Capítulo 6

1.2K 118 3
                                    

Paseaba la pluma por mi piel para sentir su suavidad que me hacía estremecer, sonreí mientras miraba aquella pluma en mi mano y recordaba a Ryder cada vez que la veía. La rocé por mis mejillas haciéndome cosquillas y seguí jugando con ella hasta que me sobresalté por el grito de mi mamá llamándome.

-¡Evett, Karla está aquí! -dice ella desde el piso de abajo. Me levanté escondiendo la pluma bajo mi remera de nuevo.

-¡Voy mamá!

Miré en mi mesa de maquillaje que no me faltara nada, agarré mi bolso y luego me di una última mirada en el espejo. Hoy saldría de fiesta con Karla, como solemos hacer todos los fines de semana. No es algo que me desagrade pero tampoco me apasiona mucho ir, depende mucho de cómo esté yendo todo y muchas veces me terminé regresando a mi casa porque me aburría rápido.
Bajé las escaleras y me encontré con ella en la entrada de casa.

-Hola Karla -saludé al estar frente a ella.

-Hola Evett, ¿estás lista? -me sonríe.

-Claro.

-¡Bien! Vamos.

Me jala hasta llevarme a su auto que le regalaron el año pasado por aprobar todos sus exámenes. Yo quisiera eso...
Allí vi que estaban otros de sus amigos con los que no hablaba sinceramente pero ellos se la pasaban aullando y cambiando de música todo el tiempo.

En estos años Karla se ha llevado muy bien con todos los demás, se puede decir que se ha vuelto popular entre nuestros compañeros. Sin embargo, yo prefería mantener mi perfil bajo, no porque yo quisiera, sino porque nadie quería hablar conmigo a pesar de estar con Karla y que ella me metiera en las conversaciones de vez en cuando. Simplemente no encajaba con ellos, no eran de mi mismo estilo. Pero sí el de Karla.

-¿Oye qué es eso?

Miré por curiosa pero terminé dándome cuenta de que la chica a mi lado estaba apuntando a la pluma que se asomaba por mi cuello. La escondí rápido.

-¿Una pluma?

-No es nada -respondí.

-¿Por qué tienes eso? Las plumas dejaron de estar de moda -comenta la chica con cierto tono burlesco.

-No es nada. -repetí un poco más seria.

-Dios, Karla. Tu amiga sí que es rara.

-Vamos Stef, déjala en paz -dice Karla en un intento por defenderme-. Pero en serio, Evett, ¿sigues teniendo eso?

-Me gusta...

-Ni siquiera va con tu atuendo... ¿Sabes qué? Déjalo. Llegamos.

Karla estaciona en auto y todos se bajan en manada corriendo directo hasta adentro de la fiesta. Suspiré aliviada de alejarme de ellos y me bajé a mi ritmo, Karla me acompañó y enseguida me puso un vaso con alcohol en manos.

-Ten.

-Genial.

Ambas bebimos de los tragos y luego me jaló hasta la pista de baile. Sinceramente, me gustaba esto... por el momento. Me soltaba siempre luego de un trago y podía bailar con comodidad. Hasta que Karla se encontró con sus amigos, intentó integrarme pero cuando se encontró con el chico que la pretendía ella se olvidó de todos y fue al baño con él. Todos me miraron por un segundo y yo sonreí apenada antes de salir huyendo de allí e ir al patio a tomar aire.

Me dejé caer en una silla allí y al mirar dentro de la fiesta vi a Karla con el chico, no habían alcanzado el baño pero eso no les importaba. Dejé de mirar al sentir que estaba interrumpiendo y me terminé el resto de mi bebida. Tal vez así me olvidaría de todos a mi alrededor y dejaría de escuchar los gemidos de las parejas que venían aquí a tener sexo.

Por un momento pensé en Ryder, quería que apareciera y me llevara a casa para ver una película o al estanque y quedarnos allí. Pero no pude evitar pensar en otro tipo de ambiente con él... después de todo, los gemidos y el alcohol en mi sistema no eran buena combinación para pensar en cosas bonitas. Me sonrojé al saber en lo que estaba pensando y me cubrí el rostro por la vergüenza.

Pero... si era con él... no me importaría. ¡Deja de pensar en eso, Evett! Es tu mejor amigo.

-Disculpa -me giré hasta ver a un chico junto a mí- ¿Puedo sentarme?

Me encogí de hombros y aparté la mirada dándome a entender de que ni siquiera me importaba. El chico se sentó a mi lado y nos quedamos en un silencio incómodo por un momento.

-¿Cómo te llamas? -pregunta de repente. Lo miré de reojo enarcando una ceja.

-Evett.

-Es un muy lindo nombre -sonríe con interés-. Soy Asher.

Asentí. Realmente no me interesaba conocer chicos... pues solo uno era quien me interesaba. Pero ni siquiera estaba aquí.

-Y dime, Evett... Si no te gustan al fiestas, ¿por qué estás aquí?

-¿Quién te dijo que no me gustan las fiestas? -cuestioné.

-Pues, el que estés aquí afuera y no allá adentro divirtiéndote me dice mucho.

-Ahá... -resoplé-. No es que no me gusten las fiestas, no me gusta estar sin mi mejor amiga pero ella está a punto de coger con un tipo.

-¿O sea no quieres hacer lo mismo?

Lo miré asombrada por su atrevimiento, hice una mueca y negué con la cabeza antes de alejarme.

-No realmente. Tengo que irme.

-Espera, Evett... -tome mi mano pero la quité enseguida y él eleva ambas suyas-. Lo siento, lo siento... no volveré a tocarte.

-Espero que sea así.

-De verdad, lo siento... Solo, me has parecido muy hermosa desde que entraste y pensé en que podía hablar contigo.

-¿Me has visto desde que entré? -me crucé de brazos.

-Es difícil no verte entrar, resaltas más que cualquier chica.

Un cumplido simple, normalmente no me sorprendería ni causaría ningún efecto pero... ¿Por qué me sentía sonrojada entonces? Me había puesto nerviosa por él. Su voz se sentía como una caricia persuasiva en mis orejas, extraño pero dulce.

-Am... gracias, creo.

-¿Quieres sentarte otra vez?

Me invita a su lado y yo dudé, pero fue como sentir mi cuerpo atraído hacia él y me senté de nuevo a su lado. Quizás no estaría mal darle otra oportunidad para ser más agradable.

ENTRE CUERVOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora