Capítulo 10

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-Evett Amery Reynolds es ahora la dueña de las pertenencias de los señores Kevin Amery y Juliette Reynolds de Amery.

Esas fueron las palabras del hombre que declaró que ya cumplía con todos los requisitos para heredar las pertenencias de mis padres. Al no tener a nadie más en la sucesión de mis padres, todo se me fue otorgado, soy mayor de edad, fue fácil recibir todo y no tener un tutor a mi cargo. Salí de aquel lugar y tomé un taxi hasta mi casa, miré por la ventana pero luego saqué de mi bolso una nota y la leí otra vez.

Esta nota estaba en la mano de mi madre, la encontré cuando fui a revisar con Ryder pero no se lo he dicho. Aún no entendía bien lo que decía, no era un texto largo pero tampoco era algo muy comprensible, o yo no quería comprender del todo.

Le pagué al taxi al llegar y me bajé, lo vi alejarse y luego escuché el fuerte aleteo de Ryder tras de mí. Suspiré profundo y lo abracé agotada mentalmente de todo esto.

-¿Cómo te ha ido? -preguntó.

-Todo ahora es mío, la casa, sus cosas, el dinero... pero no es algo que me guste saber -respondí.

-Por supuesto.

Lo miré de nuevo y no pude evitar pensar en la nota, aún no lo comprendía. Él volteó a verme al estarlo mirando de más y yo lo arrastré conmigo hacia la puerta.

-Vamos a dentro.

Ryder me siguió sin detenerme y ambos volvimos a entrar en aquella casa, se sentía tan frío... y me daban escalofríos estar aquí. Pero tampoco tengo a donde más ir.

-Estoy... realmente cansada, iré a dormir un poco aunque sea -comenté subiendo las escaleras-. Gracias por todo, Ryder, en serio.

-No fue nada, Evett... Descansa.

Le sonreí débilmente y me fui escaleras arriba, lo escuché irse cerrando la puerta tras de sí. En ese mismo instante sentí el vacío en este lugar, todo se sentía tan solitario y frío. Se notaba la falta de mis padres aquí.

Fui hasta mi habitación y decidí primero darme una ducha para relajarme un poco. Duré más de lo que normalmente duraba allí dentro pero ahora no era como si me importara, ya no había nadie que me gritara que saliera del baño de una vez. Me enredé en mi toalla y fui a sentarme a mi cama, encontrando el collar de Ryder sobre mi mesa de luz. Lo tomé en mis manos y lo miré detenidamente.

-Si no fuera por ti, no sé que habría sido de mí ahora.

Abracé el collar por pocos segundos antes de volverlo a dejar y levantarme para cambiarme, sequé mi cabello y me colgué el collar por el cuello para finalmente acostarme en mi cama y dormir por mucho tiempo.

Claramente no fui a la escuela por muchos días, nunca pensé que mi último año de escuela la pasaría de duelo por mis padres. Una de mis maestras se ha enterado de lo que ha pasado y me ofreció ayuda para reorganizar mi vida y mis clases, quise negarme pero me hizo pensarlo antes de hacerlo y se fue.

Quería preguntarle a Ryder qué hacer pero él no había venido desde hace dos semanas luego de la última vez y yo no tenía ánimos para ir al monte a buscarlo. Pero la respuesta llegó sola cuando una mañana no pude soportarlo más, ya estaba harta, de todo. Quería rehacer mi vida, graduarme y no esperar a morir así... Quería cumplir el sueño de mis padres de verme egresar de la escuela, ser alguien.

-¿Qué harás entonces, cariño? -preguntó mi maestra cuando vino a verme por mi decisión.

-Creo que... estaría bien. Si puede ayudarme entonces acepto que lo haga.

-Perfecto. N..No tienes que irte de aquí si no quieres, prefiero que estés en un lugar cómodo...

-Irme de aquí me ayudará, no puedo estar en un lugar que me recuerde lo que vi... -murmuré apretando mis manos y mis dientes.

-Ya veo, entonces dime en qué puedo ayudarte para mudarte.

Así fue. Le pedí ayuda a empacar todo lo que iba a necesitar, su esposo vino a ayudarnos estando muy consciente de la situación y la decisión de mi maestra. Ambos me dijeron que hacían esto porque simpatizaban conmigo, así como yo he perdido a mis padres ellos han perdido dos embarazos... Me sentí terrible al escuchar eso y quizás fue por esa razón que me abrí más en confianza a ellos, porque me comprendían de alguna forma.

Ryder seguía sin aparecer. Le dejé una nota en mi habitación por si decidía buscarme, en donde le decía con quien estaría y porqué, pero nunca supe de él otra vez.

***

***

Brittany, mi maestra que me ha acogido, me dio una semana más para acostumbrarme a la nueva vida con ella y su esposo antes de regresar a la escuela. Mientras tanto, me puso al día con las materias en clases particulares muy intensivas, pero a pesar de lo mucho que me agotaba y odiaba eso... se lo agradecía. Después de todo, sin estas clases no podría regresar a la vida académica y tendría que repetir el año.

-¿Segura de que ya quieres volver? -preguntó Brittany.

-Sí, creo que ya podré arreglármelas.

Ella asiente y me prepara para todo en mi vuelta a clases. Me dejó allí y ambas volvimos a nuestras vidas normales dentro de la escuela, pues ella no quería que los demás pensaran en que soy su favorita y que tengo el año ganado por esto. Aunque yo le dije que no me importaba, pero aún así insistió.

Entré a clases y a la primera que busqué fue a Karla, la vi riendo fuertemente con sus amigos, decidí acercarme a ella.

-Hey, no te he visto desde la fiesta -comenté.

-Karla, ¿en serio sigues siendo amiga de esta? -una de las chicas me barre con la mirada pero yo solo la ignoré.

-Pues... que yo recuerde, no -responde Karla para mi sorpresa-. Pero, hey, ¿cómo va la vida de una huérfana?

Los chicos de atrás aúllan por la pregunta de Karla que me dejó sin palabras. Ella me mira con una sonrisa burlesca y yo solo pude fruncir el ceño.

-¿Pero qué te ocurre? -cuestioné- ¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo?

-Claro, ¿por qué lo diría si no?

-No pensaba que fueras a volverte tan imbécil, de verdad -solté.

Sus amigos la retan a que se defienda y ella claramente los escucha a ellos. Se levanta de la mesa y se para frente a mí para intentar intimidarme.

-Di lo que quieras, al menos yo sigo teniendo a mis dos padres con vida -no podía creerlo, me deja sin habla, ella sonríe más y me empuja para atrás-. No vuelvas a acercarte a mí, no mereces ser parte de mi grupo.

Sus amigos la felicitan y ella se sentía tan grande siendo una completa miseria. No pude soportarlo, la agarré por el hombro para girarla y le di un puñetazo en la nariz que la tumbó contra las mesas.

-¡Hija de...!

La agarré por el cabello y estampé su rostro contra la mesa de nuevo, tenía tanta ira acumulada que no podía controlar mis impulsos de golpear a todos estos imbéciles.

-Tenía razón, nunca debí aceptar juntarme contigo. Estaba mucho mejor sola.

-¡Pues a mí no me importa! ¡De todos modos me junté contigo por lástima! -grita ella sujetando su nariz y quejándose del dolor.

-¿Lástima? -reí con amargura-. Lastima es lo que siento yo por ti, después de todo... yo no tendré que operarme la nariz para quedar bonita.

Me fulmina con la mirada pero yo la miré con asco, me alejé de ellos y fui a sentarme a mi lugar en silencio.

ENTRE CUERVOSHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin