。゚AL RITMO DE SALSA Y BACHATA...

Par NaniIronapple

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╰───────────➤ Uraraka sólo quería aprender ese baile tan, a su parecer, exótico, ¿y qué mejor oportunidad que... Plus

⚠️ACLARACIÓN⚠️
『0. Prólogo』
『1. Salsa Casino』
『2. Invitación forzosa』
『3. ¡¿Bakugo?!』
『4. 1, 2, 3-5, 6, 7』
『5. Prácticas』
『6. Un baile nuevo』
『7. Distraída』
『8. Otros tres』
『9. Pensamientos』
『10. Mensaje』
『11. Fin de semana』
『12. Clase de Bachata』
『13. Ayuda』
『14. ¡¿Descubiertos?!』
『15. Presentaciones』
『16. Palabras』
Orgullo
『17. Compañero』
『18. Básico II』
『19. Cara de Ángel』
『20. Algo pasa』
『21.Pareja』
『22. Pasantías』
『23. Ambiente navideño』
『24. De vuelta』
『25. Al aire libre』
『26. Aclaración』
『28. Última clase』
『29. Nuestros mejores años-Epílogo』
AGRADECIMIENTOS Y NUEVAS HISTORIAS

『27. Aceptación』

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Par NaniIronapple

Maratón 1/3 para dar por finalizada esta historia

La había cagado, por la puta mierda que la había cagado. Es que.... Era la mierda que le faltaba, la puta cereza del jodido pastel de las cagadas mundiales.

¡Mierda! Él y su puta impulsividad que no lo hacía pensar. ¿Qué mierdas le pasó por la cabeza? ¡Maldita sea! ¿Es que acaso estaba pensando? No, por supuesto que no lo hacía, porque si hubiese pensado habría terminado de bailar con Ochako, porque si hubiese pensado habría tomado distancia y no terminaría acercándose, si hubiese pensado no la habría besado.

Se lleva una mano a la cabeza, revolviendo su cabello con desesperación ¡Mierda, mierda, mierda! Cuando no podía cagarla más, tenía que haberle dado ese puto beso.

Ah, qué puta mierda.

Sino fuera porque está tan ocupado en reprenderse sus acciones habría escuchado los gritos de Ochako que, siguiéndolo desde que salió, intentaba llegar hasta él o que, por lo menos, voltease a verla, pero parece ser que entre más lo llame menos atención le presta. Pero no se va a rendir, debe de llegar a donde Katsuki y hablar de lo que pasó. No tenía claro qué iba a decirle, tenía esa adrenalina que le recorría el cuerpo y que le hizo pasar rápidamente ese bochorno, en esos momentos era más importante acercarse a Katsuki que pensar sobre el beso que le han dado hace poco.

Quiere saber sus razones, necesita escuchar el por qué la besó, tal vez fue su impulso –con lo que lleva conociendo a Katsuki sabe, la mitad de sus acciones, son más por un impulso del momento y la otra mitad por horas y horas de silencioso análisis-, tal vez ya lo tenía pensado por más tiempo que ella ni siquiera sabía. Fue esa necesidad de saber, y ella misma aclararse, que la hizo salirse luego de su shock inicial y las felicitaciones y preguntas desconcertadas de parte de los demás.

Miró por todas partes hasta que escuchó el grito de Mina y Kirishima avisando que se había ido por la puerta hace menos de un minuto que fue en su búsqueda, claro que lo hubiese alcanzado enseguida sino fuera porque Katsuki parecía tener un motor entre las piernas. A ese paso el poder de Iida parecería un chiste.

Es como al décimo o vigésimo grito, cuando está a una distancia prudente –y miles de miradas de personas que la veían con desconcierto- que Katsuki parece captar sus gritos y gira su cuerpo, Ochako no se detiene y sigue gritando su nombre y Katsuki la ve. Hay una especie de debate que el chico parece tener antes de que chasqueara la lengua y apurara más el paso.

Ah no, eso no lo va a permitir.

Si está quebrantando la ley le da igual en esos momentos, no se va a quedar con la espinita en el cerebro con respecto al beso sólo porque está viviendo un momento de cobardía.

Junta sus manos activando su poder en ella, se eleva lo suficiente, captando la atención de los demás comensales, e impulsándose de una columna alcanza la velocidad suficiente para llegar unos pasos delante de Katsuki, junta sus manos de nuevo, haciendo que la gravedad volviese a su cuerpo. Hay un breve momento de confusión y pánico en el rostro de Katsuki, pero antes de pensar en la manera de escapar cuando Ochako lo toca con su mano derecha, activando su poder en el cuerpo de Katsuki y, flotando cual globo, se lo lleva agarrándolo del brazo.

