Capítulo 30

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La mañana había corrido rápido, en realidad pensó que sería más incómodo el uso del vestido y la ausencia de ropa interior. Pero no fue así, no tuvo tiempo de pensar en eso. Miró la hora y era el tiempo de hablar con Marshall.

Aún tenía a su favor, lo que Rachel le había contado y que no le había dicho a nadie hasta ahora. De no ser por ella, otra historia estaría viviendo. Pues le afectaría bastante saber que Jasón le había engañado. La voz de Sofía, anunciando la llegada de la mujer, la hizo erguirse en su silla.

Seguidamente alguien tocando, y con un escueto adelante, le indicó a la mujer que entrará. La vio caminar elegante con un vestido ceñido al cuerpo y un escote un tanto exagerado. Sus senos parecía que en algún momento se saldrían de ese vestido ¿Cómo era posible que usaran trajes así? Ella se sentiría incómoda ante la vista morbosa de los hombres.

— Siéntate Marshall ¿Me han dicho que me has estado buscando? — se sentó en la silla y miró a la mujer directo a los ojos.

— Si vengo a entregarle el nuevo boceto, el que pidió— dijo acercando el mismo.

Sonrió ante lo que vio, era perfecto no podía negarlo. Sin embargo, ahora con la presencia de Pierre la cosa cambiaba. No sabía que tendría el por decir, si adoptarían el nombre de la empresa familiar o si su vino sería simplemente un agregado a la lista de los que su padre tenía, se quedó pensando unos minutos.

— ¿No le gusto? Creo que fue lo que pidió, por lo menos eso me indicó el publicista, — su voz sonó chillona, o era ella que no soportaba la presencia de la mujer.

— No Marshall es perfecto, solo que tenía otras cosas en mi cabeza.

— Ya veo. ¿problemas sentimentales quizás? Es lógico que eso sucediera, un hombre tan promiscuo como J era lógico que se aburrirá de usted rápidamente. No es un hombre monógamo le aseguro — la respuesta de la mujer le hizo levantar la vista del dibujo y alzar una ceja.

— No es sentimental, pero, ya que estamos hablando de ese tema. Parece que Uds. tienen algo que mostrarme, ¿Por qué no aprovechamos el momento? — le dijo soltando el boceto y apoyando las manos en el escritorio. Se echó para atrás en la silla de manera relajada, vio a la mujer sorprendida ante su revelación— ¿Sabe algo Marshall? El éxito de todo negocio es la confianza, conocer lo que está vendiendo, la competencia y el apoyo mutuo entre los colaboradores. La relación entre Jasón y yo es así, lo vemos como una sociedad y la base de ella es la confianza. Así que, dudo mucho que lo que usted tenga para mostrarme me sorprenda — la reto.

Sabía que, si menospreciaba esas imágenes, que con celo guardaba ella las mostraría. La vio tomar su móvil y revisarlo hábilmente. Sonrió mentalmente, había mordido el anzuelo, vio su rostro iluminarse y mostrarle de lejos una imagen.

— Yo no estaría tan segura — detalló en la imagen.

Vio a su prometido, acostado de medio lado desnudo. Era imposible saber si estaba dormido o despierto por el ángulo de la foto. Así que se lo hizo saber.

— Lo que yo veo es una foto de Jasón. Señorita no me diga ¿Es usted voyerista? Si sabe a lo que me refiero ¿Verdad?

— Que chistosa. Mire por usted misma, vamos a ver que tanto le dura la sonrisa. Le aseguro que Jasón, no es el hombre leal que le hace a usted creer — no tomó el celular, contrario a eso se alejó del escritorio y hecho su cuerpo hacia atrás en la silla mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Que ganas tú con mostrarme eso? No creo que él te preste atención, si eso es lo que buscas. Te aseguro que, estás haciendo mal tus cálculos. Jasón es de los hombres que no les gusta ser cazados sino cazar.

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