Cicatrices

By jaiber2020

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Primer Libro de la trilogía Onceavo mandamiento Para Emma Bradford la vida no ha sido fácil, hija de un padre... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
FINAL
EPÍLOGO

Capítulo 1

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By jaiber2020

NOTA: Esta historia está sin editar, encontrarás en ella errores de ortografía y gramaticales. Si deseas hacerlo saber, por mí no hay problema, pero sé que están allí. En cuanto tenga oportunidad la corrijo, agradezco mucho su apoyo incondicional, que aún con mis errores, ustedes me lean y apoyen.

Recuerden que el mejor incentivo para nosotros es votar y comentar, sin más esto empieza ahora mismo.

Actualidad

Al pie frente a la tumba fría Emma recordaba el día en que fue secuestrada.

Flashback

Pierre

— ¡Suéltenme malditos bastardos suéltenme! — el grito desgarrador de Pierre se escuchaba por todo lugar, estaba oyendo los gemidos de Emma mientras era golpeada. La habían sacado hace unos momentos, miró el lugar por enésima vez buscando algo con que tumbar la puerta de hierro donde lo tenían encerrados desde hace más de 5 meses.

Siguió golpeando una y otra vez la puerta de metal hasta que no escuchó más a Emma. Miró sus manos tenía los nudillos sangrando, pero no sentía ningún dolor. Escuchó voces detrás de la puerta y se hizo a un lado sigilosamente, vio entrar a uno de ellos, trayendo consigo a Emma otra vez golpeada e inconsciente.

Se abalanzó hacia el hombre y lo golpeó una y otra vez, hasta que otros dos entraron, una pelea dispareja, lo sabía, no llevaba las de ganar, pero era eso o dejar que siguieran dañándola. Los que entraron lo tomaron con fuerza cada uno de un lado mientras que el que estaba en el suelo se levantaba con un cuchillo ensangrentado, imaginaba que era la sangre de Emma.

— Miren muchachos, parece que tenemos un héroe con nosotros, que tal si le damos al niño rico una pequeña lección — dijo mientras se tiraba encima de él con el cuchillo, sintió el frio del metal introduciendo en su carne. Todo a su alrededor empezó a oscurecerse, pero no pararon ahí. Vio como lo sacaban y lo volvían a introducir en el mismo lugar enterrándolo aún más fuerte, lo último que escucho al cerrar los ojos fue a su Emma que empezaba a despertar.

— Miren chicos después de todo no era tan valiente se desmayó a la primera — escucho entre sueños a uno de ellos mientras salían riendo.

Despertó horas después cuando sintió unas manos suaves tocarle la cara y el sonido de una canción a lo lejos, abrió los ojos y unos ojos azules asustados, lo miraban preocupados.

— Despertaste, no debiste retarlos Pierre ahora será mucho peor — sentía presión y dolor en su herida y mareos, miro hacia el costado donde lo habían herido y vio una improvisada venda con lo que parecía era una camisa.

— Estas bi -en?, lo siento mucho alcanzó a decirle mientras se volvía a desmayar.

Emma

Emma observaba la mirada perdida de Pierre, y suspiró se veía muy mal, debería buscar la manera de salir de aquel lugar.

— Promete que buscaras a Alessandro y le darás la carta.

— Shhh intenta descansar Pierre tú mismo le dirás a tu hermano todo, cuanto desees decirle, debemos encontrar la manera de salir, he escuchado botellas, parece que están bebiendo, escucha — guardaron silencio los dos y en efecto, el sonido de las botellas y las risas se escuchaban, al parecen festejaban que le habían pagado algo.

— ¿Crees que pagaron el rescate? — escuchó la voz de Pierre decir.

— No se Pierre lo único que sé es que si siguen tomando dentro de poco estarán borrachos he inconscientes, y será tal vez nuestra única oportunidad de escapar — vio a su amigo sentarse y apoyarse en la pared, mientras se ponía alerta.

Se acercó a él y empezó acariciarle el cabello. Había perdido la cuenta cuánto tiempo llevaban secuestrados en aquel sótano. Como también cuantas veces habían sido golpeados, la mayoría de las veces Emma recibía los golpes por no permitir que siguieran golpeado a Pierre. Estaban lejos de la ciudad, lo sabía por qué no oía ruidos de ninguna clase, de mañana oía el sonido de los pájaros y perros, por lo que supuso estaba en el bosque.

El rostro golpeado de Emma veía con horror al italiano. Tenía su rostro golpeado, sangraba por el costado de su dorso, donde le habían herido al defenderla. Los hermosos ojos azules grisáceos de su amigo en otros tiempos vivaces hoy se veían opacos productos de los golpes.

No recibían mucho alimento, todos los días le daban de beber agua y de vez en cuando un pan viejo, que Emma escondía y guardaba para darle de comer a su Pierre, ella de familia humilde de gitanos estaba más que acostumbrada a ir a la cama muchas noches sin comer. Pero Pierre no, era un hombre de cuna de oro se notaba al verle, porte erguido, nariz respingada, su hablar pausado, acento italiano, dedos largos y finos y manos suaves, reflejaban a alguien de familia adinerada.

Se alegró entonces de la manera que fue educada por su padre, un gitano estricto que la trató siempre como trataba a sus hermanos era la menor de siete hermanos.

No tuvo una infancia feliz siempre fue educada con mano de hierro y aprendió a luchar y a defenderse desde temprana edad. Le decía que debía ser de esa manera que el mundo era cruel con algunas personas y que sólo sobrevivía el más fuerte, en ese entonces los odio por ello, odiaba a su padre por tratarla como un varón a su madre por no defenderla y por ser sumisa y al mundo entero por la desigualdad, a su sangre gitana y a todas las costumbres y leyes estúpidas que rodeaba a su clan.

Recordó el día que Samantha llegó a su vida y como su libertad y alegría le animo a ahorrar lo suficiente para huir con ella lejos de su país y salir de la mierda en que vivía a diario, de las pesadillas y de lo que sea que la perseguía, pero el destino era cruel algunas veces, aquí estaba en estos momentos años después revolcándose en la mierda, en otro espacio de tiempo, pero mierda al fin, al lado de un hombre moribundo que no merecía el trato que estaba recibiendo.

Maldijo una vez más su suerte y el día en que decidió venir a vivir a New York, en busca de un mejor futuro.

Pensó en Antwan su jefe, se preguntó si la estaría buscando, pensó en su familia si no habían extrañado que llevaba tiempo sin hablar, en Jasón y Alex por lo menos sabía que ellos si los estarían buscando, pensó en Nick si había ido a oírla cantar. Fue entonces que se dio cuenta que a pesar de llevar meses hablando con él no sabía de él más que su nombre, aunque ambos habían intercambiado secretos jamás habían compartido apellidos o teléfonos, nunca hubo necesidad de ello siempre se veían en el bar en el mismo lugar. Se habían distanciado cuando él se enteró que estaba comprometida, aunque nunca le dio las razones del compromiso se alejó de su amigo por sugerencia de Antwan.

Había decidido dejar trabajar en el bar cuando Antwan le dio un puesto mejor de tiempo completo y le sugiero que era mejor no frecuentar el lugar. Justo su última noche en el lugar cuando salió acompañada del gemelo fueron secuestrados. Por más que pelearon ambos para impedirlo, fue en vano lo superaban en número, y ellos iban tan contentos, por la calle que no vieron el peligro, Sintió a Pierre moverse y quejarse y empezó a cantarle suavemente, mientras le acaricia el rostro.

Tiempo después todo estaba en silencio, vio a su amigo levantarse con dificultad, y acercarse a la puerta, vio con sorpresa como esta cedía. Pierre volteo a mirarla, y por primera vez en mucho tiempo vio en sus ojos el brillo de siempre. Le hizo señas para que se quedara en el lugar, cuando ella se levantó, lo vio salir despacio y tambaleando, parecieron horas el tiempo de espera cuando en realidad fueron tal vez segundos, lo vio entrar nuevamente mientras hacía gestos de dolor.

— Vamos están todos dormidos, y dejaron la puerta principal abierta— tomo a su amigo por la cintura para ayudarlo a seguir y despacio fueron saliendo del lugar, no repararon en sus rostros, Emma no los necesitaba, conocía cada gesto y cada cicatriz de los malditos, además, en que en esos momentos lo importante era salir de allí, una vez afuera, Pierre busco el camino, pero Emma lo detuvo.

— Debemos rodearlo, al despertar será el primer lugar que nos buscaran, debemos salir por el camino empedrado, jamás pensaran que fuimos en esa dirección, y para cuando se den cuenta estaremos lejos y tal vez a salvo.

Varias horas después....

Acurrucados en un rincón de la espesa selva Emma sintió que alguien la observaba, sin embargo, no había escuchado pisadas...

— Vaya al fin despiertas — dijo esa voz no podía ser.

Giro la vista y lo vio era como si lo hubiera invocado al recordarlo hace unas horas, era un hombre, lo sabía por su voz se oía claramente que lo que sea que fuera lo que la perseguía era un hombre.

Desde que tenía 6 años lo veía al comienzo eran solo sombras, sin embargo, conforme fue creciendo fue obteniendo rasgos más claros. Ahora podía distinguir a alguien alto, delgado mucho más alto que ella, estaba sentado encima de una enorme piedra desde donde la observaba, a pesar de no poder distinguir su rostro sabía que era observaba.

— ¿Qué quieres? — le dijo con desprecio....

— Sabes que quiero — dijo mostrando sus blancos dientes— pensaste que saliendo de la aldea ¿Podrías huir de mí? — comenzó a negar con la cabeza y alzo una mano y con dedo al aire hizo un corazón, se llevó la mano a su pecho Emma observa todo atenta, nunca le había hecho daño la mayor parte del tiempo susurraba cosas sin sentido para ella.

— Los dos somos uno solo, y sabes que no puedes huir de lo que eres. ¿Sabes lo que eres? puedes huir, pero no esconder de tu naturaleza, puedes salir de este lugar, lo sabes, pero tu cerebro está cansado. Respira profundo y detalla el sitio, ya oscurece y hace rato dejaron de escuchar ruidos de búsqueda. Conoces las señales, nos la enseñaron de pequeños recuerda, es hora de recordar las enseñanzas de tu padre.

