frio en su mano.

Thomas lo miro como si se estuviera conteniendo reciamente por no reírse, sus labios estaban apretados fuertemente en una línea.

— ¿Te lo enseñaron a ti? —Dijo con burla—. Aceptaste el tequila de todas formas.

Ethan lo miro con molestia fingida.

— Bueno, lo escuche en alguna parte. —dijo, alzando la barbilla. Su perfilada nariz alzándose en su gesto. Lucia como el hombre de clase alta a la que pertenecía y Thomas nunca había querido estropearlo tanto. Ahí mismo en la cocina de Ethan, quería tocarlo de todas las formas correctas. — No creí que fuera realmente cierto. Además, creí que me habías dicho que no bebías. —Ethan se cruzó de brazos, y lo miro casi acusadoramente. Una sonrisa apareció en los labios de Thomas.

— No lo hago. Quiero decir, no por diversión. —corrigió—. Deje de hacerlo hace muchos años, pero sé que tengo que beber en los eventos sociales, porque es lo que se espera de mí. Así que lo hago. Tomo algunas copas, pero nunca lo suficiente como para embriagarme. No soy un alcohólico en rehabilitación o algo así.

— Lo entiendo. —Ethan camino a través de su cocina y se acercó a Thomas que estaba recargado en la encimera, con sus antebrazos sosteniendo su peso, lo que hacía lucir los músculos de sus bíceps imposiblemente anchos en ese ajustado esmoquin hecho a la medida—. Yo también lo hago más por compromiso que por placer. Nunca he disfrutado el sabor del alcohol en cualquier presentación. —dijo dando un largo trago a la botella de agua, como si tratara de borrar el sabor del alcohol de su paladar.

— No me desagrada precisamente su sabor, pero dejo de ser un complemento para la diversión en mi vida desde hace mucho tiempo.

— ¿Cómo diablos ibas a esos bares de strippers sobrio? —se quejó Ethan.

— Iba con mis amigos. —Reflexiono Thomas—. En mi casa siempre había alcohol aunque yo lo hubiese dejado hace años. Se compraba por ellos, porque sabía que ellos lo consumían. Y estaban la mayor parte del tiempo ebrios, así que cuando sugerían ir a un club, íbamos. No se daban cuenta de que yo era el único que estaba sobrio entre ellos. Nunca me importo demasiado si iba sobrio a esos lugares. Las chicas eran lindas y eran distracción suficiente. Pero la mayoría de las veces era arrastrado a los clubs porque mis amigos querían que fuera a ellos, ya que mi calidad de estrella deportiva les daba privilegios.

— Tu casa era un desastre. —Ethan se quejó frunciendo el ceño ante el recuerdo. Odiaba a los "amigos" de Thomas, los hombres que solo lo habían usado para su propio beneficio. Ethan sabía que Thomas había permitido que eso llegara a tanto porque en algún punto él sentía que "se los debía". Pero la verdad era que Thomas no les debía nada, él mismo había forjado su propio camino. Él era el que había dejado sangre, sudor y lágrimas en el campo. No sus amigos, era Thomas quien había trabajado su disciplina para pertenecer a la NFL. Solo él y nadie más.

— Lo sé. —él se acercó a Ethan, y apoyo sus grandes manos en las caderas del hombre, acercándolo a él. — Me ayudaste a descubrir quiénes eran realmente mis amigos.

— Ninguno de los hombres que estaban en tu casa, eso seguro. —refunfuño Ethan frunciendo el ceño. Odiaba el hecho de que los hombres en la casa de Thomas se hayan alejado de él en cuanto se enteraron de que Thomas estaba saliendo con otro hombre y que estaba retirando oficialmente todos los beneficios de su mansión. Odiaba aún más todas las cosas despectivas que habían arrojado contra Thomas. Y odiaba que el hombre se hubiese deprimido por ello. Imbéciles como ellos no podrían considerarse como amigos. Eran solo unas malditas sanguijuelas sedientas del dinero y los beneficios que implicaban estar cerca de Thomas. Nunca habían sido amigos reales.

— No. Ellos no lo eran. Pero ahora sé quiénes sí lo son. Y es todo gracias a ti. —Thomas se inclinó y lo beso suavemente, su lengua tibia deslizándose lentamente dentro de la boca de su amante, acariciando contra la suya. Rápidamente el beso pasó de ser uno de "agradecimiento" a uno de "preparémonos para follar". — Hazme el amor, cariño. —murmuro, contra los labios de Ethan. La forma intima, ronca y sexy en la que las palabras fueron dichas y el aliento caliente de Thomas golpeando contra sus labios húmedos, dejaron piel de gallina a su paso. La intensa mirada azul de Thomas estaba fija en él, tan intensa y necesitada.

Ethan solo tardo un segundo en darse cuenta de lo que Thomas le estaba pidiendo. Lo que realmente le estaba pidiendo.

Maldita sea. Habían hablado muchas veces acerca del cambio de roles, pero solo maldita sea. Ethan no creyó que Thomas sentiría la necesidad de hacerlo en ese mismo momento, o en cualquier momento cercano a decir verdad. Se sentía como demasiado pronto. Demasiado rápido.

— ¿Estás seguro? —pregunto, mirando fijamente los ojos azules de Thomas. — Porque este es un gran paso para ti y no quiero que hagas nada para lo que no estás preparado y-... —Thomas lo interrumpió con un beso antes de que Ethan pudiese seguir balbuceando.

— Lo quiero, cariño. Por favor, no me lo niegues.

Ethan lo miro por un segundo antes de cerrar sus ojos y tomar una respiración temblorosa. Había pospuesto esto por una razón en específico, y era porque estaba aterrado de no ser suficiente, ¿y si a Thomas no le gustaba? ¿Y si hacia algo mal? ¿Y si-...?

— No lo pienses tanto. —Thomas interrumpió su tren de pensamientos caóticos.

— ¿Y si no te gusta? —pregunto. Thomas sonrió.

— Tendremos que averiguarlo. —dijo, deslizando sus manos en la mandíbula de Ethan. — Pero Ethan, no hay nada acerca de ti, que no me vuelva loco. Ese debería ser un buen comienzo, ¿no es así?

— De acuerdo. —asintió. Su fachada externa no reflejaba los sentimientos caóticos que estaban sucediendo dentro de su pecho. Se sentía como un maldito virgen en su primera vez, totalmente fuera de lugar y perdido, aunque no fuera ni remotamente nuevo en el sexo con otro hombre. 

Tomando su mano, Ethan lo guio escaleras arriba hasta que llegaron a su habitación. Él estaba tan nervioso, como aquella vez que Thomas lo había llevado al yate la noche de su graduación. Había pasado demasiado tiempo desde aquella noche, pero repentinamente Ethan se sintió como un adolescente.

— He estado toda la noche pensando en lo divertido que sería quitarte estos. —dijo Thomas en tono bajo, tomando uno de los tirantes de Ethan en su dedo y estirándolo para que regresara al cuerpo del hombre. Riendo, Ethan extendió su mano, deshaciendo el moño que adornaba la garganta de Thomas y procediendo a desnudar al hombre con extrema paciencia mientras sus bocas se unían una y otra vez en una lucha constante por el dominio de la boca del otro.

— Luces demasiado sexy de esta forma. —murmuro Ethan, empujando a un Thomas deliciosamente desnudo a la cama.

Ver a Thomas siempre era un espectáculo para los ojos, ¿pero ver a Thomas sin nada encima? La boca de Ethan se hizo agua por querer probar al hombre por todas partes. Pero había una parte del cuerpo de Thomas muy en especial en la que Ethan quería poner su boca.

La majestuosa erección de Thomas sobresalía fuerte y orgullosa, contra sus abdominales duros y definidos. Extendiendo su mano, Ethan la tomo y sin previo aviso la capturo en sus labios. Debajo de él, Thomas se estremeció soltando un largo gemido y enterró las manos en el cabello espeso de Ethan, entregándose al placer de la boca caliente del hombre y el suave movimiento de succión, y a su lengua aterciopelada.

— Mierda, sí. —susurro Thomas, cuando un dedo suave comenzó a trazar su camino justo donde Thomas quería que Ethan estuviera. La sensación no era desconocida para Thomas, había sido el receptor de muchas mamadas que habían incluido un masaje de próstata con ellas, y cada vez que él se corría en la boca de Ethan era como estar en el puto cielo. Y esta vez no era la excepción, las sensaciones que recorrían el cuerpo de Thomas eran tan placenteras que estaba a un paso del borde del precipicio mientras Ethan lo preparaba para él. Joder, Thomas no podía esperar un segundo más, necesitaba liberar su carga en la boca del hombre que lo estaba volviendo loco.