Intenta caminar lo más rápido que puede antes de que alguno de seguridad le llame la atención y tenga que desactivar su poder, sabe que a la primera oportunidad Katsuki se irá y no tendrá oportunidad de hablar. Pese a los gritos y reclamos de Katsuki y que éste se moviese cual caracol bañado en sal no lo suelta, hay pequeñas explosiones y amenazas que sabe que es por la vergüenza que ha de sentir para que lo liberara, ella sigue su camino segura de lo que hace.

Hay más miradas cuando sale a la calle, y es que, cómo no va a llamar la atención si tiene a un flotante chico que no se cansa de repetir que le va a explotar sino lo suelta y una que otra mala palabra a algún transeúnte que lo mire demás. Ni Ochako sabe cómo pudo mantenerse tan tranquila y calmada como para no sentir las piernas entumecidas, el corazón latiéndole cual caballo y los nervios en punta.

O sea, ¡Katsuki acababa de besarle hace casi nada y huido luego de eso! Tal vez era el calor y la adrenalina del momento que la hacía mantener ese temple por fuera, por dentro, con sólo el hecho de estar cerca de Katsuki la hacía sentir avergonzada y molesta en partes muy desiguales.

Porque ¿Quién besa a alguien y luego huye como si nada?

Ese tipo de escenas sólo pasaban en los dramas y novelas, e historias muy malas y con bajo presupuesto, donde el chico protagonista se iba casi que por un mes y volvían a reencontrarse luego de días o semanas porque la chica había salido con un personaje de relleno y el protagonista había pasado, casualmente, por el mismo lugar y celoso se había acercado a reclamar por dicho acontecimiento y la había vuelto a besar y listo, se terminaba la novela y todos felices y contentos. También estaba el caso que el chico huía pero tenía un accidente en ese mismo momento por un carro que pasaba aun cuando la calle se encontraba completamente desierta.

Ochako se negaba a que la primera escena pasara en su caso, y la segunda ni siquiera se asomaba en su cabeza.

— ¡Bájame de una puta vez, Mejillas! –exige, sabe que Ochako parece no estar escuchándolo, pero primero muerto a dejarse vencer-. ¡Mierda, Mejilla, te dije que...! –y con un golpe, Katsuki deja su griterío y toca suelo por fin. Sino fuera porque utilizó sus brazos como apoyo, el golpe en su rostro hubiese sido hermoso-. ¡¿Qué mierdas te pasa, Mejillas?! –inquiere con molestia, haciendo que su voz se vuelva varios tonos más graves. Un chasquido de lengua sale de su boca cuando se levanta, sacudiendo el poco polvo que tiene en los brazos.

Qué gran error de su parte.

Ochako no parece estar mejor, pues se cruza de brazos y frunce las cejas, encarándolo. Si no fuera por la molestia que siente por el golpe aún estaría burlándose de su intento de verse molesta cuando parece una ardilla de los memes.

— ¡¿Qué mierdas me pasa?! ¡¿De verdad tienes el descaro de preguntarme qué mierda me pasa?! –vocifera, si Bakugo estaba molesto ella estaba furiosa-. ¿Qué mierda te pasa a ti, ja? –reclama.

— ¡Yo pregunto la mierda que quiera! –Replica, elevando la voz-. ¡Tú fuiste la que me trajo a este puto lugar en primera! ¡Yo no quería hacer una mierda!

— ¡¿Y el beso fue "hacer una mierda"?!

Bakugo chasquea la lengua.

— ¡Deja de joder, Mejillas! –y aunque parecía un reclamo, Katsuki no lo sentía de esa manera, lo veía más como una petición. No quería tener esa conversación ahora mismo.

Bueno, pues, Ochako no estaba enterada de aquello.

— ¡Pues no, no dejo de joder! ¡¿Qué fue eso, Katsuki?!

— ¡Que no fue nada!

— ¡Y si no fue nada ¿por qué te fuiste corriendo en primer lugar?!

—Yo hago con mi puto cuerpo lo que se me pegue la puta gana –repite. ¡Mierda! Genial, es que esto era putamente perfecto.

—Katsuki ¿Por qué me besaste? –pregunta Ochako. Katsuki vuelve a chasquear la lengua, reacio a contestar. Su cuerpo está rígido y su ceño fruncido –más molesto con él por haberla cagado y huir como un cobarde que con Ochako por encararlo-, manteniendo las manos dentro de sus bolsillos para que no notara el temblor que había en ellas-. Katsuki ¿por qué me besaste? –repite, insistiendo en obtener una respuesta así sea a las malas.

Katsuki vuelve a chasquear la lengua, ofenderse y maldecirse no es suficiente. Se siente acorralado, como si una pared se ejerciera sobre su espalda sin darle escapatoria alguna, aunque eso no eran más que invenciones de su mente, ya que detrás de él sólo había un banco para sentarse y que, fácilmente, podía rodear e irse del lugar.

¡Por la puta y jodida mierda!

—Katsuki...

— ¡Mierda, Mejillas, porque me quise y ya! –responde, siente la vergüenza crecer por toda su cara en un fuerte sonrojo. Esta es, en definitiva, la peor conversación que tendrá en la vida-. ¡¿Ya estás feliz?!

— ¡¿Cómo voy a estar feliz con esa respuesta?!

— ¡Tú fuiste la que quiso una puta respuesta!

— ¡¿Y crees que con un "Porque quise" es suficiente?! –reclama, moviendo los brazos para enfatizar su punto, qué respuesta de mierda.

Katsuki no sabe cuántas veces ha chasqueado la lengua ese día, tal vez las suficientes como para exasperar a alguien, pero es que... ¡Mierda! ¡¿Qué acaso Ochako no podía quedarse con esa puta respuesta y olvidar todo?!

No, no, en primer lugar, ¡¿Qué acaso él no podía abstenerse de besarla?!

Al parecer hoy era su día de cagarla.

—Yo... ¡Mierda, Mejillas! –grita, con su mano desordena su cabello mientras comienza a caminar de un lado a otro. Ochako sólo está allí, observándole, con un sonrojo que oculta las chapitas en sus mejillas-.... Esto es tú culpa –reprocha, dejando una mueca de indignación en el rostro de Ochako.

— ¡¿Mi culpa?! –Replica, indignada-, ¡¿acaso yo te pedí que me besaras?!

— ¡Mierda, no es eso!

— ¡¿Entonces por qué lo hiciste?!

— ¡Mierda, Mejillas!

— ¡Deja de decir eso y responde bien!

—Yo.... –Bakugo suspira, debe aclararse, entiende la situación, Ochako no lo dejará ir hasta que se sincere completamente. Era una mierda, por supuesto que lo era. Esta sería la primera y última vez que le hacía caso a sus putos impulsos-.... ¿Qué acaso tengo que explicarlo con putas manzanas y peras?

—Pues si te explicaras mejor –ironiza. Bakugo bufa y murmura algo entre dientes, lo hace tan rápido y con su tono grave que Ochako no entiende-. ¿Qué dijiste?

—Si no escuchaste a la primera no lo diré una segunda vez.

—Bakugo –bufa Ochako.

—QuemegustasCaradeÁngel –repite atropelladamente y con el ceño fruncido, intentando que su inexistente molestia disimule su sonrojo.

—Katsuki –suspira Ochako.

—Mierda ¡Que me gustas Cara de Ángel! –vocifera, dejando a Ochako paralizada-. ¡Ya listo, lo dije! ¿Feliz? –Vuelve a chasquear la lengua, pasándose una mano por su cara con fuerza-. Me gustas, Ochako –sincera-, no preguntes desde cuándo porque ni yo tengo es puta respuesta, pero me gustas, Ochako y eso es todo lo que tienes que saber. Y si te besé fue por eso, ¿o qué creías? ¿Qué ando por la puta vida besando a cualquier idiota que se ponga enfrente? Apenas y tolero que me toquen, así que no te hagas ideas equivocadas y menos que fue por error –sacude la cabeza-, no, mierda, sí, sí fue un error –suspira-. ¡Mierda! Lo siento, ¿bien? Si lo que querías era una respuesta pues ahí está.

— ¿Te gusto?

— ¿Qué acaso estás sorda?

— ¿Por qué?

—Qué sé yo –bueno, por supuesto que tenía la respuesta, pero claro que no andaría como un puto meloso.

Ochako no sabe si reír, o suspirar de alivio, siente un torrente de emociones que se mueven por su cuerpo y que le quita las fuerzas para sostenerse. Demonios, así no imaginó su confesión, en sí no la imaginaba pero esta manera no era la adecuada.

Tomando fuerzas camina hasta la banca detrás de Katsuki, lo ve tensarse cuando pasa a su lado pero no le toma molestia, siente que si sigue de pie toda la valentía que ha reunido se irá y no quiere eso, quiere mantenerse firme y devolverle las palabras a Bakugo, pero no sabe cómo, ¿por qué en su mente esto parecía tan sencillo?

En definitiva, las series que veía con su madre cuando estaba pequeña le habían mentido de forma horrorosa.