Emma apretó los puños y miro de reojo a Pierre, agradecía que estuviera dormido y como si leyera la mente hablo nuevamente.

— El no despertara, y si lo hace te verá dormida. ¿Y bien? Estoy esperando una respuesta porque te niegas a aceptar lo que eres. —Sacudió la cabeza negándose a recordar ese día. — lárgate...

— No puedo, ya te di mucho tiempo, además. —dijo señalando el cuerpo ensangrentado de Pierre — parece que tu amigo necesita ayuda, ¿Por qué haces todo difícil? Te ayudaré a salir, pero no será gratis...

Desvió la mirada y vio a Pierre tenía razón, el necesitaba ayuda, no podía ser egoísta debía sacarlo de aquel lugar así el precio a pagar fuera más caro que ese encierro. De repente lo escucho hablar cerca de su oído y retrocedió.

— Por allá — le dijo señalando el lado este de dónde venían, era extraño, por ese sitio la vegetación era espesa.

— ¿Qué quieres a cambio?

Giro de golpe el rostro en su búsqueda, pero ya no estaba, apretó los puños y cerró los ojos y apretó el puño.

— Pierre, levántate debemos avanzar, antes que termine de oscurecer anda iremos por el este — le dijo ayudando a su amigo a levantarse, su herida se estaba infectando, el llevaba 4 días herido y sin ser curado ni revisado. Esos malditos se habían negado a auxiliarle, luego de unos minutos de caminata divisaron un camino, pedregoso, y a lo lejos se veía los faros de un carro venir, solo rogó a Dios, que no fueran sus captores.

Vieron como la camioneta disminuía la velocidad, y un hombre rubio sacaba la cabeza, los vio alumbrarlos con una linterna y ambos pusieron sus manos en los ojos.

— Dios, pero si son ustedes — dijo bajándose apresurado del carro, y ayudando a Emma a subir a Pierre a la camioneta, le ayudo a ella a subir y acto seguido subió el al volante — soy Vincent , amigo de Jasón y en estos momentos me disponía a ir con él, me llamo esta mañana indicando que tenía el sitio de donde estaban, es increíble — saco el móvil y se lo entregó — tenga será mejor que sea usted que le dé la noticia, y de paso que le indique donde los llevo a que hospital, no debemos perder tiempo el señor se ve realmente mal.

Tomo el teléfono y marco a Jasón, no supo porque fue en el que pensó primero en llamar, sus manos temblaban al escuchar el sonido de su voz.

— ¿Por dónde vienes Vincent ?, sabes que debemos aprovechar la oscuridad de la noche — se quedó en silencio mientras su rostro miraba a Pierre que se había desmayado otra vez — ¿Vincent?

— ¿J? — escuchó a su amigo sollozar del otro lado.

— Emma, Dios preciosa — Escucho el llanto del otro lado y la voz entrecortada de Jasón — ¿Dónde están? ¿Te encuestas bien? ¿Por favor nena dime algo? ¿dime dónde están? ya mismo iré por ustedes

— tu amigo nos encontró en la carretera, pero Pierre va mal herido, él quiere saber a dónde nos lleva — escuchó a Jasón repetir lo que acaba de decir a los que estaban presentes, pudo escuchar sollozos y gritos de alegría.

— Dile que, en la clínica de mi padre, que entre por el lado del personal de servicio, ya mismo mando a cerrar esa parte de la clínica, dime donde están heridos Emma descríbeme todo lo que puedas de esas heridas, para no perder tiempo en cuanto lleguen y ¿Tu preciosa dime cómo estás?

— Pierre del costado derecho es una sola pero profunda, ellos lo acuchillaron en el mismo lugar, ha perdido mucha sangre y no ha dejado de llamar a una "María", y yo es complicado J por ahora no importa como este yo en este momento J solo quiero que él se salve.

— No me digas eso preciosa, he vivido un infierno, sin saber de ti, pero no discutiremos ahora de eso, pásame a Vincent necesito hablar con él— le paso el teléfono al hombre mientras agarraba de la mano a su amigo que se la apretaba y seguía llamando a "María" era la primera vez que lo hacía.

— Todo estará bien Pierre ya pronto estaremos en casa— le dijo mientras le abrazaba y le besaba su mejilla, pero este ya estaba inconsciente.

Fin del flashback

Pasaba las manos por la fina lapida.

John Pierre D'angelo P.
Enero 14 1983— mayo 16 de 2012.

Sus labios pequeños hicieron una fina línea intentando ahogar sus lágrimas, los recuerdos, golpeaban su mente una y otra vez, la mirada al espejo de su cuerpo todos los días le recordaban una y otra vez los 5 meses del secuestro.

Todos tenían algo que agregar, que opinar o que aconsejarle, que debía superarlo, que no había podido hacer nada, que solo Dios sabía porque ella había sobrevivido. Todos tenían algo que decir Antwan, la psicóloga que intentó ayudarla sin éxito... hasta el mismo Alessandro D'angelo le había dicho que olvidaría esa época.

