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Amor sabes que no es necesario que te pongas eso—digo intentado de que dejen de luchar por cerrar esa cosa.
— André amor podrías solo callarte por un segundo — me gruñe Dacota.
Ruedo los ojos y me concentro mejor en Noah quien mira divertido la situación que está haciendo su mami y su tía, solo ha pasado una semana desde que mis copias nacieron y a mi hermosa mujer en querer ponerse esa cosa apretada alrededor de su estómago según para volver a su figura de antes, ya le insistí en que la voy a seguir amando igual, son unos cuantos kilos de más en su vientre, pero solo me gané una mirada fulminante de parte de ambas.
Han estado luchando desde ayer con eso que les toma como 15 minutos en colocarlo y si, en las noches soy yo el que lucho para poder quitársela y no en la manera que yo quisiera, genial no.
—Aquí está su biberón —entra mi querida suegra con esa mierda en sus manos.
Noah quien está en mis brazos se pone serio al ver que su abuela sigue insistiendo con eso de que ya dejé el pecho de Dacota y se acostumbre al biberón algo que Noah ha estado rechazando absolutamente, y yo solamente no la he mandado a la mierda porque mi nena me pidió que me controlara mientras se quede aquí. Solo estoy esperando el momento en que diga que se larga de nuestra casa para ayudarla con sus cosas y que se vaya de una buena vez.
—Mamá deja a mi bebé él no quiere el biberón — habla Dacota a su madre.
—Dacota es por su bien ya casi tiene dos años y....
—Mamá enserio ya basta, aunque Noah llegue a la edad de 5 años y él quiera que lo siga amamantando lo haré, ahora déjalo no sigas haciendo que le caigas mal —sonrió ante las palabras de mi mujer.
—No es al único que no le agrada—susurro para mí mismo, pero creo que mi mujer también lo oyó por el golpe en mi brazo que me dio.
Al fin mi hermana y mi querida suegra salen de la habitación dejándonos solos, bajo a Noah a la alfombra quien rápidamente gatea hacia donde está su madre. Un pequeño quejido hace que pegue un brinco de donde estaba y camino hacia las cunas de mis copias.
— Alguien ya tiene hambre— saco de la cuna a mi pequeño Alek de su cuna.
Pero un segundo quejido hace que voltee hacia mi izquierda, sonrió al ver a mi otro pequeño, Alik.
— Bueno, ambos tienen hambre.
—Siempre tienen hambre— sonríe Dacota.
—Yo también tengo hambre—sonrió pícaro.
— Que mal amor, solo tengo para nuestros hijos—me sonríe de vuelta.
Se acomoda bien en la cama quedando sentada, se coloca dos almohadas que la ayudan alimentar a nuestros bebés. Dejo a mis dos copias prendidos en sus pechos que comen con mucho afán.
Jamás en mi vida le he tenido envidia a alguien y nunca pensé que ese día llegara, si señores y señoras, le tengo envidia a mis hijos en estos momentos ¿ridículo? Lo es. Compréndanme, tengo que esperar un mes y medio para volver a tocar a mi mujer y mis hijos prendidos a sus pechos no ayudan mucho.
— ¿Mi señor?—despego la vista de mis hijos para ver hacia la puerta donde se asoma Erick.
—Dime — digo cubriendo los pechos de Dacota quien solo ríe por mi acción.
—Necesitamos mostrarte algo — quisiera decirle que lo vere después, pero sé que es algo muy importante o si no, no hubiera venido hasta acá.
—Regreso en un momento—susurro dándole un casto beso en sus labios.
Salgo de la habitación con Erick detrás de mí, una vez llegamos a mi oficina Dalton y Matías nos reciben.
— ¿Es grave? —pregunto ya que estos dos también están aquí.
— En verdad no, pero esto te alegrará más el día—me dice Matías pasándome su tableta.
"Se haya cuerpo de un hombre de aproximadamente 22 años en el cementerio XX, donde aparenta que fue enterrado vivo por la forma en la que se encontró según indica la policía fue un ajuste de cuentas"
Una carcajada brota de mi al terminar de leer la noticia, esto no me pudo salir más que perfecto.
—¿Hijo porque no me hablaste de esto? Sabes que también hubiera ayudado—la sonrisa de Erick hace que también sonría.
—Aún estas en sintonía Erick —bromeo palmeándole el hombro a este.
— No estoy tan viejo, apenas tengo 52 años.