— ¿Ahora no dices nada, ja? –reprocha Katsuki, y Ochako niega con la cabeza, colocando ambas manos sobre su rostro.

No es que no quisiera, es que no sabía bien qué decir sin sonar como una desesperada, se sentía en un barco que se iba hundiendo, atrapada en su interior y con una sola salida que se rehusaba a abrir, mientras ella, alterada, intentaba que el agua dejara de entrar. Una analogía de mierda, lo admite, pero era su interior, sus sentimientos y sus pensamientos lo que la mantenían en aquel barco.

Odia tanto sentir en estos momentos.

Si siguiera "enamorada" de Deku tal vez esto no le estaría pasando. Ríe ante aquel pensamiento, no, estaría peor, y ya había cerrado ese capítulo de su vida, sobrescribirlo era totalmente innecesario cuando ya no lo quería.

—El amor es una mierda, Katsuki –dice finalmente, logrando una mueca de confusión y desconcierto de parte de Bakugo. No es cómo si él esperase una respuesta muy elaborada o una mierda así, pero eso no era lo que esperaba, y menos viniendo de la Cara de Ángel-. Sabes, esto es.... Es irónico –continúa, intentado que los nervios no la consuman y que el desespero no se haga presente en su voz-. Es irónico –repite, suspirando, intentando no conectar con la mirada de Bakugo, que acababa de sentarse a su lado. Aunque no es como si esto fuera necesario, ya que él estaba cruzado de brazos y mirando al frente. Aunque parece una estupidez, ese gesto se lo agradece-, yo buscando una manera de decirte lo mismo y lo único que debía de esperar era que me besaras –bromea. Logrando que Bakugo le mire sorprendido. Ella lo mira y sonríe con vergüenza-. Creo que ambos necesitamos una larga conversación –ironiza.

— ¿Qué mierda, Cara de Ángel? –pregunta, pero no a modo de reproche, sino de sorpresa y desconcierto.

Ochako menea la cabeza, bien, era su turno de hablar. Sólo esperaba no trabarse.

Respira, debe mantenerse serena y calmada, dejar que sus ideas salgan y que se entienda.

¿Por qué sentía que la lengua le pesaba?

—Yo, uhm, creo que me comenzaste a gustar como por finales de Julio y comienzos de las pasantías, ¿sabes? –comienza a relatar. Escucha un gruñido de Bakugo pero nada más-. Aunque creo que podría haber sido antes, sólo que.... Sólo que no sabía que me gustabas, ¿me explico?.... creo que fue con todo, cuando nos comenzamos a acercar porque me pediste ayuda para recordar los pasos, cuando me llamaste Cara de Ángel (que por cierto, gracias a ti no pude dormir por tres día pensando en ello –reclama-).... Luego, cuando me escribiste cuando estábamos en pasantías, creo que ese fue el momento definitivo.... Me gustas, Katsuki.... Me gustas.... Y sabes, así no era la manera en que esperaba confesarme –revela, sonriendo con ironía, dejando caer su espalda en el respaldar de aquel banco, cerrando los ojos y soltando todo el aire que sentía acumulado.

Siente una piedra que se va de su ser. No entiende el por qué siente que está metiendo la pata, que lo que responda Katsuki puede o no romper esa amistad que llevan fomentando ese año escolar, y es lo menos que quiere, les tomó mucho tiempo, a ambos de igual forma, cultivar esa amistad. Meses de sólo ser pareja de baile y ya, meses de acercamientos los sábados a la cinco de la tarde por detrás de los dormitorios de primer año, los mensajes durante las pasantías y de vez en cuando en las noches, las juntas en algún trabajo, las bromas, los apodos. No quiere perder nada de eso. Antes de que fuera un interés amoroso, Katsuki fue y es su amigo, que todo aquello se fuera al caño sólo por un capricho se lo reprocharía de por vida.

Hay un suspiro de parte de Katsuki, que más parece un bufido por lo grave que lo hace.

— ¿Y qué mierdas esperabas, Cara de Ángel? ¿Qué te diera rosas y chocolates? –bromea Katsuki, Ochako se encoge de hombros.

—No, ya sabes, una serenata y una canasta con dulces. Algo sencillo –piensa-. O bueno, con fuegos artificiales también era una buena propuesta.

—Mierda, Cara de Ángel, y yo que pensaba contratar un piloto para que lo escribiera en el cielo –y Ochako ríe, la tensión en el ambiente ya es algo lejano. Ambos guardan silencio por un momento, escuchando la risa y los gritos de niños, así como el correr de los autos. Ochako cae, por fin, en cuenta que han llegado a un parque, y qué casualidad que sea el mismo donde había comido alguna vez hamburguesa con Katsuki cuando de improviso ayudó a Kirishima a declarársele a Ashido. Bueno, esa también fue uno de sus primeros acercamientos-. Mierda, Cara de Ángel –gruñe Katsuki, captando la atención de Ochako-, ¿y ya? ¿Eso es todo?

