El cocinero del capitán

By LaElizabethCarter

31.9K 4.2K 500

Durante largos meses trabajé arduamente para ser parte de la importante tripulación de un reconocido político... More

Capítulo 1- Asalto
Capítulo 2- ¿Estás enfermo?
Capítulo 3- ¿Escapar?
Capítulo 4: Tierra Firme
Capítulo 5: Inexperto
Capítulo 6: Placer
Capítulo 7: No te escapes
Capítulo 8: Malentendido
Capítulo 9: Aclaración
Capítulo 10: ¿Tienes miedo?
Capítulo 11: Una enfermedad contagiosa
Capítulo 12: ¿Juguete?
Capítulo 13: Caos
Capítulo 14: Una noche caótica
Capítulo 15: Egoísta
Capítulo 16: Una Moza
Capítulo 17: Cueste lo que cueste
Capítulo 18: Aclaración
Capítulo 19: Mio
Capítulo 20: Huiré
Capítulo 21: Plan de protección
Capítulo 22: Merece ser feliz
Capítulo 23: Libertad
Capítulo 24: Futuro entrenamiento
Capítulo 25: Miedo
Capítulo 26: me gusta ser su amigo...
Capítulo 28: no me debe nada
Capítulo 29: ¿Enojados?
Capítulo 30: Molestia
Capítulo 31: La novia del líder
Capítulo 32: Mi amigo
Capítulo 33: Un segundo líder
Capítulo 34: Que vergonzoso..
Capítulo 35: No necesitas a otra persona
Capítulo 36: No me gustan los chicos
Capítulo 37: ¿Un error?
Capítulo 38: Fue un error
Capítulo 39: ¿Celos?
Capítulo 40: Aclaraciones
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44: Malas noticias
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65: hijos
Capítulo 66
Capítulo 67

Capítulo 27: Tu hogar

431 63 5
By LaElizabethCarter

...Narra Joshua...

Hacía frío, la noche era tranquila y podía oír risas al fondo mientras yo me encontraba calentando vino para darle a mi capitán, sabiendo perfectamente que seguramente tendría frío.

Cuando estaba listo, le serví y me encaminé hacia él con una farola en la mano, notando como sus labios curvaban una sonrisa al verme, una que se expandió aún más cuando notó que le traía vino caliente.

—Deberías estar durmiendo— me dijo una vez probó el vino.

—Pero hace frío y tú estás aquí, no podía no hacer nada— le dije rodeando su cuerpo con mis brazos, notando como sus prendas se encontraban casi congeladas y sus manos estaban peor de lo que imaginé— ¿y si continúas mañana? —le propuse— la isla no se moverá y el retrasarnos un poco no cambia nada.

—Estamos en aguas peligrosas, suelen generarse olas gigantes de la nada, así que es mejor salir de aquí cuanto antes— me respondió, robándome un beso— ya queda poco, ve a descansar, iré enseguida.

—Prefiero quedarme contigo— dije aferrándome más a su cuerpo, mientras que él se acaba el vino y luego tomaba el timón con ambas manos, permitiéndome pasar tiempo con él.

Trató de hacerme cambiar de opinión, pero como podía sentir su cuerpo un poco más cálido, no quería marcharme, deseaba darle de mi calor, además ahora podía verlo a los ojos justamente porque se había quitado el parche que normalmente cubre uno de sus ojos.

Esto ahora sé que lo hace para mantener uno de sus ojos acostumbrado a la oscuridad, de esta forma, cuando oscurece y se encuentra navegando, se quita el parche y puede ver mejor que el resto, quien claramente se acostumbra a la oscuridad poco a poco.

Nosotros pasamos alrededor de dos horas allí de pie, de un momento a otro las aguas se volvieron más turbulentas, pero llegamos a la ciudad y como era de esperarse, ordenó que dejaran caer el ancla para luego marcharnos hasta la habitación.

Una vez estando allí, se quitó parte de su ropa y nos metimos completamente apegados a la cama, era bastante tarde, así que no tardamos en dormirnos, logrando despertar al medio día.

Cuando nos levantamos, como cada mañana nos dimos un baño juntos y luego salimos de su cabina, él anunció el tiempo que pasaríamos aquí y designó los turnos para cuidar el barco, así de esta forma se aseguraba que su tripulación bebiera con moderación.

Esta vez puedo acompañarlo, él dijo "Cada que visitamos una isla hay un malentendido, así que irás conmigo a todos lados" logrando hacerme muy feliz.

Ahora según lo que ha dicho, queda poco para llegar a su hogar, lo que me mantiene emocionado y hasta eufórico por saber que ahora no tendrá que arriesgar su vida en el mar.

Él dijo que ahora pasará un tiempo en su hogar, lo que significa que no tendrá batallas ni estará envuelto en nada peligroso, aunque por lo que también ha dicho, es la clase de chicos que no se queda quieto y es el primero en arriesgarse por el resto.

Fredrik lo toma como algo divertido, le gusta tener esa clase de aventuras, mientras que yo prefiero vivir una vida más tranquila.

—¿Estás cansado? —me preguntó luego de pasar varias horas caminando por diversos sitios donde ha hecho negocios.

No podía decir que no lo estaba, habíamos caminado muchísimo y sólo nos detuvimos para comer, pero no deseaba que me dejara atrás, por lo mismo, le resté importancia a mi cansancio.

—Sí, un poco— respondí, viendo como sonreía.

—Oí que fuera de la ciudad había un hostal con aguas termales, ¿vamos? —me preguntó.

