Viaje Sorpresa

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¡Hola, hola!
¿Qué tal se la pasaron en navidad? Espero que bonito 🤗😍
Bien, aquí está un capítulo que no se había incluido antes, espero que lo disfruten.

¡Voten y cometen mis corazones!🤗😗


Me desperté súbitamente, no fue a causa de una de esas pesadillas espantosas que comúnmente tenía, sino una más normal e inadmisible. Abrumada me senté con la intención de aclarar el manojo de incoherencias que guardaba mi mente. Matías escuchándome con atención y mortificado por mí... que locura, ni siquiera lo había visto por una semana.

Era difícil explicar cómo me sentí durante ese tiempo, sabía que tenía todo para estar tranquila con la mera idea de que Matías no se aparecería por mi camino, sin embargo, no fue así exactamente. Hubo días que disfrutaba de mi soledad, leía libros porque misteriosamente aparecían uno o dos en mi habitación, pero en otros no existía forma de sacármelo de la cabeza, y no hacía otra cosa que preguntarme qué era lo que pretendía, quién era exactamente y qué era todo lo que englobaba que fuera una criatura sobrenatural. También pasaban por mi cabeza las ideas de que estaba molesto y me evitaba, o que planeaba nuevas cosas que no serían de mi agrado. Cualquiera que fuera la razón de su ausencia no quitaba el hecho de que era algo extraño.

Pensar en aquello me recordó que no podía conciliar el sueño por la noche, dándole vueltas una y otra vez a ese asunto, por lo que salí de mi habitación envuelta en un edredón bastante suave y cálido. Comprendí entonces que no se trataba de un simple sueño, fue real. Le había mentido al decirle que mi insomnio provenía de las pesadillas, sin embargo, a como fui relatándole cada una de ellas mi nostalgia y tristeza fue incrementando también, conduciéndome al llanto. Que vergonzoso.

No había una razón exacta que me condujera a ese acto, pero sentía que tenía tantas cosas acumuladas que había llorado por todo, por encontrarme tan confundida y no saber qué hacer, así como también no soportar más mi aislamiento de todos aquellos que amaba y me amaban. No quería seguir presa en cuatro paredes y junto a alguien que comenzaba a consumirme desde adentro. Sentía que entre más tiempo pasará así, más en peligro me encontraba de perder la cabeza. Necesitaba despejarme, tener otras ideas que no fueran mi aislamiento y mi carcelero.

Sin humor, me incorporé, aunque daba lo mismo levantarme que permanecer en cama todo el día. No había mucho que hacer y aunque así fuera, no me encontraba con ánimos.

Me obligué a deshacer todos mis pensamientos sin sentido y salí de la habitación aún sin despojarme de mi pijama. Rosa ya estaba acostumbrada a verme en ese aspecto todas las mañanas y no le molestaba, solo que al igual que mi padre, a veces me fastidiaba o sé burlaba. Ella me agradaba, siempre se preocupaba por mí, aunque jamás desafiaría las órdenes de Matías y me ayudaría a escapar. A estas alturas no era una opción huir, a pesar de que Matías se manifestaba más tranquilo (o al menos eso había mostrado por la madrugada), sentía que, si lograba atraparme después, sería capaz de llevarme al mismo infierno solo por herir su ego e incitar su cólera.

—¿Qué es todo esto? —cuestioné a Rosa en cuanto entre al saloncito, pues había un par de maletas—. ¿Volvemos a la mansión?

—Por supuesto que no —mencionó animosa, mientras se retiraba los lentes y los colocaba en una mesita junto con un libro de los que yo ya había leído—. Usted y el Alfa... se van de viaje.

Si, Rosa ya se expresaba libremente respecto a lo que representaba Matías y hasta de lo que yo supuestamente debía representar, pues a veces se la pasaba llamándome Luna. El término no me desagradaba del todo, pero si lo consideraba algo raro, así que le pedí que ya no me llamara así, aunque a veces se le olvidaba.

Criaturas Malditas #2: Tu Dueño, Tu Tormentoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें