—¡Papá ya se fue! —gritó Jeno—. Ahora, podemos comer chatarra y ver Harry Potter.
El mayor estaba emocionado, era su actividad favorita, ver películas en compañía de su hijo, con quien tenía la fortuna de compartir los mismos gustos. Lo había intentado millones de veces con Jaemin, pero este siempre se dormía o hacía muchas preguntas, a parte que no le dejaba comer lo que él quisiera.
Ahora que Jaemin había salido con sus compañeros de trabajo, era el momento en el que Jisung y él, aprovechaban para hacer lo que quisiesen.
El menor salió de su habitación con una pequeña caja en manos, la cual contenía los CDs exclusivos de algunas películas, se podría decir que era el tesoro de ambos.
—¿A qué hora vuelve papá? —inquirió el menor, mientras encendía la televisión.
—Dijo que volvería a la noche, así que tenemos tiempo de sobra para preparar nuestra receta especial.
Al menor se le iluminaron los ojos, cuando su progenitor mencionó aquello. Así que, corrió a la cocina para buscar lo necesario para la receta especial que ambos habían creado, la cual consistía en halado de chocolate, con galletas oreos esparcidas por encima, crema, chocolate y nueces. Jaemin les tenía prohibido consumir tanta cantidad de azúcar, pero tanto padre, como hijo, sabían esconder de maravilla todos sus ingredientes.
—La semana que viene irás al dentista, no quiero que te salga una carie, porque tu padre me matará —anunció el mayor, colocando una cantidad exagerada de chocolate en su postre.
—Está bien.
A pesar de saberse de pies a cabeza, todas y cada una de las películas de Harry Potter, aun así, disfrutaban verlas una y otra vez. Cuando era pequeño, sus padres solían organizar noches de películas, en donde sus padres competían para ver que películas le terminaban gustando al menor, Jaemin había intentado casi a la fuerza que a Jisung le gustara Los Juegos del Hambre, pero no lo logró, el menor prefería mil veces Harry Potter.
—Papá, ¿Mark te contó lo que ocurrió con Chenle?
La película ya había acabado y Jeno ya se encontraba buscando la siguiente en la caja, hasta que se vio interrumpido por la pregunta de su hijo.
—Eeh, sí. Hablamos algo.
—Chenle no está enojado por el hecho de que Mark tenga una nueva pareja, él solo se sintió traicionado —explicó el menor, sabiendo que aquella conversación quedaría a salvo entre él y su padre.
El mayor asintió, dejando de lado la caja y sentándose de costado para mirar de frente a su hijo, siempre que hablaban temas como aquellos, le gustaba prestarle toda la atención al menor, era una persona realmente madura, con quien se podía compartir muchas cosas, sin miedo a ser juzgado.
—Sí, Mark se equivocó. Les hace falta algo de comunicación.
—Desde que sus padres se separaron, Chenle no logra comunicarse del todo bien con ellos —agregó Jisung, dejando notar preocupación en su voz.
Le entristecía saber que su amigo pasaba por una situación así, pero tampoco sabía que hacer por él, no era algo que le concerniera.
—Papá.
—Dime —el menor miraba al suelo, con sus brazos rodeando sus delgadas piernas.
—¿Por qué el amor se acaba?
La pregunta tomó por sorpresa al mayor.
Al momento que supo que iba a ser padre, pudo hacerse a la idea de las millones de preguntas que su pequeño iba a hacerle, pero nada, ni nadie lo iba a preparar para responder ese tipo de preguntas, las cuales él todavía no tenía respuestas.
Jisung lo miraba expectante, anhelando obtener una respuesta.
—Creo que el amor no se acaba, Jisung —miró a su niño—. Solo somos las personas que no sabemos manejarlo, ni para amar a otros, ni para amarnos a nosotros mismos. No hay nada, ni nadie que nos enseñe a amar de manera correcta.
—¿T-tú crees que... a-alguna vez dejarás de amar a papá? —ver como los ojos de Jisung, brillaban por la humedad que generaban sus lágrimas, le partía el corazón a Jeno.
Podía simplemente decir que sí y calmar la angustia de su hijo, pero el futuro era incierto y no lo tenía asegurado, por lo que prefería ser honesto ahora, antes que lamentarse mañana.
—No lo sé, cariño —admitió—. Ahora, en estos momentos, lo amo como no tienes idea, pero las cosas a veces pueden cambiar. No está en nuestro poder controlar el destino de cada uno, lo amaré hasta donde se me permita, siempre y cuando él también me ame de la misma manera. Si por mi fuera, lo amaría eternamente.
...
El castaño caminaba sin prisa por los pasillos del supermercado, llevando solo lo necesario para aguantar el mes, era él solo en casa, y a veces Chenle, pero este no exigía mucho.
Continuó caminando, mientras empujaba su carrito, siendo interrumpido por el timbre de su teléfono, era un mensaje de Chenle, lo tenía configurado así, un sonido distinto para él.
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Único hijo<3
Hola Renjun, como estas?