— Y lo mejor que nadie sospecha de nosotros— habla al fin Dalton.
—Me vale un mierda si sospechan de nosotros o no.
—Vamos a celebrar a un club.
—Mejor váyanse a trabajar— Matías voltea a verme susurrando algo, pero no le pongo atención.
Al fin salen de mi despacho quedando solo Erick conmigo quien me comienza a decir sobre los cargamentos que han estado saliendo.
**
DACOTA
—Dacota hija sabes que es por el bien de los dos que te digo esto—me dice como por décima vez desde que entró a la habitación.
—Mamá Noah aún está pequeño— respondo también como por decime vez.
—Los bebés necesitan más atención en estos momentos.
—¿Y acaso Noah no? — pregunto tratando de no enojarme por lo que está diciendo.
— No me refiero a eso cariño.
No digo nada porque no quiero faltarle el respeto, es mi mamá a pesar de todo, pero eso sí sé que aun soy una adolescente de 18 años, pero si tengo que defender a mi familia de ella no dudaré en hacerlo y si tengo que alejarla de mi lo haré.
—Solo déjame criar a mis hijos a mi manera mamá—y con esto doy como finalizada nuestra pequeña "charla".
—Regresaré a Rusia en un par de días, espero y vayan a visitarme con los bebés —cambia de tema también y agradezco eso.
—Claro que lo haremos.
— ¿Y los papás de André porque no han venido? —pregunta curiosa.
Justo lo que no quería que preguntara, pero obviamente se iba a dar cuenta tarde o temprano de su ausencia.
—Están de viaje, pero ya nos avisaron que pronto estarán de vuelta para conocer a sus nietos— tratando de que no me descubra en la mentira.
Diosito perdóname que le mienta, pero no puedo decirle que los papás de André me odian por tener a un bebé que no es de nuestra sangre.
—Iré ayudar a Marina en la cocina—avisa y sale de la habitación dejándome sola con mis bebes.
Solo son pocos segundos para que la puerta vuelva hacer abierta.
—¿Otra vez vigilando hasta que mi mamá saliera? —pregunto con una sonrisa de lado.
—Ya te dije que solo es pura coincidencia nena—besa mis labios chupando estos en el proceso.
Niego una vez separamos nuestros labios, lo veo caminar hacia las cunas donde duermen los bebés.
— ¿Sabes algo de tus padres? —pregunto ya que es raro que no hayan insistido en ver a los bebés.
—No y ni me importan.
—Es raro que no se hayan aparecido exigiendo ver a nuestros bebés.
— Y más les vale que sigan así, tienen prohibido poner un pie en esta casa y mucho menos ver a mis copias —gruñe lo último.
—Tal vez estamos siendo muy duros con ellos, y si los....
— No nena, yo sé que tú no eres igual que yo, pero en esto no quiero que se involucren mis padres—interrumpe mis palabras.
—Esta bien —susurro
Veo como besa las cabecitas de nuestros bebés para caminar hacia mí.
— Amor prométeme algo—me dice de repente sujetando mis manos con las suyas.
—André no me asustes.
—Prométemelo —exige viéndome a los ojos a lo que asiento.
—Que pase lo que pase sabes que te amo y que todo lo que hago es para que estemos bien, prométeme que me seguirás amando a pesar de todo.
—¿André porque me dices todo esto? ¿Pasa algo? —pregunto nerviosa por todo lo que me acaba de decir.
— Solo quiero que me lo prometas Dacota—lo observó esperando que se ría o algo, pero al no ver ninguna reacción solo asiento.
—Te lo prometo André— le un beso casto.
Veo su cara relajarse al oír mi respuesta, y se claramente que algo me está ocultando solo espero que no sea algo tan grabe o ¿sí?
**
ANDRÉ
Siento alivio al escuchar su respuesta, y sé que también sabe que algo le oculto. Pero lo estoy haciendo por su bien o es lo que me trato de creer.
Pero como decirle que su papá está buscándola y que yo fui el primero en enterarme, que todo este tiempo se lo estuve ocultado cuando clara mente ella tiene el derecho a saberlo.
Pero como no hacerlo, si el viejo lo que quiere es quitarla de mi lado y es algo que no estoy dispuesto a que suceda, nadie quitará a Dacota y mis hijos de mi lado, sobre mi cadáver sucederá eso.
Solo espero que cuando todo esto estalle, no llegue a odiarme.