— ¿Qué esperabas entonces, Katsuki?

—No sé, que me rechazaras.-contesta-. ¿No te gustaba el Nerd?

Y Ochako siente que la vergüenza se le va y el alma también.

¡¿Bakugo había escuchado, de casualidad, cuando le reveló su antiguo enamoramiento a Izuku?!

— ¿Cómo tú...? –intenta preguntar, Bakugo vuelve a chasquear la lengua.

—Era jodidamente obvio –bufa-. Creo que todo el puto salón lo sabía.... Bueno, todo el puto salón a excepción de los imbéciles con los que te juntas.

—Katsuki –regaña.

—No es mi jodida culpa que sean unos ciegos de mierda –se defiende-. Pero todos lo sabían, Mejillas –continúa, intentaba explicarse-. ¿Cómo mierdas me confesaba si te gustaba el Nerd, ja?

— ¿Y entonces besarme era mejor opción que confesarte? –ironiza.

Bakugo bufa.

— ¿No vas a dejar de joderme con eso, verdad?

—Por supuesto que no.

—Mierda, ¿ni siquiera si te hago mochis?

Ochako parece pensar en eso.

—Si son buenos mochis lo pensaré –acepta, Bakugo da una media sonrisa-. ¿Y bien?

— ¿Y bien? –repite Katsuki.

—O sea, ¿de verdad hablamos de todo esto? ¿Y ya?

—Es mejor volver con los otros idiotas –dice Katsuki, levantándose del asiento y metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

— ¿Katsuki? –Pregunta Ochako-. ¿De verdad, Katsuki?

— ¡Camina o te dejo, Cara de Ángel! –grita Katsuki, esperando a una distancia algo lejana.

Ochako bufa, por supuesto que no iba a obtener respuesta.

Se levanta de su asiento sin más. Es mejor no hacerlo esperar o de verdad la dejaría allí. Llega hasta su lado, y comienzan a andar en silencio, no sentía que necesitaban seguir hablando, la conversación continuaría, ya habían aclarado lo más importante.

Es a mitad de camino que nota como Katsuki saca su mano derecha, por el lado donde está ella, de su bolsillo. Al principio lo ve como algo normal, tal vez y sentía que se le entumecía la mano por tenerlo en su bolsillo. No es hasta que escucha otro bufido de parte de Katsuki y éste toma su mano que lo entiende.

Hay una pequeña risa, entre nerviosa e ilusionada, que sale de sus labios. Con que era eso.

—No me arrepiento de nada, Cara de Ángel –le dice, mientras caminan y dando un leve apretón a la mano contraria-. Así que esta mierda va para largo –anuncia.

Ochako rueda los ojos. Por supuesto que debía de decirlo con una grosería.

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AL RITMO DE SALSA Y BACHATA

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— ¿Y entonces te besó? –aunque es la tercera vez que Tsuyu pregunta aquello, Ochako no puede evitar sentirse un poco avergonzada, pero asiente.

—Me alegro muchísimo por tu confesión. Pero, ¿todo este tiempo el chico fue Bakugo? –Cuestiona Jiro, aún con la confusión rondando en su mente y en su rostro-. O sea, es algo... shockeante, Uraraka –y las demás chicas –sin contar a Tsuyu y Mina-, en conjunto con Iida y Midoriya, asienten de acuerdo con ella.

Luego de volver al centro comercial, donde Mina y Eijiro los esperaban –uno aún sorprendido y la otra con una gran sonrisa en el rostro-, decidieron no continuar con la clase y vagar por allí, volver a la U.A., no era una opción y estar en el centro comercial tampoco, así que decidieron caminar por allí. Ochako agradeció dos cosas: 1) Que ni Kirishima o Ashido comentaran nada respecto a lo que pasó y 2) Que Katsuki no soltara su mano en ningún momento. Era algo estúpido, pero sentir su mano sobre la suya le gustaba.

La cosa fue cuando en la tarde, cuando debían volver a los dormitorios, Katsuki tampoco soltó su mano y así entraron, captando las miradas de todos luego de un rato, cuando los saludos pasaron y todos se fijaron en aquel detalle.