Era imposible cuando a su mente llegaba los recuerdos de Pierre. Recordaba las últimas palabras que le dijo la última vez que lo vio con vida en el hospital, llegaban a su mente todas las noches y le pidió perdón a su amigo en la tumba como todos los años por no ayudarlo a salir a tiempo de ese lugar.

— Al final todo tiene solución, y todo tendrá sentido, Emma, recuerda no dejes nunca de soñar, que nunca se apague tu sonrisa, solo espera y confía — le dijo Pierre hace 6 años antes de morir.

Limpió una lágrima y suspiro pesadamente. Que sabía el mundo de dolor, si nunca se enfrentó a la muerte como ella lo hizo, si pocos han salido del infierno y el que lo hace no sale ileso. Se levantó del pasto y dio media vuelta encontrando frente a ella a Alex mirándola fijamente.

— Sabia que te encontraría aquí.

— Que deseas Alex hoy no estoy de humor. —Vio a su amigo mirarla y sonreírle.

— Emma tu nunca estas de humor. te fui a buscar a la empresa la secretaria dijo no saber nada de ti, supe lo que paso.

Alex suspiró y se acercó a ella le rodeó el brazo por sus hombros y empezaron a salir del cementerio, a simple vista podían pasar por hermanos el 1.85 ojos azules , cabello castaño y espalda ancha y atlético, ella 1,77 cabello largo castaño y ojos azules , piernas largas y cuerpo bien formado, ambos producto del entrenamiento diario, un entrenamiento que se volvió para ella como una religión, la tragedia con Pierre los había unido en un lazo de hermandad que pocos entendían, se habían vuelto tan inseparables que el dolor de uno le afectaba al otro.

Era imposible que no llamaran la atención ambos eran atractivos en su género, sin embargo, el rostro sonriente siempre de Alex, contrastaba con la mirada, fría y distante de Emma.

— ¿Que te hizo Antwan esta vez? sabes que debes aprender a vivir con eso, no permitas que el gane, no puedes ponerte así siempre que alguien te recuerde esa época, y con lo que respecta a Antwan le permitiste muchas cosas fuiste flexible, creías ciegamente en el Emma y eso no es sano, lo conoces sabes que es manipulador, te dije muchas veces que no confiaras.

— Lo sé — fue la respuesta de la chica–pero que ganaba con mentirme Alex uds eran como mi familia, Samantha, Pierre, Jasón, Nick y tú, era las únicas personas en quien confiaba y no solo me alejó de ese bar, me hizo comprometer con el estúpido de Arthur y al salir libre me dijo que Nick nunca me había buscado....

— Te dije que lo buscaras. Muchas veces me ofrecí a averiguar por él y nunca me quisiste, no te quejes ahora.

Emma alzó los hombros un poco y pasó su mano por la cintura de su amigo mientras continuaron camino al auto, ella había salido caminando sin rumbo, había dado el día a su seguridad y a su chófer y había caminado hasta que se encontró frente al cementerio.

— Hace algunos días, por casualidad me encontré con Mary, la secretaria de Antwan en ese entonces. Le invité a un café y me contó que una semana después de mi secuestro Nick había ido a buscarme a la oficina al no saber de mí y al pedirle mi ubicación a Sam el dueño del bar donde trabaja. Mary asegura haber escuchado a Antwan decirle a Nick, que me había casado y que me encontraba de luna de miel, pero que no se atrevió a decirle la verdad por miedo a Antwan. Que había sentido pesar con el cuándo lo vio salir de la oficina.

— ¿Qué importancia tiene eso ahora? De todas formas, en ese entonces estabas comprometida, no eras nada de él, quizás una amiga. Si el hombre te hubiera conocido de verdad habría sabido que Antwan mentía, y se hubiera dado cuenta que ese compromiso era extraño. Si hubiese sido yo Te habría buscado

El rostro de Emma se tensó Alex tenía razón. Como negarse, su hermano mayor había asesinado en una riña a un hombre, por lo que necesito dinero para el abogado, dinero con el que Emma no contaba y que Antwan le presto; después, su padre enfermo de cáncer de pulmón y una vez más Antwan le ayudo, y así se fue comprometiendo tanto con su jefe, para ayudar a su familia que cuando este le pidió que aceptara las invitaciones de Arthur no pudo negárselo.

Cuando le dijo que el padre de Arthur quería una esposa para su hijo para tapar su supuesta homosexualidad, confesaba que en primera la idea le había aterrado, pero luego conocer a Arthur se dio cuenta que era un buen hombre y que incluso le temía a su padre. Por lo que se negaba a llevarle la contraria, le insistieron tanto que no pudo negarse, le debía demasiado al francés.

No tuvo otra más que aceptar, le habían dicho que solo sería un matrimonio de nombre. Lo que Samantha su amiga no se tragó, dudaba de la supuesta homosexualidad de Arthur, y le pido dilatar el compromiso hasta que ella estuviera de regreso, ella viajaría a España para esa época, logro dilatar por mucho tiempo el compromiso. Incluso Jasón y Pierre se habían brindado a pagar la deuda y había ido donde al francés a decirle que le pagaría y que se iría de la empresa, lo que lo enojo. La acusó de desagradecida, al no ver ninguna oportunidad con él hablo con el implicado, pero este le tenía tanto miedo a su padre, que lo único que le propuso fue una relación platónica por un tiempo. La idea era que se dejaran ver de la prensa y que luego de algún tiempo la dichosa relación terminara, que después se vería que pretexto pondrían.