Estaba cansado, pero acepté, nunca había visitado un sitio como ese, así que regresamos al barco en busca de ropa y luego él pidió prestado un caballo, de esta forma pude descansar de camino a ese sitio.

Estaba casi anocheciendo cuando llegamos, así que una vez él pagó por la habitación nos encaminamos a nuestro dormitorio para dejar nuestras cosas.

Por lo que nos dijeron, el agua termal es pública, pero como había poca gente, tuvimos la suerte de tenerla disponible sólo para nosotros. Yo no sabía cómo funcionaba un agua termal, esta era una fosa de río que nos permitió relajarnos, además los encargados pusieron unos asientos en el agua que nos permitían sentarnos mientras el agua nos cubría hasta el pecho, o al menos a mí, ya que a él le llegaba un poco más abajo.

—Esto es relajante...—murmuré.

—Lo mejor es que estamos solos— susurró depositando besos en mi cuello.

—Para... aquí no podemos, ¿qué tal si alguien viene? —le pregunté, mirando hacia todos lados, queriendo verificar que no hubiese nadie mirándonos.

—No haré nada— me aseguró, antes de besarme lujuriosamente.

En efecto no estaba haciendo nada, pero sus besos lograban calentarme mucho más que el agua, así que antes de arriesgarme a ser descubierto, decidí salirme del agua y obviamente él me siguió.

Nos pusimos nuestra bata y caminamos hasta nuestra habitación, donde al nada más llegar me quité la única prenda que llevaba encima mientras fingía que no deseaba hacerlo.

Cuando me saqué la bata cerca de la puerta dije "buscaré una toalla" que sin desearlo se me cayó al suelo, aunque me ayudaba a seducirlo tras inclinarme para recogerla, dándole en todo momento la espalda.

Luego cuando sequé mi cuerpo, me acerqué a la cama y gateé sobre ella queriendo meterme bajo las sábanas, donde a los pocos minutos él me siguió.

Fredrik imitó mis acciones, él terminó bajo las sábanas igual que yo, sólo que se acomodó justo sobre mi cuerpo y mientras besaba mi cuello por la parte de atrás, rozaba su pene entre mis nalgas, haciéndome sentir como cada vez se ponía más duro.

Yo creía que jugaría un poco antes de meterlo, aunque me equivoqué, ya que sin dificultad lo introdujo lentamente quedando sobre mi cuerpo, mientras que yo levantaba mi trasero para permitirle moverse con mayor facilidad.

—nnnngh... ah...—gemí suavemente, él estaba siendo dulce, parecía no tener prisa y me encanta cuando lo hacemos casi sin malicia, ya que en realidad me toca con ternura volviendo el momento muy romántico.

No pude evitar pedirle que me girara, algo que nos permitía besarnos mientras mis brazos se envolverían alrededor de su cuello a la vez en la que sus manos acariciaban mis muslos, moviéndose lentamente dentro de mí.

—¿C-Crees que esto cambie...? —pregunté tras cortar el beso— me refiero a cuando estemos en tu hogar...—le expliqué.

—No...—me respondió empujando su erección más adentro— de hecho...—susurró repitiendo su acción, logrando meterlo completamente dentro de mí— será mucho mejor...

—¿Tu c-crees...?

—Sí...—respondió acercándose a mis labios, pero no me besó, más bien, mantenía mis labios entreabiertos creyendo que lo haría, aunque en realidad buscaba que mis gemidos fueran recibidos con su boca.

—nnngh...—gemí queriendo besarlo, mis labios rozaban levemente los suyos, era el momento perfecto para besarnos, algo que él no parecía desear.

—Cuando estemos allí...—susurró— quiero que mi hogar lo consideres t-tuyo...

—¿Y...y si no soy aceptado...? —pregunté un poco temeroso.

—Te amarán...—me aseguraba— estoy seguro de que te encantará...—añadió.

No era el mejor momento para hablar sobre esto, literalmente su pene está entrando y saliendo de mí, pero como me regala embestidas lentas, podemos hablar sin problema, de hecho, nuestras respiraciones sólo se agitan o entrecortan un poco.

Puedo sentir como su pene está causando que sienta un cosquilleo en mi parte baja, se siente bien, realmente adoro a este hombre.

—Me encantaría tenerte así para siempre...—confesé en voz alta.

—No te preocupes...—susurró acelerando sus embestidas— cuando estemos allí... haremos el amor todas las noches...

—¡nnnh...! M-Más despacio...—le pedí, pero él las hizo más rápidas humedeciendo mi parte baja— ah... mi amor... —suspiré.

—¿T-Te gusta... l-la idea...? —preguntó con dificultad.

—Sí... sí... —repetí excitado— ¡nnngh...! Ahí... justos ahí...—comencé a pedir.

Ya no estaba siendo dulce, ahora mismo estaba siendo más pervertido y no tardó en tocar mi entrepierna mientras me embestía con profundidad. Me sentía en el paraíso, por lo mismo, sentía que todo iría bien en el futuro si él seguía a mi lado.

Realmente... me encanta estar con él...

Continue Reading

You'll Also Like

1M 73.7K 74
Sam es un chico que vivía en la calle desde su nacimiento debido a la adicción de sus padres, para sobrevivir creo una personalidad algo salvaje, sin...
110K 14.7K 29
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
6.8K 460 4
Tres mejores amigos. Dos alfas imponentes campeones en boxeo y un Omega mimoso y frágil. Tres enamorados. Dos listos para declararse y uno listo para...
43.7K 6.2K 26
Historias narradas por los sospechosos del acto tan cruel que le sucedió a Yoongi. Hasta que al final, el que decide quién mató a Yoongi, serás tú. O...