— Voy a correrme, —advirtió Thomas. La forma rápida en la que Ethan retiro su boca y dedos de él hubiera sido graciosa si no estuviera tan jodidamente necesitado.

— No cariño, no hasta que yo esté dentro de ti. —sentencio, Ethan con voz ronca. Thomas gruño, le había dicho tantas veces casi exactamente las mismas palabras a Ethan, y él no dudaba ni por un segundo que esta era la venganza personal del hombre, solo eso explicaría la tortura.

— Estoy listo. —murmuro Thomas.

Los ojos verdes de Ethan lo miraron por un largo segundo antes de dar un leve asentimiento en su dirección. Moviéndose por la habitación, Ethan tomo la botella de lubricante y un condón de la mesita de noche. Cuando regreso su mirada al hombre excitado que lo esperaba en el centro de la cama, él le estaba frunciendo el ceño.

— ¿De verdad ocupamos el condón? —pregunto Thomas, mirando al envoltorio de aluminio con aversión. En su garganta, la respiración de Ethan se atascó, Thomas estaba tirando fuertemente de los hilos de su autocontrol y Ethan no estaba seguro de poder recuperar el control que tan desesperadamente ansiaba.

— Supongo que no. —respondió Ethan, orgulloso de que su voz aun fuera firme, y no el desastre tembloroso que se sentía por dentro.

Trepando a la cama, Ethan busco nuevamente la boca de Thomas mientras se colocaba sobre el cuerpo del hombre y extendía sus piernas a los costados. Con un suave movimiento, Ethan abrió el lubricante y unto una cantidad generosa a lo largo de su erección.

— Tienes que decirme si necesitas que me detenga. —dijo Ethan, para ser alguien que estaba teniendo sexo, seguro que parecía demasiado tenso, demasiado rígido. Thomas solo necesitaba que el hombre estuviera rígido de una parte muy particular de su cuerpo. Con un asentimiento, Thomas lo atrajo para besarlo y tratar de desaparecer algo de la tensión en los hombros de su amante, mientras alineaba la dura erección de Ethan a su entrada. Había deseado esto por mucho tiempo y no podía esperar por tener finalmente al hombre dentro de él.

Con un suave empujón, Ethan finalmente le entrego a su amante lo que ansiaba tan desesperadamente.

Thomas jadeo a través del dolor de ser tomado, experimentando un placer qué nunca había sentido mientras Ethan empujaba lentamente dentro de él, y después retrocediendo hasta mitad de camino, para después empujar suavemente una vez más, llevando a Thomas al borde de la comodidad.

Y aun así, a pesar del dolor, Thomas se sintió desesperado por más, y cuando Ethan golpeó dentro de él, el punto exacto, Thomas apretó los puños a través de las sábanas y mordió su labio inferior para no gritar de placer.

El cuerpo caliente de Ethan sobre el suyo, ahogándolo en su peso contra el colchón. El calor de su miembro y su pulso, él sentirlo duro y palpitante dentro de él en el lugar más sensible de su ser y sin ninguna barrera entre ellos lo llevo al límite. Sus gemidos se acumularon en su pecho mientras Ethan comenzaba a deslizarse dentro y fuera de él, aumentando poco a poco la velocidad combinando su ritmo con la necesidad de Thomas qué crecía a cada embestida y enviándolo a niveles absurdos de placer.

Sobre él, Ethan golpeaba dentro de él, una y otra vez como si no pudiera obtener suficiente, y con cada segundo qué pasaba, cada embestida se volvía más fuerte que la anterior. Más.

— Ethan. —Thomas jadeo su nombre como una súplica. Sus ojos conectaron y el momento tan insoportablemente íntimo los llevo más cerca del borde.