— Tal vez no pudo Alex, y sobre el matrimonio le debía muchas cosas a Antwan no podía negarme. Me vi, sin darme cuenta, envuelta en tantos líos. Solo él me brindaba ayuda no contaba con la ayuda económica de nadie y no quería preocupar a ustedes ni a Pierre que tenía en ese entonces una actitud extraña.

Emma miró rostro de su amigo ponerse serio pudo ver el gesto de enojo en su cara, sabía que recordar esa época era dolorosa para él.

— Lo recuerdo, pero él se aprovechó de tu necesidad. Vamos Emma, acéptalo el tipo es un manipulador. Que ganaba el con decir a ese pobre chico que te casaste, por qué no decirle la verdad.

— No lo sé, alegó que porque aún no sabía quién me tenía. Que le habían amenazado, que yo moriría si la policía se enteraba, y que además Nick recibió dinero por parte de él para que me alejara. Sinceramente lo dudo Alex, conocía a Nick era un hombre orgulloso jamás recibiría dinero y de Antwan menos ellos no se llenaban bien. No puedo exponer a mary diciéndole lo que se Alex.

Llegaron al auto de Alex y este le abrió la puerta del copiloto. Rodeo el auto se sentó detrás del volante y pensó un poco.

— Debes alejarte de ese Antwan. Tengo un mal presentimiento de todo esto, y si te soy sincero me alegro que ya no dependa de él Emma; que seas independiente, y no te lo niego Emma extraño a mí hermano cada día de mi vida. Lamento lo ocurrido, pero debes continuar, es tiempo de dejar el pasado atrás. Y si eso incluye a Antwan a tu familia y a todos los demás hazlo. — dijo mientras empezaban a salir del cementerio.

— ¿A dónde quieres ir? Hoy soy todo tuyo.

Emma le miró y rodó los ojos, Alex, le gustaría ser como el, ver las cosas de manera sencilla pero no podía.

— Sorpréndeme Alex...

— Iremos a tu antiguo trabajo ... al bar. te parece?

— ¿Y Sara? sabes que si se entera que estás conmigo se enojará.

La esposa de Alex no gustaba de ella. Tampoco es como si Emma, hubiera Intentado limar asperezas con la mujer pensó Emma. Era obvio que ambas no se llevarían nunca bien, así que Emma había decido, muy inteligente mente mantenerse alejada y casi que a años luz de la histérica mujer.

— Ya se le pasará Emma debe entender algún día que somos amigos. ¿Entonces harás eso por mí?

— Esta bien Alex, pero te advierto que si llego a tener problemas con esa mujer no pienso quedarme callada.

Alex echo la cabeza hacia un lado y sonrió fuerte. Se imaginaba una pelea entre ambas, ¿Quién ganaría? Claramente seria Emma, no solo estaba mejor entrenada era más alta y más ágil. Lo sabía, porque había entrenado con ambas mujeres; y solo Emma le había dado pelea, hasta casi ganarle, era una mujer perfeccionista. Se imponía sus propias retos y metas y no descansaba hasta lograrlas. Sin embargo, era un hombre prudente ese pensamiento jamás saldría en voz alta, y delante de su esposa menos, sino quería dormir en el sofá

Ojalá algún día la viera sonreír como sonreía en la foto que adornaba mi estudio donde se veía aún más hermosa de lo que era.

— Vamos entonces. —ya en el auto el teléfono de Alex sonó, y este contesto por los manos libres — hola nena... en el momento no te puedo atender sara, estoy en una junta, llegaré a casa un poco tarde, tengo unos pendientes que resolver, no te preocupes descansa tú, si yo también te quiero cariño, nos vemos.

— ¿Por qué le dijiste mentiras? ¿No era mejor decirle la verdad? si se llega a enterar que le mentiste... se te va armar un lío y todo por decir una mentira tan estúpida. Sabes que, si te voy a meter en problemas, será mejor que me dejes en casa.

— No le dije porque sé cómo se va a poner, aún tengo en la mente como se puso aquella vez que le dije que nos habíamos besado.

— Dirás que me besaste, te recuerdo que yo no participe, sigo pensando que fue mala idea. De todas maneras, tienes razón, no importa mucho si Nick sabia o no de mi desaparición, si me hubiera conocido lo suficiente sabría que era mentira. —Vio a Alex asentir

— Eso y sumado que debió ver las noticias. Mi padre puso la foto de ustedes en todos los noticieros y ofreció recompensa. O vivía en una nube de cristal, o no estaba en el país. De todas maneras, eso es pasado, el presente es este, y debes vivirlo. Quedarte pensando lo que pudo haber pasado es tonto, te lo digo por experiencia, la vida sigue cariño y debes pasar la página.

