EPÍLOGO

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Dos meses llevaban en luna de miel, desconectados del mundo. No sabían más de lo necesario, pero todo llegaba a su fin, el silencio de su marido la preocupaba desde la mañana que habló con su padre, estaba así. Era de noche no sabía exactamente la hora, pero se encontró sola en la cama, así que se fue en su búsqueda.

Lo encontró en la terraza del hotel donde se alojaban desde hace 7 días, habían recorrido casi toda Italia, por ultimo estaban en Roma y antes de llegar a América, irían a Londres. Visitaría la tumba de sus padres. La vista de J viendo el horizonte le recordó la noche que supo que Alessandro no lo quería en la casa. Parecía haber pasado años, cuando solo habían sido meses, despacio camino hacia él y lo abrazó por la espalda.

— ¿Qué te preocupa señor Frederick?, desde esta mañana algo te inquieta— entrelazo sus dedos y sintió su espalda tensa, algo sucedía.

— No quiero volver.

Sonrió ante esa confesión ella tampoco quería, estos dos meses habían estado como en una burbuja lejos de los conflictos y los problemas, suspiro y lo rodeo quedando en frente de él, había algo más lo sabía.

— ¿Hay algo más verdad?, ¿Que te dijo tu padre?

— Sólo abrázame, cariño, necesito de ti— y fue todo lo que Ella necesito saber.

Pasó sus manos alrededor de su cuello para atraerlo más hacia ella, al tiempo que el pasaba sus manos por su trasero y la levantaba del piso. Enredó sus piernas alrededor de las caderas de J mientras que él la besaba feroz. Un beso distinto lo sentía, había temor, miedo en él, no le hizo preguntas solo se dejó hacer, sintió su lengua caliente pasar por su cuello, y un leve temblor se apoderó de su cuerpo. Con él siempre era todo sensaciones, ya en la cama sus manos se vuelven impacientes, recorriendo todo su cuerpo lo siento temblar.

— Parece que tienes frío, ¿Quieres un poco de calor? - le digo de forma traviesa.

— Aun no he terminado contigo, esto apenas empieza— dice esto al tiempo que me desnuda, sonríe y esa sonrisa es todo menos casta, el beso que sigue es más intenso arqueo mi cuerpo para sentirlo aún más y noto que el aún tiene el pantalón.

— Creo que en esta transacción estoy en desventaja— le digo al tiempo que suelto el cordón de su pantalón, lo siento sonreír, se alejó un poco de ella y se deshizo de la prenda, se quedó mirando la desnudez de su esposo.

— ¿Te gusta lo que ves? — le dijo acercándose a ella nuevamente.

Dejó besos por su vientre, apretó las sábanas al sentir su lengua caliente en su intimidad. Lo sintió succionar y algo dentro de ella estalló, su lengua caliente acariciando, devorando todo rastro de cordura, mientras que sus dedos entraban y salían de ella de forma rápida.

— ¿J?

— Mmm— dijo con voz ronca por el deseo, sin Dejar de acariciarle con esa ágil lengua— ya no tienes comentarios sarcásticos señora Frederick, encontré la manera de hacerla calla.

Alzó sus caderas para sentirlo aún más dentro de ella. Cuando eso no fue suficiente enredo sus manos en su cabello rubio, y lo intento atraer. La tomó por las manos y se acerca sonriendo, coloca sus manos encima de su cabeza, inmovilizado mientras su boca tiene otro entretenimiento, sus senos.

— Esta será la parte más interesante de tu embarazo— dice sonriendo mientras atrapa uno de los senos con su boca, con su mano libre sigue acariciándolo centro, introduciendo dos de sus dedos una y otra vez, un jadeo escapa de mis labios, casi sin preverlo, lo escucho sonreír otra vez— ya casi estas, solo un poco más preciosa— dice sin dejar de masturbarme— dime que quieres.

CicatricesWhere stories live. Discover now