Las chicas no se lo dejaron fácil y, logrando que Katsuki la soltara, se la llevaron a su habitación, donde Ochako pasó relatándole aunque no todo, sí lo relevante, dejando en shock a más de uno por aquello. Izuku era el que más pena le daba, el pobre casi que le daba un ataque cuando se enteró que era Katsuki de quien estaba enamorada, recriminándose, junto con Iida, lo mal amigo que era por no haberlo notado y menos apoyado.

Según Izuku, pudo haberle ayudado a acercarse a Kacchan desde un principio, ya que conocía todos sus gustos, a lo que ella negó, diciendo que ya todo estaba hecho.

— ¿Y bien? ¿Son novios? –Pregunta Iida, con su voz recta pero llena de intriga-. Un verdadero hombre no puede ir por la vida besando a alguien sin una relación de por medio –aclara-. Como tu amigo, me veo en la obligación de recriminarle...

—Iida-kun, no tienes que hacer eso, de verdad –le calma Ochako, porque Iida sí era posible de eso y más. Si se enfrentó a Stain...

— ¿Pero sí son novios, Uraraka-san? –pregunta Momo. Ochako duda ante eso, después de todo, Katsuki no le dio alguna etiqueta o algo, así que no puede negar o confirmar si son pareja o no.

—Pues...

—Kacchan huyó, ¿verdad? –supone Izuku, y Ochako hace una mueca.

—Bueno, se levantó de donde estábamos y me dijo que nos teníamos que ir –contesta-. Pero me dio la mano.

—Típico de Kacchan –suspira Izuku.

—Uy, si lo dice el amigo de la infancia y en ese tono.... –puya Hakagure en tono de broma.

—Red Flags, Ochako, Red Flags –le sigue Mina.

Ochako sólo voltea los ojos.

—Esperen un momento, tengo una duda –Momo alza la mano, con el rostro serio y la voz firme, captando la atención de las chicas que esperaban que continuara- ¿Y sí besa bien? –inquiere.

— ¡Momo, por favor!

— ¿Entonces besa mal?

— ¡Jiro!

—Bueno –Izuku toma la palabra-, Kacchan puede ser algo brusco con respecto a... todo, pero, hablando de la persona que le gusta, no creo que bese mal.

— ¿Algo que nos quieras decir, Midoriya? –inquiere Mina, con aquel tono pícaro bromista, haciendo a Izuku menear la cabeza y manos rápidamente-. Vaya, Ochako, tienes competencia con el amigo de la infancia –bromea.

— ¡Por supuesto que, Uraraka-san, Ashido-san!

—Bueno, en todas las historias siempre existe un rival amoroso –aporta Tsuyu, aunque fue más un comentario al aire que una indirecta para Midoriya.

—Chicas, de verdad que no.

—No les prestes atención, Deku-kun –le tranquiliza Ochako-. Mina sólo te está molestando.

—Aunque...

—Aunque nada –le corta Ochako-. Y no, Yaomomo –contesta, rascándose la nuca-, puede que no bese tan mal.

—Pero no besa bien.

—Chicas, ustedes acabarán matándome.

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AL RITMO DE SALSA Y BACHATA

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—Te odio, Bakugo, yo y todos los hombres en la "friendzone" del mundo te condenamos al peor mal que existe en este mundo: Una disfunción eréctil –Kaminari sentencia con todo el dramatismo y dolor que su ser podía tener.

Katsuki chasquea la lengua y, acercando la mano al rostro de Kaminari, le da una explosión. El idiota se había salvado que andaba de buen humor.

—Lárgate de mí puto cuarto antes de que te explote todo el jodido cuerpo –avisa, dando varias explosiones como advertencia.

—Vaya, Bakugo, felicidades por no morir solo –bromea Sero.

— ¡Que se vayan, mierda! –le grita, lanzándole una almohada que el chico esquivó fácilmente.

—Bro, eso fue tan masculino –felicita Eijiro, dándole una gran sonrisa a modo de apoyo.

—Aún sigo sin creer que seas novio de Ochako –Sero menea la cabeza, incrédulo aún por la noticia.

— ¿Ja? No somos novios –contesta Katsuki. Y los tres se quedan en blanco ante su confesión-. ¿Qué mierda les pa...?

— ¡¿Cómo besas a una chica sin ser nada?! –vocifera Kaminari.

—Viejo, eso no es nada masculino.

—Cierra la puta boca, Pelos de Mierda.

—Amigo, qué mal, qué mal.

— ¿Y tú qué te metes, Cara Plana? –salta en su defensa. Genial, los idiotas sin novias, y Kirishima, le querían dar consejos.

— ¿Eso quiere decir que tengo oportunidad con Uraraka?

— ¿Qué no te gustaba Jiro?