Alex

Miraba a Emma, jugar con el hielo en su bebida dándole pequeños círculos. Recordaba la vez que la había visto por primera vez, y como entre ellos nació una amistad de inmediato. Producto de esa amistad su hermano y Samantha se habían casado a escondidas. Aunque no llegaron a hacer público ese matrimonio, para Samantha insistía, era
peligroso para la familia D'angelo que los asociaran, ya que su padre no le perdonaba a su única hija la traición de haberle entregado. Aún tenían miedo, porque se decidía que este estaba pronto a salir, por lo que Sam rara vez se encontraba con ellos, y solo se comunicaba por teléfono.

Nunca le pedía cuentas a Emma o Jasón sobre la empresa. Era una mujer acostumbrada a andar por el mundo con lo básico. Recordó que el que el que Emma se hiciera cargo de la empresa fue una odisea, pues inicialmente, se negó a dejar a su amigo el francés, hasta el día que este insistió nuevamente en lo del matrimonio, cosa que enojo a Jasón, en cuanto lo supo fue y pagó el mismo esa cuenta, y alejando a Emma del hombre. Desde entonces, eran bastante unidos, Jasón adoran a Emma y esta de alguna manera le retribuía el cariño.

— Se divierten — la voz de su esposa les hizo alzar la vista de su bebida.

— Hasta hace unos minutos sí — fue la respuesta de su acompañante, que siguió dándole círculos a su bebida.

— Me podrías informar, porque me mentiste Alessandro. Dijiste que estabas en una junta,

— Parece que ricitos está un poco celosa Alex.

— En estos momentos me dirán, los dos; ¿Qué clase de relación tienen? porque amistad entre ustedes claramente no hay...

El rostro la Emma dejó de ver la bebida y por primera vez la miró a los ojos.

— No empieces otra vez Sara. Te he explicado muchas veces cuál es mi relación con Emma, pero no quieres entender.

— ¡Ah! claro la historia de que es tu ¿cómo es que dices? — dijo mientras se llevaba la mano a la barbilla simulando recordar — ¡Ah sí! Como una hermana. ¿Pretendes que te crea? Cuando es obvio que, cada aquí la damisela tiene un problema sales tú a solucionarlo, porque tienes que ser tú.

— ¿Que porquerías tienes en esa mente? ¿Nos crees capaz de hacer un acto tan sucio? no vez la realidad, aunque te la aclaremos con muñequitos.

— Sara cariño por favor cálmate. Emma guarda silencio — dijo intentando calmar a ambas mujeres, al parecer sin éxito.

Vio a Emma levantarse de la silla y recoger su bolso mientras se ponía el saco.

— ¿A dónde demonios crees que vas? De aquí no te vas sin que me expliques.

Su esposa agarró a Emma por el brazo, inicialmente se asustó, pero al ver el rostro relajado de su amiga supo que la situación solo le divertía.

Emma giró el brazo y en cuestión de segundos era ella la que sostenía el brazo y la atrajo ágilmente hacia ella.

— Que sea la última vez que me haces todo este circo, he sido paciente contigo — la vio hacer una pausa mientras vio los nudillos blancos estaba enojada — no confundas mi silencio con cobardía hacia ti, si he sido paciente es por Alex y sus padres, no por ti— dijo esto al tiempo que la soltaba — ahora si me disculpan, iré a la barra, te sugiero te lleves a tu mujer Alex yo pediré un taxi me iré más tarde o llamare a Jasón

Vio a su amiga dar media vuelta con la cara en alto y andar firme la vio llegar a la barra y pedir algo al barman, se sintió mal en dejarla sola, sabía que lo ocurrido el día de hoy le había afectado, a pesar de que intentaba no demostrarlo sabía que le había afectado, tomo a su esposa por el brazo y la acerco a él.

— Me puedes explicar qué demonios te sucede?

Tiempo después Emmo...

Miro la hora eran las 12: 30 habían pasado 5 horas desde el altercado con Sara, se había ido a otro bar cercano para que Alex no la volviera a buscar.

El que decía que el alcohol ahoga las penas mentía, en Emma el estado etílico los recuerdos venían a su mente de manera aún más clara.

Se sintió observado giro la cabeza y en una mesa más adelante lo vio, era un hombre alto, elegante de ojos oscuros y mirada penetrante. Lo vio alzar el vaso de su bebida hacia ella y sonreírle, no se tomó la molestia de seguirlo observarlo, no quería a compañía, en estos momentos solo quería estar sola.

Se llevó la bebida a sus labios nuevamente cuando sintió su celular sonar en su cartera. Metió mano en ella lo sacó
Miro la pantalla del teléfono Sara... sabía que insistiría si no le contestaba, Alex era muy capaz de iniciar una búsqueda por toda la ciudad si no la encontraba.

Decidió recibir la llamada...

— Hola ricitos

–Alex está preocupado por ti, y yo te debo una disculpa— Escucho la voz de
Sara decirle— lo siento en verdad y tienes a todos preocupados.

— No tienes que pedir disculpas, Alex es un capullo le dije que no debió mentirte, pero temía a tu reacción y tal parece que tenía razón por lo que vi, no te preocupes ricitos estoy bien, ya hablé con Jasón y lo estoy esperando para irnos a casa, espero que todo se solucione entre ustedes.