El cuerpo de Thomas estaba en llamas, con el cuerpo de su amante aprisionándolo contra la cama y sus piernas envueltas alrededor de la cintura del hombre. El cabello oscuro de Ethan estaba pegado a su frente, húmedo por su transpiración y Thomas pensó que el hombre nunca se había visto más hermoso como en ese momento. El refulgir de los ojos verde esmeralda parecía una mezcla de un brebaje espeso y oscuro. El estómago de Thomas dio un vuelco por la promesa de esa mirada oscura.

Levantando una mano por la parte exterior del muslo de Thomas, Ethan la levanto y el nuevo ángulo qué pudo alcanzar valió totalmente la pena. Thomas lanzó su cabeza hacia atrás, porqué simplemente era demasiado y a la vez no era suficiente.

Sus labios encontraron el cuello de Thomas mientras que su miembro estaba profundamente enterrado dentro del hombre. Sus cuerpos tratando de acercarse aún más cuándo no había más espacio entre ellos. Intentando absorber el calor del otro hasta que se volvieran uno.

Dejando escapar un gemido qué estaba peligrosamente cerca de un sollozo, Thomas se tensó bajo el cuerpo de Ethan, la agonía del deseo y el placer haciendo estragos por todo su cuerpo cuando las primeras olas del orgasmo lo desgarraron sin previo aviso, quemando su cuerpo como lava ardiente a través de sus venas.

A través de la nebulosa de su orgasmo, pudo sentir a Ethan perdiendo el ritmo y haciendo erupción dentro de él, latiendo y fluyendo violentamente hasta que no hubo espacio para llenar.

Le tomo un minuto completo tratar de recuperar el aliento, Thomas no recordaba haberse sentido de esta forma después del sexo, mareado, aturdido y sin aliento. Demasiado sorprendido por la reacción de su cuerpo al ser jodido.

Y cuándo Ethan se derrumbó sobre él, con la respiración agitada, era el sonido más sexy que había escuchado jamás.

— Eso fue increíble, —dijo Thomas, con una sonrisa tonta extendiéndose a través de su cara— Mejor de lo que imaginaba, debemos hacerlo otra vez.

Arrastrando una bocanada de aire a sus pulmones, Ethan miro en dirección de Thomas y enarco una ceja de aquel modo tan sexy que tenía.

¿Mejor de lo que imaginaba? —cuestiono. La sonrisa hermosa de Thomas era digna de un premio.

— ¿Yo como que medio me obsesione con la idea después de que lo sugeriste? —murmuro.

— ¿Y no lo habías dicho?

— Lo estoy diciendo ahora.

Con una risa ronca, Ethan se acercó a él, besando su hombro suavemente.

— Eres imposible.

— ¿Lo soy? —pregunto Thomas, aun con la sonrisa suave en su rostro. El tipo de sonrisa que solo la bruma post orgásmica le podía entregar.

— Por supuesto, nunca he tenido oportunidad contra ti.

— ¿Cómo es eso?

— Bueno, tú eres... —comenzó Ethan, sus ojos verdes conectaron con la mirada azul de Thomas—. Salvaje y seguro de ti mismo, siempre vas detrás de lo que quieres, yo nunca tuve oportunidad contra ti. Gracias por no rendirte conmigo.

— Me haces querer cosas en las que ni siquiera había pensado antes de ti. —Confeso Thomas—. Aún recuerdo como me sentí la primera vez que te vi, la primera vez que te bese y la primera vez que te tuve en mis brazos mientras bailábamos. Me di cuenta en ese momento que no podía seguir engañándome a mí mismo, creyendo que solo quería una relación de amigos con beneficios, y me di cuenta que no quería tenerte como mi pequeño y sucio secreto, quería que todo el mundo supiera que eras mío.

— Y entonces tuve que ir y arruinarlo todo. —dijo Ethan, auto reprochándose.

— Sé que fue más fácil para mí llegar a esto que lo que ha sido para ti. No te culpo por tus cicatrices.