Hoy podrias buscarme tú de la escuela??
Avísame luego✌
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El mensaje lo extrañó un poco, y la petición de su hijo, todavía más. Chenle casi nunca pedía aquello, mucho menos si no era viernes. Leyó nuevamente los mensajes, para asegurarse de que no había leído mal y al parecer estaba en lo correcto. Se detuvo por un momento para contestarle el mensaje a su hijo.
Renjun
Hola, hijo.
Déjame que primero le pregunte a tu padre.
ㅤ
Único hijo<3
Bien...
ㅤ
El castaño levantó la mirada de su teléfono por un segundo, notando que se había detenido justo en el pasillo de las bebidas, con estantes llenos de botellas de vinos de todo tipo. Por alguna razón, su corazón comenzó a bombear sangre como loco, tomó su carrito y se alejó de aquel pasillo.
Luego de pasar por la caja, pagar por sus cosas y subirse a su coche, sacó nuevamente su teléfono para marcarle a su exesposo.
—Renjun, hola. ¿Cómo estás?, ¿todo en orden? —sonó la voz de Mark del otro lado de la línea.
—Hola, Mark. Estoy bien, ¿y tú?
—Todo bien, un poco tapado en trabajo, pero bien —soltó una pequeña risa, era algo incómodo.
—Lo siento, entonces seré breve. Chenle me acaba de mandar un mensaje, pidiendo que lo busque hoy de la escuela, ¿estás de acuerdo con eso? —el otro lado de la línea quedó en silencio por unos segundos—. ¿Está todo bien?
—E-eh, sí. No hay problema, Renjun, puedes buscarlo tú. Me cae como anillo al dedo, ya que tengo que adelantar algo de trabajo.
Al castaño le pareció extraño que Mark no indagara más, que ni siquiera preguntase la razón del menor para no ir a su propia casa. Sin querer meterse en sus asuntos, se despidió de su exesposo y colgó, todavía tenía un par de horas antes de ir por su hijo y tenía tiempo para pensar que podía preparar para el almuerzo.
En su nuevo trabajo, tenía la oportunidad de trabajar desde casa tres veces a la semana, y ese día le tocaba estar en su casa, prender su computadora y atender algunas llamadas.
El tiempo se le pasó volando, cuando menos se dio cuenta, ya faltaban solo quince minutos para buscar a su hijo de la escuela, por lo que tomó las llaves del auto y partió a la institución. Le mandó un mensaje a su hijo para que pudiera ubicar su auto, entre tantos vehículos y padres llevando a sus hijos.
—¿Qué tal el día? —cuestionó el mayor, mientras se alejaba de la escuela.
—Mmh, igual que todos los demás días.
Renjun ya se había acostumbrado a ese tipo de conversaciones con su hijo, era un adolescente y entendía que quería reservarse las cosas para sí mismo, por más banales que fueran. Al llegar al departamento de Renjun, el menor corrió hasta su habitación a dejar su mochila y ponerse ropa más cómoda.
—¿Peleaste con tu padre o algo así?
Chenle se quedó paralizado frente al refrigerador.
—¿Por qué piensas eso? —Renjun conocía ese tono "desinteresado".
—Es obvio, Chenle. Sé que no vienes aquí los días de semana por gusto, debe suceder algo —confesó.
El pálido bebió el jugó de la botella que había sacado del refrigerador, dedicándole una mirada apenada a su padre.
—Estoy algo molesto con él —susurró.
—¿Puedo saber por qué?
El menor soltó un suspiro.
—Me llevó a mi restaurante favorito solo para decirme que tiene una novia —al decir aquello, el mayor pudo notar el enojo en la voz de su hijo.
—¿Qué?
—Mark tiene una nueva novia o algo así...
Renjun se quedó sin habla, de repente su boca se sentía seca y en sus oídos podía sentir un incómodo pitido. Intercambió unas cuantas palabras con el menor y se disculpó para poder salir de la cocina, yendo directamente al baño. Se encerró allí y trató de controlar su respiración y pulso, tocó su pecho y su corazón parecía querer salirse de lugar.
Rápidamente, se aproximó al lavabo, apoyándose en este, ya que sentía que sus piernas le fallarían en cualquier momento, cuando levantó la mirada, se encontró con su rostro bañado en lágrimas. Cubrió su boca con una mano, para que sus sollozos no fueran oídos por Chenle.
La opresión en su pecho fue creciendo y era algo insoportable.
Él había sido el culpable de como había terminado su vida, el peso de sus acciones lo seguía cargando. Había sido el culpable de destruir su familia.
Por sus errores había perdido a Mark, ahora este había tomado la decisión de continuar con su vida, con alguien más. Ese alguien, seguramente lo podría hacer más feliz, de lo que él jamás pudo hacerlo. Ese alguien, seguramente no sería un maldito ebrio, que no puede tener control sobre sí mismo.
Le dolía profundamente, pero todavía amaba a Mark.
๑
buenas, buenas
recordé que por aquí también tenía que actualizar jaja
tarde, pero seguro🙏🏻