— ¿Dónde estás Emma?

— En estos momentos estoy esperando a Jasón, ve a descansar y deja de buscarle problemas a tu esposa.

Escucho la respiración aliviada de su amigo.

— Por Dios Emma ¿Tienes idea de cuánto tiempo llevo buscándote? ¿Dónde estás?

— Sólo déjame tranquila Alex estaré bien no he bebido mucho, y te dije que estoy esperando a Jasón.

— Ni hablar me dirás dónde estás y te iré a buscar ahora mismo Emma, tengo a todo el maldito equipo se seguridad buscándote.

Alejo el celular de la oreja al oírlo gritar Alessandro D'angelo jamás levantaba la voz solo cuando estaba enojado.

— Deberías estar con Sara en vez de estar perdiendo el tiempo buscándome, solo quiero estar sola estaré bien.

Lo escucho maldecir ... por última vez Emma ¿Dónde estás?

Cerro los ojos y entonces se rompió. Fue como si todo se desmoronará a sus pies y ya no pudo más. No podía seguir siendo la mujer dura. Llevaba demasiado tiempo siendo fuerte, aparentando que nada le había afectado, que nada le había dañado, pero era mentira, no era una mujer de piedra. Sentía el dolor, el rechazo y la pérdida, cuanto más gruesa es el caparazón más débil es lo que la habita y hoy una parte de ese caparazón se rompió al saber el engaño de Antwan.

— Dime dónde estás preciosa, no estás sola, nunca lo has estado me tienes a mí, a Frederick y a mis padres y lo sabes. Por favor cariño.

— En el REFENDES espero a Jasón, ya vuelve a casa tu chica te espera. le dijo y le colgó.

Alguien le pasó un pañuelo y Emma levantó el rostro. Era el hombre que hace unos minutos la observaba.

— No me gusta ver un Ángel llorar.

Emma no le respondió, se limitó a recibirle el pañuelo y a dar un simple gracias.

— Puedo preguntar el motivo de tus lágrimas.

A todo y a nada. respondió encogiéndose los hombros... exceso de pasado tal vez volvió a decir.

— Hay que usar el pasado como trampolín. Es bueno recordar los malos momentos, de esa manera no los vuelves a cometer, sin embargo, no es necesario brindarle una silla y permitir que se queden junto a ti todo tiempo.

Respiraba elegancia la manera de relajarse, el brazo que tenía abrazando a la silla continua y sus largas piernas cruzadas, pero había algo en el que se le hacía conocido.

— Hay recuerdos que son inevitables— le respondió al desconocido sin mirarlo.

— Tal vez... pero quizás por quien lloras esté más cerca de lo que crees ......

— ¿Que le hace pensar que extraño a un hombre?

Emma lo vio sonreír mientras se llevaba su bebida a los labios.

— Intuición Emma, intuición, no me he presentado, un placer Emma soy Gabriel.

Emma miró al hombre de qué demonios hablaba ese tipo, Pierre estaba muerto desde hace años.

— Como el arcángel,
— dijo Emma de forma distraída .. sin embargo, no recordó haberle dicho el nombre...

— Exactamente...— creyó Emma escucharlo decir, de pronto descubrió que con la cercanía de ese hombre todo su dolor cesó, Se sentía en paz por primera vez en muchos años. Lo detalló aún más, llevaba traje de tres piezas oscuro, su cabello era negro como sus ojos y era alto muy alto pudo ver Emma.

— ¿Cómo sabe Ud. mi nombre?

— Se todo de ti, llevo tiempo siguiendo tu carrera. Tranquila Emma esto también pasará, al final todo tendrá sentido, tu prometido llegó por ti. — lo oyó decir. Mientras se levantaba y miraba hacia la puerta del lugar giró su cuerpo y se inclinó a tomar su mano y le dio un beso sin apartarle la vista — cuida tu cuerpo Emma que yo cuidaré tu Alma — dijo cogiendo una de sus manos y besándola suavemente. — nos volveremos a ver.

— Fue un placer...

—El gusto fue mío. — lo vio alejarse con elegancia, nunca en su vida lo había visto, sin embargo, era como si lo conociera de siempre.

Logro recordar esas palabras siempre se las decía Nick cuando partía y sacudió la cabeza, estaba pensando locuras.

— No vuelvas a hacer eso— la voz de Jasón le hizo pegar un salto de silla...

— Por Dios Jasón me asustaste.

Se sentó en frente de ella, la observó en silencio.

— ¿Quién era ese tipo? —le dijo girando la vista donde se encontraba sentado Gabriel, esta vez rodeado de varios hombres.

— Ni idea, solo me hacía compañía mientras llegabas.

— Parece que no eres consciente que tu vida corre peligro aún.

— Lo siento, toda esta situación me superó, la mentira de Antwan, el escándalo que me hizo Sara, no puedo continuar más Jasón, solo les he causado problemas, no merezco tanto cariño yo no les merezco.

— No vuelvas a decir eso preciosa. — dijo mientras tomaba su rostro con ambas manos y ponía su frente en la de ella — mereces ser feliz Emma tu más que nadie mereces todo cuando el universo esté dispuesto a darte.