—Me volvió a rechazar viejo –Sero le da una palmada en la espalda, en forma de apoyo.

—Te acercas a la Cara de Ángel y te exploto la cara –advierte.

—Y ya la cela, nuestro Bakubro ya se enamoró –canturrea Denki, jaloneando a Sero que estaba cerca.

Katsuki bufa, esto le pasaba por dejarse arrastrar por el trio de idiotas y dejar que Kirishima les contase todo –aún en contra de su voluntad, porque varias explosiones, que Eijiro evita activando su Quirk, le había dado para que cerrara la puta boca-. Aunque pareciera estar molesto, le alegra lo bien que se lo están tomando, después de todo, los imbéciles eran sus amigos, ¿no?

— ¡Ya dejen de joder! –grita, callando los gritos y quejas que Kirishima, Kaminari y Sero tenían. Ve su teléfono cuando este suena por el mensaje que acaba de llegar. Una sonrisa involuntaria sale de su rostro, causando que los chicos comiencen a abuchearlo-. ¡Dejen sus mierdas si no quieren morir! –vocifera, con un leve sonrojo que amenaza por delatarlo-. ¡Me voy! –Avisa, caminando hasta la puerta de la habitación- ¡Si vuelvo y ustedes siguen aquí están muertos! –es lo último que dice, abriendo la puerta y yéndose de allí.

—Cuánto a que fue con Uraraka –apuesta Denki.

—Cuánto a que le van a pedir ser novios –le sigue Sero.

—Apostar a espaldas de tus amigos no es nada masculino –opina Kirishima-. Pero me uno a la de Sero –hay un breve silencio mientras los tres se veían las caras.

— ¿Vamos a espiarlos para que Bakugo no la cague?

—Pensé que nadie lo diría.

Y así, los tres salen rápidamente de la habitación de Katsuki, intentando alcanzarlo de la manera más discreta posible.

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AL RITMO DE SALSA Y BACHATA

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Y una vez llegado por detrás de los dormitorios de primer año, Katsuki suspira, sintiendo que, lo que hará a continuación, podría ser la mayor cagada del mundo.

Bueno, pensó que la había cagado esa mañana cuando besó a la Cara de Ángel –y agradece de verdad haberse equivocado-. Esto no era nada, después de todo, le debía una explicación a Ochako.

Estúpido Kirishima y su mierda de ser masculino.

Genial, ahora está dudando.

— ¿Katsuki? –y Ochako llega al lugar. Y Katsuki siente que debe volver a respirar, ¿por qué mierda se veía tan bonita? ¿Será que se había cambiado sólo por él?-. ¿Katsuki? –vuelve a llamar.

Katsuki chasquea la lengua y menea la cabeza, mierda, mente clara, mente clara.

—Hey, Mejillas –ese no fue un buen comienzo-. ¿Qué tal?

Sí, la estaba cagando.

Escucha una pequeña risa de parte de Ochako.

— ¿Estás nervioso? –inquiere, Katsuki resopla-. Porque yo sí lo estoy –confiesa, con una tímida sonrisa-. ¿Qué me quieres decir, Katsuki?

— ¿Y por qué mierdas querría decirte algo?

— ¿Entonces me llamaste para acá, siendo casi las siete, sólo por gusto? –ironiza Ochako, acercándose hasta donde está.

— ¡Mierda!, Cara de Ángel, sólo... -suspira-. Dame un momento, ¿bien?

—Todo el que tú quieras –acepta Ochako.

Katsuki se maldice por dentro, tuvo que haber planeado aquello mejor y no salir a las carreras como lo hizo. Planearlo con los imbéciles aquellos –mentira, lo más probable es que al primer consejo estúpido de Kaminari, si es que a las pendejadas que decía ese guevón se le podían considerar consejos, haya explotado, de manera figurativa y literal, he ido. Haciendo la misma mierda que está haciendo ahora-.

El día que piense bien las cosas y su impulsividad no le gane, ese puto día le dirá a la bruja de su madre que la ama.

Es una pena que ese día parezca tan lejano e imposible.

—Yo... uhm, mierda, Ochako –resopla-. No soy bueno con estas mierdas de las palabras, ¿bien? Pero tú me pediste una respuesta y estoy dispuesto a dártela...

—No tienes por qué forzarte si no quieres, Katsu-

—Cállate –espeta-. Por favor –agrega, sabiendo lo grosero que debió de escucharse por ello-, lo siento, yo...

—Habla, Katsuki –alienta Ochako, y Katsuki agradece que no haya ningún tono de molestia o reproche por su anterior comentario.

Respira, una buena bocanada que le llena los pulmones y hace que el nudo en su estómago se apriete un poco más.