— Te he amado toda una vida. Todas las personas que vinieron después de ti no pudieron sacarte de mí sistema. Y he sido un imbécil contigo tantas veces que me odio a mí mismo la mayor parte del tiempo. —Confeso Ethan— Y lamento mucho si alguna vez te hice daño, con mis acciones o mis palabras, nunca fui mi intención. Me conoces mejor que nadie y has visto partes de mí que nadie más ha hecho, has estado aquí en mis peores momentos y aun así has decidido quedarte. Sé que lo que paso con Sebastián te lastimo, aunque no hablamos de ello. Y siento mucho si alguna vez te hice dudar con eso, es solo que mi trabajo ha sido mi prioridad por mucho tiempo, y no sabía cómo diablos balancear mi trabajo y mi relación. No es una excusa, y no busco que me justifiques, simplemente quiero que sepas que nunca significo nada, y jamás espere que me besara, y después no supe cómo diablos reaccionar. Pero mi amor por ti jamás flanqueo. Siempre has sido tú, y solo tú. Y también lamento mucho lo que paso con Melissa. —Ethan lo miro a través de sus gruesas pestañas, sus ojos esmeralda reflejaban dolor en ellos—. Fue estúpido creer que podría perder a mi familia por ti, considerando que nunca he tenido una, —dijo Ethan con una risa amarga, — o al menos no una real. Mi padre solo ha sido un donante de esperma que creyó que arrojar dinero en mi dirección era ser un padre presente, y mi madre... bueno ella siempre ha sido esa esposa trofeo, una madre trofeo. —dijo Ethan sin convicción, se había rendido desde hace un tiempo con su madre, creyó que ayudarla a dejar la bebida la alejaría de las garras de su padre, pero no había sido así y francamente, Ethan ya estaba cansado de intentar reparar los errores de sus padres—. Lo que quiero decir es... —Ethan soltó un suspiro tembloroso—. Soy un hombre inteligente, fuerte e independiente. Sin embargo cuando estoy en tus brazos me gusta sentirme protegido, débil... Me gusta sentir que puedo dejar mi mundo en tus brazos para que soportes ese peso y quiero que tú hagas eso mismo conmigo. Porqué las cargas son más ligeras cuándo se comparten entre dos.

— Quiero casarme contigo.

— ¿Qué? —replico Ethan, con una risa temblorosa que carecía de todo humor.

— Te lo dije antes. Que quiero una familia contigo. Quizás la forma de traer ese pensamiento a colación no era la mejor, porqué estábamos en medio de una pelea. Pero sentía que te estaba perdiendo, y te amo demasiado como para no pelear sucio si eso implica que voy a lograr que te quedes conmigo.

— Yo no creí que... —Ethan sacudió la cabeza, como despejando un pensamiento irracional—. No creí que realmente lo dijeras en serio, sobre... casarte conmigo.

Thomas le dedico una larga mirada antes de responder.

— Quiero casarme contigo. —replico Thomas, porque ahora que las palabras habían salido de su boca era más fácil poner sus ideas en palabras. No importaba lo que le mundo dijera o si pensaban que iban demasiado rápido para ser una relación tan nueva, todo lo que sabía es que había amado a este hombre toda su vida y tenerlo en sus brazos era lo correcto, podrían pasar dos vidas y él seguiría amando a Ethan Hamilton, entonces no veía el sentido en esperar que el tiempo pasara solo porque el resto del mundo diría que iban demasiado rápido. — Quiero que en tu dedo haya un símbolo como prueba de que eres mío para siempre y que cada que lo veas, recuerdes que nunca voy a dejar de amarte no importa lo que suceda con nosotros. Podemos pelear por cosas simples y estúpidas todo el tiempo, pero yo nunca dejare de amarte no importa qué y ese anillo alrededor de tu dedo será un recordatorio constante. Me perteneces para bien o para mal. Nunca voy a dejarte ir. Eres mío, para conservarte para siempre y nunca perderte. Nuestro amor es el tipo de amor por el que suspiran las personas, el amor que solo encuentras en la ficción y por qué las personas pierden el tiempo leyendo sobre él. Lo que tenemos es eso.

— ¿Eso significa que oficialmente estamos dejando de ser novios o todavía debo esperar una proposición y un anillo? —cuestiono Ethan, la sonrisa que adornada sus labios era la más hermosa que Thomas haba visto nunca.

— Mi prometido suena mil veces mejor que mi novio. Te hace sonar como si fueras mío. —dijo, Thomas en voz baja, acariciando la mejilla de Ethan.

— Siempre he sido tuyo. —respondió Ethan, moviéndose más cerca de Thomas hasta que sus labios se unieron en un beso suave.

— Tienes razón, mío. Para siempre mío.

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