— Sara discutió con Alex por mi culpa, él me fue a buscar y le mintió le dijo estaba en una junta. No sé cómo ella se enteró y nos encontró en el bar, igual no hacíamos nada, pero le mintió.

— Ya se arreglarán, parece que pelean solo para reconciliarse. Sabes lo que dicen, que el sexo de reconciliación es el mejor.

Emma le golpeo por el brazo, y haciéndola este reír, fuertemente.

— Vamos entonces, si la princesa quiere que le ayudemos a esos dos le ayudaremos.

— ¿Qué haremos exactamente?

— Te puedo decir en primera que Alex se mudó de cuarto. Hizo berrinche, y que la chica la debe estar pasando mal. Ya se me ocurrirá algo en el camino, anda vamos, haremos de cupido tú y yo.

Al poco tiempo estaban tocando la puerta de la pareja de esposos y quien le abrió fue una Sara en pijama.

— Buenas noches, somos tu grupo de apoyo— dijo Jasón al tiempo que entraba en la casa, por su parte Emma solo caminaba al lado de él sin decir una palabra— ¿Dónde está?

Sara lea les señaló uno de los cuartos de visita vio a Jasón acercarse al bar y tomar la botella y parársela, acto seguido tomó dos vasos de la vidriera.

— ¿Pero ¿qué estás haciendo? — le dijo intentando arrebatarle la botella.

— Ayudando a ricitos, estas preocupada por ella, si entro con aliento a alcohol no me dejará llevarte he insistirá que dormimos acá, y como él se preocupa mucho por tu virtud. Jamás me dejará dormir contigo así que le tocará volver a tus brazos preciosa, el resto correrá por cuenta tuya.

Miro a Sara quien veía a su amigo como si fuera el mismo Ángel, con la boca abierta.

— ¿Por qué lo haces?

— Porque Emma me lo pidió.

— ¿Y si decide llevarla él?

— En su auto solo entran dos personas y él no me dejará solo contigo, y más aún cuando estoy "borracho", está enojado contigo, pero aún te quiere ¿Verdad cariño?

En esos momentos la puerta se abrió saliendo un Alex con las cejas fruncidas, pero al ver los visitantes se sorprendió un poco.

— ¿Se puede saber qué haces bebiendo? y ¿Cuantas lleva Emma?

— Muchas ya perdí la cuenta— dijo esta mientras hacía señas a Sara a espaldas de amigo

— ¿No manejaras así?

— ¿Por qué no? Mira te puedo hacer el cuatro— sonrió mientras mostraba cuatro dedos de su mano.

— Ni hablar, dormirán aquí, e igual mañana es domingo.

— Vamos cariño— dijo Jasón tomándola de la mano y caminando hacia el 3 cuarto.

Sintió las manos de Alex soltarla del agarre de Jasón, y sonrió, Alessandro era un hombre predecible.

— ¿Vas a dormir con ella en mi casa? ¿Quieres que acaso mi padre me cuelgue de las pelotas? ¿Tienes idea de lo enojado que está por dejarla sola en ese bar?

— Yo tengo el permiso de Emma y es la que cuenta. Además, no es la primera vez que dormimos juntos se respetar a una mujer.

— Será lo que quieras, pero ustedes dos dormirán en cuartos separados ahora mismo, y no duermas desnudo, no quiero que mi mujer te vea de Exhibicionista.

— No me digas, ¿Le temes que vea que soy mucho mejor que tú?, pero no te preocupes las rubias no son de mi interés y de baja estatura menos, son el demonio en persona.

Alex dio media vuelta y tomó de la mano a su esposa
sacándola de la sala ante la mirada sonriente de los dos, vio a Sara decirle un " gracias" silencioso y esos solo le hicieron con los dedos la señal de ok.

— y ahora tú y yo ¿Que haremos?

— Dormir J. Claro está, tú en esa habitación y yo en esta.

— ¿Y las pesadillas, puedo ayudarte?

Miro a su amigo con los ojos entrecerrados. Tenía constantes pesadillas, eso cuando lograba dormir. Siempre era la misma, un cuarto lleno de arañas y una voz que la llamaba, en el sueño estaba pequeña y la voz que escuchaba no era conocida, pero el temor que sentía era tan real que llego muchas veces a creer que no era un sueño, era más bien un recuerdo.

— Te buscaré si eso pasa, ahora duerme allá, y deja de retar a Alex delante de su esposa.

Lo vio dar la vuelta de mala gana y entrar al cuarto, sonreía mientras entraba al cuarto. Jasón era como un niño grande, no sabía que hubiera sido de su vida luego del secuestro si no fuera por él. Alguna cosa no recordaba, sobre todo cuando estuvo en la clínica.


Recordaba la voz de alguien cantarle una canción, que tenía siempre en la mente, un hombre de ropa blanca y sonrisa hermosa, que la curaba, recordaba llamarle muchas veces su Ángel, pero todo era tan confuso. Lo único que recordaba del hombre era una cicatriz en su cuello y esa canción, tal vez fue delirio, producto de que la sedaron se dijo muchas veces, sin embargo, como el sueño de las arañas era muy real.

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