No puedes cagarla, imbécil, se dice, así que hazlo bien.

Y soltando todo el aire, Bakugo Katsuki se abre.

—No soy bueno con las palabras, Ochako –continua, aclarando aquel punto, porque sabe lo importante que es-. Pero, contigo, siento que no tengo que ser un experto para expresarme, porque nunca me importó cómo me expreso a los otros extras, porque son unos imbéciles sensibles –sino fuera por nerviosismo y vergüenza que sentía, Katsuki se hubiese puesto alerta al escuchar un jadeo y luego el sonido de hojas moviéndose-. Me dijiste que querías una respuesta, ¿no? Y yo no te la di (porque esa mierda no fue una respuesta), pero escucha, Ochako, no seré el mejor ser humano del mundo, soy una mierda de persona, y probablemente eso nunca cambie, no me gusta el contacto humano, pero me gusta sentir tu mano sobre la mía, ¿bien? No.... no soporto estar rodeado de gente, pero, contigo, no sé, siento que las horas faltan y nunca despedirme.... No me gusta cuando habla la gente, pero siento un silencio cuando te callas que ni diez mil personas gritando podrían llenar. Hay muchas cosas que no me gustan –prosigue, acercándose a Ochako, sintiendo su corazón retumbar en sus oídos, un nerviosismo que le inunda y una ganas tremendas de volver a probar sus labios. Termina esta mierda y luego la besas, piensa. Y sí, era mejor hacer aquello-, que incluso podría hacer una lista que nunca acabaría –están cerca, tan cerca que puede notar los ojos brillantes de Ochako, tan cerca que puede escuchar su respiración acelerada, tan cerca que, con un solo movimiento, puede repetir lo que dejó inconcluso en aquella clase-, pero tú no podrías estar en esa lista, Cara de Ángel, ni porque quieras. Así que, Uraraka Ochako –proclama, tomándola de la cintura y viéndose fijamente a los ojos. Hay muchos sentimientos que se expresan en ambos que no salen a la luz mediante palabras, que probablemente se dirán a futuro, esperando su momento adecuado para salir, el cual no es este-, ¿te gustaría salir conmigo?

¡Y lo dijo! ¡Al fin lo dijo! No lo entiende, pero siente su cuerpo más liviano, como si ya no tocara la tierra y estuviese flotando a la deriva, sólo Ochako y él.

Y vaya que no puede elegir panorama más perfecto.

Se sorprende cuando, en lugar de una respuesta, Ochako rodea su cuello, y con un jalón lo acerca hasta ella. No puede sino apretar su agarre en la cintura de Ochako, primero sorprendido y luego dando un resoplido que es una risa corta.

¿Qué mejor respuesta que tener a Ochako besándolo?

A diferencia de esa mañana este beso es más lento, donde ambos labios se movían en sincronizada calma, transmitiendo todos esos sentimientos que se venían callando desde hace tiempo. Katsuki se siente feliz, como una pieza de rompecabezas que conseguía encajar luego de pasar por otros espacios donde no cabía.

Qué analogía de mierda, reprocha.

Pero eso no quitaba el hecho de sentirse el mejor y jodidamente afortunado ser en la puta Tierra por estar besando a Uraraka Ochako, a la Cara Redonda, a la Cara de Ángel.

—Creo que te estabas tardando, Katsuki –dice Ochako, con una sonrisa en el rostro. Katsuki vuelve a besarla, siente sus labios adictivos, como una droga que no querrá dejar pronto.

—Yo no hago nada atrasado, Cara de Ángel –replica.

—Cómo digas, Katsuki –acepta, porque sabe que será en vano pelear.

Hay un silencio agradable que ninguno de los dos quiere llenar, y que tampoco ven en necesidad de decir algo. Sólo se quedan de esa manera, abrazados, sintiendo el calor del otro.

—Ven, Cara de Ángel, hay que volver a los dormitorios o los idiotas se van a preocupar –dice Katsuki, separándose un poco.

Y aunque no quería, le daba la razón. Si sus compañeros llamaban a Aizawa estarían en problemas.

—Sí, es mejor....

— ¡Bakubro eso fue hermoso!

Y todos supieron que por aquella estupidez de Kaminari, de salir de su escondite y gritar aquello, iban a morir.

A lo mejor y Bakugo sería misericordioso.

¿Por qué las explosiones se escuchaban tan cerca?

Por si se lo preguntan, las chicas obligaron a Ochako a cambiarse para ver a Katsuki.

Iida y Midoriya intentaron que no la siguieran pero terminaron arrastrados.

Kaminari es un pendejo.

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