Por fin la fiesta había terminado.
Owen se estaba dando un baño mientras Maya estaba sentada en la cama con los nervios de punta.
Ahora estaban casados, lo que pasaría después de que Owen salga del baño, la mantenían muy nerviosa.
Además no se sentía muy bien, la conversación con Noah la había dejado muy deprimida, pero ya no se podía hacer nada, solo debía esperar a que su hermano la perdonara.
¿Y ni no la perdonaba?
La incertidumbre comenzó a invadir su cuerpo, sentía que enloquecía poco a poco.
Daba vueltas por la habitación casi dejando un surco en el piso.
De pronto notó que en el velador había una gran botella de vino y pensó que si tomaba un par de copas podría calmarse un poco.
(...)
Cuando Owen salió del baño Maya se encontraba recostada en la cama un tanto ebria, mirando el techo y cantando.
“Itzi, bitzi araña,
Tejió su telaraña.
Vino la lluvia,
Y se la llevó...
Cuando era pequeña le tenía miedo a las arañas, solía gritar y salir corriendo, pero Elian siempre estaba ahí para protegerme... Pero todo cambio cuando Elián murió y solo me quedó Noah”
Los ojos de Maya comenzaron a llenarse de lágrimas
“Mi madre de llevó a Elian y lo convirtió en Noah, ella lo prefirió al él y a mi me dejó con mi abuelo”
El corazón de Owen se apretó al verla en ese estado, pero no dijo nada, solamente la abrazó suavemente.
“ Mmmm espera, no me gusta ese olor... El gel de ducha... No me gusta, prefiero el olor de tus feromonas”
Lo abrazó muy fuerte y puso su nariz en el cuello de su esposo.
“soy una persona horrible ¿Por qué sigues a mi lado?”
Owen acarició la hermosa y larga cabellera de Maya, luego le dio un tierno beso en la frente.
“No eres horrible, simplemente no has aprendido a amar...pero se que aprenderás”
Luego limpio las lágrimas de sus mejillas, ambos se abrazaron hasta que se quedaron dormidos.